Acabamos los meses de julio y agosto, donde muchos se han cogido un respiro en el trabajo, o como a nuestro párroco le gusta decir, es un cambio de actividad, familia, amigos, visitar, viajar....es un tiempo donde se aprovecha para hacer otras cosas que durante el curso es más difícil. Aunque todavía nos quedan las fiestas de Lorca, Feria y demás, poco a poco nos vamos incorporando a la rutina o vida ordinaria. Han sido semanas donde nos desconectamos del trabajo y de los estudios durante las vacaciones, pero también nos puede pasar que nos desconectemos de Dios. Ojala no haya sido esto lo que nos haya sucedido a todos, pero si nos pasa, ¿qué podemos hacer para volver a conectarnos?
    1. Pasar a saludar al Santísimo... y volverlo un hábito
Nuestros padres nos enseñaron muchos buenos modales, uno de ellos es el saludar siempre a todas las personas cuando se llega a un lugar. ¿Cuándo llegamos de vacaciones pasamos a saludar a Dios? Puede parecer algo trivial, pero Dios que es omnipresente, sí tiene un lugar privilegiado en dónde habita en carne viva, un pequeño pedazo de pan: el Santísimo Sacramento. Podemos visitar el Sagrario, es el mismo Jesús el que te espera.
    Ahora, si por tiempo no podemos ir físicamente a la Iglesia, no hay problema: Dios entenderá. Pero no dejes de saludarlo al llegar de vacaciones. Es un tremendo regalo que tenemos los cristianos: poder conversar cara a cara con el Maestro. Nuestra fe es así de sencilla y maravillosa. Aprovecha esta gran oportunidad. ¿No tienes tiempo?         No te preocupes, Dios también entiende que, si sólo le puedes dedicar 5 minutos, mientras sean dedicados en plenitud de corazón, será un gran paso en nuestro ánimo de volver a entrar en sintonía con Él. ¿No sabes qué decirle? No te preocupes, Dios habita en el silencio. Seguro que, si lo saludas, Él tomará la iniciativa en la conversación que se dará en tu corazón e iluminará tu espíritu y tu vida.
    2. Usar el teléfono movil como una herramienta de nuestra fe
Vivimos hoy en un mundo hiperconectado y nuestro teléfono móvil  es su máximo representante. Durante el año, para muchos es una herramienta de trabajo, en vacaciones, muchos lo volvemos una herramienta del ocio... ¿Y si lo volvemos una herramienta de Dios? No es complejo. Nuestro consejo es descargar un par de aplicaciones interesantes y aprovechar todos esos "tiempos muertos" que la vida contemporánea nos suscita para conectar con Dios. Hay muchas aplicaciones recomendadas, asesórate bien, no todas te pueden ayudar, las hay con diversos y prácticos objetivos, de seguro hay alguna para tu necesidad.
    3. Dar gracias a Dios por todo lo vivido
Un buen ejercicio que podemos hacer en la vuelta de vacaciones es contemplar nuestros recuerdos, nuestras fotos y decirle a Dios: ¡Gracias Señor! Gracias por los buenos momentos y también por los malos. Gracias por darnos la oportunidad de compartir con mis seres queridos. Gracias por poder viajar, por poder hacer algo distinto, salir de la rutina y "recargar las pilas". Y si no lo pasé tan bien como lo esperaba: ¡también dar gracias! Aunque cueste, buscar los aprendizajes que la situación me dio y pensar positivo. Dios ama y bendice al agradecido, sobre todo en el mundo individualista y autárquico en que vivimos. Ser agradecidos en un don precioso (Lc 17,11-19) que nos conecta con Dios y nos llena de felicidad.
    4. Comenzar con una lectura espiritual
Dios es logos, es palabra. Y la lectura es un gran aliado al momento de volvernos a conectar con Dios. Sobre todo, si es lectura de corte espiritual. Esta práctica, sobre todo si es constante y calma es una herramienta maravillosa para nutrir el alma, para conocer mejor las verdades de nuestra fe, para superarnos como personas, para volver a conectarnos con Dios.
    Además del libro de libros, La Biblia, hay un montón de clásicos que son de mucho provecho espiritual, por ejemplo: Confesiones, de San Agustín; Cinco Panes y Dos Peces, de Card. Van Thuan; La Cena del Cordero, de Scott Hahn; El Combate Espiritual, de Lorenzo Scupoli; Ortodoxia, de Chesterton; El silencio de María, de Ignacio Larrañaga; Jesús de Nazaret, de Benedicto XVI; Un fuego que enciende otros fuegos, de San Alberto Hurtado.
    5. Hacer un examen de conciencia y, si es necesario, acudir a la confesión
Junto con contemplar las fotos y dar gracias a Dios por lo vivido, como comentábamos, puede ser algo muy beneficioso el hacer un examen de conciencia general de mi tiempo de vacaciones. "¿Qué hubiera hecho Cristo en mi lugar?" Es la pregunta matriz que debería guiar nuestra reflexión por cada una de las cosas que hicimos, pensamos y dijimos. Comenzar septiembre y este nuevo curso pastoral en gracia, es decir, confesados, es una muy buena forma de conectarse con Dios. Por lo tanto, si en esa reflexión encuentras algo de lo cual quieras pedir perdón a Dios, en nuestra Parroquia está el sacerdote disponible media hora antes de cada misa ¡Aprovecha esta gran oportunidad de conectar con Dios!.

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