PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
AMÓS
CAPITULOS
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Amos 1
1Palabras de Amos, uno de los pastores de Técoa. Visiones que tuvo
acerca de Israel, en tiempo de Ozías, rey de Judá, y en tiempo de
Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.
2Dijo: Ruge Yahveh desde Sión, desde Jerusalén da su voz; los
pastizales de los pastores están en duelo, y la cumbre del Carmelo se
seca.
3Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Damasco y por cuatro, seré
inflexible! Por haber triturado con trillos de hierro a Galaad,
4yo enviaré fuego a la casa de Jazael, que devorará los palacios de Ben Hadad;
5romperé el cerrojo de Damasco, extirparé al habitante de Bicat Aven y
de Bet Eden al que empuña el cetro; y el pueblo de Aram irá cautivo a
Quir, dice Yahveh.
6Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Gaza y por cuatro, seré
inflexible! Por haber deportado poblaciones enteras, para entregarlas a
Edom,
7yo enviaré fuego a la muralla de Gaza, que devorará sus palacios;
8extirparé al habitante de Asdod y de Ascalón al que empuña el cetro;
volveré mi mano contra Ecrón, y perecerá lo que queda de los filisteos,
dice el Señor Yahveh.
9Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Tiro y por cuatro, seré
inflexible! Por haber entregado poblaciones enteras de cautivos
a Edom, sin acordarse de la alianza entre hermanos,
10yo enviaré fuego a la muralla de Tiro, que devorará sus palacios.
11Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Edom y por cuatro, seré
inflexible! Por haber perseguido con espada a su hermano, ahogando toda
piedad, por mantener para siempre su cólera, y guardar incesante su
rencor,
12yo enviaré fuego a Temán, que devorará los palacios de Bosrá.
13Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de los hijos de Ammón y por
cuatro, seré inflexible! Por haber reventado a las mujeres encintas de
Galaad, para ensanchar su territorio,
14yo prenderé fuego a la muralla de Rabbá, que devorará sus palacios,
en el clamor en día de combate, en la tormenta en día de huracán;
15y su rey irá al cautiverio, juntamente con sus príncipes, dice Yahveh.
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Amos 2
1Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Moab y por cuatro, seré
inflexible! Por haber quemado hasta calcinar los huesos del rey
de Edom,
2yo enviaré fuego a Moab que devorará los palacios de Queriyyot, y morirá con estruendo Moab, entre clamor, al son del cuerno;
3de en medio de él extirparé yo al juez, y a todos sus príncipes los mataré con él, dice Yahveh.
4Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Judá y por cuatro, seré
inflexible! Por haber despreciado la Ley de Yahveh, y no haber guardado
sus preceptos, porque los han extraviado sus Mentiras, las que ya
habían seguido sus padres,
5yo enviaré fuego a Judá que devorará los palacios de Jerusalén.
6Así dice Yahveh: ¡Por tres crímenes de Israel y por cuatro, seré
inflexible! Porque venden al justo por dinero y al pobre por un par de
sandalias;
7pisan contra el polvo de la tierra la cabeza de los débiles, y el
camino de los humildes tuercen; hijo y padre acuden a la misma moza,
para profanar mi santo Nombre;
8sobre ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar, y el vino
de los que han multado beben en la casa de su dios...
9Yo había destruido al amorreo delante de ellos, que era alto como la
altura de los cedros y fuerte como las encinas; yo había destruido su
fruto por arriba y sus raíces por abajo.
10Y yo os hice subir a vosotros del país de Egipto y os llevé por el
desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del amorreo.
11Yo suscité profetas entre vuestros hijos, y nazireos entre vuestos jóvenes. ¿No es así, hijos de Israel?, oráculo de Yahveh.
12Y vosotros habéis hecho beber vino a los nazireos, y habéis conminado a los profetas, diciendo: «¡No profeticéis!»
13¡Pues bien, yo os estrujaré debajo, como estruja el carro que está lleno de haces!
14Entonces le fallará la huida al raudo, el fuerte no podrá desplegar su vigor, y ni el bravo salvará su vida.
15El que maneja el arco no resistirá, no se salvará el de pies ligeros, el que monta a caballo no salvará su vida,
16y el más esforzado entre los bravos huirá desnudo el día aquel, oráculo de Yahveh.
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Amos 3
1Escuchad esta palabra que dice Yahveh contra vosotros, hijos de
Israel, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto:
2Solamente a vosotros conocí de todas las familias de la tierra; por eso yo os visitaré por todas vuestras culpas.
3Caminan acaso dos juntos, sin haberse encontrado?
4¿Ruge el león en la selva sin que haya presa para él? ¿Lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo?
5¿Cae un pájaro a tierra en el lazo, sin que haya una trampa para él? ¿Se alza del suelo el lazo sin haber hecho presa?
6¿Suena el cuerno en una ciudad sin que el pueblo se estremezca? ¿Cae
en una ciudad el infortunio sin que Yahveh lo haya causado?
7No, no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
8Ruge el león, ¿quién no temerá? Habla el Señor Yahveh, ¿quién no profetizará?
9Pregonad en los palacios de Asur, y en los palacios del país de
Egipto; decid: ¡Congregaos contra los montes de Samaria, y ved cuántos
desórdenes en ella, cuánta violencia en su seno!
10No saben obrar con rectitud - oráculo de Yahveh - los que amontonan violencia y rapiña en sus palacios.
11Por eso, así dice el Señor Yahveh: El adversario invadirá la tierra, abatirá tu fortaleza y serán saqueados tus palacios.
12Así dice Yahveh: Como salva el pastor de la boca del león dos patas o
la punta de una oreja, así se salvarán los hijos de Israel, los que se
sientan en Samaria, en el borde de un lecho y en un diván de Damasco.
13Oíd y atestiguad contra la casa de Jacob - oráculo del Señor Yahveh, Dios Sebaot -
14que el día que yo visite a Israel por sus rebeldías, visitaré los
altares de Betel; serán derribados los cuernos del altar y caerán
por tierra.
15Sacudiré la casa de invierno con la casa de verano, se acabarán las
casas de marfil, y muchas casas desaparecerán, oráculo de Yahveh.
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Amos 4
1Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en la montaña de
Samaria, que oprimís a los débiles, que maltratáis a los pobres, que
decís a vuestros maridos: «¡Traed, y bebamos!»
2El Señor Yahveh ha jurado pro su santidad: He aquí que vienen días
sobre vosotras en que se os izará con ganchos, y, hasta las últimas,
con anzuelos de pescar.
3Por brechas saldréis cada una a derecho, y seréis arrojadas al Hermón, oráculo de Yahveh.
4¡Id a Betel a rebelaros, multiplicad en Guilgal vuestras rebeldías,
llevad de mañana vuestros sacrificios cada tres días vuestros diezmos;
5quemad levadura en acción de gracias, y pregonad las ofrendas
voluntarias, voceadlas, ya que es eso lo que os gusta, hijos de
Israel!, oráculo del Señor Yahveh.
6Yo también os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades, y
falta de pan en todos vuestros lugares; ¡y no habéis vuelto a mí!
oráculo de Yahveh.
7También os he cerrado la lluvia, a tres meses todavía de la siega; he
hecho llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no he hecho llover;
una parcela recibía lluvia, y otra parcela, falta de lluvia, se secaba;
8dos, tres ciudades acudían a otra ciudad a beber agua, pero no calmaban su sed; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Yahveh.
9Os he herido con tizón y añublo, he secado vuestras huertas y viñedos;
vuestras higueras y olivares los ha devorado la langosta; ¡y no habéis
vuelto a mí!, oráculo de Yahveh.
10He enviado contra vosotros peste, como la peste de Egipto, he matado
a espada a vuestros jóvenes, mientras vuestros caballos eran
capturados; he hecho subir a vuestras narices el hedor de
vuestros campamentos, ¡y no habéis vuelto a mí!,
oráculo de Yahveh.
11Os he trastornado como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra, habéis
quedado como un tizón salvado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a
mí!, oráculo de Yahveh.
12Por eso, así voy a hacer contigo, Israel, y porque esto voy a hacerte, prepárate, Israel, a afrontar a tu Dios.
13Porque está aquí quien forma los montes y crea el viento, quien
descubre al hombre cuál es su pensamiento, quien hace aurora las
tinieblas, y avanza por las alturas de la tierra: Yahveh, Dios Sebaot
es su nombre.
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Amos 5
1Escuchad esta palabra que yo entono contra vosotros como elegía, casa de Israel:
2¡Ha caído, no volverá ya a levantarse, la virgen de Israel; postrada está en su suelo, no hay quien la levante!
3Porque así dice el Señor Yahveh a la casa de Israel: La ciudad que
sacaba mil a campaña quedará sólo con cien, y la que sacaba cien
quedará sólo con diez.
4Porque así dice Yahveh a la casa de Israel: ¡Buscadme a mí y viviréis!
5Pero no busquéis a Betel, no vayáis a Guilgal ni paséis a Berseba,
porque Guilgal será deportada sin remedio, y Betel será reducida a la
nada.
6¡Buscad a Yahveh y viviréis, no sea que caiga él como fuego sobre la casa de José, y devore a Betel sin que haya quien apague!
7¡Ay de los que cambian en ajenjo el juicio y tiran por tierra la justicia,
8El hace las Pléyades y Orión, trueca en mañana las sombras, y hace
oscurecer el día en noche. El llama a las aguas del mar, y sobre la haz
de la tierra las derrama, Yahveh es su nombre;
9él desencadena ruina sobre el fuerte y sobre la ciudadela viene la devastación.
10Detestan al censor en la Puerta y aborrecen al que habla con sinceridad!
11Pues bien, ya que vosotros pisoteáis al débil, y cobráis de él
tributo de grano, casas de sillares habéis construido, pero no las
habitaréis; viñas selectas habéis plantado, pero no beberéis su vino.
12¡Pues yo sé que son muchas vuestras rebeldías y graves vuestros
pecados, opresores del justo, que aceptáis soborno y atropelláis a los
pobres en la Puerta!
13Por eso el hombre sensato calla en esta hora, que es hora de infortunio.
14Buscad el bien, no el mal, para que viváis, y que así sea con vosotros Yahveh Sebaot, tal como decís.
15Aborreced el mal, amad el bien, implantad el juicio en la Puerta; quizá Yahveh Sebaot tenga piedad del Resto de José.
16Por eso, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Señor: En todas las
plazas habrá lamentación y en todas las calles se dirá: «¡Ay, ay!»
Convocarán a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir;
17lamentación habrá en todas las viñas, porque voy a pasar yo por medio de ti, dice Yahveh.
18¡Ay de los que ansían el Día de Yahveh! ¿Qué creéis que es ese Día de Yahveh? ¡Es tinieblas, que no luz!
19Como cuando uno huye del león y se topa con un oso, o, al entrar en
casa, apoya una mano en la pared y le muerde una culebra...
20¿No es tinieblas el Día de Yahveh, y no luz, lóbrego y sin claridad?
21Yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no me gusta el olor de vuestras reuniones solemnes.
22Si me ofrecéis holocaustos... no me complazco en vuestras oblaciones,
ni miro a vuestros sacrificios de comunión de
novillos cebados.
23¡Aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia de tus arpas!
24¡Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne!
25¿Acaso sacrificios y oblaciones en el desierto me ofrecisteis, durante cuarenta años, casa de Israel?
26Vosotros llevaréis a Sakkut, vuestro rey, y la estrella de vuestro dios, Keván, esas imágenes que os habéis fabricado;
27pues yo os deportaré más allá de Damasco, dice Yahveh, cuyo nombre es Dios Sebaot.
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Amos 6
1¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sión, y de los confiados en
la montaña de Samaria, los notables de la capital de las naciones, a
los que acude la casa de Israel!
2Pasad a Kalné y ved, id de allí a Jamat la grande, bajad luego a Gat
de los filisteos. ¿Son acaso mejores que estos reinos? ¿Su territorio
es mayor que el vuestro?
3¡Vosotros que creéis alejar el día funesto, y hacéis que se acerque un estado de violencia!
4Acostados en camas de marfil, arrellanados en sus lechos, comen corderos del rebaño y becerros sacados del establo,
5canturrean al son del arpa, se inventan, como David, instrumentos de música,
6beben vino en anchas copas, con los mejores aceites se ungen, mas no se afligen por el desastre de José.
7Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos y cesará la orgía de los sibaritas.
8El Señor Yahveh ha jurado por sí mismo, oráculo de Yahveh Dios Sebaot:
Yo aborrezco la soberbia de Jacob, sus palacios detesto, y voy a
entregar la ciudad con cuanto encierra.
9Y sucederá que, si quedan diez hombres en una misma casa, morirán.
10Sólo quedarán unos pocos evadidos para sacar de la casa los huesos; y
si se dice al que está en el fondo de la casa: «¿Hay todavía alguien
contigo?», dirá: «Ninguno», y añadirá: «¡Silencio!, que no hay que
mentar el nombre de Yahveh».
11Pues he aquí que Yahveh da la orden y reduce la casa grande a escombros, y la casa pequeña a ruinas.
12¿Corren por la roca los caballos? ¿se ara con bueyes el mar? ¡pues
vosotros trocáis en veneno el juicio y en ajenjo el fruto de la
justicia!
13¡Vosotros que os alegráis por Lo-Debar, que decís: «¿No tomamos Carnáyim con nuestra propia fuerza?»
14¡Pero he aquí que yo suscito contra vosotros, casa de Israel,-
oráculo del Señor Yahveh, Dios Sebaot - una nación que os oprimirá
desde la Entrada de Jamat hasta el torrente de la Arabá!
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Amos 7
1Esto me dio a ver el Señor Yahveh: He aquí que él formaba langostas,
cuando empieza a crecer el retoño, el retoño que sale después de la
siega del rey.
2Y cuando acababan de devorar la hierba de la tierra, yo dije:
«¡Perdona, por favor, Señor Yahveh! ¿cómo va a resistir Jacob, que es
tan pequeño?»
3Y se arrepintió Yahveh de ello: «No será», dijo Yahveh.
4Esto me dio a ver el Señor Yahveh: He aquí que el Señor Yahveh
convocaba al juicio por el fuego: éste devoró el gran
abismo, y devoró la campiña.
5Y yo dije: «¡Señor Yahveh, cesa, por favor! ¿cómo va a resistir Jacob, que es tan pequeño?»
6Y se arrepintió Yahveh de ello: «Tampoco esto será», dijo el Señor Yahveh.
7Esto me dio a ver el Señor Yahveh: He aquí que el Señor estaba junto a una pared con una plomada en la mano.
8Y me dijo Yahveh: «¿Qué ves, Amos?» Yo respondí: «Una plomada.» El
Señor dijo: «¡He aquí que yo voy a poner plomada en medio de mi pueblo
Israel, ni una más le volveré a pasar!
9Serán devastados los altos de Isaac, asolados los santuarios de
Israel, y yo me alzaré con espada contra la casa de
Jeroboam.»
10El sacerdote de Betel, Amasías, mandó a decir a Jeroboam, rey de
Israel: «Amos conspira contra ti en medio de la casa de Israel; ya no
puede la tierra soportar todas sus palabras.
11Porque Amos anda diciendo: “A espada morirá Jeroboam, e Israel será deportado de su suelo.”»
12Y Amasías dijo a Amos: «Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí.
13Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es el santuario del rey y la Casa del reino.»
14Respondió Amos y dijo a Amasías: «Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy vaquero y picador de sicómoros.
15Pero Yahveh me tomó de detrás del rebaño, y Yahveh me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel.”
16Y ahora escucha tú la palabra de Yahveh. Tú dices:“No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac.”
17«Por eso, así dice Yahveh: “Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus
hijos y tus hijas caerán a espada, tu suelo será repartido a cordel, tú
mismo en un suelo impuro morirás, e Israel será deportado de su suelo”.»
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Amos 8
1Esto me dio a ver el Señor Yahveh: Había una canasta de fruta madura.
2Y me dijo: «¿Qué ves, Amos?» Yo respondí: «Una canasta de fruta
madura.» Y Yahveh me dijo: «¡Ha llegado la madurez para mi
pueblo Israel, ni una más le volveré a pasar!
3Los cantos de palacio serán lamentos aquel día - oráculo del Señor
Yahveh - serán muchos los cadáveres, en todo lugar se arrojarán
¡silencio!
4Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes de la tierra,
5diciendo: «¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y
el sábado para dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar
el peso, falsificando balanzas de fraude,
6para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado del grano?»
7Ha jurado Yahveh por el orgullo de Jacob: ¡Jamás he de olvidar todas sus obras!
8¿No se estremecerá por ello la tierra, y hará duelo todo el que en
ella habita, subirá toda entera como el Nilo, se encrespará y bajará
como el Nilo de Egipto?
9Sucederá aquel día - oráculo del Señor Yahveh - que yo haré ponerse el
sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de
tinieblas.
10Trocaré en duelo vuestra fiesta, y en elegía todas vuestras
canciones; en todos los lomos pondré sayal y tonsura en todas las
cabezas; lo haré como duelo de hijo único y su final como día de
amargura.
11He aquí que vienen días - oráculo del Señor Yahveh - en que yo
mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de
oír la palabra de Yahveh.
12Entonces vagarán de mar a mar, de norte a levante andarán errantes en busca de la Palabra de Yahveh, pero no la encontrarán.
13Aquel día desfallecerán de sed las muchachas hermosas y los jóvenes.
14Los que juran por el pecado de Samaria, los que dicen: «¡Vive tu
Dios, Dan!» y «¡Viva el camino de Berseba!», ésos caerán para no
alzarse más.
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Amos 9
1Vi al Señor en pie junto al altar y dijo: ¡Sacude el capitel y que se
desplomen los umbrales! ¡Hazlos trizas en la cabeza de todos ellos, y
lo que de ellos quede lo mataré yo a espada: no huirá de entre ellos un
solo fugitivo ni un evadido escapará!
2Si fuerzan la entrada del seol, mi mano de allí los agarrará; ni suben hasta el cielo, yo los haré bajar de allí;
3si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los
agarraré; si se ocultan a mis ojos en el fondo del mar, allí mismo
ordenaré a la Serpiente que los muerda;
4si van al cautiverio delante de sus enemigos, allí ordenaré a la
espada que los mate; pondré en ellos mis ojos para mal y no para bien.
5¡El Señor Yahveh Sebaot...! el que toca la tierra y ella se derrite, y
hacen duelo todos sus habitantes; sube toda entera como el Nilo, y baja
como el Nilo de Egipto.
6El que edifica en los cielos sus altas moradas, y asienta su bóveda en
la tierra; el que llama a las aguas de la mar, y sobre la haz de la
tierra las derrama, ¡Yahveh es su nombre!
7¿No sois vosotros para mí como hijos de kusitas, oh hijos de Israel? -
oráculo de Yahveh - ¿No hice yo subir a Israel del país de Egipto, como
a los filisteos de Kaftor y a los arameos de Quir?
8He aquí que los ojos del Señor Yahveh están sobre el reino pecador;
voy a exterminarlo de la haz de la tierra, aunque no exterminaré del
todo a la casa de Jacob - oráculo de Yahveh.
9Pues he aquí que yo doy orden, y zarandearé a la casa de Israel entre
todas las naciones, como se zarandea con la criba sin que ni un grano
caiga en tierra.
10A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, esos que dicen: «¡No se acercará, no nos alcanzará la desgracia!»
11Aquel día levantaré la cabaña de David ruinosa, repararé sus brechas
y restauraré sus ruinas; la reconstruiré como en los días de antaño,
12para que posean lo que queda de Edom y de todas las naciones sobre
las que se ha invocado mi nombre, oráculo de Yahveh,
el que hace esto.
13He aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que el arador
empalmará con el segador y el pisador de la uva con el sembrador;
destilarán vino los montes y todas las colinas se derretirán.
14Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel;
reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en
ellas, plantarán viñas y beberán su vino, harán huertas y comerán sus
frutos.
15Yo los plantaré en su suelo y no serán arrancados nunca más del suelo que yo les di, dice Yahveh, tu Dios.
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