PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA





























EPÍSTOLAS DE SAN JUAN 


PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN JUAN
CAPITULOS
1  2  3  4  5

SEGUNDA EPÍSTOLA DE SAN JUAN
CAPITULOS
1

TERCERA EPÍSTOLA DE SAN JUAN
CAPITULOS
1



PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN JUAN

1 Juan 1
1Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida,
2- pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos    manifestó -
3lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con    nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

4Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo.
5Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna.
6Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad.
7Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
8Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros.
9Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.
10Si decimos: «No hemos pecado», le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros.

INICIO

1 Juan 2
1Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
2El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
3En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos.
4Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él.
5Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
6Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él.
7Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que habéis escuchado.
8Y sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo - lo cual es verdadero en él y en vosotros - pues las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya.
9Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.
10Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.
11Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.
12Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre.
13Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno.
14Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno.
15No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo.
17El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.
18Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora.   
19Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.
20En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis.
21Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira viene de la verdad.
22¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
23Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre.
24En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre,
25y esta es la promesa que él mismo os hizo: la vida eterna.
26Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros.
27Y en cuanto a vosotros, la unción que de El habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas - y es verdadera y no mentirosa - según os enseñó, permaneced el él.
28Y ahora, hijos míos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su Venida.
29Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.

INICIO

1 Juan 3
1Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!. El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
2Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.
3Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
4Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad.
5Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados y en él no hay pecado.
6Todo el que permanece en él, no peca. Todo el que peca, no le ha visto ni conocido.
7Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
8Quien comete el pecado es del Diablo, pues el Diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del Diablo.
9Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado porque su germen permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.
10En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
11Pues este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
12No como Caín, que, siendo del Maligno, mató a su hermano. Y ¿por qué le mató? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran justas.
13No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.
14Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte.
15Todo el que aborrece a su hermano es un asesino; y sabéis que ningún asesino tiene vida eterna permanente en él.
16En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos.
17Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?
18Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.
19En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él,
20en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
21Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios,
22y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
23Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó.
24Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

INICIO

1 Juan 4
1Queridos,  no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo.
2Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en    carne, es de Dios;
3y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo.
4Vosotros, hijos míos, sois de Dios y los habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo.
5Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha.
6Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
7Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
8Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.
9En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.
10En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
11Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
12A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
13En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
14Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo.
15Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
16Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
17En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
18No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo;
19quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor. Nosotros amemos, porque él nos amó primero.
20Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.
21Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano.

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1 Juan 5
1Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él.
2En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
3Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados,
4pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es    nuestra fe.
5Pues, ¿quien es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6Este es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo; no solamente en el agua, sino en el agua y en la sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la Verdad.
7Pues tres son los que dan testimonio:
8el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.
9Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios, pues este es el testimonio de Dios, que ha testimoniado acerca de su Hijo.
10Quien cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
11Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
12Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
13Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
14En esto está la confianza que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha.
15Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos conseguido lo que hayamos pedido.
16Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y le dará vida - a los que cometan pecados que no son de muerte pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida -.
17Toda iniquidad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
18Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y el Maligno no llega a tocarle.
19Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero yace en poder del Maligno.
20Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la Vida eterna.
21Hijos míos, guardaos de los ídolos...

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SEGUNDA EPÍSTOLA DE SAN JUAN 


2 Juan 1
1El Presbítero a la Señora elegida y a sus hijos, a quienes amo según la verdad - no sólo yo, sino también cuantos conocen la Verdad -
2a causa de la verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre.
3La gracia, la misericordia y la paz de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros  según la verdad y el amor.
4Me alegré mucho al encontrar entre tus hijos quienes viven según la verdad, conforme al mandamiento que recibimos  del Padre.
5Y ahora te ruego, Señora - y no es que te escriba un mandamiento nuevo, sino el que tenemos desde el comienzo - que nos amemos unos a otros.
6Y en esto consiste el amor: en que vivamos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento, como lo habéis oído desde el comienzo: que viváis en el amor.
7Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo.
8Cuidad de vosotros, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis abundante recompensa.
9Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo.
10Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis,
11pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.
12Aunque tengo mucho que escribiros, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a veros y hablaros  de viva voz, para que nuestro gozo sea completo.
13Te saludan los hijos de tu hermana Elegida.

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TERCERA EPÍSTOLA DE SAN JUAN

 
3 Juan 1
1El Presbítero al querido Gayo a quien amo según la verdad.
2Pido, querido, en mis oraciones que vayas bien en todo como va bien tu alma y que goces de salud.
3Grande fue mi alegría al llegar los hermanos y dar testimonio de tu verdad, puesto que vives según la verdad.
4No experimento alegría mayor que oír que mis hijos viven según la verdad.
5Querido, te portas fielmente en tu conducta para con los hermanos, y eso que son forasteros.
6Ellos han dado testimonio de tu amor en presencia de la Iglesia. Harás bien en proveerles para su viaje de manera digna de Dios.
7Pues por el Nombre salieron sin recibir nada de los gentiles.
8Por eso debemos acoger a tales personas, para ser colaboradores en la obra de la Verdad.
9He escrito alguna cosa a la Iglesia; pero Diótrefes, ese que ambiciona el primer puesto entre ellos, no nos recibe.
10Por eso, cuando vaya, le recordaré las cosas que está haciendo, criticándonos con palabras llenas de malicia; y como si no fuera bastante, tampoco recibe a los hermanos, impide a los que desean hacerlo y los expulsa de la Iglesia.
11Querido, no imites lo malo, sino lo bueno. El que obra el bien es de Dios; el que obra el mal no ha visto a Dios.
12Todos, y hasta la misma Verdad, dan testimonio de Demetrio. También nosotros damos testimonio y sabes que nuestro testimonio es verdadero.
13Tengo mucho que escribirte, pero no quiero hacerlo con tinta y pluma.
14Espero verte pronto y hablaremos de viva voz.
15La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda a los amigos, a cada uno en particular.


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