LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS
CAPITULOS
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49 50
INICIO
Genesis 1
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
2 La tierra era caos y confusión y oscuridad por
encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
3 Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
4 Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la
luz de la oscuridad;
5 y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad
la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero.
6 Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las
aguas, que las aparte unas de otras.»
7 E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de
por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y
así fue.
8 Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y
amaneció: día segundo.
9 Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del
firmamento en un solo conjunto, y dejese ver lo seco»; y así fue.
10 Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de
las aguas lo llamó «mares»; y vio Dios que estaba bien.
11 Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas
que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con
su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue.
12 La tierra produjo vegetación: hierbas que dan
semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla
dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien.
13 Y atardeció y amaneció: día tercero.
14 Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste,
para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades,
días y años;
15 y valgan de luceros en el firmamento celeste para
alumbrar sobre la tierra.» Y así fue.
16 Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero
grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de
la noche, y las estrellas;
17 y púsolos Dios en el firmamento celeste para
alumbrar sobre la tierra,
18 y para dominar en el día y en la noche, y para
apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
19 Y atardeció y amaneció: día cuarto.
20 Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales
vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento
celeste.»
21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo
animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus
especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que
estaba bien;
22 y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y
multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y las aves crezcan en
la tierra.»
23 Y atardeció y amaneció: día quinto.
24 Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes
de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada
especie.» Y así fue.
25 Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie,
y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie:
y vio Dios que estaba bien.
26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra
imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y
en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las
alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.
27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a
imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó.
28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y
multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del
mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la
tierra.»
29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de
semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo
árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento.
30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los
cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la
hierba verde les doy de alimento.» Y así fue.
31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy
bien. Y atardecío y amaneció: día sexto.
INICIO
Genesis 2
1 Concluyeronse, pues, los cielos y la tierra y todo
su aparato,
2 y dio por concluida Dios en el septimo día la labor
que había hecho, y cesó en el día septimo de toda la labor que hiciera.
3 Y bendijo Dios el día septimo y lo santificó;
porque en el cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra,
cuando fueron creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los
cielos,
5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo,
y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no
había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el
suelo.
6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba
toda la superficie del suelo.
7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del
suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un
ser viviente.
8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Eden, al
oriente, donde colocó al hombre que había formado.
9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de
árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del
jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
10 De Eden salía un río que regaba el jardín, y desde
allí se repartía en cuatro brazos.
11 El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el
país de Javilá, donde hay oro.
12 El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el
bedelio y el ónice.
13 El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el
país de Kus.
14 El tercer río se llama Tigris: es el que corre al
oriente de Asur. Y el cuarto río es el Eufrates.
15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al
jardín de Eden, para que lo labrase y cuidase.
16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De
cualquier árbol del jardín puedes comer,
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás, porque el día que comieres de el, morirás sin remedio.»
18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre
este solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.»
19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales
del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre
para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el
nombre que el hombre le diera.
20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las
aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no
encontró una ayuda adecuada.
21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño
sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas,
rellenando el vacío con carne.
22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del
hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.
23 Entonces este exclamó: «Esta vez sí que es hueso
de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del
varón ha sido tomada.»
24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y
se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero
no se avergonzaban uno del otro.
I
NICIO
Genesis 3
1 La serpiente era el más astuto de todos los
animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del
jardín?»
2 Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer
del fruto de los árboles del jardín.
3 Mas del fruto del árbol que está en medio del
jardín, ha dicho Dios: No comáis de el, ni lo toqueis, so pena de
muerte.»
4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera
morireis.
5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que
comiereis de el, se os abrirán los ojos y sereis como dioses,
conocedores del bien y del mal.»
6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para
comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de
su fruto y comió, y dio tambien a su marido, que igualmente comió.
7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se
dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se
hicieron unos ceñidores.
8 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios
que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y
su mujer se ocultaron de la vista de Yahveh Dios por entre los árboles
del jardín.
9 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde
estás?»
10 Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve
miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.»
11 El replicó: «¿Quien te ha hecho ver que estabas
desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»
12 Dijo el hombre: «La mujer que me diste por
compañera me dio del árbol y comí.»
13 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: «¿Por que lo
has hecho?» Y contestó la mujer: «La serpiente me sedujo, y comí.»
14 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por
haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos
los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás
todos los días de tu vida.
15 Enemistad pondre entre ti y la mujer, y entre tu
linaje y su linaje: el te pisará la cabeza mientras acechas tú su
calcañar.»
16 A la mujer le dijo: «Tantas hare tus fatigas
cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu
marido irá tu apetencia, y el te dominará.
17 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de
tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer,
maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de el el alimento
todos los días de tu vida.
18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la
hierba del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta
que vuelvas al suelo, pues de el fuiste tomado. Porque eres polvo y al
polvo tornarás.»
20 El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la
madre de todos los vivientes.
21 Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas
de piel y los vistió.
22 Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha
venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y
el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome tambien del
árbol de la vida y comiendo de el viva para siempre.»
23 Y le echó Yahveh Dios del jardín de Eden, para que
labrase el suelo de donde había sido tomado.
24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del
jardín de Eden querubines, y la llama de espada vibrante, para
guardar el camino del árbol de la vida.
INICIO
Genesis 4
1 Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió
y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un varón con el favor de
Yahveh.»
2 Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue
Abel pastor de ovejas y Caín labrador.
3 Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una
oblación de los frutos del suelo.
4 Tambien Abel hizo una oblación de los primogenitos
de su rebaño, y de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel
y su oblación,
5 mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo
cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro.
6 Yahveh dijo a Caín: «¿Por que andas irritado, y por
que se ha abatido tu rostro?
7 ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo?
Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera
que te codicia, y a quien tienes que dominar.»
8 Caín, dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y
cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo
mató.
9 Yahveh dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel?
Contestó: «No se. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?»
10 Replicó Yahveh: «¿Que has hecho? Se oye la sangre
de tu hermano clamar a mí desde el suelo.
11 Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que
abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
12 Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto.
Vagabundo y errante serás en la tierra.»
13 Entonces dijo Caín a Yahveh: «Mi culpa es
demasiado grande para soportarla.
14 Es decir que hoy me echas de este suelo y he de
esconderme de tu presencia, convertido en vagabundo errante por la
tierra, y cualquiera que me encuentre me matará.»
15 Respondióle Yahveh: «Al contrario, quienquiera que
matare a Caín, lo pagará siete veces.» Y Yahveh puso una señal a Caín
para que nadie que le encontrase le atacara.
16 Caín salió de la presencia de Yahveh, y se
estableció en el país de Nod, al oriente de Eden.
17 Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a
luz a Henoc. Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el
nombre de su hijo.
18 A Henoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael,
Mejuyael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lámek.
19 Lámek tomó dos mujeres: la primera llamada Adá, y
la segunda Sillá.
20 Adá dio a luz a Yabal, el cual vino a ser padre de
los que habitan en tiendas y crían ganado.
21 El nombre de su hermano era Yubal, padre de
cuantos tocan la cítara y la flauta.
22 Sillá por su parte engendró a Túbal Caín, padre de
todos los forjadores de cobre y hierro. Hermano de Túbal Caín fue Naamá.
23 Y dijo Lámek a sus mujeres: «Adá y Sillá, oíd mi
voz; mujeres de Lámek, escuchad mi palabra: Yo mate a un hombre por una
herida que me hizo y a un muchacho por un cardenal que recibí.
24 Caín será vengado siete veces, mas Lámek lo será
77.»
25 Adán conoció otra vez a su mujer, y ella dio a luz
un hijo, al que puso por nombre Set, diciendo: «Dios me ha otorgado
otro descendiente en lugar de Abel, porque le mató Caín.»
26 Tambien a Set le nació un hijo, al que puso por
nombre Enós. Este fue el primero en invocar el nombre de Yahveh.
INICIO
Genesis 5
1 Esta es la lista de los descendientes de Adán: El
día en que Dios creó a Adán, le hizo a imagen de Dios.
2 Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó
«Hombre» en el día de su creación.
3 Tenía Adán 130 años cuando engendró un hijo a su
semejanza, según su imagen, a quien puso por nombre Set.
4 Fueron los días de Adán, despues de engendrar a
Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.
5 El total de los días de la vida de Adán fue de 930
años, y murió.
6 Set tenía 105 años cuando engendró a Enós.
7 Vivió Set, despues de engendrar a Enós, 807 años y
engendró hijos e hijas.
8 El total de los días de Set fue de 912 años, y
murió.
9 Enós tenía noventa años cuando engendró a Quenán.
10 Vivió Enós, despues de engendrar a Quenán, 815
años, y engendró hijos e hijas.
11 El total de los días de Enós fue de 905 años, y
murió.
12 Quenán tenía setenta años cuando engendró a
Mahalalel.
13 Vivió Quenán, despues de engendrar a Mahalalel,
840 años, y engendró hijos e hijas.
14 El total de los días de Quenán fue de 910 años, y
murió.
15 Mahalalel tenía 65 años cuando engendró a Yered.
16 Vivió Mahalalel, despues de engendrar a Yered, 830
años, y engendró hijos e hijas.
17 El total de los días de Mahalalel fue de 895 años,
y murió.
18 Yered tenía 162 años cuando engendró a Henoc.
19 Vivió Yered, despues de engendrar a Henoc,
ochocientos años, y engendró hijos e hijas.
20 El total de los días de Yered fue de 962 años, y
murió.
21 Henoc tenía 65 años cuando engendró a Matusalen.
22 Henoc anduvo con Dios; vivió, despues de engendrar
a Matusalen, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
23 El total de los días de Henoc fue de 365 años.
24 Henoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios
se lo llevó.
25 Matusalen tenía 187 años cuando engendró a Lámek.
26 Vivió Matusalen, despues de engendrar a Lámek, 782
años, y engendró hijos e hijas.
27 El total de los días de Matusalen fue de 969 años,
y murió.
28 Lámek tenía 182 años cuando engendró un hijo,
29 y le puso por nombre Noe, diciendo “«Este nos
consolará de nuestros afanes y de la fatiga de nuestras manos, por
causa del suelo que maldijo Yahveh.»
30 Vivió Lámek, despues de engendrar a Noe, 595 años,
y engendró hijos e hijas.
31 El total de los días de Lámek fue de 777 años, y
murió.
32 Era Noe de quinientos años cuando engendró a Sem,
a Cam y a Jafet.
INICIO
Genesis 6
1 Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre
la haz de la tierra y les nacieron hijas,
2 vieron los hijos de Dios que las hijas de los
hombres les venían bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de
entre todas ellas.
3 Entonces dijo Yahveh: «No permanecerá para siempre
mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean
120 años.»
4 Los nefilim existían en la tierra por aquel
entonces (y tambien despues), cuando los hijos de Dios se unían a las
hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los heroes
de la antigüedad, hombres famosos.
5 Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía en la
tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran
puro mal de continuo,
6 le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la
tierra, y se indignó en su corazón.
7 Y dijo Yahveh: «Voy a exterminar de sobre la haz
del suelo al hombre que he creado, - desde el hombre hasta los ganados,
las sierpes, y hasta las aves del cielo - porque me pesa haberlos
hecho.»
8 Pero Noe halló gracia a los ojos de Yahveh.
9 Esta es la historia de Noe: Noe fue el varón más
justo y cabal de su tiempo. Noe andaba con Dios.
10 Noe engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
11 La tierra estaba corrompida en la presencia de
Dios: la tierra se llenó de violencias.
12 Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba
viciada, porque toda carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra.
13 Dijo, pues, Dios a Noe: «He decidido acabar con
toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa
de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra.
14 Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca
de cañizo y la calafateas por dentro y por fuera con betún.
15 Así es como la harás: longitud del arca,
trescientos codos; su anchura, cincuenta codos; y su altura, treinta
codos.
16 Haces al arca una cubierta y a un codo la
rematarás por encima, pones la puerta del arca en su costado, y
haces un primer piso, un segundo y un tercero.
17 «Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas
sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene hálito de vida
bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra perecerá.
18 Pero contigo establecere mi alianza: Entrarás en
el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
19 Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en
el arca una pareja para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
20 De cada especie de aves, de cada especie de
ganados, de cada especie de sierpes del suelo entrarán contigo sendas
parejas para sobrevivir.
21 Tú mismo procúrate toda suerte de víveres y hazte
acopio para que os sirvan de comida a ti y a ellos.»
22 Así lo hizo Noe y ejecutó todo lo que le había
mandado Dios.
INICIO
Genesis 7
1 Yahveh dijo a Noe: «Entra en el arca tú y toda tu
casa, porque tú eres el único justo que he visto en esta generación.
2 De todos los animales puros tomarás para ti siete
parejas, el macho con su hembra, y de todos los animales que no son
puros, una pareja, el macho con su hembra.
3 (Asimismo de las aves del cielo, siete parejas,
machos y hembras) para que sobreviva la casta sobre la haz de
toda la tierra.
4 Porque dentro de siete días hare llover sobre la
tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminare de
sobre la haz del suelo todos los seres que hice.»
5 Y Noe ejecutó todo lo que le había mandado Yahveh.
6 Noe contaba seiscientos años cuando acaeció el
diluvio, las aguas, sobre la tierra.
7 Noe entró en el arca, y con el sus hijos, su mujer
y las mujeres de sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio.
8 (De los animales puros, y de los animales que no
son puros, y de las aves, y de todo lo que serpea por el suelo,
9 sendas parejas de cada especie entraron con Noe en
el arca, machos y hembras, como había mandado Dios a Noe.)
10 A la semana, las aguas del diluvio vinieron sobre
la tierra.
11 El año seiscientos de la vida de Noe, el mes
segundo, el día diecisiete del mes, en ese día saltaron todas las
fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo se abrieron,
12 y estuvo descargando la lluvia sobre la tierra
cuarenta días y cuarenta noches.
13 En aquel mismo día entró Noe en el arca, como
tambien los hijos de Noe, Sem, Cam y Jafet, y la mujer de Noe, y las
tres mujeres de sus hijos;
14 y con ellos los animales de cada especie, los
ganados de cada especie, las sierpes de cada especie que reptan sobre
la tierra, y las aves de cada especie: toda clase de pájaros y seres
alados;
15 entraron con Noe en el arca sendas parejas de toda
carne en que hay aliento de vida,
16 y los que iban entrando eran macho y hembra de
toda carne, como Dios se lo había mandado. Y Yahveh cerró la puerta
detrás de Noe.
17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra.
Crecieron las aguas y levantaron el arca que se alzó de encima de la
tierra.
18 Subió el nivel de las aguas y crecieron mucho
sobre la tierra, mientras el arca flotaba sobre la superficie de
las aguas.
19 Subió el nivel de las aguas mucho, muchísimo sobre
la tierra, y quedaron cubiertos los montes más altos que hay debajo del
cielo.
20 Quince codos por encima subió el nivel de las
aguas quedando cubiertos los montes.
21 Pereció toda carne: lo que repta por la tierra,
junto con aves, ganados, animales y todo lo que pulula sobre la tierra,
y toda la humanidad.
22 Todo cuanto respira hálito vital, todo cuanto
existe en tierra firme, murió.
23 Yahveh exterminó todo ser que había sobre la haz
del suelo, desde el hombre hasta los ganados, hasta las sierpes y
hasta las aves del cielo: todos fueron exterminados de la tierra,
quedando sólo Noe y los que con el estaban en el arca.
24 Las aguas inundaron la tierra por espacio de 150
días.
INICIO
Genesis 8
1 Acordóse Dios de Noe y de todos los animales y de
los ganados que con el estaban en el arca. Dios hizo pasar un viento
sobre la tierra y las aguas decrecieron.
2 Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas
del cielo, y cesó la lluvia del cielo.
3 Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la
tierra. Al cabo de 150 días, las aguas habían menguado,
4 y en el mes septimo, el día diecisiete del mes,
varó el arca sobre los montes de Ararat.
5 Las aguas siguieron menguando paulatinamente hasta
el mes decimo, y el día primero del decimo mes asomaron las cumbres de
los montes.
6 Al cabo de cuarenta días, abrió Noe la ventana que
había hecho en el arca,
7 y soltó al cuervo, el cual estuvo saliendo y
retornando hasta que se secaron las aguas sobre la tierra.
8 Despues soltó a la paloma, para ver si habían
menguado ya las aguas de la superficie terrestre.
9 La paloma, no hallando donde posar el pie, tornó
donde el, al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la
tierra; y alargando el su mano, la asió y metióla consigo en el arca.
10 Aún esperó otros siete días y volvió a soltar la
paloma fuera del arca.
11 La paloma vino al atardecer, y he aquí que traía
en el pico un ramo verde de olivo, por donde conoció Noe que habían
disminuido las aguas de encima de la tierra.
12 Aún esperó otros siete días y soltó la paloma, que
ya no volvió donde el.
13 El año 601 de la vida de Noe, el día primero del
primer mes, se secaron las aguas de encima de la tierra. Noe retiró la
cubierta del arca, miró y he aquí que estaba seca la superficie del
suelo.
14 En el segundo mes, el día veintisiete del mes,
quedó seca la tierra.
15 Habló entonces Dios a Noe en estos terminos:
16 «Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y
las mujeres de tus hijos.
17 Saca contigo todos los animales de toda especie
que te acompañan, aves, ganados y todas las sierpes que reptan
sobre la tierra. Que pululen sobre la tierra y sean fecundos y se
multipliquen sobre la tierra.»
18 Salió, pues, Noe, y con el sus hijos, su mujer y
las mujeres de sus hijos.
19 Todos los animales, todos los ganados, todas las
aves y todas las sierpes que reptan sobre la tierra salieron por
familias del arca.
20 Noe construyó un altar a Yahveh, y tomando de
todos las animales puros y de todas las aves puras, ofreció holocaustos
en el altar.
21 Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su
corazón: «Nunca más volvere al maldecir el suelo por causa del
hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez,
ni volvere a herir a todo ser viviente como lo he hecho.
22 «Mientras dure la tierra, sementera y siega, frío
y calor, verano e invierno, día y noche, no cesarán.»
INICIO
Genesis 9
1 Dios bendijo a Noe y a sus hijos, y les dijo: «Sed
fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
2 Infundireis temor y miedo a todos los animales de
la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el
suelo, y a todos los peces del mar; quedan a vuestra disposición.
3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de
alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde.
4 Sólo dejareis de comer la carne con su alma, es
decir, con su sangre,
5 y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la
reclamare a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamare el
alma humana.
6 Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre
será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.
7 Vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos;
pululad en la tierra y dominad en ella.»
8 Dijo Dios a Noe y a sus hijos con el:
9 «He aquí que yo establezco mi alianza con vosotros,
y con vuestra futura descendencia,
10 y con toda alma viviente que os acompaña: las
aves, los ganados y todas las alimañas que hay con vosotros, con todo
lo que ha salido del arca, todos los animales de la tierra.
11 Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá
nunca más a ser aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni
habrá más diluvio para destruir la tierra.»
12 Dijo Dios: «Esta es la señal de la alianza que
para las generaciones perpetuas pongo entre yo y vosotros y toda alma
viviente que os acompaña:
13 Pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de
la alianza entre yo y la tierra.
14 Cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se
verá el arco en las nubes,
15 y me acordare de la alianza que media entre yo y
vosotros y toda alma viviente, toda carne, y no habrá más aguas
diluviales para exterminar toda carne.
16 Pues en cuanto este el arco en las nubes, yo lo
vere para recordar la alianza perpetua entre Dios y toda alma viviente,
toda carne que existe sobre la tierra.»
17 Y dijo Dios a Noe: «Esta es la señal de la alianza
que he establecido entre yo y toda carne que existe sobre la tierra.»
18 Los hijos de Noe que salieron del arca eran Sem,
Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán.
19 Estos tres fueron los hijos de Noe, y a partir de
ellos se pobló toda la tierra.
20 Noe se dedicó a la labranza y plantó una viña.
21 Bebió del vino, se embriagó, y quedó desnudo en
medio de su tienda.
22 Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre,
y avisó a sus dos hermanos
23 Entonces Sem y Jafet tomaron el manto, se lo
echaron al hombro los dos, y andando hacia atrás, vueltas las caras,
cubrieron la desnudez de su padre sin verla.
24 Cuando despertó Noe de su embriaguez y supo lo que
había hecho con el su hijo menor,
25 dijo: «¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea
para sus hermanos!»
26 Y dijo: «¡Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y
sea Canaán esclavo suyo!
27 ¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas
de Sem, y sea Canaán esclavo suyo!»
28 Vivió Noe despues del diluvio 350 años.
29 El total de los días de Noe fue de 950 años, y
murió.
INICIO
Genesis 10
1 Esta es la descendencia de los hijos de Noe, Sem,
Cam y Jafet, a quienes les nacieron hijos despues del diluvio:
2 Hijos de Jafet: Gomer, Magog, los medos, Yaván,
Túbal, Mesek y Tirás.
3 Hijos de Gomer: Askanaz, Rifat, Togarmá.
4 Hijos de Yaván: Elisá, Tarsis, los Kittim y los
Dodanim.
5 A partir de estos se poblaron las islas de las
gentes. Estos fueron los hijos de Jafet por sus territorios y lenguas,
por sus linajes y naciones respectivas.
6 Hijos de Cam: Kus, Misráyim, Put y Canaán.
7 Hijos de Kus: Seba, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabteká.
Hijos de Ramá: Seba y Dedán.
8 Kus engendró a Nemrod, que fue el primero que se
hizo prepotente en la tierra.
9 Fue un bravo cazador delante de Yahveh, por lo cual
se suele decir: «Bravo cazador delante de Yahveh, como Nemrod.»
10 Los comienzos de su reino fueron Babel, Erek y
Acad, ciudades todas ellas en tierra de Senaar.
11 De aquella tierra procedía Asur, que edificó
Nínive, Rejobot Ir, Kálaj
12 y Resen, entre Nínive y Kálaj (aquella es la Gran
Ciudad).
13 Misráyim engendró a los luditas, anamitas,
lehabitas y naftujitas,
14 a los de Patrós, de Kasluj y de Kaftor, de donde
salieron los filisteos.
15 Canaán engendró a Sidón, su primogenito, y a Het,
16 al jebuseo, al amorreo, al guirgasita,
17 al jivita, al arqueo, al sineo,
18 al arvadeo, al semareo y al jamateo. Más tarde se
propagaron las estirpes cananeas.
19 La frontera de los cananeos iba desde Sidón, en
dirección de Guerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra,
Admá y Seboyim, hasta Lesa.
20 Estos fueron los hijos de Cam, según sus linajes y
lenguas, por sus territorios y naciones respectivas.
21 Tambien le nacieron hijos a Sem, padre de todos
los hijos de Heber y hermano mayor de Jafet.
22 Hijos de Sem: Elam, Asur, Aparksad, Lud y Aram.
23 Hijos de Aram: Us, Jul, Gueter y Mas.
24 Arpaksad engendró a Selaj y Selaj engendró a Heber.
25 A Heber le nacieron dos hijos: el nombre de uno
fue Peleg, porque en sus días fue divida la tierra. Su hermano se
llamaba Yoqtán.
26 Yoqtán engendró a Almodad, a Selef, a Jasarmávet,
a Yeraj,
27 a Hadoram, a Uzal, a Diclá,
28 a Obal, a Abimael, a Sebá,
29 a Ofir, a Javilá y a Yobab. Todos fueron hijos de
Yoqtán.
30 Su asiento se extendió desde Mesá, en dirección a
Sefar, al monte del oriente.
31 Estos fueron los hijos de Sem, según sus linajes y
lenguas, por sus territorios y naciones respectivas.
32 Hasta aquí los linajes de los hijos de Noe, según
su origen y sus naciones. Y a partir de ellos se dispersaron los
pueblos por la tierra despues del diluvio.
INICIO
Genesis 11
1 Todo el mundo era de un mismo lenguaje e identicas
palabras.
2 Al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron
una vega en el país de Senaar y allí se establecieron.
3 Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a
fabricar ladrillos y a cocerlos al fuego.» Así el ladrillo les servía
de piedra y el betún de argamasa.
4 Despues dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una
ciudad y una torre con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos,
por si nos desperdigamos por toda la haz de la tierra.»
5 Bajó Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían
edificado los humanos,
6 y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo
pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora
nada de cuanto se propongan les será imposible.
7 Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su
lenguaje, de modo que no entienda cada cual el de su prójimo.»
8 Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda
la haz de la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
9 Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló
Yahveh el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh
por toda la haz de la tierra.
10 Estos son los descendientes de Sem: Sem tenía cien
años cuando engendró a Arpaksad, dos años despues del diluvio.
11 Vivió Sem, despues de engendrar a Arpaksad,
quinientos años, y engendró hijos e hijas.
12 Arpaksad era de 35 años de edad cuando engendró a
Selaj.
13 Y vivió Arpaksad, despues de engendrar a Selaj,
403 años, y engendró hijos e hijas.
14 Era Selaj de treinta años cuando engendró a Heber.
15 Y vivió Selaj, despues de engendrar a Heber, 403
años, y engendró hijos e hijas.
16 Era Heber de 34 años cuando engendró a Peleg.
17 Y vivió Heber despues de engendrar a Peleg 430
años, y engendró hijos e hijas.
18 Era Peleg de treinta años cuando engendró a Reú.
19 Y vivió Peleg, despues de engendrar a Reú, 209
años, y engendró hijos e hijas.
20 Era Reú de 32 años cuando engendró a Serug.
21 Y vivió Reú despues de engendrar a Serug, 207
años, y engendró hijos e hijas.
22 Era Serug de treinta años cuando engendró a Najor.
23 Y vivió Serug, despues de engendrar a Najor,
doscientos años, y engendró hijos e hijas.
24 Era Najor de veintinueve años cuando engendró a
Teraj.
25 Y vivió Najor, despues de engendrar a Teraj, 119
años, y engendró hijos e hijas.
26 Era Teraj de setenta años cuando engendró a Abram,
a Najor y a Harán.
27 Estos, son los descendientes de Teraj: Teraj
engendró a Abram, a Najor y a Harán. Harán engendró a Lot.
28 Harán murió en vida de su padre Teraj, en su país
natal, Ur de los caldeos.
29 Abram y Najor se casaron. La mujer de Abram se
llamaba Saray, y la mujer de Najor, Milká, hija de Harán, el padre de
Milká y de Jiská.
30 Saray era esteril, sin hijos.
31 Teraj tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot, el
hijo de Harán, y a su nuera Saray, la mujer de su hijo Abram, y
salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse a Canaán. Llegados
a Jarán, se establecieron allí.
32 Fueron los días de Teraj 205 años, y murió en
Jarán.
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Genesis 12
1 Yahveh dijo a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu
patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostrare.
2 De ti hare una nación grande y te bendecire.
Engrandecere tu nombre; y se tú una bendición.
3 Bendecire a quienes te bendigan y maldecire a
quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la
tierra.»
4 Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh,
y con el marchó Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán.
5 Tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su
hermano, con toda la hacienda que habían logrado, y el personal que
habían adquirido en Jarán, y salieron para dirigirse a Canaán. Llegaron
a Canaán,
6 y Abram atravesó el país hasta el lugar sagrado de
Siquem, hasta la encina de More. Por entonces estaban los cananeos en
el país.
7 Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu
descendencia he de dar esta tierra.» Entonces el edificó allí un altar
a Yahveh que se le había aparecido.
8 De allí pasó a la montaña, al oriente de Betel, y
desplegó su tienda, entre Betel al occidente y Ay al oriente. Allí
edificó un altar a Yahveh e invocó su nombre.
9 Luego Abram fue desplazándose por acampadas hacia
el Negueb.
10 Hubo hambre en el país, y Abram bajó a Egipto a
pasar allí una temporada, pues el hambre abrumaba al país.
11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su
mujer Saray: «Mira, yo se que eres mujer hermosa.
12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: “Es su
mujer”, y me matarán a mí, y a ti te dejarán viva.
13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que
me vaya bien por causa tuya, y viva yo en gracia a ti.»
14 Efectivamente cuando Abram entró en Egipto, vieron
los egipcios que la mujer era muy hermosa.
15 Vieronla los oficiales de Faraón, los cuales se la
ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio de Faraón.
16 Este trató bien por causa de ella a Abram, que
tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
17 Pero Yahveh hirió a Faraón y a su casa con grandes
plagas por lo de Saray, la mujer de Abram.
18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Que es
lo que has hecho conmigo? ¿Por que no me avisaste de que era tu mujer?
19 ¿Por que dijiste: “Es mi hermana”, de manera que
yo la tome por mujer? Ahora, pues, he ahí a tu mujer: toma y vete.»
20 Y Faraón ordenó a unos cuantos hombres que le
despidieran a el, a su mujer y todo lo suyo.
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Genesis 13
1 De Egipto subió Abram al Negueb, junto con su mujer
y todo lo suyo, y acompañado de Lot.
2 Abram era muy rico en ganado, plata y oro.
3 Caminando de acampada en acampada se dirigió desde
el Negueb hasta Betel, hasta el lugar donde estuvo su tienda entre
Betel y Ay,
4 el lugar donde había invocado Abram el nombre de
Yahveh.
5 Tambien Lot, que iba con Abram, tenía ovejas,
vacadas y tiendas.
6 Ya la tierra no les permitía vivir juntos, porque
su hacienda se había multiplicado, de modo que no podían vivir juntos.
7 Hubo riña entre los pastores del ganado de Abram y
los del ganado de Lot. (Además los cananeos y los perizitas habitaban
por entonces en el país.)
8 Dijo, pues, Abram a Lot: «Ea, no haya disputas
entre nosotros ni entre mis pastores y tus pastores, pues somos
hermanos.
9 ¿No tienes todo el país por delante? Pues bien,
apártate de mi lado. Si tomas por la izquierda, yo ire por la derecha;
y si tú por la derecha, yo por la izquierda.»
10 Lot levantó los ojos y vio toda la vega del
Jordán, toda ella de regadío - eran antes de destruir Yahveh a Sodoma y
Gomorra - como el jardín de Yahveh, como Egipto, hasta llegar a Soar.
11 Eligió, pues, Lot para sí toda la vega del Jordán,
y se trasladó al oriente; así se apartaron el uno del otro.
12 Abram se estableció en Canaán y Lot en las
ciudades de la vega, donde plantó sus tiendas hasta Sodoma.
13 Los habitantes de Sodoma eran muy malos y
pecadores contra Yahveh.
14 Dijo Yahveh a Abram, despues que Lot se separó de
el: «Alza tus ojos y mira desde el lugar en donde estás hacia el norte,
el mediodía, el oriente y el poniente.
15 Pues bien, toda la tierra que ves te la dare a ti
ya tu descendencia por siempre.
16 Hare tu descendencia como el polvo de la tierra:
tal que si alguien puede contar el polvo de la tierra, tambien podrá
contar tu descendencia.
17 Levántate, recorre el país a lo largo y a lo
ancho, porque a ti te lo he de dar.»
18 Y Abram vino a establecerse con sus tiendas junto
a la encina de Mambre, que está en Hebrón, y edificó allí un altar a
Yahveh.
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Genesis 14
1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Senaar, de
Aryok, rey de Ellasar, de Kedorlaomer, rey de Elam, y de Tidal, rey de
Goyim,
2 que estos hicieron guerra a Berá, rey de Sodoma, a
Birsá, rey de Gomorra, a Sinab, rey de Admá, a Semeber, rey de Seboyim,
al rey de Belá (o sea, Soar).
3 Estos últimos se coligaron en el valle de Siddim
(esto es, el mar de la Sal).
4 Doce años habían servido a Kedorlaomer, pero el año
trece se rebelaron.
5 Vinieron, pues, en el año catorce Kedorlaomer y los
reyes que estaban por el, y derrotaron a los refaítas en Asterot
Carnáyim, a los zuzíes en Ham, a los emíes en la llanura de Quiryatáyim,
6 y a los joritas en las montañas de Seír hasta El
Parán, que está frente al desierto.
7 De vuelta, llegaron a En Mispat (o sea, Cades), y
batieron todo el territorio de los amalecitas, y tambien a los amorreos
que habitaban en Jasesón Tamar.
8 Salieron entonces el rey de Sodoma, el rey de
Gomorra, el rey de Admá , el rey de Seboyim y el rey de Belá (esto es,
de Soar) y en el valle de Siddim les presentaron batalla:
9 a Kedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goyim,
a Amrafel, rey de Senaar, y a Aryok, rey de Ellasar: cuatro reyes
contra cinco.
10 El valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún,
y como huyesen los reyes de Sodoma y Gomorra, cayeron allí. Los demás
huyeron a la montaña.
11 Los vencedores tomaron toda la hacienda de Sodoma
y Gomorra con todos sus víveres y se fueron.
12 Apresaron tambien a Lot, el sobrino de Abram, y su
hacienda, pues el habitaba en Sodoma, y se fueron.
13 Un evadido vino a avisar a Abram el hebreo, que
habitaba junto a la encina de Mambre el amorreo, hermano de Eskol y de
Aner, aliados a su vez de Abram.
14 Al oír Abram que su hermano había sido hecho
cautivo, movilizó la tropa de gente nacida en su casa, en número de
318, y persiguió a aquellos hasta Dan.
15 Y cayendo el y sus siervos sobre ellos por la
noche, los derrotó, y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de
Damasco;
16 recuperó toda la hacienda, y tambien a su hermano
Lot con su hacienda así como a las mujeres y a la gente.
17 A su regreso despues de batir a Kedorlaomer y a
los reyes que con el estaban, le salió al encuentro el rey de Sodoma en
el valle de Save (o sea, el valle del Rey).
18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y
vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo,
19 y le bendijo diciendo: «¡Bendito sea Abram del
Dios Altísimo, creador de cielos y tierra,
20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus
enemigos en tus manos!» Y diole Abram el diezmo de todo.
21 Dijo luego el rey de Sodoma a Abram: «Dame las
personas, y quedate con la hacienda.»
22 Pero Abram dijo al rey de Sodoma: «Alzo mi mano
ante el Dios Altísimo, creador de cielos y tierra:
23 ni un hilo, ni la correa de un zapato, ni nada de
lo tuyo tomare, y así no dirás: “Yo he enriquecido a Abram.”
24 Nada en absoluto, salvo lo que han comido los
mozos y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Eskol y
Mambre. Ellos que tomen su parte.»
INICIO
Genesis 15
1 Despues de estos sucesos fue dirigida la palabra de
Yahveh a Abram en visión, en estos terminos: «No temas, Abram. Yo soy
para ti un escudo. Tu premio será muy grande.»
2 Dijo Abram: «Mi Señor, Yahveh, ¿que me vas a dar,
si me voy sin hijos...?.»
3 Dijo Abram: «He aquí que no me has dado
descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar.»
4 Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: «No
te heredará ese, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.»
5 Y sacándole afuera, le dijo: «Mira al cielo, y
cuenta las estrellas, si puedes contarlas.» Y le dijo: «Así será tu
descendencia.»
6 Y creyó el en Yahveh, el cual se lo reputó por
justicia.
7 Y le dijo: «Yo soy Yahveh que te saque de Ur de los
caldeos, para darte esta tierra en propiedad.»
8 El dijo: «Mi Señor, Yahveh, ¿en que conocere que ha
de ser mía?»
9 Díjole: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra
de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»
10 Tomó el todas estas cosas, y partiendolas por
medio, puso cada mitad enfrente de la otra. Los pájaros no los partió.
11 Las aves rapaces bajaron sobre los cadáveres, pero
Abram las espantó.
12 Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó
sobre Abram un sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto.
13 Yahveh dijo a Abram: «Has de saber que tus
descendientes serán forasteros en tierra extraña. Los esclavizarán y
oprimirán durante cuatrocientos años.
14 Pero yo a mi vez juzgare a la nación a quien
sirvan; y luego saldrán con gran hacienda.
15 Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás
sepultado en buena ancianidad.
16 Y a la cuarta generación volverán ellos acá;
porque hasta entonces no se habrá colmado la maldad de los amorreos.»
17 Y, puesto ya el sol, surgió en medio de densas
tinieblas un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre
aquellos animales partidos.
18 Aquel día firmó Yahveh una alianza con Abram,
diciendo: «A tu descendencia he dado esta tierra, desde el rió de
Egipto hasta el Río Grande, el río Eufrates:
19 los quenitas, quenizitas, cadmonitas,
20 hititas, perizitas, refaítas,
21 amorreos, cananeos, guirgasitas y jebuseos.»
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Genesis 16
1 Saray, mujer de Abram, no le daba hijos. Pero tenía
una esclava egipcia, que se llamaba Agar,
2 y dijo Saray a Abram: «Mira, Yahveh me ha hecho
esteril. Llegate, pues, te ruego, a mi esclava. Quizá podre tener hijos
de ella.» Y escuchó Abram la voz de Saray.
3 Así, al cabo de diez años de habitar Abram en
Canaán, tomó Saray, la mujer de Abram, a su esclava Agar la egipcia, y
diósela por mujer a su marido Abram.
4 Llegóse, pues, el a Agar, la cual concibió. Pero
luego, al verse ella encinta, miraba a su señora con desprecio.
5 Dijo entonces Saray a Abram: «Mi agravio recaiga
sobre ti. Yo puse mi esclava en tu seno, pero al verse ella encinta me
mira con desprecio. Juzgue Yahveh entre nosotros dos.»
6 Respondió Abram a Saray: «Ahí tienes a tu esclava
en tus manos. Haz con ella como mejor te parezca.» Saray dio en
maltratarla y ella huyó de su presencia.
7 La encontró el Ángel de Yahveh junto a una fuente
de agua en el desierto - la fuente que hay en el camino de Sur -
8 y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y
a dónde vas?» Contestó ella: «Voy huyendo de la presencia de mi señora
Saray.»
9 «Vuelve a tu señora, le dijo el Ángel de Yahveh, y
sometete a ella.»
10 Y dijo el Ángel de Yahveh: «Multiplicare de tal
modo tu descendencia, que por su gran multitud no podrá contarse.»
11 Y díjole el Ángel de Yahveh: Mira que has
concebido, y darás a luz un hijo, al que llamarás Ismael, porque Yahveh
ha oído tu aflicción.
12 Será un onagro humano. Su mano contra todos, y la
mano de todos contra el; y enfrente de todos sus hermanos plantará su
tienda.»
13 Dio Agar a Yahveh, que le había hablado, el nombre
de «Tú eres El Roí», pues dijo: «¿Si será que he llegado a ver aquí las
espaldas de aquel que me ve?»
14 Por eso se llamó aquel pozo «Pozo de Lajay Roí».
Está entre Cades y Bered.
15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó al
hijo que Agar le había dado Ismael.
16 Tenía Abram 86 años cuando Agar le dio su hijo
Ismael.
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Genesis 17
1 Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció Yahveh y
le dijo: «Yo soy El Sadday, anda en mi presencia y se perfecto.
2 Yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te
multiplicare sobremanera.»
3 Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así:
4 «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás
padre de una muchedumbre de pueblos.
5 No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será
Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido.
6 Te hare fecundo sobremanera, te convertire en
pueblos, y reyes saldrán de ti.
7 Y establecere mi alianza entre nosotros dos, y con
tu descendencia despues de ti, de generación en generación: una alianza
eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad.
8 Yo te dare a ti y a tu posteridad la tierra en que
andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y
yo sere el Dios de los tuyos.»
9 Dijo Dios a Abraham: «Guarda, pues, mi alianza, tú
y tu posteridad, de generación en generación.
10 Esta es mi alianza que habeis de guardar entre yo
y vosotros - tambien tu posteridad -: Todos vuestros varones
serán circuncidados.
11 Os circuncidareis la carne del prepucio, y eso
será la señal de la alianza entre yo y vosotros.
12 A los ocho días será circuncidado entre vosotros
todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como
el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza.
13 Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el
comprado con tu dinero, de modo que mi alianza este en vuestra
carne como alianza eterna.
14 El incircunciso, el varón a quien no se le
circuncide la carne de su prepucio, ese tal será borrado de entre los
suyos por haber violado mi alianza.
15 Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la
llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara.
16 Yo la bendecire, y de ella tambien te dare un
hijo. La bendecire, y se convertirá en naciones; reyes de pueblos
procederán de ella.»
17 Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír,
diciendo en su interior: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un
hijo?, ¿y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz?»
18 Y dijo Abraham a Dios: «¡Si al menos Ismael
viviera en tu presencia!»
19 Respondió Dios: «Sí, pero Sara tu mujer te dará a
luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac. Yo establecere mi alianza
con el, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad.
20 En cuanto a Ismael, tambien te he escuchado: «He
aquí que le bendigo, le hago fecundo y le hare crecer sobremanera. Doce
príncipes engendrará, y hare de el un gran pueblo.
21 Pero mi alianza la establecere con Isaac, el que
Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo.»
22 Y despues de hablar con el, subió Dios dejando a
Abraham.
23 Tomó entonces Abraham a su hijo Ismael, a todos
los nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero - a todos
los varones de la casa de Abraham - y aquel mismo día les circuncidó la
carne del prepucio, como Dios le había mandado.
24 Tenía Abraham 99 años cuando circuncidó la carne
de su prepucio.
25 Ismael, su hijo, era de trece años cuando se le
circuncidó la carne de su prepucio.
26 El mismo día fueron circuncidados Abraham y su
hijo Ismael.
27 Y todos los varones de su casa, los nacidos en su
casa, y los comprados a extraños por dinero, fueron circuncidados
juntamente con el.
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Genesis 18
1 Apareciósele Yahveh en la encina de Mambre estando
el sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día.
2 Levantó los ojos y he aquí que había tres
individuos parados a sur vera. Como los vio acudió desde la puerta de
la tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
3 y dijo: «Señor mío, si te he caído en gracia, ea,
no pases de largo cerca de tu servidor.
4 Ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y
recostaos bajo este árbol,
5 que yo ire a traer un bocado de pan, y repondreis
fuerzas. Luego pasareis adelante, que para eso habeis acertado a pasar
a la vera de este servidor vuestro.» Dijeron ellos: «Hazlo como has
dicho.»
6 Abraham se dirigió presuroso a la tienda, a donde
Sara, y le dijo: «Apresta tres arrobas de harina de semola, amasa y haz
unas tortas.»
7 Abraham, por su parte, acudió a la vacada y apartó
un becerro tierno y hermoso, y se lo entregó al mozo, el cual se
apresuró a aderezarlo.
8 Luego tomó cuajada y leche, junto con el becerro
que había aderezado, y se lo presentó, manteniendose en pie delante de
ellos bajo el árbol. Así que hubieron comido
9 dijeronle: «¿Dónde está tu mujer Sara?» - «Ahí, en
la tienda», contestó.
10 Dijo entonces aquel: «Volvere sin falta a ti
pasado el tiempo de un embarazo, y para entonces tu mujer Sara tendrá
un hijo.» Sara lo estaba oyendo a la entrada de la tienda, a sus
espaldas.
11 Abraham y Sara eran viejos, entrados en años, y a
Sara se le había retirado la regla de las mujeres.
12 Así que Sara rió para sus adentros y dijo: «Ahora
que estoy pasada, ¿sentire el placer, y además con mi marido viejo?».
13 Dijo Yahveh a Abraham. «¿Cómo así se ha reído
Sara, diciendo: “¡Seguro que voy a parir ahora de vieja!”?
14 ¿Es que hay nada milagroso para Yahveh? En el
plazo fijado volvere, al termino de un embarazo, y Sara tendrá un hijo.»
15 Sara negó: «No me he reído», y es que tuvo miedo.
Pero aquel dijo: «No digas eso, que sí te has reído.»
16 Levantáronse de allí aquellos hombres y tomaron
hacia Sodoma, y Abraham les acompañaba de despedida.
17 Dijo entonces Yahveh: «¿Por ventura voy a
ocultarle a Abraham lo que hago,
18 siendo así que Abraham ha de ser un pueblo grande
y poderoso, y se bendecirán por el los pueblos todos de la tierra?
19 Porque yo le conozco y se que mandará a sus hijos
y a su descendencia que guarden el camino de Yahveh, practicando la
justicia y el derecho, de modo que pueda concederle Yahveh a Abraham lo
que le tiene apalabrado.»
20 Dijo, pues, Yahveh: «El clamor de Sodoma y de
Gomorra es grande; y su pecado gravísimo.
21 Ea, voy a bajar personalmente, a ver si lo que han
hecho responde en todo al clamor que ha llegado hasta mí, y si
no, he de saberlo.»
22 Y marcharon desde allí aquellos individuos camino
de Sodoma, en tanto que Abraham permanecía parado delante de Yahveh.
23 Abordóle Abraham y dijo: «¿Así que vas a borrar al
justo con el malvado?
24 Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Es
que vas a borrarlos, y no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta
justos que hubiere dentro?
25 Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo
con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes.
El juez de toda la tierra ¿va a fallar una injusticia?»
26 Dijo Yahveh: «Si encuentro en Sodoma a cincuenta
justos en la ciudad perdonare a todo el lugar por amor de aquellos.
27 Replicó Abraham: «¡Mira que soy atrevido de
interpelar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza!
28 Supón que los cincuenta justos fallen por cinco.
¿Destruirías por los cinco a toda la ciudad?» Dijo: «No la destruire,
si encuentro allí a 45.»
29 Insistió todavía: «Supón que se encuentran allí
cuarenta.» Respondió: «Tampoco lo haría, en atención de esos cuarenta.»
30 Insistió: «No se enfade mi Señor si le digo: “Tal
vez se encuentren allí treinta”.» Respondió: «No lo hare si encuentro
allí a esos treinta.»
31 Díjole. «¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a
mi Señor! ¿Y si se hallaren allí veinte?»
32 Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de
los veinte.» Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo
hablare esta vez: “¿Y si se encuentran allí diez?”» Dijo: «Tampoco
haría destrucción, en gracia de los diez.»
33 Partió Yahveh así que hubo acabado de conversar
con Abraham, y este se volvió a su lugar.
INICIO
Genesis 19
1 Los dos ángeles llegaron a Sodoma por la tarde. Lot
estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó a su
encuentro y postrándose rostro en tierra,
2 dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la
casa de este servidor vuestro. Haceis noche, os laváis los pies, y de
madrugada seguireis vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche
en la plaza.»
3 Pero tanto porfió con ellos, que al fin se
hospedaron en su casa. El les preparó una comida cociendo unos
panes cenceños y comieron.
4 No bien se habían acostado, cuando los hombres de
la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el
viejo, todo el pueblo sin excepción.
5 Llamaron a voces a Lot y le dijeron: «¿Dónde están
los hombres que han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que
abusemos de ellos.»
6 Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta
detrás de sí,
7 y dijo: «Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad.
8 Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido
varón. Os las sacare y haced con ellas como bien os parezca; pero a
estos hombres no les hagáis nada, que para eso han venido al amparo de
mi techo.»
9 Mas ellos respondieron: «¡Quita allá! Uno que ha
venido a avencindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti
peor que a ellos.» Y forcejearon con el, con Lot, de tal modo que
estaban a punto de romper la puerta.
10 Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de
Lot hacia sí, adentro de la casa, cerraron la puerta,
11 y a los hombres que estaban a la entrada de la
casa les dejaron deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se
vieron para encontrar la entrada.
12 Los hombres dijeron a Lot: «¿A quien más tienes
aquí? Saca de este lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengas
en la ciudad,
13 porque vamos a destruir este lugar, que es grande
el clamor de ellos en la presencia de Yahveh, y Yahveh nos ha enviado a
destruirlos.»
14 Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos
de sus hijas: «Levantaos, dijo, salid de este lugar, porque Yahveh va a
destruir la ciudad.» Pero sus yernos le tomaron a broma.
15 Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot
diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se
encuentran aquí, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»
16 Y como el remoloneaba, los hombres le asieron de
la mano lo mismo que a su mujer y a sus dos hijas por compasión
de Yahveh hacia el, y sacándole le dejaron fuera de la ciudad.
17 Mientras los sacaban afuera, dijo uno: «¡Escápate,
por vida tuya! No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al
monte, no vayas a ser barrido.»
18 Lot les dijo: «No, por favor, Señor mío.
19 Ya que este servidor tuyo te ha caído en gracia, y
me has hecho el gran favor de dejarme con vida, mira que no puedo
escaparme al monte sin riesgo de que me alcance el daño y la muerte.
20 Ahí cerquita está esa ciudad a donde huir. Es una
pequeñez. ¡Ea, voy a escaparme allá - ¿verdad que es una pequeñez? - y
quedare con vida!»
21 Díjole: «Bien, te concedo tambien eso de no
arrasar la ciudad que has dicho.
22 Listo, escápate allá, porque no puedo hacer nada
hasta que no entres allí.» Por eso se llamó aquella ciudad Soar.
23 El sol asomaba sobre el horizonte cuando Lot
entraba en Soar.
24 Entonces Yahveh hizo llover sobre Sodoma y Gomorra
azufre y fuego de parte de Yahveh.
25 Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con
todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.
26 Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal.
27 Levantóse Abraham de madrugada y fue al lugar
donde había estado en presencia de Yahveh.
28 Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra
y de toda la región de la redonda, miró, y he aquí que subía una
humareda de la tierra cual la de una fogata.
29 Así pues, cuando Dios destruyó las ciudades de la
redonda, se acordó de Abraham y puso a Lot a salvo de la catástrofe,
cuando arrasó las ciudades en que Lot habitaba.
30 Subió Lot desde Soar y se quedó a vivir en el
monte con sus dos hijas, temeroso de vivir en Soar. El y sus dos hijas
se instalaron en una cueva.
31 La mayor dijo a la pequeña: «Nuestro padre es
viejo y no hay ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se
hace en todo el mundo.
32 Ven, vamos a propinarle vino a nuestro padre, nos
acostaremos con el y así engendraremos descendencia.»
33 En efecto, propinaron vino a su padre aquella
misma noche, y entró la mayor y se acostó con su padre, sin que el se
enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó.
34 Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña:
«Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino
tambien esta noche, y entras tú a acostarte con el, y así engendraremos
de nuestro padre descendencia.»
35 Propinaron, pues, tambien aquella noche vino a su
padre, y levantándose la pequeña se acostó con el, sin que el se
enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó.
36 Las dos hijas de Lot quedaron encinta de su padre.
37 La mayor dio a luz un hijo, y le llamó Moab: es el
padre de los actuales moabitas.
38 La pequeña tambien dio a luz un hijo, y le llamó
Ben Ammí: es el padre de los actuales ammonitas.
INICIO
Genesis 20
1 Trasladóse de allí Abraham al país del Negueb, y se
estableció entre Cades y Sur. Habiendose avecindado en Guerar,
2 decía Abraham de su mujer Sara: «Es mi hermana.»
Entonces el rey de Guerar, Abimelek, envió por Sara y la tomó.
3 Pero vino Dios a Abimelek en un sueño nocturno y le
dijo: «Date muerto por esa mujer que has tomado, y que está casada.»
4 Abimelek, que no se había acercado a ella, dijo:
«Señor, ¿es que asesinas a la gente aunque sea honrada?
5 ¿No me dijo el a mí: “Es mi hermana”, y ella misma
dijo: “Es mi hermano?” Con corazón íntegro y con manos limpias he
procedido.»
6 Y le dijo Dios en el sueño: «Ya se yo tambien que
con corazón íntegro has procedido, como que yo mismo te he estorbado de
faltar contra mí. Por eso no te he dejado tocarla.
7 Pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque
es un profeta; el rogará por ti para que vivas. Pero si no la
devuelves, sábete que morirás sin remedio, tú y todos los tuyos.»
8 Levantóse Abimelek de mañana, llamó a todos sus
siervos y les refirió todas estas cosas; los hombres se asustaron mucho.
9 Luego llamó Abimelek a Abraham, y le dijo: «¿ Que
has hecho con nosotros, o en que te he faltado, para que trajeras sobre
mí y mi reino una falta tan grande? Lo que no se hace has hecho
conmigo.»
10 Y dijo Abimelek a Abraham: «¿Que te ha movido a
hacer esto?»
11 Dijo Abraham: «Es que me dije: “Seguramente no hay
temor de Dios en este lugar, y van a asesinarme por mi mujer.”
12 Pero es que, además, es cierto que es hermana mía,
hija de mi padre aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer.
13 Y desde que Dios me hizo vagar lejos de mi
familia, le dije a ella: Vas a hacerme este favor: a dondequiera que
lleguemos, dices de mí: Es mi hermano.»
14 Tomó Abimelek ovejas y vacas, siervos y esclavas,
se los dio a Abraham, y le devolvió su mujer Sara.
15 Y dijo Abimelek: «Ahí tienes mi país por delante:
quedate donde se te antoje.»
16 A Sara le dijo: «Mira, he dado a tu hermano mil
monedas de plata, que serán para ti y para los que están contigo como
venda en los ojos, y de todo esto serás justificada.»
17 Abraham rogó a Dios, y Dios curó a Abimelek, a su
mujer, y a sus concubinas, que tuvieron hijos;
18 pues Yahveh había cerrado absolutamente toda
matriz de casa de Abimelek, por lo de Sara, la mujer de Abraham.
INICIO
Genesis 21
1 Yahveh visitó a Sara como lo había dicho, e hizo
Yahveh por Sara lo que había prometido.
2 Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez,
en el plazo predicho por Dios.
3 Abraham puso al hijo que le había nacido y que le
trajo Sara el nombre de Isaac.
4 Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días,
como se lo había mandado Dios.
5 Abraham era de cien años cuando le nació su hijo
Isaac.
6 Y dijo Sara: «Dios me ha dado de que reír; todo el
que lo oiga se reirá conmigo.»
7 Y añadió: «¿Quien le habría dicho a Abraham que
Sara amamantaría hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez.»
8 Creció el niño y fue destetado, y Abraham hizo un
gran banquete el día que destetaron a Isaac.
9 Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a
Abraham jugando con su hijo Isaac,
10 dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo,
pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con
Isaac.»
11 Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su
hijo,
12 pero Dios dijo a Abraham: «No lo sientas ni por el
chico ni por tu criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues
aunque por Isaac llevará tu nombre una descendencia,
13 tambien del hijo de la criada hare una gran
nación, por ser descendiente tuyo.»
14 Levantóse, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un
odre de agua, y se lo dio a Agar, le puso al hombro el niño y la
despidió. Ella se fue y anduvo por el desierto de Berseba.
15 Como llegase a faltar el agua del odre, echó al
niño bajo una mata,
16 y ella misma fue a sentarse enfrente, a distancia
como de un tiro de arco, pues decía: «No quiero ver morir al niño.»
Sentada, pues, enfrente, se puso a llorar a gritos.
17 Oyó Dios la voz del chico, y el Ángel de Dios
llamó a Agar desde los cielos y le dijo: «¿Que te pasa, Agar? No temas,
porque Dios ha oído la voz del chico en donde está.
18 ¡Arriba!, levanta al chico y tenle de la mano,
porque he de convertirle en una gran nación.»
19 Entonces abrió Dios los ojos de ella, y vio un
pozo de agua. Fue, llenó el odre de agua y dio de beber al chico.
20 Dios asistió al chico, que se hizo mayor y vivía
en el desierto, y llegó a ser gran arquero.
21 Vivía en el desierto de Parán, y su madre tomó
para el una mujer del país de Egipto.
22 Sucedió por aquel tiempo que Abimelek, junto con
Pikol, capitán de su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo
lo que haces.
23 Ahora, pues, júrame por Dios aquí mismo sin
mentir, y tanto a mí como a mis hijos y a mis nietos, que la misma
benevolencia que he tenido para contigo, la tendrás tú para conmigo y
con el país donde te hemos recibido como huesped.»
24 Abraham dijo: «Lo juro».
25 Entonces Abraham se quejó a Abimelek con motivo de
un pozo que habían usurpado los súbditos de Abimelek.
26 Y dijo Abimelek: «No se quien ha hecho eso. Ni tú
me lo habías notificado, ni yo había oído nada hasta hoy.»
27 Abraham tomó unas ovejas y vacas, se las dio a
Abimelek, e hicieron los dos un pacto.
28 Abraham puso siete corderas aparte.
29 Dijo Abimelek a Abraham: «¿Para que son esas siete
corderas que has apartado?»
30 Dijo: «Estas siete corderas las vas a aceptar de
mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo he excavado
este pozo.»
31 Por eso se llamó a aquel lugar Berseba, porque
allí juraron ambos.
32 Hicieron, pues, el pacto en Berseba; luego,
levantándose Abimelek y Pikol, capitán de su tropa, se volvieron al
país de los filisteos.
33 Abraham plantó un tamarisco en Berseba en invocó
allí el nombre de Yahveh, Dios eterno. Abraham estuvo residiendo en el
país de los filisteos muchos años.
INICIO
Genesis 22
1 Despues de estas cosas sucedió que Dios tentó a
Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme aquí.»
2 Díjole: «Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a
Isaac, vete al país de Moria y ofrecele allí en holocausto en uno de
los montes, el que yo te diga.»
3 Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su
asno y tomó consigo a dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del
holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios.
4 Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el
lugar desde lejos.
5 Entonces dijo Abraham a sus mozos: «Quedaos aquí
con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y
volveremos donde vosotros.»
6 Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre
su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los
dos juntos.
7 Dijo Isaac a su padre Abraham: «¡Padre!» Respondió:
«¿que hay, hijo?» - «Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el
cordero para el holocausto?»
8 Dijo Abraham: «Dios proveerá el cordero para el
holocausto, hijo mío.» Y siguieron andando los dos juntos.
9 Llegados al lugar que le había dicho Dios,
construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac,
su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña.
10 Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para
inmolar a su hijo.
11 Entonces le llamó el Ángel de Yahveh desde los
cielos diciendo: ¡Abraham, Abraham!» El dijo: «Heme aquí.»
12 Dijo el Ángel: «No alargues tu mano contra el
niño, ni le hagas nada, que ahora ya se que tú eres temeroso de Dios,
ya que no me has negado tu hijo, tu único.»
13 Levantó Abraham los ojos, miró y vio un carnero
trabado en un zarzal por los cuernos. Fue Abraham, tomó el carnero, y
lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo.
14 Abraham llamó a aquel lugar «Yahveh provee», de
donde se dice hoy en día: «En el monte “Yahveh provee”»
15 El Ángel de Yahveh llamó a Abraham por segunda vez
desde los cielos,
16 y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que
por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único,
17 yo te colmare de bendiciones y acrecentare
muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las
arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus
enemigos.
18 Por tu descendencia se bendecirán todas las
naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz.»
19 Volvió Abraham al lado de sus mozos, y
emprendieron la marcha juntos hacia Berseba. Y Abraham se quedó en
Berseba.
20 Despues de estas cosas, se anunció a Abraham:
«Tambien Milká ha dado hijos a tu hermano Najor:
21 Us, su primogenito; Buz, hermano del anterior, y
Quemel, padre de Aram,
22 Kesed, Jazó, Pildás, Yidlaf y Betuel.»
23 (Betuel engendró a Rebeca.) Estos ocho le dio
Milká a Najor, hermano de Abraham.
24 Su concubina, llamada Reumá, tambien dio a luz a
Tebaj, Gájam, Tájas, y Maaká.
INICIO
Genesis 23
1 Sara vivió 127 años.
2 Murió Sara en Quiryat Arbá - que es Hebrón - en el
país de Canaán, y Abraham hizo duelo por Sara y la lloró.
3 Luego se levantó Abraham de delante de la muerta, y
habló a los hijos de Het en estos terminos:
4 «Yo soy un simple forastero que reside entre
vosotros. Dadme una propiedad sepulcral entre vosotros, para retirar y
sepultar a mi muerta.»
5 Respondieron los hijos de Het a Abraham diciendole:
6 «A ver si nos entendemos, señor; tú eres un
príncipe divino entre nosotros. En el mejor de nuestros sepulcros
sepulta a tu muerta. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro, para
que entierres a tu muerta.»
7 Levantóse Abraham, e hizo una reverencia a los
paisanos, a los hijos de Het,
8 y les habló en estos terminos: «Si estáis de
acuerdo con que yo retire y sepulte a mi muerta, escuchadme e
interceded por mí ante Efrón, hijo de Sójar,
9 para que me de la cueva de la Makpelá que es suya y
que está al borde de su finca. Que me la de por lo que valga en
propiedad sepulcral entre vosotros.»
10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het.
Respondió, pues, Efrón el hitita a Abraham, a oídas de los hijos de Het
y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad diciendo:
11 «No, señor, escúchame: te doy la finca y te doy
tambien la cueva que hay en ella. A la vista de los hijos de mi pueblo
te la doy: sepulta a tu muerta.»
12 Abraham hizo una reverencia a los paisanos,
13 y se dirigió a Efrón, a oídas de los paisanos,
diciendo: «A ver si nos entendemos. Te doy el precio de la finca
aceptamelo y enterrare allí a mi muerta.»
14 Respondió Efrón a Abraham:
15 «Señor mío, escúchame: Cuatrocientos siclos de
plata por un terreno, ¿que nos suponen a ti y a mí? Sepulta a tu
muerta.»
16 Abraham accedió y pesó a Efrón la plata que este
había pedido a oídas de los hijos de Het: cuatrocientos siclos de plata
corriente de mercader.
17 Así fue cómo la finca de Efrón que está en la
Makpelá, frente a Mambre, la finca y la cueva que hay en ella y todos
los árboles que rodean la finca por todos sus lindes, todo ello vino a
ser
18 propiedad de Abraham, a la vista de los hijos de
Het, y todos los que entraban por la puerta de la ciudad.
19 Despues Abraham sepultó a su mujer Sara en la
cueva del campo de la Makpelá frente a Mambre (es Hebrón), en Canaán.
20 Así aquel campo y la cueva que hay en el llegaron
a ser de Abraham como propiedad sepulcral, recibida de los hijos de Het.
INICIO
Genesis 24
1 Abraham era ya un viejo entrado en años, y Yahveh
había bendecido a Abraham en todo.
2 Abraham dijo al siervo más viejo de su casa y
mayordomo de todas sus cosas: «Ea, pon tu mano debajo de mi muslo,
3 que voy a juramentarte por Yahveh, Dios de los
cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre
las hijas de los cananeos con los que vivo;
4 sino que irás a mi tierra y a mi patria a tomar
mujer para mi hijo Isaac.»
5 Díjole el siervo: «Tal vez no quiera la mujer
seguirme a este país. ¿Debo en tal caso volver y llevar a tu hijo a la
tierra de donde saliste?»
6 Díjole Abraham: «Guárdate de llevar allá a mi hijo.
7 Yahveh, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que
me tomó de mi casa paterna y de mi patria, y que me habló y me juró,
diciendo: “A tu descendencia dare esta tierra”, el enviará su Ángel
delante de ti, y tomarás de allí mujer para mi hijo.
8 Si la mujer no quisiere seguirte, no responderás de
este juramento que te tomo. En todo caso, no lleves allá a mi hijo.»
9 El siervo puso su mano debajo del muslo de su señor
Abraham y le prestó juramento según lo hablado.
10 Tomó el siervo diez camellos de los de su señor y
de las cosas mejores de su señor y se puso en marcha hacia Aram
Naharáyim, hacia la ciudad de Najor.
11 Hizo arrodillar al los camellos fuera de la ciudad
junto al pozo, al atardecer, a la hora de salir las aguadoras,
12 y dijo: «Yahveh, Dios de mi señor Abraham: dame
suerte hoy, y haz favor a mi señor Abraham.
13 Voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras
las hijas de los ciudadanos salen a sacar agua.
14 Ahora bien, la muchacha a quien yo diga “Inclina,
por favor, tu cántaro para que yo beba”, y ella responda: “Bebe, y
tambien voy a abrevar tus camellos”, esa sea la que tienes designada
para tu siervo Isaac, y por ello conocere que haces favor a mi señor.»
15 Apenas había acabado de hablar, cuando he aquí que
salía Rebeca, hija de Betuel, el hijo de Milká, la mujer de
Najor, hermano de Abraham, con su cántaro al hombro.
16 La joven era de muy buen ver, virgen, que no había
conocido varón. Bajó a la fuente, llenó su cántaro y subió.
17 El siervo corrió a su encuentro y dijo: «Dame un
poco de agua de tu cántaro.»
18 «Bebe, señor», dijo ella, y bajando en seguida el
cántaro sobre su brazo, le dio de beber.
19 Y en acabando de darle, dijo: «Tambien para tus
camellos voy a sacar, hasta que se hayan saciado.»
20 Y apresuradamente vació su cántaro en el
abrevadero y corriendo otra vez al pozo sacó agua para todos los
camellos.
21 El hombre la contemplaba callando para saber si
Yahveh había dado exito o no a su misión.
22 En cuanto los camellos acabaron de beber, tomó el
hombre un anillo de oro de medio siclo de peso, que colocó en la nariz
de la joven, y un par de brazaletes de diez siclos de oro en sus brazos,
23 y dijo: «¿De quien eres hija? Dime: ¿hay en casa
de tu padre sitio para hacer noche?»
24 Ella le dijo: «Soy hija de Betuel, el hijo que
Milká dio a Najor.»
25 Y agregó: «Tambien tenemos paja y forraje en
abundancia, y sitio para pasar la noche.»
26 Entonces se postró el hombre y adoró a Yahveh,
27 diciendo: «Bendito sea Yahveh, el Dios de mi señor
Abraham, que no ha retirado su favor y su lealtad para con mi señor.
Yahveh me ha traído a parar a casa del hermano de mi señor.»
28 La joven corrió a anunciar a casa de su madre
todas estas cosas.
29 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán. Este corrió
donde el hombre, afuera, a la fuente.
30 En efecto, en cuanto vio el anillo y los
brazaletes en los brazos de su hermana, y oyó decir a su hermana
Rebeca: «Así me ha hablado aquel hombre», se llegó a donde el. Le
encontró todavía junto a los camellos cerca de la fuente,
31 y le dijo: «Ven, bendito de Yahveh. ¿Por que te
quedas parado fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para
los camellos?»
32 El hombre entró en la casa, y Labán desaparejó los
camellos, les dio paja y forraje, y al hombre y a sus acompañantes agua
para lavarse los pies.
33 Despues les sirvió de comer, pero el otro dijo:
«No comere hasta no haber dicho lo que tengo que decir.» A lo que
respondió Labán: «Habla.»
34 «Yo soy, dijo, siervo de Abraham.
35 Yahveh ha bendecido con largueza a mi señor, que
se ha hecho rico, pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos
y esclavas, camellos y asnos.
36 Y Sara, la mujer de mi señor, envejecida ya, dio a
luz un hijo a mi señor, que le ha cedido todo cuanto posee.
37 En cuanto a mí, mi señor me ha tomado juramento,
diciendo: “No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los
cananeos en cuyo país resido.
38 ¡Como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela
a tomar mujer para mi hijo...!”
39 Yo dije a mi señor: “¿Y si acaso no me sigue la
mujer?”
40 Y el me dijo: “Yahveh, en cuya presencia he
andado, enviará su Ángel contigo, y dará exito a tu viaje, y así
tomarás mujer para mi hijo de mi parentela y de la casa de mi padre.
41 Entonces quedarás libre de mi maldición, cuando
llegues a mi parentela; y si no te la dieren tambien quedarás libre de
mi maldición.»
42 Pues bien: llego hoy a la fuente y me digo:
“Yahveh, Dios de mi señor Abraham, si en efecto das exito a este mi
viaje,
43 aquí me quedo parado junto a la fuente. La
doncella que salga a sacar agua, y yo le diga: Dame de beber un poco de
agua de tu cántaro
44 y ella me responda: Bebe tú, y voy a sacar tambien
para tus camellos, esa será la mujer que Yahveh tiene destinada para el
hijo de mi señor.”
45 Apenas había acabado de hablar conmigo mismo,
cuando he aquí que Rebeca salía con su cántaro al hombro, bajó a la
fuente y sacó agua. Yo le dije: “Ea, dame de beber”,
46 y enseguida bajó su cántaro del hombro y dijo:
“Bebe, y tambien voy a abrevar tus camellos.” Bebí, pues, y ella abrevó
tambien los camellos.
47 Yo le pregunte: “¿De quien eres hija?” Me
respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Najor.”
Entonces puse el anillo en su nariz, y los brazaletes en sus brazos,
48 y postrándome adore a Yahveh, y bendije a Yahveh,
el Dios de mi señor Abraham, que me había puesto en el buen camino para
tomar a la hija del hermano de mi señor para su hijo.
49 Ahora, pues, decidme si estáis dispuestos a usar
de favor y lealtad para con mi señor, y si no, decídmelo tambien, para
que yo tire por la derecha o por la izquierda.»
50 Respondieron Labán y Betuel: «De Yahveh ha salido
este asunto. Nosotros no podemos decirte está mal o está bien.
51 Ahí tienes delante a Rebeca: tómala y vete, y sea
ella mujer del hijo de tu señor, como ha dicho Yahveh.»
52 Cuando el siervo de Abraham oyó lo que decían,
adoró a Yahveh en tierra.
53 Acto seguido sacó el siervo objetos de plata y oro
y vestidos, y se los dio a Rebeca. Tambien hizo regalos a su hermano y
a su madre.
54 Luego comieron y bebieron, el y los hombres que le
acompañaban, y pasaron la noche. Por la mañana se levantaron, y el
dijo: «Permitidme que marche donde mi señor.»
55 El hermano y la madre de Rebeca dijeron: «Que se
quede la chica con nosotros unos días, por ejemplo diez. Luego se irá.»
56 Mas el les dijo: «No me demoreis. Puesto que
Yahveh ha dado exito a mi viaje, dejadme salir para que vaya donde mi
señor.»
57 Ellos dijeron: «Llamemos a la joven y
preguntemosle su opinión.»
58 Llamaron, pues, a Rebeca, y le dijeron: «¿Que? ¿te
vas con este hombre?» «Me voy», contestó ella.
59 Entonces despidieron a su hermana Rebeca con su
nodriza, y al siervo de Abraham y a sus hombres.
60 Y bendijeron a Rebeca, y le decían: «¡Oh hermana
nuestra, que llegues a convertirte en millares de miríadas, y conquiste
tu descendencia la puerta de sus enemigos!»
61 Levantóse Rebeca con sus doncellas y, montadas en
los camellos, siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.
62 Entretanto, Isaac había venido del pozo de Lajay
Roí, pues habitaba en el país del Negueb.
63 Una tarde había salido Isaac de paseo por el
campo, cuando he aquí que al alzar la vista, vio que venían unos
camellos.
64 Rebeca a su vez alzó sus ojos y viendo a Isaac, se
apeó del camello,
65 y dijo al siervo: «¿Quien es aquel hombre que
camina por el campo a nuestro encuentro?» Dijo el siervo: «Es mi
señor.» Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho,
67 e Isaac introdujo a Rebeca en la tienda, tomó a
Rebeca, que pasó a ser su mujer, y el la amó. Así se consoló Isaac por
la perdida de su madre.
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Genesis 25
1 Abraham volvió a tomar otra mujer, llamada Queturá.
2 Esta le dio a Zimrán, Yoqsán, Medán, Madián, Yisbaq
y Súaj.
3 - Yoqsán engendró a Seba y a Dedán. Hijos de Dedán
fueron los asuritas, los letusíes y los leumies. -
4 Hijos de Madián: Efá, Efer, Henoc, Abidá y Eldaá.
Todos estos, hijos de Queturá.
5 Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.
6 A los hijos de las concubinas que tenía Abraham les
hizo donaciones y, viviendo aún el, los separó de Isaac, enviándoles
hacia levante, al país de Oriente.
7 Estos fueron los días de vida de Abraham: 175 años.
8 Expiró, pues, Abraham y murió en buena ancianidad,
viejo y lleno de días, y fue a juntarse con su pueblo.
9 Sus hijos Isaac e Ismael le sepultaron en la cueva
de la Makpelá, al borde de la finca de Efrón, hijo de Sójar, el hitita,
enfrente de Mambre.
10 En la finca que Abraham había comprado a los hijos
de Het, allí fue sepultado Abraham con su mujer Sara.
11 Despues de la muerte de Abraham, bendijo Dios a su
hijo Isaac. Isaac se estableció en las inmediaciones del pozo de Lajay
Roí.
12 Estos son los descendientes de Ismael, hijo de
Abraham, el que le dio a Abraham Agar la egipcia, esclava de Sara;
13 y estos son los nombres de los hijos de Ismael,
por orden de nacimiento: El primogenito de Ismael, Nebayot; despues,
Quedar, Adbeel, Mibsam,
14 Mismá, Dumá, Massá,
15 Jadad, Temá, Yetur, Nafís y Quedmá.
16 Estos son los hijos de Ismael, y estos sus nombres
según sus poblados y sus aduares: doce caudillos de otros tantos
pueblos.
17 Y estos fueron los años de vida de Ismael: 137
años. Luego expiró y murió, y fue a juntarse con su pueblo.
18 Ocupó desde Javilá hasta Sur, que cae enfrente de
Egipto, según se va a Asur. Se estableció enfrente de todos sus
hermanos.
19 Esta es la historia de Isaac, hijo de Abraham:
Abraham engendró a Isaac.
20 Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a
Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Paddán Aram, y hermana de Labán el
arameo.
21 Isaac suplicó a Yahveh en favor de su mujer, pues
era esteril, y Yahveh le fue propicio, y concibió su mujer Rebeca.
22 Pero los hijos se entrechocaban en su seno. Ella
se dijo: «Siendo así, ¿para que vivir?» Y fue a consultar a Yahveh.
23 Yahveh le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre,
dos naciones que, al salir de tus entrañas, se
dividirán. La una oprimirá a la otra; el mayor servirá al pequeño.»
24 Cumplieronsele los días de dar a luz, y resultó
que había dos mellizos en su vientre.
25 Salió el primero, rubicundo todo el, como una
pelliza de zalea, y le llamaron Esaú.
26 Despues salió su hermano, cuya mano agarraba el
talón de Esaú, y se llamó Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando los
engendró.
27 Crecieron los muchachos. Esaú llegó a ser un
cazador experto, un hombre montaraz, y Jacob un hombre muy de la tienda.
28 Isaac quería a Esaú, porque le gustaba la caza, y
Rebeca quería a Jacob.
29 Una vez, Jacob había preparado un guiso cuando
llegó Esaú del campo, agotado.
30 Dijo Esaú a Jacob: «Oye, dame a probar de lo rojo,
de eso rojo, porque estoy agotado.» - Por eso se le llamó Edom. -
31 Dijo Jacob: «Vendeme ahora mismo tu primogenitura.»
32 Dijo Esaú: «Estoy que me muero. ¿Que me importa la
primogenitura?»
33 Dijo Jacob: «Júramelo ahora mismo.» Y el se lo
juró, vendiendo su primogenitura a Jacob.
34 Jacob dio a Esaú pan y el guiso de lentejas, y este comió y bebió, se levantó y se fue. Así desdeñó Esaú la
primogenitura.
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Genesis 26
1 Hubo hambre en el país - aparte de la primera que
tuvo lugar en tiempo de Abraham - y fue Isaac a Guerar, a donde
Abimelek, rey de los filisteos.
2 Yahveh se le apareció y le dijo: «No bajes a
Egipto. Quedate en la tierra que yo te indique.
3 Reside en esta tierra, y yo te asistire y
bendecire; porque a ti y a tu descendencia he de dar todas estas
tierras, y mantendre el juramento que hice a tu padre Abraham.
4 Multiplicare tu descendencia como las estrellas del
cielo, y dare a tu descendencia todas estas tierras. Y por tu
descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra,
5 en pago de que Abraham me obedeció y guardó mis
observancias, mis mandamientos, mis preceptos y mis instrucciones.»
6 Establecióse, pues, Isaac en Guerar.
7 Los del lugar le preguntaban por su mujer, y el
decía: «Es mi hermana.» En efecto, le daba reparo decir: «Es mi mujer»,
no fuesen a matarle los del lugar por causa de Rebeca, ya que ella era
de buen ver.
8 Ya llevaba largo tiempo allí, cuando aconteció que
Abimelek, rey de los filisteos, atisbando por una ventana, observó que
Isaac estaba solazándose con su mujer Rebeca.
9 Llama Abimelek a Isaac y le dice: ¡Con que es tu
mujer! ¿Pues cómo has venido diciendo: Es mi hermana?» Dícele Isaac:
«Es que me dije: A ver si voy a morir por causa de ella.»
10 Replicó Abimelek: «¿Que es lo que nos has hecho?
Si por acaso llega a acostarse cualquiera del pueblo con tu mujer, tú
nos habrías echado la culpa.»
11 Entonces Abimelek ordenó a todo el pueblo: «Quien
tocare a este hombre o a su mujer, morirá sin remedio.»
12 Isaac sembró en aquella tierra, y cosechó aquel
año el ciento por uno. Yahveh le bendecía
13 y el hombre se enriquecía, se iba enriqueciendo
más y más hasta que se hizo riquísimo.
14 Tenía rebaños de ovejas y vacadas y copiosa
servidumbre. Los filisteos le tenían envidia.
15 Todos los pozos que habían cavado los siervos de
su padre - en tiempos de su padre Abraham - los habían cegado los
filisteos, llenándolos de tierra.
16 Entonces Abimelek dijo a Isaac: «Apártate de
nuestro lado, porque te has hecho mucho más poderoso que nosotros.»
17 Isaac se fue de allí y acampó en la vaguada de
Guerar, estableciendose allí.
18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían
cavado los siervos de su padre Abraham, y que los filisteos habían
cegado despues de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres
que les había puesto su padre.
19 Cavaron los siervos de Isaac en la vaguada y
encontraron allí un pozo de aguas vivas.
20 Pero riñeron los pastores de Guerar con los
pastores de Isaac, diciendo: «El agua es nuestra.» El llamó al pozo
Eseq, ya que se habían querellado con el.
21 Excavaron otro pozo, y tambien riñeron por el: lo
llamó Sitná.
22 Partió de allí y cavó otro pozo, y ya no riñeron
por el: lo llamó Rejobot, y dijo: «Ahora Yahveh nos ha dado desahogo, y
prosperaremos en esta tierra.
23 De allí subió a Berseba.
24 Yahveh se le apareció aquella noche y dijo: «Yo
soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te
bendecire, y multiplicare tu descendencia por amor de Abraham, mi
siervo.»
25 Allí construyó un altar e invocó el nombre de
Yahveh. Allí desplegó su tienda, y los siervos de Isaac
perforaron allí un pozo.
26 Entonces Abimelek fue a donde el desde Guerar, con
Ajuzat, uno de sus familiares, y Pikol, capitán de su tropa.
27 Díceles Isaac: «¿Cómo es que venís a mí. vosotros
que me odiáis y me habeis echado de vuestra compañía?»
28 Contestaron ellos: «Hemos visto claramente que
Yahveh se ha puesto de tu parte, y hemos dicho: “Ea, haya un juramento
entre nosotros, entre tú y nosotros, y vamos a hacer un pacto contigo,
29 de que no nos harás mal, como tampoco nosotros te
hemos tocado a ti; no te hemos hecho sino bien, y te hemos dejado ir en
paz, ¡oh bendito de Yahveh!”»
30 El les dio un banquete, y comieron y bebieron.
31 De madrugada, se levantaron y se hicieron mutuo
juramento; luego Isaac les despidió, y se fueron en paz de su lado.
32 Aquel mismo día llegaron unos siervos de Isaac y
le dieron la noticia del pozo que habían cavado, diciendole: «Hemos
hallado agua.»
33 El lo llamó Seba, de donde el nombre de la ciudad
de Berseba, hasta la fecha.
34 Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por mujeres
a Judit, hija de Beerí el hitita, y a Basmat, hija de Elón el hitita,
35 las cuales fueron amargura para Isaac y Rebeca.
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Genesis 27
1 Como hubiese envejecido Isaac, y no viese ya por
tener debilitados sus ojos, llamó a Esaú, su hijo mayor: ¡Hijo mío!» El
cual le respondió: «Aquí estoy.»
2 «Mira, dijo, me he hecho viejo e ignoro el día de
mi muerte.
3 Así pues, toma tus saetas, tu aljaba y tu arco, sal
al campo y me cazas alguna pieza.
4 Luego me haces un guiso suculento, como a mí me
gusta, y me lo traes para que lo coma, a fin de que mi alma te
bendiga antes que me muera.»
5 - Ahora bien, Rebeca estaba escuchando la
conversación de Isaac con su hijo Esaú. - Esaú se fue al campo a cazar
alguna pieza para el padre,
6 y entonces Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Acabo de
oír a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú diciendo:
7 Tráeme caza, y hazme un guiso suculento para que yo
lo coma y te bendiga delante de Yahveh antes de morirme.
8 Pues bien, hijo mío, hazme caso en lo que voy a
recomendarte.
9 Ve al rebaño y tráeme de allí dos cabritos
hermosos. Yo hare con ellos un guiso suculento para tu padre como a el
le gusta,
10 y tú se lo presentas a tu padre, que lo comerá,
para que te bendiga antes de su muerte.»
11 Jacob dijo a su madre Rebeca: ¡Pero si mi hermano
Esaú es velludo, y yo soy lampiño!
12 ¡A ver si me palpa mi padre, y le parece que estoy
mofándome de el! ¡Entonces me habre buscado una maldición en vez de una
bendición!»
13 Dícele su madre: «¡Sobre mí tu maldición, hijo
mío! Tú, obedeceme, basta con eso, ve y me los traes.»
14 El fue a buscarlos y los llevó a su madre, y ella
hizo un guiso suculento, como le gustaba a su padre.
15 Despues tomó Rebeca ropas de Esaú, su hijo mayor,
las más preciosas que tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo pequeño.
16 Luego, con las pieles de los cabritos le cubrió
las manos y la parte lampiña del cuello,
17 y puso el guiso y el pan que había hecho en las
manos de su hijo Jacob.
18 Este entró a donde su padre, y dijo: «¡Padre!» El
respondió: «Aquí estoy; ¿quien eres, hijo?»
19 Jacob dijo a su padre: «Soy tu primogenito Esaú.
He hecho como dijiste, Anda, levántate, sientate, y come de mi caza,
para que me bendiga tu alma.»
20 Dice Isaac a su hijo: «¡Que listo has andado en
hallarla, hijo!» - Respondió: «Sí; es que Yahveh, tu Dios, me la puso
delante.»
21 Dice Isaac a Jacob: «Acercate, que te palpe, hijo,
a ver si realmente eres o no mi hijo Esaú.»
22 Acercóse Jacob a su padre Isaac, el cual le palpó
y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.»
23 Y no le reconoció, porque sus manos estaban
velludas, como las de su hermano Esaú. Y se dispuso a bendecirle.
24 Dijo, pues: «¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?»
Respondió: «El mismo.»
25 Dijo entonces: «acercamelo, que coma de la caza,
hijo, para que te bendiga mi alma.» Acercóle, y comió; le trajo tambien
vino, y bebió.
26 Dícele su padre Isaac: «Acercate y besame, hijo.»
27 El se acercó y le besó, y al aspirar Isaac el
aroma de sus ropas, le bendijo diciendo: «Mira, el aroma de mi hijo
como el aroma de un campo, que ha bendecido Yahveh.
28 ¡Pues que Dios te de el rocío del cielo y la
grosura de la tierra, mucho trigo y mosto!
29 Sírvante pueblos, adórente naciones, se señor de
tus hermanos y adórente los hijos de tu madre. ¡Quien te maldijere,
maldito sea, y quien te bendijere, sea bendito!»
30 Así que hubo concluido Isaac de bendecir a Jacob,
y justo cuando acababa de salir Jacob de la presencia de su padre
Isaac, llegó su hermano Esaú de su cacería.
31 Hizo tambien el un guiso suculento y llevándoselo
a su padre le dijo: «Levántese mi padre y coma de la caza de su
hijo, para que me bendiga tu alma.»
32 Dícele su padre Isaac: «¿Quien eres tú?»
Contestóle: «Soy tu hijo primogenito, Esaú.»
33 A Isaac le entró un temblor fuerte, y le dijo:
«Pues entonces, ¿quien es uno que ha cazado una pieza y me le ha
traído? Porque de hecho yo he comido antes que tú vinieses, y le he
bendecido, y bendito está.»
34 Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un
grito fuerte y por extremo amargo, y dijo a su padre: «¡Bendíceme
tambien a mí, padre mío!»
35 Díjole este: «Ha venido astutamente tu hermano, y
se ha llevado tu bendición.»
36 Dijo Esaú: «Con razón se llama Jacob, pues me ha
suplantado estas dos veces: se llevó mi primogenitura, y he aquí que
ahora se ha llevado mi bendición.» Y añadió: «¿No has reservado alguna
bendición para mí?»
37 Respondió Isaac y dijo a Esaú: «Mira, le he puesto
por señor tuyo, le he dado por siervos a todos sus hermanos y le he
abastecido de trigo y vino. Según eso, ¿que voy a hacer por ti, hijo
mío?»
38 Dijo Esaú a su padre: «¿Es que tu bendición es
única, padre mío? ¡Bendíceme tambien a mí, padre mío!» Isaac guardó
silencio y Esaú alzó la voz y rompió a llorar.
39 Su padre Isaac le dijo por respuesta: «He aquí que
lejos de la grosura de la tierra será tu morada, y lejos del rocío que
baja del cielo.
40 De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Mas
luego, cuando te hagas libre, partirás su yugo de
sobre tu cerviz.»
41 Esaú se enemistó con Jacob a causa de la bendición
con que le había bendecido su padre; y se dijo Esaú: «Se acercan ya los
días del luto por mi padre. Entonces matare a mi hermano Jacob.»
42 Se dio aviso a Rebeca de las palabras de Esaú, su
hijo mayor; y ella envió a llamar a Jacob, su hijo pequeño, y le dijo:
«Mira que tu hermano Esaú va a vengarse de ti matándote.
43 Ahora, pues, hijo mío, hazme caso: levántate y
huye a Jarán, a donde mi hermano Labán,
44 y te quedas con el una temporada, hasta que se
calme la cólera de tu hermano;
45 hasta que se calme la ira de tu hermano contra ti,
y olvide lo que has hecho. Entonces enviare yo a que te traigan de
allí. ¿Por que he de perderos a los dos en un mismo día?»
46 Rebeca dijo a Isaac: «Me da asco vivir al lado de
las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het como las que
hay por aquí, ¿para que seguir viviendo?»
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Genesis 28
1 Llamó, pues, Isaac a Jacob, le bendijo y le dio
esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán.
2 Levántate y ve a Paddán Aram, a casa de Betuel,
padre de tu madre, y toma allí mujer de entre las hijas de Labán,
hermano de tu madre.
3 Que El Sadday te bendiga, te haga fecundo y te
acreciente, y que te conviertas en asamblea de pueblos.
4 Que te de la bendición de Abraham a ti y a tu
descendencia, para que te hagas dueño de la tierra donde has vivido y
que Dios ha dado a Abraham.»
5 Y despidió Isaac a Jacob, el cual se fue a Paddán
Aram, a casa de Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, la
madre de Jacob y de Esaú.
6 Vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob, y le
enviaba a Paddán Aram a tomarse mujer allí, y que al bendecirle le
había dado esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán»,
7 y Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había
marchado a Paddán Aram.
8 Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán eran mal
vistas de su padre Isaac,
9 y acudiendo Esaú a Ismael, tomóse por mujer, además
de las que tenía, a Majlat, hija de Ismael, el hijo de Abraham, y
hermana de Nebayot.
10 Jacob salió de Berseba y fue a Jarán.
11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche
allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del
lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar.
12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en
tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de
Dios subían y bajaban por ella.
13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo:
«Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La
tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia.
14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y
te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por
ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia.
15 Mira que yo estoy contigo; te guardare por
doquiera que vayas y te devolvere a este solar. No, no te abandonare
hasta haber cumplido lo que te he dicho.»
16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues,
está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!»
17 Y asustado dijo: «¡Que temible es este lugar!
¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!»
18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra
que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite
sobre ella.
19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre
primitivo de la ciudad era Luz.
20 Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios me asiste y
me guarda en este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con
que vestirme,
21 y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces
Yahveh será mi Dios;
22 y esta piedra que he erigido como estela será Casa
de Dios; y de todo lo que me dieres, te pagare el diezmo.»
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Genesis 29
1 Jacob se puso en marcha y se fue al país de los
orientales.
2 Cuando he aquí que divisa un pozo en el campo, y
allí mismo tres rebaños de ovejas sesteando junto a el, pues de aquel
pozo se abrevaban los rebaños. Sobre la boca del pozo había una gran
piedra.
3 Allí se reunían todos los rebaños: se revolvía la
piedra de encima de la boca del pozo, abrevaban las ovejas, y devolvían
la piedra a su sitio sobre la boca del pozo.
4 Jacob les dijo (a los pastores): «Hermanos, ¡de
dónde sois?» Dijeron ellos: «Somos de Jarán.»
5 «¿Conoceis a Labán, hijo de Najor?» - «Lo
conocemos.»
6 - «¿Se encuentra bien?» - «Muy bien; precisamente
ahí llega Raquel, su hija, con las ovejas.»
7 Dijo el: «Todavía es muy de día, no es hora de
recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.»
8 Contestaron: «No podemos hasta que se reúnan todos
los rebaños y se revuelva la piedra de sobre la boca del pozo. Entonces
abrevaremos las ovejas.»
9 Aún estaba el hablando con ellos, cuando llegó
Raquel con las ovejas de su padre, pues era pastora.
10 En cuanto vio Jacob a Raquel, hija de Labán, el
hermano de su madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre,
acercóse Jacob y revolvió la piedra de sobre la boca y abrevó los
ovejas de Labán, el hermano de su madre.
11 Jacob besó a Raquel y luego estalló en sollozos.
12 Jacob anunció a Raquel que era pariente de su
padre e hijo de Rebeca. Ella se echó a correr y lo anunció a su padre.
13 En cuanto oyó Labán hablar de Jacob, el hijo de su
hermana, corrió a su encuentro, le abrazó, le besó y le llevó a su
casa. Entonces el contó a Labán toda esta historia,
14 y Labán le dijo: «En suma, que tú eres hueso mío y
carne mía.» Y Jacob se quedó con el un mes cumplido.
15 Labán dijo a Jacob: «¿Acaso porque seas pariente
mío has de servirme de balde? Indícame cuál será tu salario.»
16 Ahora bien, Labán tenía dos hijas: la mayor
llamada Lía, y la pequeña, Raquel.
17 Los ojos de Lía eran tiernos. Raquel, en cambio,
era de bella presencia y de buen ver.
18 Jacob estaba enamorado de Raquel. Así pues, dijo:
«Te servire siete años por Raquel, tu hija pequeña.»
19 Dijo Labán: «Mejor es dártela a ti que dársela a
otro. Quedate conmigo.»
20 Sirvió, pues, Jacob por Raquel siete años, que se
le antojaron como unos cuantos días, de tanto que la amaba.
21 Jacob dijo a Labán: «Dame mi mujer, que se ha
cumplido el plazo, y quiero casarme con ella.»
22 Labán juntó a todos los del lugar y dio un
banquete.
23 Luego a la tarde tomó a su hija Lía y la llevó a
Jacob, y este se unió a ella.
24 Labán dio su esclava Zilpá como esclava de su hija
Lía.
25 Se hizo de mañana, ¡y resultó que aquella era Lía!
Jacob dijo a Labán: «¿Que es lo que has hecho conmigo? ¿No te he
servido por Raquel? ¿Pues por que me has hecho trampa?»
26 Labán dijo: «No se usa en nuestro lugar dar la
menor antes que la mayor.
27 Cumple esta semana, y te dare tambien a la otra
por el servicio que me prestarás todavía otros siete años.»
28 Así lo hizo Jacob; y habiendo cumplido aquella
semana, le dio por mujer a su hija Raquel.
29 Labán dio su esclava Bilhá como esclava de su hija
Raquel.
30 El se unió tambien a Raquel, y amó a Raquel más
que a Lía, y sirvió en casa de su tío otros siete años más.
31 Vio Yahveh que Lía era aborrecida y la hizo
fecunda, mientras que Raquel era esteril.
32 Lía quedó encinta y dio a luz un hijo al que llamó
Ruben, pues dijo: «Yahveh ha reparado en mi cuita: ahora sí que me
querrá mi marido.»
33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo:
Yahveh ha oído que yo era aborrecida y me ha dado tambien a este.» Y le
llamó Simeón.
34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo:
«Ahora, esta vez, mi marido se aficionará a mí, ya que le he dado tres
hijos.» Por eso le llamó Leví.
35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo:
«Esta vez alabo a Yahveh.» Por eso le llamó Judá, y dejó de dar a luz.
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Genesis 30
1 Vio Raquel que no daba hijos a Jacob, y celosa de
su hermana dijo a Jacob: «Dame hijos, o si no me muero.»
2 Jacob se enfadó con Raquel y dijo: ¿Estoy yo acaso
en el lugar de Dios, que te ha negado el fruto del vientre?»
3 Ella dijo: «Ahí tienes a mi criada Bilhá; únete a
ella y que de a luz sobre mis rodillas: así tambien yo ahijare de ella.»
4 Diole, pues, a su esclava Bilhá por mujer; y Jacob
unióse a ella.
5 Concibió Bilhá y dio a Jacob un hijo.
6 Y dijo Raquel: «Dios me ha hecho justicia, pues ha
oído mi voz y me ha dado un hijo.» Por eso le llamó Dan.
7 Otra vez concibió Bilhá, la esclava de Raquel, y
dio a Jacob un segundo hijo.
8 Y dijo Raquel: «Me he trabado con mi hermana a
brazo partido y la he podido»; y le llamó Neftalí.
9 Viendo Lía que había dejado de dar a luz, tomó a su
esclava Zilpá, y se la dio a Jacob por mujer.
10 Y Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un hijo.
11 Lía dijo: «¡Enhorabuena!» Y le llamó Gad.
12 Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un segundo
hijo,
13 y dijo Lía: «¡Feliz de mí! pues me felicitarán las
demás.» Y le llamó Aser.
14 Una vez fue Ruben, al tiempo de la siega del
trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras que trajo a su madre
Lía. Y dijo Raquel a Lía “«¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?»
15 Respondióle: «¿Es poco haberte llevado mi marido,
que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel:
«Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche, a cambio de las
mandrágoras de tu hijo.»
16 A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale
Lía a su encuentro y le dice: «Tienes que venir conmigo porque he
pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Y el se acostó con ella
aquella noche.
17 Dios oyó a Lía, que concibió y dio un quinto hijo
a Jacob.
18 Y dijo Lía: «Dios me ha dado mi recompensa, a mí,
que tuve que dar mi esclava a mi marido.» Y le llamó Isacar.
19 Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob.
20 Y dijo Lía: «Me ha hecho Dios un buen regalo.
Ahora sí que me apreciará mi marido, pues le he dado seis hijos.» Y le
llamó Zabulón.
21 Despues dio a luz una hija a la que llamó Dina.
22 Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y
abrió su seno,
23 y ella concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: «Ha
quitado Dios mi afrenta.»
24 Y le llamó Jose, como diciendo: «Añádame Yahveh
otro hijo.»
25 Cuando Raquel hubo dado a luz a Jose, dijo Jacob a
Labán: «Dejame que me vaya a mi lugar y a mi tierra.
26 Dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he
servido, para que me vaya; pues bien sabes bajo que condiciones te he
servido.»
27 Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo
estaba bajo un maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.»
28 Y agregó: «Fíjame tu paga, y te la dare.»
29 Respondióle: «Tu sabes cómo te he servido, y cómo
le fue a tu ganado conmigo:
30 bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya
se ha multiplicado muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada.
Pues bien: ¿cuándo voy a hacer yo tambien algo por mi casa?»
31 Dijo Labán: «¿Que he de darte?» Respondió Jacob:
«No me des nada. Si haces por mí esta, volvere a apacentar tu rebaño.
Fíjate bien:
32 Voy a desfilar hoy con todo tu rebaño.
Aparta toda oveja negra y las cabras pintas y manchadas, y eso será mi
paga,
33 y la garantía de mi honradez el día de mañana.
Cuando te presente a controlar mi paga, todo lo que no fuere
pinto y manchado entre las cabras y negro entre los corderos,
será lo que he robado.»
34 Dijo Labán: «Bien, sea como dices.»
35 Y aquel mismo día apartó los machos cabríos
listados y manchados, todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como
todo lo negro entre las ovejas, y lo confió a sus hijos,
36 interponiendo tres jornadas de camino entre el y
Jacob. Este último apacentaba el resto del rebaño de Labán.
37 Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de
álamo, de almendro y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas,
dejando al descubierto lo blanco de las varas,
38 e hincó las varas así labradas en las pilas o
abrevaderos a donde venían las reses a beber, justo delante de las
reses, con lo que estas se calentaban al acercarse a beber.
39 O sea, que se calentaban a la vista de las varas,
y así parían crías listadas, pintas o manchadas.
40 Luego separó Jacob los machos, echándolos a lo
listado y negro que ahora había en el rebaño de Labán, y así se fue
formando unos hatajos propios, que no mezclaba con el rebaño de Labán.
41 Además, siempre que se calentaban las reses
vigorosas, poníales Jacob las varas ante los ojos en las pilas,
para que se calentaran bajo el influjo de las varas;
42 mas cuando el ganado estaba debil, no las ponía de
modo que las crías debiles eran para Labán, y las vigorosas para Jacob.
43 Así que este medró muchísimo, y llegó a tener
rebaños numerosos, y siervas y siervos y camellos y asnos.
INICIO
Genesis 31
1 Oyó Jacob que los hijos de Labán decían: «Jacob se
ha apoderado de todo lo de nuestro padre, y con lo de nuestro padre ha
hecho toda esa fortuna.»
2 Jacob observó el rostro de Labán y vio que ya no
era para con el como hasta entonces.
3 Entonces Yahveh dijo a Jacob: «Vuelvete a la tierra
de tus padres, a tu patria, y yo estare contigo.»
4 Jacob envió a llamar a Raquel y a Lía al campo,
donde estaba su rebaño,
5 y les dijo: «Vengo observando que vuestro padre ya
no me mira como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
6 Vosotras sabeis que he servido a vuestro padre con
todas mis fuerzas;
7 pero vuestro padre ha trapaceado conmigo y ha
cambiado mi retribución una docena de veces, si bien Dios no le
ha dejado perjudicarme.
8 Si el decía: Tu paga serán las reses pintas,
entonces todas las ovejas parían pintas. Y si decía: Tu paga será lo
listado, entonces todas las ovejas parían listado.
9 De esta suerte Dios ha quitado el ganado a vuestro
padre y me lo ha dado a mí.
10 Pues bien: en la epoca de calentarse el rebaño,
alce los ojos y vi en un sueño cómo los machos que montaban al rebaño
eran listados, pintos y salpicados.
11 Y me dijo el Ángel de Dios en aquel sueño:
“¡Jacob!” Yo respondí: “Aquí estoy.”
12 Y dijo: Alza los ojos, y verás que todos los
machos que montan al rebaño son listados, pintos y salpicados. Es que
he visto todo lo que Labán te ha hecho.
13 Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde
ungiste una estela y donde me hiciste aquel voto. Ahora, levántate, sal
de esta tierra y vuelve a tu país natal.»
14 Respondieron Raquel y Lía y le dijeron: «¿Es que
tenemos aún parte o herencia en la casa de nuestro padre?
15 ¿No hemos sido consideradas como extrañas para el,
puesto que nos vendió y, por comerse, incluso se comió nuestra plata?
16 Así que toda la riqueza que ha quitado Dios a
nuestro padre nuestra es y de nuestros hijos. Con que todo lo que
te ha dicho Dios, hazlo.»
17 Levantóse Jacob, montó a sus hijos y a sus mujeres
en los camellos,
18 y se llevó todo su ganado y toda la hacienda que
había adquirido, el ganado de su propiedad, que había adquirido en
Paddán Aram, para irse a donde su padre Isaac a Canaán.
19 Como Labán había ido a esquilar sus ovejas, Raquel
robó los ídolos familiares que tenía su padre,
20 y Jacob actuó a hurtadillas de Labán el arameo, no
dándole ningún indicio de que se fugaba.
21 En efecto, se fugó con todo lo suyo; se levantó,
pasó el Río y enderezó hacia la montaña de Galaad.
22 Al tercer día recibió Labán la noticia de que
Jacob se había fugado.
23 Entonces tomó a sus hermanos consigo y tras siete
jornadas de persecución a su zaga le dio alcance en la montaña de
Galaad.
24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán el
arameo y le dijo: «Guárdate de hablar nada con Jacob, ni bueno ni malo.»
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Este había plantado
su tienda en la montaña y Labán plantó la suya con sus hermanos en la
misma montaña de Galaad.
26 Y dijo Labán a Jacob: «¿Que has hecho? Has actuado
a hurtadillas de mí y te has llevado a mis hijas cual cautivas de
guerra.
27 ¿Por que te has fugado con disimulo y a
hurtadillas de mí, en vez de advertírmelo? Yo te habría despedido con
alegría y con cantares, con adufes y arpas.
28 Ni siquiera me has permitido besar a mis hijos e
hijas. O sea, que has obrado como un necio.
29 Hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el
Dios de tu padre me dijo ayer noche: “Guárdate de hablar a Jacob
absolutamente nada, ni bueno ni malo.”
30 Así pues, tú te has marchado porque añorabas la
casa paterna, pero ¿por que robaste mis dioses?»
31 Respondió Jacob a Labán: «Es que tuve miedo,
pensando que acaso ibas a quitarme a tus hijas.
32 Pero eso sí, que aquel a quien le encuentres tus
dioses no quede con vida. Delante de nuestros hermanos reconoce
lo tuyo que yo tenga y tómatelo.» En efecto, Jacob ignoraba que Raquel
los había robado.
33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la de Lía y
en la de las dos criadas, y no halló nada. Salió de la tienda de Lía, y
entró en la de Raquel.
34 Pero Raquel había tomada los ídolos familiares y,
poniendolos en la albarda del camello, se había sentado encima. Labán
registró toda la tienda sin hallar nada.
35 Ella dijo a su padre: «No le de enojo a mi señor
de que no pueda levantarme en tu presencia, porque estoy con las
reglas.» El siguió rebuscando por toda la tienda sin dar con los ídolos.
36 Entonces Jacob, montando en cólera recriminó a
Labán, y encarándose con el le dijo: «¿Cual es mi delito? ¿Cuál mi
pecado, que me persigues con saña?
37 Al registrar todos mis enseres, ¿que has hallado
de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los
tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos.
38 En veinte años que llevo contigo, tus ovejas y tus
cabras nunca han malparido, y los machos de tu rebaño nunca me los he
comido.
39 Ganado destrozado por fieras nunca te lleve: yo
pagaba el daño, de lo mío te cobrabas tanto si era yo robado de
día como si lo era de noche.
40 Estaba yo que de día me devoraba el resistero, y
de noche la helada, mientras huía el sueño de mis ojos.
41 Estos fueron mis veinte años en tu casa. Catorce
años te serví por tus dos hijas, y seis por tus ovejas, y tú has
cambiado mi paga diez veces.
42 Si el Dios de mi Padre, el Dios de Abraham y el
Padrino de Isaac no hubiese estado por mí, a fe que ahora me
despacharas de vacío. Mi cuita y la fatiga de mis manos las ha visto
Dios y ha dado su fallo ayer noche.»
43 Respondió Labán y dijo a Jacob: «Estas hijas son
mías, estos hijos son mis hijos, y estas ovejas mis ovejas, todo cuanto
ves, mío es. Y, ¿que voy a hacerles hoy a estas mis hijas?, ¿o a los
hijos que me dieron?
44 Ea, pues, ven y hagamos un pacto entre los dos...,
y sirva de testigo entre nosotros dos.»
45 Jacob tomó una piedra y la erigió como estela.
46 Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras.»
Tomaron piedras, hicieron un majano y comieron allí sobre el majano.
47 Labán lo llamó Yegar Sahdutá, y Jacob lo llamó
Galed.
48 Labán dijo: «Este majano es hoy testigo entre
nosotros dos.» Por eso le llamó Galed,
49 y tambien Mispá, pues dijo: «Que Yahveh nos vigile
a los dos, cuando nos alejemos el uno del otro.
50 Si tú humillas a mis hijas, si tomas otras
mujeres, además de mis hijas, bien que nadie este con nosotros que nos
vea, sea Dios testigo entre los dos.»
51 Dijo Labán a Jacob: «Aquí está este majano, y aquí
esta estela que he erigido entre nosotros dos.
52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta estela
de que yo no he de traspasar este majano hacia ti, ni tú has de
traspasar este majano y esta estela hacia mí para nada malo.
53 El Dios de Abraham y el Dios de Najor juzguen
entre nosotros.» Y Jacob juró por el Padrino de su padre Isaac.
54 Jacob hizo un sacrificio en el monte e invitó a
sus hermanos a tomar parte. Ellos tomaron parte, e hicieron noche en el
monte.
INICIO
Genesis 32
1 A la mañana siguiente, Labán besó a sus hijos e
hijas, les bendijo y se volvió a su lugar.
2 Jacob se fue por su camino, y le salieron al
encuentro ángeles de Dios.
3 Al verlos, dijo Jacob: «Este es el campamento de
Dios»; y llamó a aquel lugar Majanáyim.
4 Jacob envió mensajeros por delante hacia su hermano
Esaú, al país de Seír, la estepa de Edom,
5 encargándoles: «Direis a mi señor Esaú: Así dice tu
siervo Jacob: Fui a pasar una temporada con Labán, y me he demorado
hasta hoy.
6 Me hice con bueyes, asnos, ovejas, siervos y
siervas; y ahora mando a avisar a mi señor, para hallar gracia a sus
ojos.»
7 Los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: «Hemos
ido donde tu hermano Esaú, y el mismo viene a tu encuentro con
cuatrocientos hombres.»
8 Jacob se asustó mucho y se llenó de angustia;
dividió a sus gentes, las ovejas, vacas y camellos, en dos campamentos,
9 y dijo: «Si llega Esaú a uno de los campamentos y
lo ataca, se salvará el otro.»
10 Y dijo Jacob: «¡Oh Dios de mi padre Abraham, y
Dios de mi padre Isaac, Yahveh, que me dijiste: “Vuelve a tu tierra y a
tu patria, que yo sere bueno contigo”,
11 que poco merecía yo todas las mercedes y toda la
confianza que has dado a tu siervo! Pues con solo mi cayado pase este
Jordán y ahora he venido a formar dos campamentos.
12 Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de
Esaú, porque le temo, no sea que venga y nos ataque, a la madre junto
con los hijos.
13 Que fuiste tú quien dijiste: “Yo sere bueno de
veras contigo y hare tu descendencia como la arena del mar, que no se
puede contar de tanta como hay.”»
14 Y Jacob pasó allí aquella noche. Tomó de lo que
tenía a mano un regalo para su hermano Esaú,
15 consistente en doscientas cabras y veinte machos
cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,
16 treinta camellas criando, junto con sus crías,
cuarenta vacas y diez toros, veinte asnas y diez garañones,
17 y repartiendolo en manadas independientes, los
confió a sus siervos y les dijo: «Pasad delante de mí, dejando espacio
entre manada y manada.»
18 Y al primero le encargó: «Cuando te salga al paso
mi hermano Esaú y te pregunte “de quien eres y adónde vas, y para quien
es eso que va delante de ti”,
19 dices: “De tu siervo Jacob; es un regalo enviado
para mi señor Esaú. Precisamente, el mismo viene detrás de nosotros.”»
20 El mismo encargo hizo tambien al segundo, como
asimismo al tercero y a todos los que iban tras las manadas diciendo:
«En estos terminos hablareis a Esaú cuando le encontreis,
21 añadiendo: “Precisamente, tu siervo Jacob viene
detrás de nosotros.”» Pues se decía: «Voy a ganármelo con el regalo que
me precede, tras de lo cual me entrevistare con el; tal vez me haga
buena cara.»
22 Así, pues, mandó el regalo por delante, y el pasó
aquella noche en el campamento.
23 Aquella noche se levantó, tomó a sus dos mujeres
con sus dos siervas y a sus once hijos y cruzó el vado de Yabboq.
24 Les tomó y les hizo pasar el río, e hizo pasar
tambien todo lo que tenía.
25 Y habiendose quedado Jacob solo, estuvo luchando
alguien con el hasta rayar el alba.
26 Pero viendo que no le podía, le tocó en la
articulación femoral, y se dislocó el femur de Jacob mientras
luchaba con aquel.
27 Este le dijo: «Sueltame, que ha rayado el alba.»
Jacob respondió: «No te suelto hasta que no me hayas bendecido.»
28 Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» -
29 «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel;
porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has
vencido.»
30 Jacob le preguntó: «Dime por favor tu nombre.» -
«¿ Para que preguntas por mi nombre?» Y le bendijo allí mismo.
31 Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo):
«He visto a Dios cara a cara, y tengo la vida salva.»
32 El sol salió así que hubo pasado Penuel, pero el
cojeaba del muslo.
33 Por eso los israelitas no comen, hasta la fecha,
el nervio ciático, que está sobre la articulación del muslo, por haber
sido tocado Jacob en la articulación femoral, en el nervio ciático.
INICIO
Genesis 33
1 Jacob levantó los ojos y al ver que venía Esaú con
cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía y Raquel y las
dos siervas.
2 Puso a las siervas y sus niños al frente; despues a
Lía y sus niños, y a Raquel y Jose en la zaga,
3 y el se les adelantó y se inclinó en tierra siete
veces, hasta llegar donde su hermano.
4 Esaú, a su vez, corrió a su encuentro, le abrazó,
se le echó al cuello, le besó y lloró.
5 Levantó luego los ojos, y al ver a las mujeres y a
los niños, dijo: «¿Que son de ti estos?» - «Son los hijos que ha
otorgado Dios a tu siervo.»
6 Entonces se acercaron las siervas con sus niños, y
se inclinaron.
7 Acercóse tambien Lía con sus niños, y se
inclinaron. Y por último se acercaron Jose y Raquel y se inclinaron.
8 Dijo Esaú: «¿Que pretendes con toda esta caravana
que acabo de encontrar?» - «Es para hallar gracias a los ojos de mi
señor.»
9 Dijo Esaú: «Tengo bastante, hermano mío; sea para
ti lo tuyo.»
10 Replicó Jacob: «De ninguna manera. Si he hallado
gracias a tus ojos, toma mi regalo de mi mano, ya que he visto tu
rostro como quien ve el rostro de Dios, y me has mostrado simpatía.
11 Acepta, pues, el obsequio que te he traído; pues
Dios me ha favorecido y tengo de todo.» E instóle tanto que aceptó.
12 Dijo Esaú: «Vámonos de aquí, y yo te dare escolta.»
13 El le dijo: «Mi señor sabe que los niños son
tiernos, y que tengo conmigo ovejas y vacas criando; un día de ajetreo
bastaría para que muriese todo el rebaño.
14 Adelántese, pues, mi señor a su siervo, que yo
avanzare despacito, al paso del ganado que llevo delante, y al paso de
los niños, hasta que llegue donde mi señor, a Seír.»
15 Dijo Esaú: «Entonces voy a destacar contigo a
parte de la gente que me acompaña.» - «¿Para que tal? Con que halle yo
gracia a los ojos de mi señor...»
16 Rehízo, pues, Esaú aquel mismo día su camino rumbo
a Seír,
17 y Jacob partió para Sukkot donde edificó para sí
una casa y para su ganado hizo cabañas. Por donde se llamó aquel lugar
Sukkot.
18 Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, que
está en el territorio cananeo, viniendo de Paddán Aram, y acampó frente
a la ciudad.
19 Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por
cien agnos la parcela de campo donde había desplegado su tienda,
20 erigió allí un altar, y lo llamó de «El», Dios de
Israel.
INICIO
Genesis 34
1 Dina, la hija que Lía había dado a Jacob, salió una
vez a ver a las mujeres del país.
2 Siquem, hijo de Jamor el jivita, príncipe de
aquella tierra, la vio, se la llevó, se acostó con ella y la humilló.
3 Su alma se aficionó a Dina, hija de Jacob, se
enamoró de la muchacha y trató de convencerla.
4 Siquem dijo a su padre Jamor: «Tómame a esta chica
por mujer.»
5 Jacob oyó que Siquem había violado a su hija Dina,
pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó
silencio hasta su llegada.
6 Jamor, padre de Siquem, salió a donde Jacob para
hablar con el.
7 Los hijos de Jacob volvieron del campo al oírlo, y
se indignaron los hombres y les dio mucha rabia la afrenta hecha por
Siquem acostándose con la hija de Jacob: «Eso no se hace.»
8 Jamor habló con ellos diciendo: «Mi hijo Siquem se
ha prendado de vuestra hija, así que dádsela por mujer.
9 Emparentad con nosotros: dadnos vuestras hijas, y
tomad para vosotros la nuestras.
10 Quedaos a vivir con nosotros: teneis la tierra
franca. Instalaos, circulad libremente y adquirid propiedades.»
11 Siquem dijo al padre y a los hermanos de la chica:
«Ojalá me concedáis vuestro favor, y yo os dare lo que me pidáis.
12 Pedidme cualquier dote, por grande que sea, que yo
os dare cuanto me digáis; pero dadme a la muchacha por mujer.»
13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su
padre Jamor con disimulo, y dirigiendose a aquel que había violado a su
hermana Dina,
14 dijeron: «No podemos hacer tal cosa: dar nuestra
hermana a uno que es incircunciso, porque eso es una vergüenza para
nosotros.
15 Tan sólo os la daremos a condición de que os
hagáis como nosotros, circuncidándose todos vuestros varones.
16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos
para nosotros las vuestras, nos quedaremos con vosotros y formaremos un
solo pueblo.
17 Pero si no nos escucháis respecto a la
circuncisión, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos.»
18 Sus palabras parecieron bien a Jamor y a Siquem,
hijo de Jamor,
19 y el muchacho no tardó en ponerlo en práctica,
porque quería a la hija de Jacob. El mismo era el más honorable de toda
la casa de su padre.
20 Jamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su
ciudad y hablaron a todos sus conciudadanos diciendoles:
21 «Estos hombres nos vienen en son de paz. Que se
queden en el país y a circulen libremente, pues y a veis que
pueden disponer de tierra espaciosa. Tomemos a sus hijas por
mujeres y demosles las nuestras.
22 Pero sólo con esta condición accederán estos
hombres a quedarse con nosotros para formar un solo pueblo: que nos
circuncidemos todos los varones; igual que ellos están circuncidados.
23 Sus ganados y hacienda y todas sus bestias, ¿no
van a ser para nosotros? Así que lleguemos a un acuerdo con ellos y que
se queden con nosotros.»
24 Todos los que salían por la puerta de la ciudad
escucharon a Jamor y a su hijo Siquem, y se circuncidó todo varón
que salía por las puertas de la ciudad.
25 Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban
adoloridos, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina,
blandieron cada uno su espada y entrando en la ciudad sin peligro
mataron a todo varón.
26 Tambien mataron a Jamor y a Siquem a filo de
espada, y tomando a Dina de la casa de Siquem, salieron.
27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos,
pillaron la ciudad que había violado a su hermana,
28 se apoderaron de sus rebaños, vacadas y asnos,
cuanto había en la ciudad y cuanto había en el campo,
29 saquearon toda su hacienda y sus pequeñuelos y sus
mujeres, y pillaron todo lo que había dentro.
30 Jacob dijo a Simeón y a Leví: «Me habeis puesto a
malas haciendome odioso entre los habitantes de este país, los cananeos
y los perizitas, pues yo dispongo de unos pocos hombres, y ellos van a
juntarse contra mí, me atacarán y sere aniquilado yo y mi casa.»
31 Replicaron ellos: «¿Es que iban a tratar a nuestra
hermana como a una prostituta?»
INICIO
Genesis 35
1 Dios dijo a Jacob: «Levántate, sube a Betel y te
estableces allí, haciendo un altar al Dios que se te apareció cuando
huías de tu hermano Esaú.»
2 Jacob dijo a su casa y a todos los que le
acompañaban: «Retirad los dioses extraños que hay entre vosotros.
Purificaos, y mudaos de vestido.
3 Luego, levantemonos y subamos a Betel, y hare allí
un altar al Dios que me dio respuesta favorable el día de mi
tribulación, y que me asistió en mi viaje.»
4 Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños
que había en su poder, y los anillos de sus orejas, y Jacob los
escondió debajo de la encina que hay al pie de Siquem.
5 Partieron, pues, y un pánico divino cayó sobre las
ciudades de sus contornos; así no persiguieron a los hijos de Jacob.
6 Jacob llegó a Luz, que está en territorio cananeo -
es Betel - junto con todo el pueblo que le acompañaba,
7 y edificó allí un altar, llamando al lugar El
Betel, porque allí mismo se le había aparecido Dios cuando huía de su
hermano.
8 Debora, la nodriza de Rebeca, murió y fue sepultada
en las inmediaciones de Betel, debajo de una encina; y el la llamó la
Encina del Llanto.
9 Dios se apareció a Jacob una vez más a su llegada
de Paddán Aram y le bendijo.
10 Díjole Dios: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te
llamarás Jacob, sino que tu nombre será Israel.» Y le llamó Israel.
11 Díjole Dios: «Yo soy El Sadday. Se fecundo y
multiplícate. Un pueblo, una asamblea de pueblos tomará origen de ti y
saldrán reyes de tus entrañas.
12 La tierra que di a Abraham e Isaac, a ti te la
doy, y a tu descendencia y sucesión dare esta tierra.»
13 Y Dios subió de su lado.
14 Jacob erigió una estela en el lugar donde había
hablado Dios con el: una estela de piedra; derramó sobre ella una
libación, y vertió sobre ella aceite.
15 Jacob llamó a lugar donde había hablado Dios con el «Betel».
16 Partieron de Betel, y cuando aún faltaba un trecho
hasta Efratá, Raquel tuvo un mal parto.
17 Sucedió que, en medio de los apuros del parto, le
dijo la comadrona: «¡Animo, que tambien este es hijo!»
18 Entonces ella, al exhalar el alma, cuando moría,
le llamó Ben Oní; pero su padre le llamó Benjamín.
19 Murió Raquel y fue sepultada en el camino de
Efratá, o sea Belen.
20 Jacob erigió una estela sobre su sepulcro: es la
estela del sepulcro de Raquel hasta hoy.
21 Israel partió y desplegó su tienda más allá de
Migdal Eder.
22 Sucedió por entonces, mientras Israel residía en
aquel país, que fue Ruben y se acostó con Bilhá, la concubina de su
padre, e Israel se enteró de ello. Los hijos de Jacob fueron doce.
23 Hijos de Lía: el primogenito de Jacob, Ruben;
despues Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.
24 Hijos de Raquel: Jose y Benjamín.
25 Hijos de Bilhá, la esclava de Raquel: Dan y
Neftalí.
26 Hijos de Zilpá, la esclava de Lía: Gad y Aser.
Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Paddán Aram.
27 Jacob llegó adonde su padre Isaac, a Mambre o
Quiryat Arbá, - o sea, Hebrón - donde residieron Abraham e Isaac.
28 Isaac alcanzó la edad de 180 años.
29 Entonces Isaac expiró y murió, fue a reunirse con
su pueblo, anciano y lleno de días. Le sepultaron sus hijos Esaú y
Jacob.
INICIO
Genesis 36
1 Este es el linaje de Esaú, o sea Edom.
2 Esaú tomó a sus mujeres de entre las cananeas: a
Adá, hija de Elón el hitita, a Oholibamá, hija de Aná, hijo de Sibeón
el jorita,
3 y a Basmat, hija de Ismael, la hermana de Nebayot.
4 Adá dio a luz para Esaú a Elifaz, Basmat le dio a
Reuel.
5 Oholibamá le dio a Yeús, Yalam y Core. Estos son
los hijos que le nacieron a Esaú en Canaán.
6 Esaú tomó a sus mujeres, hijos e hijas y a todas la
personas de su casa, su ganado, todas sus bestias y toda la hacienda
que había logrado en territorio cananeo, y se fue al país de Seír,
enfrente de su hermano Jacob,
7 porque los bienes de entrambos eran demasiados para
poder vivir juntos, y el país donde residían no daba abasto para tanto
ganado como tenían.
8 Esaú se estableció, pues, en la tierra de Seír.
Esaú es Edom.
9 Estos son los descendientes de Esaú, padre de Edom,
en la montaña de Seír,
10 y estos los nombres de sus hijos: Elifaz, hijo de
Adá, mujer de Esaú, y Reuel, hijo de Basmat, mujer de Esaú.
11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Sefó,
Gaetam y Quenaz.
12 Timná fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú, y dio
a luz a Amalec. Estos son los descendientes de Adá, mujer de Esaú.
13 Y estos son los hijos de Reuel: Nájat, Zeraj,
Sammá y Mizzá. Estos son los descendientes de Basmat, mujer de Esaú.
14 Los hijos de la mujer de Esaú, Oholibamá, hija de
Aná, hijo de Sibeón, que ella dio a luz a Esaú, fueron estos: Yeús,
Yalam y Core.
15 He aquí los jeques de los hijos de Esaú. De los
hijos de Elifaz, primogenito de Esaú: el jeque Temán, el jeque Omar, el
jeque Sefó, el jeque Quenaz,
16 el jeque Gaetam, el jeque Amalec. Estos son los
jeques de Elifaz, en el país de Edom, y estos los descendientes de Adá.
17 Los hijos de Reuel, hijo de Esaú, fueron: el
jeque Najat, el jeque Zeraj, el jeque Sammá, el jeque Mizzá. Estos son
los jeque de Reuel, en el país de Edom; y estos los descendientes de
Basmat, mujer de Esaú.
18 Los hijos de Oholibamá, mujer de Esaú, fueron: el
jeque Yeús, el jeque Yalam, el jeque Core. Estos son los jeques
de Oholibamá, hija de Aná, mujer de Esaú.
19 Estos son los hijos de Esaú y estos sus jeques,
los de Edom.
20 He aquí los hijos de Seír el jorita, que habitaban
en aquella tierra: Lotán, Sobal, Sibeón, Aná,
21 Disón, Eser y Disán. Estos son los jeques de los
joritas, hijos de Seír, en el país de Edom.
22 Los hijos de Lotán fueron: Jorí y Hemam, y hermana
de Lotán fue Timná.
23 Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manájat, Ebal,
Sefó y Onam.
24 Los hijos de Sibeón: Ayyá y Aná. Este es el mismo
Aná que encontró las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba
los asnos de su padre Sibeón.
25 Los hijos de Aná: Disón y Oholibamá, hijo de Aná.
26 Los hijos de Disón: Jemdán, Esbán, Yitrán y Kerán.
27 Los hijos de Eser: Bilhán, Zaaván y Acán.
28 Los hijos de Disán: Us y Arán.
29 Estos son los jeques joritas: el jeque Lotán, el
jeque Sobal, el jeque Sibeón, el jeque Aná,
30 el jeque Disón, el jeque Eser, el jeque Disán.
Estos son los jeques joritas según sus clanes en el país de Seír.
31 Estos son los reyes que reinaron en Edom, antes de
reinar rey alguno de los israelitas.
32 Reinó en Edom Belá, hijo de Beor; y el nombre de
su ciudad era Dinhabá.
33 Murió Belá, y reinó en su lugar Yobab, hijo de
Zeraj, de Bosrá.
34 Murió Yobab, y reinó en su lugar Jusam, del país
de los temanitas.
35 Murió Jusam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de
Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su
ciudad era Avit.
36 Murió Hadad, y reinó en su lugar Samlá de Masrecá.
37 Murió Samlá, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot
del Río.
38 Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal Janán hijo de
Akbor.
39 Murió Baal Janán hijo de Akbor, y reinó en su
lugar Hadad; el nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer,
Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab.
40 Estos son los nombres de los jeques de Esaú, según
sus familias y territorios y por sus nombres. El jeque Timná, el jeque
Alvá, el jeque Yetet,
41 el jeque Oholibamá, el jeque Elá, el jeque Pinón.
42 el jeque Quenaz, el jeque Temán, el jeque Mibsar,
43 el jeque Magdiel, el jeque Iram. Estos son los
jeques de Edom, según sus moradas, en las tierras que ocupan. Este es
Esaú padre de Edom.
INICIO
Genesis 37
1 Jacob, por su parte, se estableció en el que fue
país residencial de su padre, el país de Canaán.
2 Esta es la historia de Jacob. Jose tenía diecisiete
años. Estaba de pastor de ovejas con sus hermanos - el, muchacho
todavía, con los hijos de Bilhá y los de Zilpá, mujeres de su padre. Y
Jose comunicó a su padre lo mal que se hablaba de ellos.
3 Israel amaba a Jose más que a todos los demás
hijos, por ser para el el hijo de la ancianidad. Le había hecho una
túnica de manga larga.
4 Vieron sus hermanos cómo le prefería su padre a
todos sus otros hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni
siquiera saludarle.
5 Jose tuvo un sueño y lo manifestó a sus
hermanos, quienes le odiaron más aún.
6 Les dijo: «Oíd el sueño que he tenido.
7 Me parecía que nosotros estábamos atando gavillas
en el campo, y he aquí que mi gavilla se levantaba y se tenía derecha,
mientras que vuestras gavillas le hacían rueda y se inclinaban hacia la
mía.»
8 Sus hermanos le dijeron: «¿Será que vas a reinar
sobre nosotros o que vas a tenernos domeñados?» Y acumularon todavía
más odio contra el por causa de sus sueños y de su palabras.
9 Volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus
hermanos. Díjoles: «He tenido otro sueño: Resulta que el sol, la luna y
once estrellas se inclinaban ante mí.»
10 Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su
padre le reprendió y le dijo: «¿Que sueño es ese que has tenido? ¿Es
que yo, tu madre y tus hermanos vamos a venir a inclinarnos ante ti
hasta el suelo?»
11 Sus hermanos le tenían envidia, mientras que su
padre reflexionaba.
12 Fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su
padre en Siquem,
13 y dijo Israel a Jose: «¿No están tus hermanos
pastoreando en Siquem? Ve de mi parte a donde ellos.» Dijo: «Estoy
listo.»
14 Díjole: «Anda, vete a ver si tus hermanos siguen
sin novedad, y lo mismo el ganado, y tráeme noticias.» Le envió, pues,
desde el valle de Hebrón, y Jose fue a Siquem.
15 Encontróse con el un hombre mientras estaba
discurriendo por el campo. El hombre le preguntó: «¿Que buscas?»
16 Díjole: «Estoy buscando a mis hermanos. Indícame,
por favor, dónde están pastoreando.»
17 El hombre le dijo: «Partieron de aquí, pues yo les
oí decir: “Vamos a Dotán.”» Jose fue detrás de sus hermanos y los
encontró en Dotán.
18 Ellos le vieron de lejos, y antes que se les
acercara, conspiraron contra el para matarle,
19 y se decían mutuamente: «Por ahí viene el soñador.
20 Ahora, pues, venid, matemosle y echemosle en un
pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz le devoró. Veremos
entonces en que paran sus sueños.»
21 Ruben lo oyó y le libró de sus manos. Dijo: «No
atentemos contra su vida.»
22 Ruben les dijo: «No derrameis sangre. Echadle a
ese pozo que hay en el páramo, pero no pongáis la mano sobre el.» Su
intención era de salvarle de sus hermanos para devolverle a su padre.
23 Y ocurrió, que cuando llegó Jose donde sus
hermanos, estos despojaron a Jose de su túnica - aquella túnica de
manga larga que llevaba puesta -,
24 y echándole mano le arrojaron al pozo. Aquel pozo
estaba vacío, sin agua.
25 Luego se sentaron a comer. Y levantando los ojos
divisaron una caravana de ismaelitas que venían de Galaad, con camellos
cargados de almáciga, sandáraca y ládano, que iban bajando hacia Egipto.
26 Entonces dijo Judá a sus hermanos: «¿Que aprovecha
el que asesinemos a nuestro hermano y luego tapemos su sangre?
27 Venid vamos a venderle a los ismaelitas, pero no
pongamos la mano en el, porque es nuestro hermano, carne nuestra.» Y
sus hermanos asintieron.
28 Pasaron unos madianitas mercaderes, y
descubriendole subieron a Jose del pozo. Vendieron a Jose a los
ismaelitas por veinte piezas de plata, y estos se llevaron a Jose a
Egipto.
29 Vuelve Ruben al pozo, y he aquí que Jose nos
estaba en el pozo. El desgarró sus ropas,
30 y volviendo donde sus hermanos les dijo: «El niño
no aparece, y yo ¿que hago ahora?»
31 Entonces tomaron la túnica de Jose, y degollando
un cabrito, tiñeron la túnica en sangre,
32 y enviaron la túnica de manga larga, haciendola
llegar hasta su padre con este recado: «Esto hemos encontrado: examina
si se trata de la túnica de tu hijo, o no.»
33 El la examinó y dijo: «¡Es la túnica de mi hijo!
¡Algún animal feroz le ha devorado! ¡Jose ha sido despedazado!»
34 Jacob desgarró su vestido, se echó un sayal a la
cintura e hizo duelo por su hijo durante muchos días.
35 Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarle,
pero el rehusaba consolarse y decía: «Voy a bajar en duelo al seol
donde mi hijo.» Y su padre le lloraba.
36 Por su parte, los madianitas, llegados a Egipto,
le vendieron a Putifar, eunuco de Faraón y capitán de los guardias.
INICIO
Genesis 38
1 Por aquel tiempo bajó Judá de donde sus hermanos
para dirigirse a cierto individuo de Adullam llamado Jirá.
2 Allí conoció Judá a la hija de un cananeo llamado
Súa y tomándola por esposa se llegó a ella;
3 ella concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Er.
4 Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, al que
llamó Onán.
5 Nuevamente dio a luz otro hijo, al que llamó Selá.
Ella se encontraba en Akzib al darle a luz.
6 Judá tomó para su primogenito Er a una mujer
llamada Tamar.
7 Er, el primogenito de Judá, fue malo a los ojos de
Yahveh, Yahveh le hizo morir.
8 Entonces Judá dijo a Onán: «Cásate con la mujer de
tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu
hermano.»
9 Onán sabía que aquella descendencia no sería suya,
y así, si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra,
evitando el dar descendencia a su hermano.
10 Pareció mal a Yahveh lo que hacía y le hizo morir
tambien a el.
11 Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: «Quedate como
viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá.» Pues se
decía: «Por si acaso muere tambien el, lo mismo que sus hermanos.»
Tamar se fue y quedó en casa de su padre.
12 Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, la
mujer de Judá. Cuando Judá se hubo consolado, subió a Timná para el
trasquileo de su rebaño, junto con Jirá su compañero adulamita.
13 Se lo notificaron a Tamar: «Oye, tu suegro sube a
Timná para el trasquileo de su rebaño.»
14 Entonces ella se quitó de encima sus ropas de
viuda y se cubrió con el velo, y bien disfrazada se sentó en Petaj
Enáyim, que está a la vera del camino de Timná. Veía, en efecto, que
Selá había crecido, pero que ella no le era dada por mujer.
15 Judá la vio y la tomó por una ramera, porque se
había tapado el rostro,
16 y desviándose hacia ella dijo: «Dejame ir contigo»
- pues no la reconoció como su nuera. Dijo ella: «¿Y que me das por
venir conmigo?» -
17 «Te mandare un cabrito de mi rebaño.» - «Si me das
prenda hasta que me lo mandes...» -
18 «¿Que prenda he de darte?» - «Tu sello, tu cordón
y el bastón que tienes en la mano.» El se lo dio y se unió a ella, la
cual quedó encinta de el.
19 Entonces se marchó ella y, quitándose el velo, se
vistió sus ropas de viuda.
20 Judá, por su parte, envió el cabrito por mediación
de su compañero el adulamita, para rescatar la prenda de manos de
la mujer, pero este no la encontró.
21 Preguntó a los del lugar: «¿Dónde está la ramera
aquella que había en Enáyim, a la vera del camino?» - «Ahí no ha habido
ninguna ramera» - dijeron.
22 Entonces el se volvió donde Judá y dijo: «No la he
encontrado; y los mismos lugareños me han dicho que allí no ha habido
ninguna ramera.»
23 «Pues que se quede con ello - dijo Judá -; que
nadie se burle de nosotros. Ya ves cómo he enviado ese cabrito, y
tú no la has encontrado.»
24 Ahora bien, como a los tres meses aproximadamente,
Judá recibió este aviso: «Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más,
ha quedado encinta a consecuencia de ello.» Dijo Judá: «Sacadla y que
sea quemada.»
25 Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a
su suegro: «Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta», y añadía:
«Examina, por favor, de quien es este sello, este cordón y este bastón.»
26 Judá lo reconoció y dijo: «Ella tiene más razón
que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo
Selá.» Y nunca más volvió a tener trato con ella.
27 Al tiempo del parto resultó que tenía dos mellizos
en el vientre.
28 Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó
la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano,
diciendo: «Este ha salido primero.»
29 Pero entonces retiró el la mano, y fue su hermano
el que salió. Ella dijo: «¡Cómo te has abierto brecha!» Y le llamó
Peres.
30 Detrás salió su hermano, que llevaba en la mano la
cinta escarlata, y le llamó Zeraj.
INICIO
Genesis 39
1 Jose fue bajado a Egipto, y le compró un egipcio,
Putifar, eunuco de Faraón y jefe de los guardias; le compró a los
ismaelitas que le habían bajado allá.
2 Yahveh asistió a Jose, que llegó a ser un hombre
afortunado, mientras estaba en casa de su señor egipcio.
3 Este echó de ver que Yahveh estaba con el y que
Yahveh hacía prosperar todas sus empresas.
4 Jose ganó su favor y entró a su servicio, y su
señor le puso al frente de su casa y todo cuanto tenía se lo confió.
5 Desde entonces le encargó de toda su casa y de todo
lo que tenía, y Yahveh bendijo la casa del egipcio en atención a
Jose, extendiendose la bendición de Yahveh a todo cuanto tenía en casa
y en el campo.
6 El mismo dejó todo lo suyo en manos de Jose y, con
el, ya no se ocupó personalmente de nada más que del pan que comía.
Jose era apuesto y de buena presencia.
7 Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor
se fijó en Jose y le dijo: «Acuestate conmigo.»
8 Pero el rehusó y dijo a la mujer de su señor: «He
aquí que mi señor no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo
cuanto tiene me lo ha confiado.
9 ¿No es el mayor que y o en esta casa? Y sin
embargo, no me ha vedado absolutamente nada más que a ti misma, por
cuanto eres su mujer. ¿Cómo entonces voy a hacer este mal tan grande,
pecando contra Dios?»
10 Ella insistía en hablar a Jose día tras día, pero el no accedió a acostarse y estar con ella.
11 Hasta que cierto día entró el en la casa para
hacer su trabajo y coincidió que no había ninguno de casa allí dentro.
12 Entonces ella le asió de la ropa diciendole:
«Acuestate conmigo.» Pero el, dejándole su ropa en la mano, salió
huyendo afuera.
13 Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en
su mano, huyó tambien afuera y gritó a los de su casa diciendoles:
14 - «¡Mirad! Nos ha traído un hebreo para que se
burle de nosotros. Ha venido a mí para acostarse conmigo, poro yo he
gritado,
15 y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su
vestido a mi lado y ha salido huyendo afuera.»
16 Ella depositó junto a sí el vestido de el, hasta
que vino su señor a casa,
17 y le repitió esto mismo: «Ha entrado a mí ese
siervo hebreo que tú nos trajiste, para abusar de mí;
18 pero yo he levantado la voz y he gritado, y
entonces ha dejado el su ropa junto a mí y ha huido afuera.»
19 Al oír su señor las palabras que acababa de
decirle su mujer: - «Esto ha hecho conmigo tu siervo» - se encolerizó.
20 Y el señor de Jose le prendió y le puso en la
cárcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey. Allí se quedó
en presidio.
21 Pero Yahveh asistió a Jose y le cubrió con su
misericordia, haciendo que se ganase el favor del alcaide.
22 El alcaide confió a Jose todos los detenidos que
había en la cárcel; todo lo que se hacía allí, lo hacía el.
23 El alcaide no controlaba absolutamente nada de
cuanto administraba Jose, ya que Yahveh le asistía y hacía prosperar
todas sus empresas.
INICIO
Genesis 40
1 Despues de estas cosas sucedió que el escanciador y
el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto.
2 Faraón se enojó contra sus dos eunucos, contra el
jefe de los escanciadores y el jefe de los panaderos,
3 y les puso bajo la custodia en casa del jefe de los
guardias, en prisión, en el lugar donde estaba detenido Jose.
4 El jefe de los guardias encargó de ellos a Jose,
para que les sirviese. Así pasaban los días en presidio.
5 Aconteció que ambos soñaron sendos sueños en una
misma noche, cada cual con su sentido propio: el escanciador y el
panadero del rey de Egipto que estaban detenidos en la prisión.
6 Jose vino a ellos por la mañana, y los encontró
preocupados.
7 Preguntó, pues, a los eunucos de Faraón, que
estaban con el en presidio en casa de su señor: «¿Por que teneis hoy
mala cara?»
8 «Hemos soñado un sueño - le dijeron - y no hay
quien lo interprete.» Jose les dijo: «¿No son de Dios los sentidos
ocultos? Vamos, contádmelo a mí.»
9 El jefe de los escanciadores contó su sueño a Jose
y le dijo: «Voy con mi sueño. Resulta que yo tenía delante una cepa,
10 y en la cepa tres sarmientos, que nada más echar
yemas, florecían enseguida y maduraban las uvas en sus racimos.
11 Yo tenía en la mano la copa de Faraón, y tomando
aquellas uvas, las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en la
mano de Faraón.»
12 Jose dijo: «Esta es la interpretación: los tres
sarmientos, son tres días.
13 Dentro de tres días levantará Faraón tu cabeza: te
devolverá a tu cargo, y pondrás la copa de Faraón en su mano, lo mismo
que antes, cuando eras su escanciador.
14 A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien, y
me haces el favor de hablar de mí a Faraón para que me saque de esta
casa.
15 Pues fui raptado del país de los hebreos, y por lo
demás, tampoco aquí hice nada para que me metieran en el pozo.»
16 Vio el jefe panaderos que era buena la
interpretación y dijo a Jose: «Voy con mi sueño: Había tres cestas de
pan candeal sobre mi cabeza.
17 En la cesta de arriba había de todo lo que come
Faraón de panadería, pero los pájaros se lo comían de la cesta, de
encima de mi cabeza.»
18 Respondió Jose: «Esta es su interpretación. Las
tres cestas, son tres días.
19 A vuelta de tres días levantará Faraón tu cabeza y
te colgará en un madero, y las aves se comerán la carne que te cubre.»
20 Al tercer día, que era el natalicio de Faraón, dio
este un banquete para todos sus servidores, y levantó la cabeza del
jefe de escanciadores y la del jefe de panaderos en presencia de sus
siervos.
21 Al jefe de escanciadores le restituyó en su
oficio, y volvió a poner la copa en manos de Faraón.
22 En cuanto al jefe de panaderos, le colgó: tal y
como les había interpretado Jose.
23 Pero el jefe de escanciadores no se acordó de
Jose, sino que le echó en olvido.
INICIO
Genesis 41
1 Al cabo de dos años. Faraón soñó que se encontraba
parado a la vera del río.
2 De pronto suben del río siete vacas hermosas y
lustrosas que se pusieron a pacer en el carrizal.
3 Pero he aquí que detrás de aquellas subían del río
otras siete vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se
pararon cabe las otras vacas en la margen del río,
4 y las vacas de mal aspecto y macilentas se comieron
a las siete vacas hermosas y lustrosas. Entonces Faraón se despertó.
5 Y vuelto a dormirse soñó otra vez que siete espigas
crecían en una misma caña, lozanas y buenas.
6 Pero he aquí que otras siete espigas flacas y
asolanadas brotaron despues de aquellas
7 y las espigas flacas consumieron a las siete
lozanas y llenas. Despertó Faraón, y he aquí que era un sueño.
8 Aquella mañana estaba inquieto su espíritu y envió
a llamar a todos los magos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les
contó su sueño, pero no hubo quien se lo interpretara a Faraón.
9 Entonces el jefe de escanciadores habló a Faraón
diciendole: «Hoy me acuerdo de mi yerro.
10 Faraón se había enojado contra sus siervos y me
había puesto bajo custodia en casa del jefe de los guardias a mí y al
jefe de panaderos.
11 Entonces tuvimos sendos sueños en una misma noche,
tanto yo como el, cada uno con su sentido propio.
12 Había allí con nosotros un muchacho hebreo, siervo
del jefe de los guardias. Le contamos nuestro sueño, y el nos dio el
sentido propio de cada cual.
13 Y resultó que según nos lo había interpretado, así
fue: A mí me restituyó Faraón en mi puesto, y a el le colgó.»
14 Faraón mandó llamar a Jose y le sacaron del pozo
con premura, se afeitó y mudó de vestido y compareció ante Faraón.
15 Dijo Faraón a Jose: «He tenido un sueño y no hay
quien lo interprete, pero he oído decir de ti que te basta oír un
sueño para interpretarlo.»
16 Respondió Jose a Faraón: «No hablemos de mí, que
Dios responda en buena hora a Faraón.»
17 Y refirió Faraón a Jose su sueño: «Resulta que
estaba yo parado a la orilla del río,
18 cuando de pronto suben del río siete vacas
lustrosas y de hermoso aspecto, las cuales pacían en el carrizal.
19 Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás
de aquellas, de muy ruin y mala catadura y macilentas, que jamás vi
como aquellas en toda la tierra de Egipto, de tan malas.
20 Y las siete vacas macilentas y malas se comieron a
las siete vacas primeras, las lustrosas.
21 Pero una vez que las tuvieron dentro, ni se
conocía que las tuviesen, pues su aspecto seguía tan malo como al
principio. Entonces me desperte,
22 y volví a ver en sueños cómo siete espigas crecían
en una misma caña, henchidas y buenas.
23 Pero he aquí que otras siete espigas secas, flacas
y asolanadas, brotaban despues de aquellas
24 y consumieron las espigas flacas a las siete
espigas hermosas. Se lo he dicho a los magos, pero no hay quien me lo
explique.»
25 Jose dijo a Faraón: «El sueño de Faraón es uno
solo: Dios anuncia a Faraón lo que va a hacer.
26 Las siete vacas buenas son siete años de
abundancia y las siete espigas buenas, siete años son: porque el
sueño es uno solo.
27 Y las siete vacas macilentas y malas que subían
despues de aquellas, son siete años; e igualmente las siete espigas
flacas y asolanadas, es que habrá siete años de hambre.
28 Esto es lo que yo he dicho a Faraón. Lo que Dios
va a hacer lo ha mostrado a Faraón.
29 He aquí que vienen siete años de gran hartura en
todo Egipto.
30 Pero despues sobrevendrán otros siete años de
hambre y se olvidará toda la hartura en Egipto, pues el hambre asolará
el país,
31 y no se conocerá hartura en el país, de tanta
hambre como habrá.
32 Y el que se haya repetido el sueño de Faraón dos
veces, es porque la cosa es firme de parte de Dios, y Dios se
apresura a realizarla.
33 Ahora, pues, fíjese Faraón en algún hombre
inteligente y sabio, y póngalo al frente de Egipto.
34 Hágalo así Faraón: ponga encargados al frente del
país y exija el quinto a Egipto durante los siete años de abundancia.
35 Ellos recogerán todo el comestible de esos años
buenos que vienen, almacenarán el grano a disposición de Faraón en las
ciudades, y lo guardarán.
36 De esta forma quedarán registradas las reservas de
alimento del país para los siete años de hambre que habrá en Egipto, y
así no perecerá el país de hambre.»
37 Pareció bien el discurso a Faraón y a todos sus
servidores,
38 y dijo Faraón a sus servidores: «¿Acaso se
encontrará otro como este que tenga el espíritu de Dios?»
39 Y dijo Faraón a Jose: «Despues de haberte dado a
conocer Dios todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
40 Tú estarás al frente de mi casa, y de tu boca
dependerá todo mi pueblo. Tan sólo el trono dejare por encima de ti.»
41 Dijo Faraón a Jose: «Mira: te he puesto al frente
de todo el país de Egipto.»
42 Y Faraón se quitó el anillo de la mano y lo puso
en la mano de Jose, le hizo vestir ropas de lino fino y le puso el
collar de oro al cuello,
43 luego le hizo montar en su segunda carroza, e iban
gritando delante de el: «¡Abrek!» Así le puso al frente de todo el país
de Egipto.
44 Dijo Faraón a Jose: «Yo, Faraón: sin tu licencia
no levantará nadie mano ni pie en todo Egipto.»
45 Faraón llamó a Jose Safnat Paneai y le dio por
mujer a Asnat, hija de Poti Fera, sacerdote de On. Y salió Jose con
autoridad sobre el país de Egipto.
46 Tenía Jose treinta años cuando compareció ante
Faraón, rey de Egipto, y salió Jose de delante de Faraón, y recorrió
todo Egipto.
47 La tierra produjo con profusión durante los siete
años de abundancia
48 y el hizo acopio de todos los víveres de los siete
años en que hubo hartura en Egipto poniendo en cada ciudad los víveres
de la campiña circundante.
49 Jose recolectó grano como la arena del mar, una
enormidad, hasta tener que desistir de contar porque era innumerable.
50 Antes que sobreviniesen los años de hambre, le
nacieron a Jose dos hijos que le dio Asnat, la hija de Poti Fera,
sacerdote de On.
51 Llamó Jose al primogenito Manases, porque - decía
- «Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre,»
52 y al segundo le llamó Efraím, porque - decía - «me
ha hecho fructificar Dios en el país de mi aflicción».
53 Concluyeronse los siete años de hartura que hubo
en Egipto,
54 y empezaron a llegar los siete años de hambre como
había predicho Jose. Hubo hambre en todas las regiones; pero en todo
Egipto había pan.
55 Toda la tierra de Egipto sintió tambien hambre, y
el pueblo clamó a Faraón pidiendo pan. Y dijo Faraón a todo Egipto: «Id
a Jose: haced lo que el os diga.»
56 - El hambre cundió par toda la haz de la tierra. -
Entonces Jose sacó todas las existencias y abasteció de grano a Egipto.
Arreciaba el hambre en Egipto;
57 de todos los países venían tambien a Egipto para
proveerse comprando grano a Jose, porque el hambre cundía por toda la
tierra.
INICIO
Genesis 42
1 Vio Jacob que se repartía grano en Egipto, y dijo
Jacob a sus hijos: «¿Por que os estáis ahí mirando?
2 Yo tengo oído que hay reparto de grano en Egipto.
Bajad a comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos.»
3 Bajaron, pues, los diez hermanos de Jose a
proveerse de grano en Egipto;
4 pero a Benjamín, hermano de Jose, no le envió Jacob
con sus hermanos, pues se decía: «No vaya a sucederle alguna desgracia.»
5 Fueron, pues, los hijos de Israel a comprar con
otros que iban, pues había hambre en el país cananeo.
6 Jose era el que regía en todo el país, y el mismo
en persona era el que distribuía grano a todo el mundo. Llegaron los
hermanos de Jose y se inclinaron rostro en tierra.
7 Vio Jose a sus hermanos y los reconoció, pero el no
se dio a conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?»
Dijeron: «De Canaán, para comprar víveres.»
8 O sea, que Jose reconoció a sus hermanos, pero
ellos no le reconocieron.
9 Jose entonces se acordó de aquellos sueños que
había soñado respecto a ellos, y les dijo: «Vosotros sois espías, que
venís a ver los puntos desguarnecidos del país.»
10 Dijeronle: «No, señor, sino que tus siervos han
venido a proveerse de víveres.
11 Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y
somos gente de bien: tus siervos no son espías.»
12 Díjoles: «Nada de eso: a lo que venís es a ver los
puntos desguarnecidos del país.»
13 Dijeronle: «Tus siervos somos doce hermanos, hijos
de un mismo padre, en el país cananeo; sólo que el menor está
actualmente con nuestro padre, y el otro no existe.»
14 Jose replicó: «Lo que yo os dije: sois espías.
15 Con esto sereis probados, ¡por vida de Faraón!, no
saldreis de aquí mientras no venga vuestro hermano pequeño acá.
16 Enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a
vuestro hermano, mientras los demás quedáis presos. Así serán
comprobadas vuestras afirmaciones, a ver si la verdad está con
vosotros. Que si no, ¡por vida de Faraón!, espías sois.»
17 Y los puso bajo custodia durante tres días.
18 Al tercer día les dijo Jose: «Haced esto - pues yo
tambien temo a Dios - y vivireis.
19 Si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se
quedará detenido en la prisión mientras los demás hermanos vais a
llevar el grano que tanta falta hace en vuestras casas.
20 Luego me traeis a vuestro hermano menor; entonces
se verá que son verídicas vuestras palabras y no morireis.» - Así lo
hicieron ellos. -
21 Y se decían el uno al otro: «A fe que somos
culpables contra nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos
pedía que tuviesemos compasión y no le hicimos caso. Por eso nos
hallamos en esta angustia.»
22 Ruben les replicó: «!? Nos os decía yo que no
pecarais contra el niño y no me hicisteis caso? ¡Ahora se reclama
su sangre!»
23 Ignoraban ellos que Jose les entendía, porque
mediaba un interprete entre ellos.
24 Entonces Jose se apartó de su lado y lloró; y
volviendo donde ellos tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos.
25 Mandó Jose que se les llenaran los envases de
grano, que se devolviera a cada uno su dinero en la talega, y que se
les pusiera provisiones para el camino; así se hizo con ellos.
26 Ellos pusieron su cargamento de grano sobre los
burros, y se fueron de allí.
27 Al ir a hacer noche, uno de ellos abrió su talega
para dar pienso a su burro, y vio que su dinero estaba en la boca
de la talega de grano.
28 Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero;
lo tengo aquí en mi talega.» Se quedaron sin aliento, y se miraban
temblando y diciendo: «¿Que es esto que ha hecho Dios con nosotros?»
29 Llegaron donde su padre, a Canaán, y le
manifestaron todas sus aventuras, diciendole:
30 «El hombre que es señor del país ha hablado con
nosotros duramente y nos ha tomado por espías del país.
31 Nosotros le hemos dicho que eramos gente de bien y
no espías,
32 que eramos doce hermanos, hijos del mismo padre;
que uno de nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente
con nuestro padre en Canaán.
33 Entonces nos dijo el hombre que es señor del país:
“De este modo conocere si sois gente de bien; dejad conmigo a uno
de vosotros, tomad lo que hace falta en vuestras casas y marchaos
34 a buscarme a vuestro hermano pequeño. Así conocere
que no sois espías, sino gente de bien. Entonces os entregare a vuestro
hermano y circulareis libremente por el país.”»
35 Ahora bien, cuando estaban vaciando sus talegas,
he aquí que cada uno tenía su dinero en la talega, y tanto ellos como
su padre, al ver las bolsas, sintieron miedo.
36 Su padre Jacob les dijo: «Me dejáis sin hijos:
Falta Jose, falta Simeón, y encima vais a quitarme a Benjamín. Esto
acabará conmigo.»
37 Dijo Ruben a su padre: «Que mueran mis dos hijos
si no te lo traemos. Confíalo a mí y yo te lo devolvere.»
38 Replicó: «No bajará mi hijo con vosotros, pues su
hermano está muerto y sólo me queda el. Si le ocurre cualquier
desgracia en ese viaje que vais a hacer, entonces haríais bajar mi
vejez con pena al seol.»
INICIO
Genesis 43
1 El hambre seguía abrumando la tierra.
2 Así pues, en cuanto acabaron de consumir el grano
traído de Egipto, les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de
comer.»
3 Judá le dijo: «Bien claro nos dio a entender aquel
hombre que no veríamos su rostro si no estaba con nosotros nuestro
hermano.
4 Si mandas a nuestro hermano con nosotros, bajaremos
y te compraremos víveres;
5 pero si no le mandas, no bajamos, porque aquel
hombre nos dijo: “No os presenteis a mí si no está vuestro hermano con
vosotros.”»
6 Dijo Israel: «¿Por que para desgracia mía hicisteis
saber a ese hombre que teníais otro hermano?»
7 Dijeron: «!el empezó preguntándonos por nuestra
familia, diciendonos: ¿Teneis aún padre? ¿Vive todavía vuestro padre?
¿Teneis algún otro hermano? Y nosotros nos limitamos a responder a sus
palabras. ¿Podíamos saber que iba a decirnos: Bajad a vuestro hermano?»
8 Dijo Judá a su padre Israel: «Deja ir al chico
conmigo; deja que vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni
nuestros pequeños.
9 Yo respondo de el, de mi mano lo exigirás si no lo
trajere aquí y te lo presentare, y estaría yo en falta contigo a
perpetuidad.
10 Que lo que es, si no nos hubieramos entretenido,
para estas horas ya estaríamos de vuelta.»
11 Díjoles su padre Israel: «Siendo así, hacedlo;
llevaos de lo más fino del país en vuestras cestas, y bajad a aquel
hombre un regalo, un poco de sandácara, un poco de miel, almáciga y
ládano, pistachos y almendras.
12 Tomáis tambien con vosotros el doble de plata y
devolveis personalmente la plata devuelta en la boca de vuestras
talegas, por si se trata de un error.
13 Tomad, pues, a vuestro hermano y volved
inmediatamente donde ese hombre;
14 que El Sadday os haga hallar misericordia ante ese
hombre, y que el os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a
Benjamín. Por mi parte, si he de perder a mis hijos, que le vamos a
hacer.»
15 Ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata
consigo, y asimismo a Benjamín, y poniendose en marcha bajaron a Egipto
y se presentaron a Jose.
16 Jose vio con ellos a Benjamin, y dijo a su
mayordomo: «Lleva a esos hombres a casa, mata algún animal y lo
preparas, porque esos hombres van a comer conmigo a mediodía.»
17 El hombre hizo como le había dicho Jose, y llevó a
los hombres a casa de Jose.
18 Ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de
Jose, y dijeron: «Es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la
otra vez, por lo que se nos trae acá, para ponernos alguna trampa, caer
sobre nosotros y reducirnos a esclavitud, junto con nuestros asnos.»
19 Y acercándose al mayordomo de Jose le dijeron a la
puerta de la casa:
20 «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente
a comprar víveres.
21 Pero resultó que cuando fuimos a hacer noche y
abrimos nuestras talegas de grano, nos encontramos con que la plata de
cada uno estaba en la boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y
la hemos devuelto con nosotros,
22 y además traemos con nosotros más plata para
comprar víveres. Ignoramos quien puso nuestra plata en nuestras
talegas.»
23 Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis.
Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las
talegas. Vuestra plata ya me llegó.» Y les sacó a Simeón.
24 Luego los introdujo en casa de Jose, les dio agua
y se lavaron los pies, y les dio pienso para sus asnos.
25 Entonces ellos prepararon el regalo, mientras
llegaba Jose a mediodía, pues oyeron que iban a comer allí.
26 Al entrar Jose en casa, le presentaron el regalo
que llevaban consigo y se inclinaron hasta el suelo.
27 El les saludó y les preguntó: «Vuestro anciano
padre de quien me hablasteis, ¿vive aún?»
28 Y le dijeron: «Está bien tu siervo, nuestro padre:
todavía vive.» Y postrándose se inclinaron.
29 Entonces Jose volvió los ojos y vio a Benjamín, su
hermano de madre, y dijo: «¿Este es vuestro hermano menor, de quien me
hablasteis?» Y añadió: «Dios te guarde, hijo mío.»
30 Jose tuvo que darse prisa, porque le daban ganas
de llorar de emoción por su hermano, y entrando en el cuarto lloró allí.
31 Luego se lavó la cara, salió y conteniendose dijo:
«Servid la comida.»
32 Y le sirvieron a el aparte, aparte a ellos, y
aparte a los egipcios que comían con el, porque los egipcios no
soportan comer con los hebreos, cosa detestable para ellos.
33 Sentáronse, pues, delante de el por orden de
antigüedad, de mayor a menor, y unos a otros se daban muestras de
asombro.
34 El fue tomando de delante de sí raciones para
ellos, y la ración de Benjamín era cinco veces mayor que la de todos
los demás. Ellos bebieron y se alegraron en su compañía.
INICIO
Genesis 44
1 Entonces el dio esta orden a su mayordomo: «Llena
de víveres las talegas de estos hombres, cuanto quepa en ellas, y pones
el dinero de cada uno en la boca de su talega.
2 Y mi copa, la copa de plata, la pones en la boca
del saco del pequeño, además del dinero de su compra.» Y el hizo
conforme a lo que había dicho Jose.
3 Alumbró el día, y se les despachó a ellos con sus
asnos.
4 Salieron de la ciudad, y no bien se habían alejado,
cuando Jose dijo a su mayordomo: «Levántate y persigue a esos
hombres, les das alcance y les dices: ¿Por que habeis pagado mal por
bien?
5 ¡Se trata nada menos que de lo que utiliza mi señor
para beber, y tambien para sus adivinaciones! ¡Que mal habeis obrado!»
6 El les alcanzó y les habló a este tenor.
7 Ellos le dijeron: «¿Por que habla mi señor de ese
modo? ¡Lejos de tus siervos hacer semejante cosa!
8 De modo que te hemos devuelto desde Canaán la plata
que encontramos en la boca de nuestras talegas, ¿e íbamos a robar ahora
de casa de nuestro señor plata ni oro?
9 Aquel de tus siervos a quien se le encuentre, que
muera; y tambien los demás nos haremos esclavos del señor.»
10 Dijo: «Sea así como decís: aquel a quien se le
encuentre, será mi esclavo; pero los demás quedareis disculpados.»
11 Ellos se dieron prisa en bajar sus talegas a
tierra y fueron abriendo cada cual la suya;
12 el les registró empezando por el grande y acabando
por el chico, y apareció la copa en la talega de Benjamín.
13 Entonces rasgaron ellos sus túnicas, y cargando
cada cual su burro regresaron a la ciudad.
14 Judá y sus hermanos entraron a casa de Jose, que
todavía estaba allí, y cayeron rostro en tierra.
15 Jose les dijo: «¿Que habeis hecho? ¡ ignorabais
que uno como yo tenía que adivinarlo sin falta?»
16 Judá dijo: «¿Que vamos a decir al señor, que vamos
a hablar, que excusa vamos a dar? Dios ha hallado culpables a sus
siervos, y henos aquí como esclavos de nuestro señor, tanto nosotros
como aquel en cuyo poder ha aparecido la copa.»
17 Replicó: «¡Lejos de mí, hacer eso! Aquel a quien
se le ha hallado la copa, ese será mi esclavo, que los demás subireis
sin novedad donde vuestro padre.»
18 Entonces se le acercó Judá y le dijo: «Con
permiso, señor, tu siervo va a pronunciar una palabra a los oídos de mi
señor, y que no se encienda tu ira contra tu siervo, pues tú eres como
el mismo Faraón.
19 Mi señor preguntó a sus siervos: “¿Teneis padre o
algún hermano?”
20 Y nosotros dijimos a mi señor: «”Sí, tenemos padre
anciano, y un hijo pequeño de su ancianidad. Otro hermano de este
murió; sólo le ha quedado este de su madre, y su padre le quiere.”
21 Entonces tú dijiste a tus siervos: «Bajádmelo, que
ponga mis ojos sobre el.”
22 Y dijimos a mi señor: “Imposible que el muchacho
deje a su padre, pues si le dejara, este moriría.”
23 Pero dijiste a tus siervos: “Pues si no baja
vuestro hermano menor con vosotros, no volvereis a verme la cara.”
24 Así pues, cuando subimos nosotros a mi padre, tu
siervo, le expusimos las palabras de mi señor.
25 Nuestro padre dijo: “Volved y compradnos algo de
comer.”
26 Dijimos: “No podemos bajar, a menos que nuestro
hermano pequeño vaya con nosotros. En ese caso sí bajaríamos. Porque no
podemos presentarnos a aquel hombre si no está con nosotros nuestro
hermano el pequeño.”
27 Mi padre, tu siervo, nos dijo: “Bien sabeis que mi
mujer me dio a los dos:
28 el uno se me marchó, y dije que seguramente habría
sido despedazado, y no le he vuelto a ver más hasta ahora.
29 Y ahora os lleváis tambien a este de mi presencia,
y le ocurre alguna desgracia, y habreis hecho bajar mi ancianidad al
seol con amargura.”
30 Ahora, pues, cuando yo llegue a donde mi padre, tu
siervo, y el muchacho no este con nosotros, teniendo como tiene el alma
tan apegada a la suya,
31 en cuanto vea que falta el muchacho morirá, y tus
siervos habrán hecho bajar la ancianidad de nuestro padre, tu siervo,
con tristeza al seol.
32 La verdad es que tu siervo ha traído al muchacho
de junto a su padre bajo palabra de que: “Si no te lo traigo, quedare
en falta para con mi padre a perpetuidad.”
33 Ahora, pues, que se quede tu siervo en vez del
muchacho como esclavo de mi señor, y suba el muchacho con sus hermanos.
34 Porque ¿cómo subo yo ahora a mi padre sin el
muchacho conmigo? ¡No quiero ni ver la aflicción en que caerá mi padre!»
INICIO
Genesis 45
1 Ya no pudo Jose contenerse delante de todos los que
en pie le asistían y exclamó: «Echad a todo el mundo de mi lado.»
Y no quedó nadie con el mientras se daba a conocer Jose a sus hermanos.
2 (Y se echó a llorar a gritos, y lo oyeron los
egipcios, y lo oyó hasta la casa de Faraón.)
3 Jose dijo a sus hermanos: «Yo soy Jose. ¿Vive aún
mi padre?» Sus hermanos no podían contestarle, porque se habían quedado
atónitos ante el.
4 Jose dijo a sus hermanos: «Vamos, acercaos a mí.»
Se acercaron, y el continuó: «Yo soy vuestro hermano Jose, a quien
vendisteis a los egipcios.
5 Ahora bien, no os pese mal, ni os de enojo el
haberme vendido acá, pues para salvar vidas me envió Dios delante de
vosotros.
6 Porque con este van dos años de hambre por la
tierra, y aún quedan cinco años en que no habrá arada ni siega.
7 Dios me ha enviado delante de vosotros para que
podáis sobrevivir en la tierra y para salvaros la vida mediante una
feliz liberación.
8 O sea, que no fuisteis vosotros los que me
enviasteis acá, sino Dios, y el me ha convertido en padre de Faraón, en
dueño de toda su casa y amo de todo Egipto.
9 Subid de prisa a donde mi padre, y decidle: “Así,
dice tu hijo Jose: Dios me ha hecho dueño de todo Egipto; baja a mí sin
demora.
10 Vivirás en el país de Gosen, y estarás cerca de
mí, tú y tus hijos y nietos, tus ovejas y tus vacadas y todo cuanto
tienes.
11 Yo te sustentare allí, pues todavía faltan cinco
años de hambre, no sea que quedeis en la miseria tú y tu casa y todo lo
tuyo.”
12 Con vuestros propios ojos estáis viendo, y tambien
mi hermano Benjamín con los suyos, que es mi boca la que os habla.
13 Notificad, pues, a mi padre toda mi autoridad en
Egipto y todo lo que habeis visto, y en seguida bajad a mi padre
acá.»
14 Y echándose al cuello de su hermano Benjamín,
lloró; tambien Benjamín lloraba sobre el cuello de Jose.
15 Luego besó a todos sus hermanos, llorando sobre
ellos; despues de lo cual sus hermanos estuvieron conversando con el.
16 En el palacio de Faraón corrió la voz: «Han venido
los hermanos de Jose.» La cosa cayó bien a Faraón y sus siervos,
17 y Faraón dijo a Jose: «Di a tus hermanos: Haced
esto: Cargad vuestras acemilas y poneos inmediatamente en Canaán ,
18 tomad a vuestro padre y vuestras familias, y venid
a mí, que yo os dare lo mejor de Egipto, y comereis lo más pingüe del
país.
19 Por tu parte, ordenales: Haced esto: Tomad de
Egipto carretas para vuestros pequeños y mujeres, y os traeis a vuestro
padre.
20 Y vosotros mismos no tengáis pena de vuestras
cosas, que le mejor de Egipto será para vosotros.»
21 Así lo hicieron los hijos de Israel; Jose les
proporcionó carretas por orden de Faraón; y les dio provisiones para el
camino.
22 A todos ellos dio sendas mudas, pero a Benjamín le
dio trescientas piezas de plata y cinco mudas.
23 A su padre le envió asimismo diez burros cargados
de lo mejor de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y víveres
para el viaje de su padre.
24 Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban
les dijo: «No os exciteis en el camino.»
25 Subieron, pues, de Egipto y llegaron a Canaán, a
donde su padre Jacob,
26 y le anunciaron: «Todavía vive Jose, y es el amo
de todo Egipto.» Pero el se quedó impasible, porque no les creía.
27 Entonces le repitieron todas las palabras que Jose
les había dicho, vio las carretas que Jose había enviado para
trasportarle, y revivió el espíritu de su padre Jacob.
28 Y dijo Israel: «¡Esto me basta! Todavía vive mi
hijo Jose: ire y le vere antes de morirme.»
INICIO
Genesis 46
1 Partió Israel con todas sus pertenencias y llegó a
Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac.
2 Y dijo Dios a Israel en visión nocturna: «¡Jacob,
Jacob!» - «Heme aquí», respondió. -
3 «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a
Egipto, porque allí te hare una gran nación.
4 Y bajare contigo a Egipto y yo mismo te subire
tambien. Jose te cerrará los ojos.»
5 Jacob partió de Berseba y los hijos de Israel
montaron a su padre Jacob, así como a sus pequeños y mujeres, en las
carretas que había mandado Faraón para trasportarle.
6 Tambien tomaron sus ganados y la hacienda lograda
en Canaán, y fueron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con el.
7 Sus hijos y nietos, sus hijas y nietas: a toda su
descendencia se la llevó consigo a Egipto.
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que
entraron en Egipto: Jacob y sus hijos. El primogenito de Jacob: Ruben,
9 y los hijos de Ruben: Henoc, Pallú, Jesrón y Karmí;
10 los hijos de Simeón: Yemuel, Yamín, Ohad, Yakín,
Sójar y Saúl, hijo de la cananea;
11 los hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí;
12 los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Peres y Zeraj,
(¡pero Er y Onán ya habían muerto en Canaán!) y los hijos de Peres:
Jesrón y Jamul;
13 los hijos de Isacar: Tolá, Puvá, Yasub y Simrón;
14 los hijos de Zabulón: Sered, Elón, Yajleel.
15 Estos fueron los hijos que Lía había dado a Jacob
en Paddán Aram, y tambien su hija Dina. Sus hijos y sus hijas eran en
total 33 personas.
16 Los hijos de Gad: Sefón, Jagguí, Suní, Esbón, Erí,
Arodí y Arelí.
17 Los hijos de Aser: Yimná, Yisvá, Yisví, Beriá y
Seraj, hermana de ellos. Hijos de Beriá: Jeber y Malkiel.
18 Estos son los hijos de Zilpá, la que Labán diera a
su hija Lía; ella engendró para Jacob estas dieciseis personas.
19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: Jose y
Benjamín.
20 A Jose le nacieron en Egipto Manases y Efraím, de
Asnat, hija de Poti Fera, sacerdote de On.
21 Los hijos de Benjamín: Belá, Beker, Asbel, Guerá,
Naamán, Ejí, Ros, Muppim, Juppim y Ard.
22 Estos son los hijos que Raquel dio a Jacob. En
total catorce personas.
23 Los hijos de Dan: Jusim.
24 Los hijos de Neftalí: Yajseel, Guní, Yeser y
Sillem.
25 Estos son los hijos de Bilhá, la que Labán diera a
su hija Raquel, y que aquella engendró para Jacob: en total siete
personas.
26 Todas las personas que entraron con Jacob en
Egipto, nacidas de sus entrañas, - salvo las mujeres de los hijos de
Jacob - hacían un total de 66 personas.
27 Los hijos de Jose, que le habían nacido en Egipto,
eran dos. Todas las personas de la casa de Jacob que entraron en Egipto
eran setenta.
28 Israel mandó a Judá por delante a donde Jose, para
que este le precediera a Gosen: y llegaron al país de Gosen.
29 Jose engancho su carroza y subió a Gosen, al
encuentro de su padre Israel; y viendole se echó a su cuello y estúvose
llorando sobre su cuello.
30 Y dijo Israel a Jose: «Ahora ya puedo morir,
despues de haber visto tu rostro, pues que tú vives todavía.»
31 Jose dijo a sus hermanos y a la familia de su
padre: «Voy a subir a avisar a Faraón y decirle: “Han venido a mí mis
hermanos y la casa de mi padre que estaban en Canaán.
32 Son pastores de ovejas, pues siempre fueron
ganaderos, y, han traído ovejas, vacadas y todo lo suyo.»
33 Así, cuando os llame Faraón y os diga. “¿Cuál es
vuestro oficio?”,
34 le decís: “Ganaderos hemos sido tus siervos desde
la mocedad hasta ahora, lo mismo que nuestros padres.” De esta suerte
os quedareis en el país de Gosen.» Porque los egipcios detestan a todos
los pastores de ovejas.
INICIO
Genesis 47
1 Vino, pues, Jose a dar parte a Faraón, diciendo:
«Mi padre, mis hermanos, sus ovejas y vacadas y todo lo suyo han venido
de Canaán, y ya están en el país de Gosen.»
2 Luego, de entre todos sus hermanos tomó consigo a
cinco varones y se los presentó a Faraón.
3 Dijo Faraón a los hermanos: «¿Cuál es vuestro
oficio?» Respondieron a Faraón: «Pastores de ovejas son tus siervos, lo
mismo que nuestros padres.»
4 Y dijeron a Faraón: «Hemos venido a residir en esta
tierra, porque no hay pastos para los rebaños que tienen tus siervos,
por ser grave el hambre en Canaán. Así pues, deja morar a tus siervos
en el país de Gosen.»
5-a Y dijo Faraón a Jose:
5-b Jacob, y sus hijos vinieron a Egipto donde Jose.
Faraón, rey de Egipto, se enteró y dijo a Jose: «Tu padre y tus
hermanos han venido a ti.
6-a Tienes el territorio egipcio por delante: en lo
mejor del país instala a tu padre y tus hermanos.»
6-b «Que residan en el país de Gosen. Y si te consta
que hay entre ellos gente capacitada, ponles por rabadanes de lo mío.»
7 Jose llevó a su padre Jacob y le presentó delante
de Faraón, y Jacob bendijo a Faraón.
8 Dijo Faraón a Jacob: «¿Cuántos años tienes?»
9 Respondió Jacob a Faraón: «Los años de mis andanzas
hacen 130 años: pocos y malos han sido los años de mi vida, y no han
llegado a igualar los años de vida de mis padres, en el tiempo de sus
andanzas.»
10 Bendijo, pues, Jacob a Faraón, y salió de su
presencia.
11 Jose instaló a su padre y sus hermanos,
asignándoles predio en territorio egipcio, en lo mejor del país, en el
país de Ramses, según lo había mandado Faraón.
12 Y Jose proveyó al sustento familiar de su padre y
sus hermanos y toda la casa de su padre.
13 No había pan en todo el país, porque el hambre era
gravísima y tanto Egipto como Canaán estaban muertos de hambre.
14 Entonces Jose se hizo con toda la plata existente
en Egipto y Canaán a cambio del grano que ellos compraban, y llevó Jose
aquella plata al palacio de Faraón.
15 Agotada la plata de Egipto y de Canaán, acudió
Egipto en masa a Jose diciendo: «Danos pan. ¿Por que hemos de morir en
tu presencia ahora que se ha agotado la plata?»
16 Dijo Jose: «Entregad vuestros ganados y os dare
pan por vuestros ganados, ya que se ha agotado la plata.»
17 Trajeron sus ganados a Jose y Jose les dio pan a
cambio de caballos, ovejas, vacas y burros. Y les abasteció de pan a
trueque de todos sus ganados por aquel año.
18 Cumplido el año, acudieron al año siguiente y le
dijeron: «No disimularemos a nuestro señor que se ha agotado la plata,
y tambien los ganados pertenecen ya a nuestro señor; no nos queda a
disposición de nuestro señor nada, salvo nuestros cuerpos y nuestras
tierras.
19 ¿Por que hemos de morir delante de tus ojos así
nosotros como nuestras tierras? Aprópiate de nosotros y de nuestras
tierras a cambio de pan, y nosotros con nuestras tierras pasaremos a
ser esclavos de Faraón. Pero danos simiente para que vivamos y no
muramos, y el suelo no quede desolado.»
20 De este modo se apropió Jose todo el suelo de
Egipto para Faraón, pues los egipcios vendieron cada uno su campo
porque el hambre les apretaba, y la tierra vino a ser de Faraón.
21 En cuanto al pueblo, lo redujo a servidumbre, de
cabo a cabo de las fronteras de Egipto.
22 Tan sólo las tierras de los sacerdotes no se las
apropió, porque los sacerdotes tuvieron tal privilegio de Faraón, y
comieron de dicho privilegio que les concedió Faraón. Por lo cual no
vendieron sus tierras.
23 Dijo entonces Jose al pueblo: «He aquí que os he
adquirido hoy para Faraón a vosotros y vuestras tierras. Ahí teneis
simiente: sembrad la tierra,
24 y luego, cuando la cosecha, dareis el quinto a
Faraón y las otras cuatro partes serán para vosotros, para siembra del
campo, y para alimento vuestro y de vuestros familiares, para alimento
de vuestras criaturas.»
25 Dijeron ellos: «Nos has salvado la vida. Hallemos
gracia a los ojos de mi señor, y seremos siervos de Faraón.»
26 Y Jose les impuso por norma, vigente hasta la
fecha respecto a todo el agro egipcio, dar el quinto a Faraón. Tan sólo
el territorio de los sacerdotes no pasó a ser de Faraón.
27 Israel residió en Egipto, en el país de Gosen; se
afincaron en el y fueron fecundos y se multiplicaron sobremanera.
28 Jacob vivió en Egipto diez y siete años, siendo
los días de Jacob, los años de su vida, 147 años.
29 Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó
a su hijo Jose y le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano
debajo de mi muslo y hazme este favor y lealtad: No me sepultes en
Egipto.
30 Cuando yo me acueste con mis padres, me llevarás
de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.» Respondió: «Yo hare
según tu palabra.» -
31 «Júramelo», dijo. Y Jose se lo juró. Entonces
Israel se inclinó sobre la cabecera de su lecho.
INICIO
Genesis 48
1 Sucedió tras esto que se le dijo a Jose: «Mira que
tu padre está malo.» Entonces el tomó consigo a sus dos hijos Manases y
Efraím,
2 y se hizo anunciar a Jacob: «Tu hijo Jose ha venido
a verte.» Entonces Israel, haciendo un esfuerzo, se sentó en su lecho.
3 Dijo Jacob a Jose: «El Saday se me apareció en Luz,
en país cananeo; me bendijo
4 y me dijo: “Mira, yo hare que seas fecundo y que te
multipliques; hare de ti una asamblea de pueblos, y dare esta tierra a
tu posteridad en propiedad eterna.”
5 Pues bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en
Egipto antes de venir yo a Egipto a reunirme contigo, míos son: Efraím
y Manases, igual que Ruben y Simeón, serán míos.
6 En cuanto a la prole que has engendrado despues de
ellos, tuya será y con el apellido de sus demás hermanos se la citará
en orden a la herencia.
7 Cuando yo venía de Paddán se me murió en el camino
Raquel, tu madre, en el país de los cananeos, a poco trecho para llegar
a Efratá, y allí la sepulte, en el camino de Efratá, o sea Belen.»
8 Vio Israel a los hijos de Jose y preguntó:
«¿Quienes son estos?»
9 Dijo Jose a su padre: «Son mis hijos, los que me ha
dado Dios aquí.» Y el dijo: «Tráemelos acá, que yo les bendiga.»
10 Los ojos de Jacob se habían nublado por la vejez y
no podía ver. Acercóselos, pues, y el los besó y los abrazó.
11 Dijo Israel a Jose: «Yo no sospechaba ver más tu
rostro, y ahora resulta que Dios me ha hecho ver tambien a tus hijos.»
12 Jose los sacó de entre las rodillas de su padre, y
se postró ante el rostro en tierra.
13 Jose los tomó a los dos, a Efraím con la derecha,
a la izquierda de Israel, y a Manases con la izquierda, a la derecha de
Israel, y los acercó a este.
14 Israel extendió su diestra y la puso sobre la
cabeza de Efraím, aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza
de Manases: es decir que cruzó las manos, puesto que Manases era el
primogenito;
15 y bendijo a Jose diciendo: «El Dios en cuya
presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi
pastor desde que existo hasta el presente día,
16 el Ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga
a estos muchachos; sean llamados con mi nombre y con el de mis
padres Abraham e Isaac, y multiplíquense y crezcan en
medio de la tierra.»
17 Al ver Jose que su padre tenía la diestra puesta
sobre la cabeza de Efraím, le pareció mal, y asió la mano de su padre
para retirarla de sobre la cabeza de Efraím a la de Manases.
18 Y dijo Jose a su padre: «Así no, padre mío, que este es el primogenito; pon tu diestra sobre su cabeza.
19 Pero rehusó su padre, y dijo: «Lo se, hijo mío, lo
se; tambien el será grande. Sin embargo, su hermano será más grande que el, y su descendencia se hará una muchedumbre de gentes.
20 Y les bendijo aquel día, diciendo: «Que con
vuestro nombre se bendiga en Israel, y se diga: ¡Hágate Dios como a
Efraím y Manases!» - y puso a Efraím por delante de Manasses. -
21 Dijo entonces Israel a Jose: «Yo muero; pero Dios
estará con vosotros y os devolverá a la tierra de vuestros padres.
22 Yo, por mi parte, te doy Siquem a ti, mejorándote
sobre tus hermanos: lo que tome al amorreo con mi espada y con mi arco.»
INICIO
Genesis 49
1 Jacob llamó a sus hijos y dijo: «Juntaos, y os
anunciare lo que os ha de acontecer en días venideros:
2 Apiñaos y oíd, hijos de Jacob, y escuchad a Israel,
vuestro padre.
3 Ruben, mi primogenito eres tú, mi vigor y las
primicias de mi virilidad , pletora de pasión y de ímpetu,
4 espumas como el agua: ¡Cuidado, no te desbordes!
porque subiste al lecho de tu padre; entonces violaste mi tálamo al
subir.
5 Simeón y Leví, hermanos; llevaron al colmo la
violencia con sus intrigas.
6 ¡En su conciliábulo no entres, alma mía; a su
asamblea no te unas, corazón mío!, porque estando de malas, mataron
hombres, y estando de buenas, desjarretaron toros.
7 ¡Maldita su ira, por ser tan impetuosa, y su
cólera, por ser tan cruel! Los dividire en Jacob, y los dispersare en
Israel.
8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la
cerviz de tus enemigos; inclínense a ti los hijos de tu padre.
9 Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío,
has vuelto; se recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quien le
hará alzar?
10 No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de
entre tus piernas. hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien
rindan homenaje las naciones;
11 el que ata a la vid su borriquillo y a la cepa el
pollino de su asna; lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su
sayo;
12 el de los ojos encandilados de vino, el de los
dientes blancos de leche.
13 Zabulón habita en la ribera del mar, y es
tripulante de barcos, a horcajadas sobre Sidón.
14 Isacar es un borrico corpulento echado entre las
aguaderas.
15 Aunque ve que el reposo es bueno, y que el suelo
es agradable, ofrece su lomo a la carga y termina sometiendose al
trabajo.
16 Dan juzgará a su pueblo como cualquiera de las
tribus de Israel.
17 Sea Dan una culebra junto al camino, una víbora
junto al sendero, que pica al caballo en los jarretes y cae su jinete
de espaldas.
18 En tu salvación espero, Yahveh.
19 A Gad atracadores le atracan, pero el atraca su
retaguardia.
20 Aser tiene pingüe su pan, y da manjares de rey
21 Neftalí es una cierva suelta, que da cervatillos
hermosos.
22 Un retoño es Jose, retoño junto a la fuente, cuyo
vástagos trepan sobre el muro.
23 Le molestan y acribillan, le asaltan los
flecheros;
24 pero es roto su arco violentamente y se aflojan
los músculos de sus brazos por las manos del Fuerte de Jacob, por el
Nombre del Pastor, la Piedra de Israel,
25 por el Dios de tu padre, pues el te ayudará, el
Dios Sadday, pues el te bendecirá con bendiciones de los cielos desde
arriba, bendiciones del abismo que yace abajo, bendiciones de los
pechos y del seno,
26 bendiciones de espigas y de frutos, amen de las
bendiciones de los montes seculares, y el anhelo de los collados
eternos. ¡Sean para la cabeza de Jose, y para la frente del consagrado
entre sus hermanos!
27 Benjamín, lobo rapaz; de mañana devora su presa, y
a la tarde reparte el despojo.»
28 Todas estas son las tribus de Israel, doce en
total, y esto es lo que les dijo su padre, bendiciendoles a cada uno
con su bendición correspondiente.
29 Luego les dio este encargo: «Yo voy a reunirme con
los míos. Sepultadme junto a mis padres en la cueva que está en el
campo de Efrón el hitita,
30 en la cueva que está en el campo de la Makpelá,
enfrente de Mambre, en el país de Canaán, el campo que compró Abraham a
Efrón el hitita, como propiedad sepulcral:
31 allí sepultaron a Abraham y a su mujer Sara; allí
sepultaron a Isaac y a su mujer Rebeca, y allí sepulte yo a Lía.
32 Dicho campo y la cueva que en el hay fueron
adquiridos de los hititas.»
33 Y en habiendo acabado Jacob de hacer encargos a
sus hijos, recogió sus piernas en el lecho, expiró y se reunió con los
suyos.
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Genesis 50
1 Jose cayó sobre el rostro de su padre, lloró sobre el y lo besó.
2 Luego encargó Jose a sus servidores medicos que
embalsamaran a su padre, y los medicos embalsamaron a Israel.
3 Emplearon en ellos cuarenta días, porque este es el
tiempo que se emplea con los embalsamados. Y los egipcios le lloraron
durante setenta días.
4 Transcurridos los días de luto por el, habló Jose a
la casa de Faraón en estos terminos: «Si he hallado gracia a vuestros
ojos, por favor, haced llegar a oídos de Faraón esta palabra:
5 Mi padre me tomó juramento diciendo: “Yo me muero.
En el sepulcro que yo me labre en el país de Canaán, allí me has de
sepultar.” Ahora, pues, permíteme que suba a sepultar a mi padre, y
luego volvere.»
6 Dijo Faraón: «Sube y sepulta a tu padre como el te
hizo jurar.»
7 Subió Jose a enterrar a su padre, y con el subieron
todos los servidores de Faraón, los más viejos de palacio, y todos los
ancianos de Egipto,
8 así como toda la familia de Jose, sus hermanos y la
familia de su padre. Tan sólo a sus pequeñuelos, sus rebaños y vacadas,
dejaron en el país de Gosen.
9 Subieron con el además carros y aurigas: un cortejo
muy considerable.
10 Llegados a Goren Haatad, que está allende el
Jordán, hicieron allí un duelo muy grande y solemne, y Jose lloró a su
padre durante siete días.
11 Los cananeos, habitantes del país, vieron el duelo
en Goren Haatad y dijeron: «Duelo de importancia es ese de los
egipcios.» Por eso se llamó el lugar Abel Misráyim, que está allende el
Jordán.
12 Sus hijos, pues, hicieron por el como el se lo
había mandado;
13 le llevaron sus hijos al país de Canaán, y le
sepultaron en la cueva del campo de la Makpelá, el campo que había
comprado Abraham en propiedad sepulcral a Efrón el hitita, enfrente de
Mambre.
14 Regresó Jose a Egipto con sus hermanos, y todos
cuantos habían subido con el a sepultar a su padre.
15 Vieron los hermanos de Jose que había muerto su
padre y dijeron: «A ver si Jose nos guarda rencor y nos devuelve todo
el daño que le hicimos.»
16 Por eso mandaron a Jose este recado: «Tu padre
encargó antes de su muerte:
17 “Así direis a Jose: Por favor, perdona el crimen
de tus hermanos y su pecado.” Cierto que te hicieron daño, pero ahora
tú perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» Y Jose lloró
mientras le hablaban.
18 Fueron entonces sus hermanos personalmente y
cayendo delante de el dijeron: «Henos aquí, esclavos tuyos somos.»
19 Replicóles Jose: «No temáis, ¿estoy yo acaso en
vez de Dios?
20 Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo
pensó para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo
numeroso.
21 Así que no temáis; yo os mantendre a vosotros y a
vuestros pequeñuelos.» Y les consoló y les habló con afecto.
22 Jose permaneció en Egipto junto con la familia de
su padre, y alcanzó Jose la edad de 110 años.
23 Jose vio a los biznietos de Efraím; asimismo los
hijos de Makir, hijo de Manases, nacieron sobre las rodillas de Jose.
24 Por último, Jose dijo a sus hermanos: «Yo muero,
pero Dios se ocupará sin falta de vosotros y os hará subir de este país
al país que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.»
25 Jose hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo:
«Dios os visitará sin falta, y entonces os llevareis mis huesos de
aquí.»
26 Y Jose murió a la edad de 110 años; le
embalsamaron, y se le puso en una caja en Egipto.
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