PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA




























ISAÍAS

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Isaias 1
1Visión que Isaias, hijo de Amós, vio tocante a Juda y Jerusalén en tiempo de Ozias, Jotam, Ajaz y Ezequias, reyes de Juda.
2Oid, cielos, escucha, tierra, que habla Yahveh; «Hijos crié y saqué adelante, y ellos se rebelaron contra mi.
3Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne.»
4¡Ay, gente pecadora, pueblo tarado de culpa. semilla de malvados, hijos de perdición! Han dejado a Yahveh, han despreciado al Santo de Israel, se han vuelto de espaldas.
5¿En dónde golpearos ya, si seguis contumaces? La cabeza toda esta enferma, toda entraña doliente.
6De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana: golpes, magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite.
7Vuestra tierra es desolación, vuestras ciudades, hogueras de fuego; vuestro suelo delante de vosotros extranjeros se lo    comen, y es una desolación como devastación de extranjeros.
8Ha quedado la hija de Sión como cobertizo en viña, como albergue en pepinar, como ciudad sitiada.
9De no habernos dejado Yahveh Sebaot un residuo minúsculo, como Sodoma seriamos, a Gomorra nos pareceriamos.
10Oid una palabra de Yahveh, regidores de Sodoma. Escuchad una instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
11«¿A mi qué, tanto sacrificio vuestro? - dice Yahveh -. Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de    cebones; y sangre de novillos y machos cabrios no me agrada,
12cuando venis a presentaros ante mi. ¿Quién ha solicitado de vosotros esa pateadura de mis    atrios?
13No sigais trayendo oblación vana: el humo del incienso me resulta detestable. Novilunio, sabado, convocatoria: no tolero falsedad y solemnidad.
14Vuestros novilunios y solemnidades aborrece mi alma: me han resultado un gravamen que me cuesta llevar.
15Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros. Aunque menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos estan de sangre llenas:
16lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorias de delante de mi vista, desistid de hacer el mal,
17aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Asi fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearan. Y asi fueren rojos como el carmesi, cual la lana quedaran.
19Si aceptais obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.
20Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha hablado la boca de Yahveh.
21¡Cómo se ha hecho adúltera la villa leal! Sión llena estaba de equidad, justicia se albergaba en ella, pero ahora, asesinos.
22Tu plata se ha hecho escoria. Tu bebida se ha aguado.
23Tus jefes, revoltosos y aliados con bandidos. Cada cual ama el soborno y va tras los regalos. Al huérfano no hacen justicia, y el pleito de la viuda no llega hasta ellos.
24Por eso - oraculo del Señor Yahveh Sebaot, el Fuerte de Israel -: ¡Ay! Voy a desquitarme de mis contrarios, voy a vengarme de mis enemigos.
25Voy a volver mi mano contra ti y purificaré al crisol tu escoria, hasta quitar toda tu ganga.
26Voy a volver a tus jueces como eran al principio, y a tus consejeros como antaño. Tras de lo cual se te llamara Ciudad de Justicia, Villa-leal.
27Sión por la equidad sera rescatada, y sus cautivos por la justicia.
28Padeceran quebranto rebeldes y pecadores a una, y los desertores de Yahveh se acabaran.
29Porque os avergonzaréis de las encinas que anhelabais, y os afrentaréis de los jardines que preferiais.
30Porque seréis como encina que se le cae la hoja, y como jardin que a falta de agua esta.
31El hombre fuerte se volvera estopa, y su trabajo, chispa: arderan ambos a una, y no habra quien apague.

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Isaias 2
1Lo que vio Isaias, hijo de Amós, tocante a Juda y Jerusalén.
2Sucedera en dias futuros que el monte de la Casa de Yahveh sera asentado en la cima de los montes y se alzara por encima de las colinas. Confluiran a él todas las naciones,
3y acudiran pueblos numerosos. Diran: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldra la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.
4Juzgara entre las gentes, sera arbitro de pueblos numerosos. Forjaran de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantara espada nación contra nación, ni se ejercitaran mas en la guerra.
5Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh.
6Has desechado a tu pueblo, la Casa de Jacob, porque estaban llenos de adivinos y evocadores, como los filisteos, y con extraños chocan la mano;
7se llenó su tierra de plata y oro, y no tienen limite sus tesoros; se llenó su tierra de caballos, y no tienen limite sus carros;
8se llenó su tierra de idolos, ante la obra de sus manos se inclinan, ante lo que hicieron sus dedos.
9Se humilla el hombre, y se abaja el varón: pero no les perdones.
10Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.
11Los ojos altivos del hombre seran abajados, se humillara la altaneria humana, y sera exaltado Yahveh solo en aquel dia.
12Pues sera aquel dia de Yahveh Sebaot para toda depresión, que sea enaltecida, y para todo lo levantado, que sera rebajado:
13contra todos los cedros del Libano altos y elevados, contra todas las encinas del Basan,
14contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados,
15contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible,
16contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de tesoros.
17Se humillara la altivez del hombre, y se abajara la altaneria humana; sera exaltado Yahveh solo, en aquel dia,
18y los idolos completamente abatidos.
19Entraran en las grietas de las peñas y en las hendiduras de la tierra, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.
20Aquel dia arrojara el hombre a los musgaños y a los topos los idolos de plata y los idolos de oro que él se hizo  para postrarse ante ellos,
21y se metera en los agujeros de las peñas y en las hendiduras de las piedras, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.
22Desentendeos del hombre, en cuya nariz sólo hay aliento, porque ¿qué vale él?

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Isaias 3
1Pues he aqui que el Señor Yahveh Sebaot esta quitando de Jerusalén y de Juda todo sustento y apoyo: (todo sustento de pan y todo sustento de agua);
2el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el augur y el anciano,
3el jefe de escuadra y el favorito, el consejero, el sabio hechicero y el habil    encantador.
4Les daré mozos por jefes, y mozalbetes les dominaran.
5Querra mandar la gente, cada cual en cada cual, los unos a los otros y cada cual en su compañero. Se revolvera el mozo contra el anciano, y el vil contra el hombre de peso.
6Pues agarrara uno a su hermano al de su mismo apellido, diciéndole: «Túnica gastas: principe nuestro seas, toma a tu cargo esta ruina.»
7Pero el otro exclamara aquel dia: «No seré vuestro médico; en mi casa no hay pan ni túnica: no me pongais por principe del pueblo.» 
8Asi que tropezó Jerusalén, y Juda ha caido; pues sus lenguas y sus fechorias a Yahveh han llegado,    irritando los ojos de su majestad.
9La expresión de su rostro les denuncia, y sus pecados como Sodoma manifiestan, no se ocultan. ¡Ay de ellos, porque han merecido su propio mal!
10Decid al justo que bien, que el fruto de sus acciones comera.
11¡Ay del malvado! que le ira mal, que el mérito de sus manos se le dara.
12A mi pueblo le oprime un mozalbete, y mujeres le dominan. Pueblo mio, tus regidores vacilan y tus derroteros confunden.
13Se levanta a pleitear Yahveh y esta en pie para juzgar a los pueblos.
14Yahveh demanda en juicio a los ancianos de su pueblo y a sus jefes. «Vosotros habéis incendiado la viña, el despojo del misero tenéis en vuestras casas.
15Pero ¿qué os importa? Machacais a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres» - oraculo del Señor Yahveh Sebaot -.
16Dice Yahveh: «Por cuanto son altivas las hijas de Sión, y andan con el cuello estirado y guiñando los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas»,
17rapara el Señor el craneo de las hijas de Sión, y Yahveh destapara su desnudez.
18Aquel dia quitara el Señor el adorno de las ajorcas, los solecillos y las lunetas;
19los aljófares, las lentejuelas y los cascabeles;
20los peinados, las cadenillas de los pies, los ceñidores, los pomos de olor y los amuletos,
21los anillos y aretes de nariz;
22los vestidos preciosos, los mantos, los chales, los bolsos,
23los espejos, las ropas finas, los turbantes y las mantillas.
24Por debajo del balsamo habra hedor, por debajo de la faja, soga, por debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de arpillera. y por debajo de la hermosura, vergüenza.
25Tus gentes a espada caeran, y tus campeones en guerra.
26Y daran ayes y se doleran a las puertas, y tú, asolada, te sentaras por tierra.

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Isaias 4
1Asiran siete mujeres a un hombre en aquel dia diciendo: «Nuestro pan comeremos, y con nuestras túnicas nos vestiremos. Tan sólo déjanos llevar tu nombre: quita nuestro oprobio.»
2Aquel dia el germen de Yahveh sera magnifico y glorioso, y el fruto de la tierra sera la prez y ornato de los bien librados de Israel.
3A los restantes de Sión y a los que quedaren de Jerusalén, se les llamara santos: seran todos los apuntados como vivos en Jerusalén.
4Cuando haya lavado el Señor la inmundicia de las hijas de Sión, y las manchas de sangre de Jerusalén haya limpiado del interior de ella con viento justiciero y viento    abrasador,
5creara Yahveh sobre todo lugar del monte de Sión y sobre toda su reunión, nube y humo de dia, y resplandor de fuego llameante de noche. Y por encima la gloria de Yahveh sera toldo
6y tienda para sombra contra el calor diurno, y para abrigo y reparo contra el aguacero y la lluvia.

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Isaias 5
1Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una viña tenia mi amigo en un fértil otero.
2La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y ademas excavó en ella un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agraces.
3Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Juda, venid a juzgar entre mi viña y yo:
4¿Qué mas se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo? Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces?
5Ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi viña: quitar su seto, y sera quemada; desportillar su cerca, y sera pisoteada.
6Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde. crecera la zarza y el espino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella.
7Pues bien, viña de Yahveh Sebaot es la Casa de Israel, y los hombres de Juda son su plantio exquisito. Esperaba de ellos justicia, y hay iniquidad; honradez, y hay alaridos.
8¡Ay, los que juntais casa con casa, y campo a campo anexionais, hasta ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del pais!
9Asi ha jurado a mis oidos Yahveh Sebaot: «¡Han de quedar desiertas muchas casas; grandes y hermosas, pero sin moradores!
10Porque diez yugadas de viña daran sólo una medida, y una carga de simiente producira una medida.»
11¡Ay, los que despertando por la mañana andan tras el licor; los que trasnochan, encandilados por el vino!
12Sólo hay arpas y citaras, pandero y flauta en sus libaciones, y no contemplan la obra de Yahveh, no ven la acción de sus manos.
13Por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban muertos de hambre, y su plebe se resecaba de sed.
14Por eso ensanchó el seol su seno dilató su boca sin medida, y a él baja su nobleza y su plebe y su turba gozosa.
15Se humilla el hombre, se abaja el varón, los ojos de los altivos son abajados;
16es ensalzado Yahveh Sebaot en juicio, el Dios Santo muestra su santidad por su justicia.
17Paceran los corderos como en su pastizal, y entre las ruinas gordos cabritos ramonearan.
18¡Ay, los que arrastran la culpa con coyundas de engaños y el pecado como con bridas de novilla!
19Los que dicen: «¡Listo, apresure su acción, de modo que la veamos. Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, y que lo sepamos!»
20¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!
21¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para si mismos discretos!
22¡Ay, los campeones en beber vino, los valientes para escanciar licor,
23los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho.
24Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se derrumba: la raiz de ellos sera como podre, y su flor subira como tamo. Pues recusaron la enseñanza de Yahveh Sebaot y despreciaron el dicho del Santo de Israel.
25Por eso se ha encendido la ira de Yahveh contra su pueblo, extendió su mano sobre él y le golpeó. Y mató a los principes: sus cadaveres yacian como basura en medio de las calles. Con todo eso, no se ha calmado su ira, y aún sigue extendida su mano.
26Iza bandera a un pueblo desde lejos y le silba desde los confines de la tierra: vedlo aqui, rapido, viene ligero.
27No hay en él quien se canse y tropiece, quien se duerma y se amodorre; nadie se suelta el cinturón de los lomos, ni se rompe la correa de su calzado.
28Sus saetas son agudas y todos sus arcos estan tensos. Los cascos de sus caballos semejan pedernal y sus ruedas, torbellino.
29Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros, brama y agarra la presa, la arrebata, y no hay quien la libre.
30Bramara contra él aquel dia como el bramido del mar, y oteara la tierra, y habra densa oscuridad, pues la luz se habra oscurecido en la espesa tiniebla.

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Isaias 6
1El año de la muerte del rey Ozias vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
2Unos serafines se mantenian erguidos por encima de él; cada uno tenia seis alas: con un par se cubrian la faz,  con otro par se cubrian los pies, y con el otro par aleteaban,
3Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena esta toda la tierra de su gloria.».
4Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
5Y dije: «¡Ay de mi, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!»
6Entonces voló hacia mi uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas habia tomado de sobre el altar,
7y tocó mi boca y dijo: «He aqui que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado esta expiado.»
8Y percibi la voz del Señor que decia: «¿A quién enviaré? ¿y quién ira de parte nuestra»?Dije: «Heme aqui: enviame.»
9Dijo: «Ve y di a ese pueblo: “Escuchad bien, pero no entendais, ved bien, pero no comprendais.”
10Engorda el corazón de ese pueblo hazle duro de oidos, y pégale los ojos, no sea que vea con sus ojos. y oiga con sus oidos, y entienda con su corazón, y se convierta y se le cure.»
11Yo dije: «¿Hasta dónde, Señor?» Dijo: «Hasta que se vacien las ciudades y queden sin    habitantes, las casas sin hombres, la campiña desolada,
12y haya alejado Yahveh a las gentes, y cunda el abandono dentro del pais.
13Aun el décimo que quede en él volvera a ser devastado como la encina o el roble, en cuya tala queda un tocón: semilla santa sera su tocón.»

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Isaias 7
1En tiempo de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozias, rey de Juda, subió Rasón, rey de Aram, con Pécaj, hijo de Remalias, rey de Israel, a Jerusalén para atacarla, mas no pudieron hacerlo.
2La casa de David habia recibido este aviso: «Aram se ha unido con Efraim», y se estremeció el corazón del rey y  el corazón de su pueblo, como se estremecen los arboles del bosque por el viento.
3Entonces Yahveh dijo a Isaias: «Ea, sal con tu hijo Sear Yasub al final del caño de la alberca superior, por la calzada del campo del Batanero, al encuentro de Ajaz,
4y dile: «¡Alerta, pero ten calma! No temas, ni desmaye tu corazón por ese par de cabos de tizones humeantes,
5ya que Aram, Efraim y el hijo de Remalias han maquinado tu ruina diciendo:
6Subamos contra Juda y desmembrémoslo, abramos brecha en él y pongamos alli por rey al hijo de Tabel.”
7Asi ha dicho el Señor Yahveh: No se mantendra, ni sera asi;
8porque la capital de Aram es Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón; Pues bien: dentro de sesenta y cinco años, Efraim dejara de ser pueblo.
9La capital de Efraim es Samaria, y el cabeza de Samaria, el hijo de Remalias. Si no os afirmais en mi no seréis firmes.»
10Volvió Yahveh a hablar a Ajaz diciendo:
11«Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo mas alto.»
12Dijo Ajaz: «No la pediré, no tentaré a Yahveh.»
13Dijo Isaias: «Oid, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansais también a mi Dios?
14Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aqui que una doncella esta encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondra por nombre Emmanuel.
15Cuajada y miel comera hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno.
16Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo y elegir lo bueno, sera abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo.
17Yahveh atraera sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, dias cuales no los hubo desde aquel en que se apartó Efraim de Juda (el rey de    Asur).
18Aquel dia silbara Yahveh al enjambre que hay en los confines de los rios de Egipto, y a las abejas que hay en tierra de Asur;
19vendran y se posaran todas ellas en las quebradas, en los resquicios de las peñas, en todas las corrientes y en todos los arroyos.
20Aquel dia rapara el Señor con navaja alquilada allende el Rio, con el rey de Asur, la cabeza y el vello de las piernas y también la barba afeitara,
21Aquel dia criara cada uno una novilla y un par de ovejas.
22Y asi de tanto dar leche, comera cuajada, porque «cuajada y miel comera todo el que quedare dentro del pais».
23Aquel dia, cualquier lugar donde antes hubo mil cepas por valor de mil piezas de plata, sera de la zarza y el abrojo.
24Con flechas y arco se entrara alli, pues zarza y abrojo sera toda la tierra,
25y en ninguno de los montes que se desbrozan con la azada se podra entrar por temor de las zarzas y abrojos; sera dehesa de bueyes y pastizal de ovejas.»

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Isaias 8
1Yahveh me dijo: «Toma una placa grande, escribe en ella con buril: de Maher Salal Jas Baz,
2y toma por fieles testigos mios al sacerdote Urias y a Zacarias, hijo de Baraquias.»
3Me acerqué a la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo, Yahveh me dijo: «Llamale Maher Salal Jas Baz,
4pues antes que sepa el niño decir “papa” y “mama”, la riqueza de Damasco y el botin de Samaria seran llevados ante el rey de Asur.»
5Volvió Yahveh a hablarme de nuevo:
6«Porque ha rehusado ese pueblo las aguas de Siloé que van de vagar y se ha desmoralizado ante Rasón y el hijo de    Remalias,
7por lo mismo, he aqui que el Señor hace subir contra ellos las aguas del Rio embravecidas y copiosas. Desbordara por todos sus cauces, (el rey de Asur y todo su esplendor) invadira todas sus riberas.
8Seguira por Juda anegando a su paso, hasta llegar al cuello. Y la envergadura de sus alas abarcara la anchura de tu tierra, Emmanuel.
9Sabedlo, pueblos: seréis destrozados; escuchad, confines todos de la tierra; en guardia: seréis destrozados; en guardia: seréis destrozados.
10Trazad un plan: fracasara. Decid una palabra: no se cumplira. Porque con nosotros esta Dios.
11Pues asi me ha dicho Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir por el camino de ese pueblo:
12No llaméis conspiración a lo que ese pueblo llama conspiración, ni temais ni tembléis de lo que él teme.
13A Yahveh Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él vuestro temblor.
14Sera un santuario y piedra de tropiezo y peña de escandalo para entrambas Casas de Israel; lazo y trampa para los moradores de Jerusalén.
15Alli tropezaran muchos, caeran, se estrellaran y seran atrapados y presos.
16Envuelve el testimonio, sella la enseñanza entre mis discipulos.
17Aguardaré por Yahveh, el que vela su faz de la casa de Jacob, y esperaré por él.
18Aqui estamos yo y los hijos que me ha dado Yahveh, por señales y pruebas en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, el que reside en el monte Sión.
19Y cuando os dijeren: «Consultad a los nigromantes y a los adivinos que bisbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses, por los vivos a los muertos?»:
20en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si diran cosa tal! Lo que no tiene provecho.
21Pasara por alli lacerado y hambriento, y asi que le dé el hambre, se enojara y faltara a su rey y a su Dios. Volvera el rostro a lo alto,
22la tierra oteara, y sólo habra cerrazón y negrura, lobreguez prieta y tiniebla espesa.
23Pues, ¿no hay lobreguez para quien tiene apretura? Como el tiempo primero ultrajó a la tierra de Zabulón y a    la tierra de Neftali, asi el postrero honró el    camino  del mar, allende el Jordan, el distrito de    los Gentiles.

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Isaias 9
1El pueblo que andaba a oscuras
2vio una luz grande. Los que vivian en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegria. Alegria por tu presencia, cual la alegria en la siega, como se regocijan repartiendo botin.
3Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el dia de Madian.
4Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre seran para la quema, pasto del fuego.
5Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estara el señorio sobre su hombro, y se llamara su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Principe de Paz».
6Grande es su señorio y la paz no tendra fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hara eso.
7Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caido en Israel.
8Sabedla, pueblo todo, Efraim y los habitantes de Samaria, los que con arrogancia y engreimiento dicen:
9«Los ladrillos han caido, pero de sillar edificaremos; los sicómoros fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.»
10Pues bien, Yahveh ha dado ventaja a su adversario, Rasón, y azuzó a sus enemigos:
11Aram por delante y los filisteos por detras, devoraron a Israel a boca llena. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
12Pero el pueblo no se volvió hacia el que le castigaba, no buscaron a Yahveh Sebaot.
13Por eso ha cercenado Yahveh a Israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo dia.
14El anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la cola.
15Los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus dirigidos, extraviados.
16Por eso, de sus jóvenes no se apiadara el Señor, con sus huérfanos y viudas no tendra misericordia, pues todos son impios y malvados, y toda boca profiere majaderia Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
17Porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y va a prender en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo.
18Por el arrebato de Yahveh la tierra ha sido quemada, y es el pueblo como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano,
19Corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia; cada uno se come la carne de su brazo.
20Manasés devora a Efraim Efraim a Manasés, y ambos a una van contra Juda. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.

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Isaias 10
1¡Ay! los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que escriben vejaciones,
2excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los miseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botin, y despojando a los huérfanos.
3Pues ¿qué haréis para el dia de la cuenta y la devastación que de lontananza viene? ¿a quién acudiréis para pedir socorro? ¿dónde dejaréis vuestra gravedad?
4Con tal de no arrodillarse entre los prisioneros, entre los muertos caerian. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
5¡Ay, Asur, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja!
6Contra gente impia voy a guiarlo, contra el pueblo de mi cólera voy a mandarlo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como el lodo de las calles.
7Pero él no se lo figura asi, ni su corazón asi lo estima, sino que su intención es arrasar y exterminar gentes no pocas.
8Pues dice: «¿No son mis jefes todos ellos reyes?
9¿No es Kalnó como Karkemis? ¿No es Jamat como Arpad? ¿No es Samaria como Damasco?
10Como alcanzó mi mano a los reinos de los idolos - cuyas estatuas eran mas que las de Jerusalén y    Samaria -
11como hice con Samaria y sus idolos, ¿no haré asimismo con Jerusalén y sus simulacros?»
12Pues bien, cuando hubiere dado remate el Señor a todas sus empresas en el monte Sión y en Jerusalén, pasara revista  al fruto del engreimiento del rey de Asur y al orgullo altivo de sus ojos.
13Porque dijo: «Con el poder de mi mano lo hice, y con mi sabiduria, porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, sus almacenes he saqueado, y he abatido como un fuerte a sus habitantes.
14Como un nido ha alcanzado mi mano la riqueza de los pueblos, y como se recogen huevos abandonados, he recogido yo toda la tierra, y no hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara.»
15¿Acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? ¿o se tiene por mas grande la sierra que el que la blande? ¡como si la vara moviera al que la levanta! ¡como si a quien no es madera el bastón alzara!
16Por eso enviara Yahveh Sebaot entre sus bien comidos, enflaquecimiento, y, debajo de su opulencia, encendera un incendio como de fuego.
17La luz de Israel vendra a ser fuego, y su Santo, llama; ardera y devorara su espino y su zarza en un solo dia,
18y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo sera consumido: sera como el languidecer de un enfermo.
19Lo que quede de los arboles de su bosque sera tan poco, que un niño los podra contar.
20Aquel dia no volveran ya el resto de Israel y los bien librados de la casa de Jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyaran con firmeza en Yahveh.
21Un resto volvera, el resto de Jacob, al Dios poderoso.
22Que aunque sea tu pueblo, Israel, como la arena del mar, sólo un resto de él volvera. Exterminio decidido, rebosante de justicia.
23Porque es un exterminio decidido lo que Yahveh Sebaot realizara en medio de toda la    tierra.
24Por tanto, asi dice el Señor Yahveh Sebaot:  «No temas, pueblo mio que moras en Sión, a Asur que con la vara te da golpes y su bastón levanta contra ti (en el camino de    Egipto).
25Porque un poquito mas y se habra consumado el furor, y mi ira los consumira.»
26Despertara contra él Yahveh Sebaot un azote, como cuando la derrota de Madian en la peña de Horeb, o cuando levantó su bastón contra el mar en el camino de Egipto.
27Aquel dia te quitara su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cerviz sera arrancado. Y el yugo    sera destruido (...)
28Vino sobre Ayyat, pasó por Migrón, en Mikmas pasó revista.
29Han pasado el Vado: «Haremos noche en Gueba.» Temblaba Rama, Guibea de Saúl huia.
30¡Da gritos de júbilo, Bat Gallim, escucha Laisa! ¡Respóndele, Anatot!
31Se desbandó Madmena. Los habitantes de Guebim se han puesto a salvo.
32Hoy mismo en Nob haciendo alto menea su mano contra el Monte de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33He aqui que el Señor Yahveh Sebaot sacude el ramaje con estrépito; las guias mas altas estan partidas y las elevadas van a caer.
34Golpeara las espesuras del bosque con el hierro, y por los golpes de un Poderoso, caera.

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Isaias 11
1Saldra un vastago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raices brotara.
2Reposara sobre él el espiritu de Yahveh: espiritu de sabiduria e inteligencia, espiritu de consejo y fortaleza, espiritu de ciencia y temor de Yahveh.
3Y le inspirara en el temor de Yahveh. No juzgara por las apariencias, ni sentenciara de oidas.
4Juzgara con justicia a los débiles, y sentenciara con rectitud a los pobres de la tierra. Herira al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matara al malvado.
5Justicia sera el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos.
6Seran vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echara con el cabrito, el novillo y el cachorro paceran juntos, y un niño pequeño los conducira.
7La vaca y la osa paceran, juntas acostaran sus crias, el león, como los bueyes, comera paja.
8Hurgara el niño de pecho en el agujero del aspid, y en la hura de la vibora el recién destetado metera la mano.
9Nadie hara daño, nadie hara mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estara llena de conocimiento de    Yahveh, como cubren las aguas el mar.
10Aquel dia la raiz de Jesé que estara enhiesta para estandarte de pueblos, las gentes la buscaran, y su morada sera gloriosa.
11Aquel dia volvera el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo que haya quedado de Asur y de Egipto, de Patrós, de Kus, de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas del mar.
12Izara bandera a los gentiles, reunira a los dispersos de Israel, y a los desperdigados de Juda agrupara de los cuatro puntos cardinales.
13Cesara la envidia de Efraim, y los opresores de Juda seran exterminados. Efraim no envidiara a Juda y Juda no oprimira a Efraim.
14Ellos se lanzaran sobre la espalda de Filistea Maritima, a una saquearan a los hijos de Oriente. Edom y Moab bajo el dominio de su mano, y los ammonitas bajo su obediencia.
15Secara Yahveh el golfo del mar de Egipto y agitara su mano contra el Rio. Con la violencia de su soplo lo partira en siete arroyos, y hara posible pasarlo en sandalias;
16habra un camino real para el resto de su pueblo que haya sobrevivido de Asur, como lo hubo para Israel, cuando subió del pais de Egipto.

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Isaias 12
1Y diras aquel dia: «Yo te alabo, Yahveh, pues aunque te airaste contra mi, se ha calmado tu ira y me has compadecido.
2He aqui a Dios mi Salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahveh es mi fuerza y mi canción, él es mi salvación,»
3Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación.»
4y diréis aquel dia: «Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su nombre.
5Cantad a Yahveh, porque ha hecho algo sublime, que es digno de saberse en toda la tierra.
6Dad gritos de gozo y de júbilo, moradores de Sión, que grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

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Isaias 13
1Oraculo contra Babilonia, que contempló Isaias, hijo de Amós.
2Sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad la mano y que entren por las puertas de los nobles.
3Yo he mandado a mis consagrados y también he llamado a mis valientes, para ejecutar mi ira a mis gallardos.
4¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido estrepitoso de reinos, naciones reunidas! Yahveh Sebaot pasa revista a su tropa de combate.
5Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, Yahveh y los instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra.
6Ululad, que cercano esta el Dia de Yahveh, como la destrucción de Sadday viene.
7Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite.
8Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros llameantes.
9He aqui que el Dia de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores.
10Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna,
11pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa. Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré.
12Haré que el hombre sea mas escaso que el oro fino, y la humanidad mas que metal de Ofir.
13Por eso haré temblar los cielos, y se removera la tierra de su sitio, en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el dia de su ira hirviente.
14Sera como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las reúna: cada uno enfilara hacia su pueblo, cada uno huira hacia su tierra.
15Todo el que fuere descubierto sera traspasado, y todo el que fuere apresado caera por la espada.
16Sus parvulos seran estrellados ante sus ojos, seran saqueadas sus casas, y sus mujeres violadas.
17He aqui que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman la plata, ni desean el oro.
18Machacaran a todos sus muchachos, estrellaran a todas sus muchachas, del fruto del vientre no se apiadaran ni de las criaturas tendran lastima sus ojos.
19Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, sera semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios.
20No sera habitada jamas ni poblada en generaciones y generaciones, ni pondra tienda alli el arabe, ni pastores apacentaran alli.
21Alli tendran aprisco bestias del desierto y se llenaran sus casas de mochuelos. Alli moraran las avestruces y los satiros brincaran alli.
22Se responderan las hienas en sus alcazares y los chacales en sus palacios de recreo. Su hora esta para llegar y sus dias no tendran prórroga.

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Isaias 14
1Cuando se compadezca Yahveh de Jacob y prefiera todavia a Israel, los afincara en el solar de ellos, y se les juntaran forasteros, que seran incorporados a la casa de Jacob.
2Tomaran a otros pueblos y, llevandoselos a su lugar, se los apropiara la casa de Israel sobre el solar de Yahveh como esclavos y esclavas. Haran cautivos a sus cautivadores, y dominaran sobre sus tiranos.
3Entonces, cuando te haya calmado Yahveh de tu disgusto y tu desazón y de la dura servidumbre a que fuiste sometido,
4dirigiras esta satira al rey de Babilonia. Diras: ¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
5Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los déspotas,
6que golpeaba a los pueblos con saña golpes sin parar, que dominaba con ira a las naciones acosandolas sin tregua.
7Esta tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones.
8Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Libano: «Desde que tú has caido en paz, no sube el talador a nosotros.»
9El seol, alla abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por ti despierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones.
10Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has vuelto débil como nosotros, y a nosotros eres semejante!
11Ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus citaras. Tienes bajo ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera.
12¡Cómo has caido de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tierra, dominador de naciones!
13Tú que habias dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte.
14Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altisimo.
15¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo mas hondo del pozo.»
16Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es aquél, el que hacia estremecer la tierra, el que hacia temblar los reinos,
17el que puso el orbe como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a sus prisioneros no abria la carcel?»
18Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada uno en su morada.
19Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadaver pisoteado.
20No tendras con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu pueblo has asesinado. No se nombrara jamas la descendencia de los malhechores.
21Preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea que se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del orbe.
22Yo me alzaré contra ellos - oraculo de Yahveh Sebaot - y suprimiré en Babilonia el nombre y resto, hijos y nietos  - oraculo de Yahveh.
23La convertiré en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barreré con escoba exterminadora - oraculo de Yahveh  Sebaot.
24Ha jurado Yahveh Sebaot diciendo: «Tal como lo habia ideado, asi fue. Y como lo planeé, asi se cumplira:
25Quebrantaré a Asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotearé. Se apartara su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se apartara.»
26Este es el plan tocante a toda la tierra, y ésta la mano extendida sobre las naciones.
27Si Yahveh Sebaot toma una decisión, ¿quién la frustrara? Si él extiende su mano, ¿quién se la hara retirar?
28El año en que murió el rey Ajaz hubo esta oraculo:
29No te alegres, Filistea toda, porque se haya quebrado la vara del que te heria; pues de raiz de culebra saldra vibora, y su fruto sera dragón volador.
30Los débiles paceran en mis pastos y los pobres en seguro se acostaran, mientras que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo que de ti reste
31¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derritete, Filistea toda, que del norte una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas!
32¿Y qué se respondera a los mensajeros de esa gente?: «Que Yahveh fundó a Sión, y en ella se refugiaran los pobres de su pueblo.»

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Isaias 15
1Oraculo sobre Moab. Porque de noche ha sido saqueada, Ar Moab ha perecido Porque de noche ha sido saqueada, Quir Moab ha perecido.
2Subia la hija de Dibbón a los oteros llorando: sobre el Nebo y sobre Medba Moab ulula. En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, raida.
3En sus calles se han ceñido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas todo el mundo ulula, baja llorando.
4Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oia su voz. Por eso los guerreros de Moab tiemblan, su alma le tiembla dentro.
5Su corazón por Moab clama, sus fugitivos van hasta Soar (Eglat Selisiyya). ¡La cuesta de Lujit la suben llorando, y por el camino de Joronayim dan gritos desgarrados!
6¡Las aguas de Nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se agostó el césped, no hay verdor!
7Por eso hicieron ahorros... y sus reservas allende el arroyo de los Sauces se las llevan.
8¡Los gritos han rodeado las fronteras de Moab; hasta Eglayim llega su ulular, en Beer Elim su ulular!
9¡Las aguas de Dimón van llenas de sangre! ¡Aún mas añadiré sobre Dimón! ¡Contra los escapados de Moab, y contra los que queden en su suelo un león!

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Isaias 16
1Enviad corderos al señor del pais desde la Roca del Desierto al monte de la hija de Sión.
2Como aves espantadas, nidada dispersa, seran las hijas de Moab cabe los vados del Arnón.
3Presenta algún plan, toma una decisión. Haz tu sombra como la noche en pleno mediodia; esconde a los acosados, al fugitivo no delates.
4Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el devastador. Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y desaparezcan del pais los opresores,
5sera establecido sobre la piedad el trono, y se sentara en él con lealtad - en la tienda de David - un juez que busque el derecho, y sea presto a la justicia.
6Hemos oido la arrogancia de Moab: ¡una gran arrogancia! Su altaneria, su arrogancia y su furor y sus bravatas sin fuerza.
7Por eso, que ulule Moab por Moab; ulule todo él. Por los panes de uvas de Quir Jaréset gimen: «¡Ay, abatidos!»
8Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibma, cuyas cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se perdian por el desierto, sus frondas se extendian, pasaban la mar.
9Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibma. Te regaré con mis lagrimas, Jesbón y Elalé, porque sobre tu  cosecha y sobre tu segada se ha extinguido el clamor,
10y se retira del vergel alegria y alborozo, y en las viñas no se lanzan cantos de júbilo, ni gritos. Vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor ha cesado.
11Por eso mis entrañas por Moab como el arpa resuenan, y mi interior por Quir Jeres.
12Luego, cuando vea Moab que se cansa sobre el alto, entrara a su santuario a orar, pero nada podra.
13Esta es la palabra que en un tiempo pronunció Yahveh acerca de Moab.
14Y ahora ha hablado Yahveh diciendo: «Dentro de tres años, como años de jornalero, sera despreciada la gloria de Moab con toda su numerosa muchedumbre, y el resto sera pequeñisimo, insignificante.»

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Isaias 17
1Oraculo contra Damasco. He aqui que Damasco deja de ser ciudad, y va a ser montón de derribo.
2Abandonadas sus ciudades para siempre, seran para los ganados; se acostaran alli y no habra quien los espante.
3Dejara de existir el baluarte de Efraim y el reinado de Damasco, y el resto de Aram vendra a ser como la gloria de los israelitas - oraculo de Yahveh Sebaot -.
4Aquel dia, sera debilitada la gloria de Jacob, y su gordura enflaquecera.
5Sera como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; sera como espigador en el valle de Refaim,
6- que quedan en él rebuscos -; como en el vareo del olivo: dos, tres bayas en la punta de la guia; cuatro, cinco en sus ramas fructiferas - oraculo de Yahveh, el Dios de Israel -.
7Aquel dia se dirigira el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el Santo de Israel miraran.
8No se fijara en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus dedos mirara: los cipos y las estelas solares.
9Aquel dia estaran tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de los bosques y matorrales, ante los hijos de Israel: habra desolación.
10Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no te acordaste. Por eso plantabas plantios deleitosos, y de mugrón extranjero los sembraste.
11Hoy tu plantio veias crecer, y florecer desde la mañana tu simiente. Pero desaparecera la mies el dia de la enfermedad, y el dolor sera incurable.
12¡Ay!, bramar de muchos pueblos,  como bramar de mares braman. Retumbar de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.
13(De naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.) Pero él las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los montes por el    viento, y como torbellino por el huracan.
14A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya no existen. Esea sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de nuestros saqueadores.

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Isaias 18
1¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los rios de Kus,
2la que envia por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan rios.
3Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse pendón en los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad;
4que asi me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocio en el calor de la siega.
5Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en cierne comience a madurar, cortara los sarmientos con la podadera y los pampanos viciosos arrancara y podara.
6Seran dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los montes y de las bestias de la tierra; pasaran alli el verano las rapaces y toda bestia terrestre alli invernara.
7En aquel tiempo se presentara un obsequio a Yahveh Sebaot, al lugar del nombre de Yahveh Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre, nación  vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan rios.

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Isaias 19
1Oraculo contra Egipto. Alla va Yahveh cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto, se tambalean los idolos de Egipto ante él y el corazón de Egipto se derrite en su interior.
2Revolveré a egipcios contra egipcios, peleara cada cual con su hermano, y cada uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra reino.
3Se trastornara el espiritu de Egipto en su interior, y sus planes anularé. Consultaran a los idolos, a los brujos, a los nigromantes y los adivinos.
4Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los dominara - oraculo del Señor Yahveh Sebaot -.
5Se desecaran las aguas del mar, y el Rio se secara y quedara seco; hederan los rios,
6menguaran y se secaran los canales de Egipto. La caña y el junco se marchitaran.
7Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado del canal se secaran, seran aventados y desapareceran.
8Gemiran los pescadores, y se lamentaran todos los que echan en el canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languideceran.
9Estaran confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores palideceran.
10Estaran sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados.
11En verdad, estan locos los principes de Soan, los sabios consejeros de Faraón forman un estúpido consejo. ¿Cómo decis a Faraón: «Hijo de sabios soy, hijo de reyes antiguos?»
12Pues entonces, ¿dónde estan tus sabios? Que te manifiesten, pues, y te hagan conocer lo que ha planeado Yahveh Sebaot tocante a Egipto.
13Han enloquecido los principes de Soan, han sido engañados los principes de Nof; los jefes de sus tribus extravian a Egipto.
14Yahveh ha infundido en ellos espiritu de vértigo que hace dar tumbos a Egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su vomitona.
15Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la cola, la palmera o el junco.
16Aquel dia sera Egipto como las mujeres. Temblara y se espantara cada vez que Yahveh Sebaot menee su mano contra  él.
17El territorio de Juda sera la afrenta de Egipto: cada vez que se lo mienten, se espantara ante los planes que Yahveh  Sebaot esta trazando contra él.
18Aquel dia habra cinco ciudades en tierra de Egipto que hablaran la lengua de Canaan y que juraran por Yahveh Sebaot: Ir Haheres se llamara una de ellas.
19Aquel dia habra un altar de Yahveh en medio del pais de Egipto y una estela de Yahveh junto a su frontera.
20Estara como señal y testimonio de Yahveh Sebaot en el pais de Egipto. Cuando clamen a Yahveh a causa de los opresores, les enviara un libertador que los defendera y librara.
21Sera conocido Yahveh de Egipto, y conocera Egipto a Yahveh aquel dia, le serviran con sacrificio y ofrenda, haran votos a Yahveh y los cumpliran.
22Yahveh herira a Egipto, pero al punto le curara. Se convertiran a Yahveh, y él sera propicio y los curara.
23Aquel dia habra una calzada desde Egipto a Asiria. Vendra Asur a Egipto y Egipto a Asiria, y Egipto servira a Asur.
24Aquel dia sera Israel tercero con Egipto y Asur, objeto de bendición en medio de la tierra,
25pues le bendecira Yahveh Sebaot diciendo: «Bendito sea mi pueblo Egipto, la obra de mis manos Asur, y mi heredad  Israel.»

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Isaias 20
1El año en que vino el copero mayor a Asdod - cuando le envió Sargón, rey de Asur, y atacó a Asdod y la tomó -,
2en aquella sazón habló Yahveh por medio de Isaias, hijo de Amós, en estos términos: «Ve y desata el sayal de tu  cintura, y quitate las sandalias de los pies.» El lo hizo asi, y anduvo desnudo y descalzo.
3Dijo Yahveh: «Asi como ha andado mi siervo Isaias desnudo y descalzo tres años como señal y presagio respecto a  Egipto y Kus,
4asi conducira el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los deportados de Kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire - desnudez de Egipto.
5Se quedaran asustados y confusos por Kus, su esperanza, y por Egipto, su prez.
6Y diran los habitantes de esta costa aquel dia: «Ahi tenéis en qué ha parado la esperanza nuestra, adonde acudiamos en busca de auxilio para librarnos del rey de Asur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros?

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Isaias 21
1Oraculo sobre el Desierto Maritimo. Como torbellinos pasando por el Négueb vienen del desierto, del pais temible.
2Una visión dura me ha sido mostrada: El saqueador saquea y el devastador devasta. Sube Elam; asedia, Media. He hecho cesar todo suspiro.
3Por eso mis riñones se han llenado de espanto. En mi hacen presa dolores, como dolores de parturienta. Estoy pasmado sin poder oir, me estremezco sin ver.
4He perdido el sentido, escalofrios me sobrecogen. El crepúsculo de mis anhelos se me convierte en sobresalto.
5Se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. - ¡Levantaos, jefes, engrasad el escudo!
6Pues asi me ha dicho el Señor: «Anda, pon un vigia que vea y avise.
7Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en camello, preste atención, mucha atención.»
8Y exclamó el vigia: «Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo largo del dia, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras.
9Pues bien: por ahi vienen jinetes, troncos de caballos.» Replicó y dijo: «¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han estrellado contra el suelo!»
10Trilla mia y parva de mi era: lo que he oido de parte de Yahveh Sebaot, Dios de Israel, os lo he anunciado.
11Oraculo sobre Duma. Alguien me grita desde Seir: «Centinela, ¿qué hay de la noche? centinela, ¿qué hay de la noche?»
12Dice el centinela: «Se hizo de mañana y también de noche. Si queréis preguntar, volveos, venid.»
13Oraculo en la estepa. En el bosque, en la estepa, haced noche, caravanas de dedanitas.
14Al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del pais de Tema; salid con pan al encuentro del fugitivo.
15Pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido, de la pesadumbre de la guerra.
16Pues asi me ha dicho el Señor: «Al cabo de un año como año de jornalero se habra consumido toda la gloria de Quedar.
17Del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los hijos de Quedar, quedaran pocos, porque Yahveh, Dios de Israel, lo ha dicho.»

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Isaias 22
1Oraculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes ahora, que has subido en pleno a las azoteas,
2de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera? Tus caidos no son caidos a espada ni muertos en guerra.
3Todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban. Todos tus valientes fueron apresados a una: lejos huian.
4Por eso he dicho: «¡Apartaos de mi! Voy a llorar amargamente. No os empeñéis en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo.»
5Porque es dia de perturbación, de extravio y de aplastamiento para el Señor Yahveh Sebaot. En el valle de la Visión se zapa un muro y el grito de socorro llega a la montaña,
6Elam lleva el carcaj, Aram monta a caballo, Quir desnuda el escudo.
7Tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo formaron frente a la puerta.
8Entonces cayó la defensa de Juda. Contemplasteis aquel dia el arsenal de la Casa del Bosque.
9Y las brechas de la ciudad de David visteis que eran muchas, y reunisteis las aguas de la alberca inferior.
10Las casas de Jerusalén contasteis, y demolisteis casas para fortificar la muralla.
11Un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la alberca vieja; pero no os fijasteis en su Hacedor, al que desde antiguo lo ideó de lejos no le visteis.
12Llamaba el Señor Yahveh Sebaot aquel dia a lloro y a lamento y a raparse y ceñirse de sayal,
13mas lo que hubo fue jolgorio y alegria, matanza de bueyes y degüello de ovejas, comer carne y beber vino: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!»
14Entonces me reveló al oido Yahveh Sebaot: «No sera expiada esa culpa hasta que murais» - ha dicho el Señor Yahveh Sebaot -.
15Asi dice el Señor Yahveh Sebaot: Preséntate al mayordomo, a Sebna, encargado del palacio,
16el que labra en alto su tumba, el que se talla en la peña una morada: «¿Qué es tuyo aqui y a quién tienes aqui, que te has labrado aqui una tumba?»
17He aqui que Yahveh te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar.
18Te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios. Alli moriras, y alli iran tus carrozas gloriosas, vergüenza del palacio de tu señor.
19Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé.
20Aquel dia llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquias.
21Le revestiré de tu túnica, con tu fajin le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y sera él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Juda.
22Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrira, y nadie cerrara, cerrara, y nadie abrira.
23Le hincaré como clavija en lugar seguro, y sera trono de gloria para la casa de su padre.
24Colgaran alli todo lo de valor de la casa de su padre - sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cantaros.
25Aquel dia - oraculo de Yahveh Sebaot - se removera la clavija hincada en sitio seguro, cedera y caera, y se hara añicos el peso que sostenia, porque Yahveh ha hablado.

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Isaias 23
1Oraculo sobre Tiro. Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. De vuelta del pais de Kittim les ha sido descubierto.
2Quedad mudos, habitantes de la costa, mercaderes de Sidón, cuyos viajantes atravesaban el mar
3por las aguas inmensas. La siembra del canal, la siega del Nilo, era su riqueza, y ella era el mercado de las naciones.
4Avergüénzate, Sidón, porque ha dicho la mar: «No tuve dolores ni di a luz, ni crié mancebos, ni eduqué doncellas.»
5En cuanto se oiga la nueva en Egipto, se doleran de las nuevas de Tiro.
6Pasad a Tarsis, ululad, habitantes de la costa:
7¿Es ése vuestro emporio arrogante, de remota antigüedad, cuyos pies le llevaron lejos en sus andanzas?
8¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la coronada cuyos comerciantes eran principes, cuyos traficantes eran nobles de la tierra?
9Es Yahveh Sebaot quien ha planeado profanar el orgullo de toda su magnificencia y envilecer a todos los nobles de la tierra.
10Cultiva tu tierra, hija de Tarsis: no hay puerto ya.
11Su mano extendió él sobre la mar, hizo estremecer los reinos. Yahveh mandó respecto a Canaan, demoler sus castillos,
12y dijo: No vuelvas mas a rebullir, doncella oprimida, hija de Sidón. Levantate y vete a Kittim, que tampoco alli tendras reposo.
13Ahi tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo; Asur la fundó para las bestias del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus alcazares, la convirtieron en ruinas.
14Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza.
15Aquel dia quedara en olvido Tiro durante setenta años. En los dias de otro rey, al cabo de setenta años, le sucedera a Tiro como en la canción de la ramera:
16«Toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: tócala bien, canta a mas y mejor, para que seas recordada.»
17Bien, al cabo de los setenta años visitara Yahveh a Tiro, y ella volvera a su ganancia y se prostituira a todos los reinos de la tierra sobre la haz de la tierra.
18Sera su mercaderia y su ganancia consagrada a Yahveh. No sera atesorada ni almacenada, sino que para los que moren  delante de Yahveh sera su mercaderia, para comer a saciedad y para cubrirse espléndidamente.

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Isaias 24
1He aqui que Yahveh estraga la tierra, la despuebla, trastorna su superficie y dispersa a los habitantes de ella:
2al pueblo como al sacerdote; al siervo como al señor; a la criada como a su señora; al que compra como al    que vende; al que presta como al prestatario; al acreedor como a    su deudor.
3Devastada sera la tierra y del todo saqueada, porque asi ha hablado Yahveh.
4En duelo se marchitó la tierra, se amustia, se marchita el orbe, el cielo con la tierra se marchita.
5La tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron las leyes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna.
6Por eso una maldición ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que habitan en ella. Por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y quedan pocos del linaje humano.
7El mosto estaba triste, la viña mustia: se trocaron en suspiros todas las alegrias del    corazón.
8Cesó el alborozo de los timpanos, suspendióse el estrépito de los alegres, cesó el alborozo del arpa.
9No beben vino cantando: amarga el licor a sus bebedores.
10Ha quedado la villa vacia, ha sido cerrada toda casa, y no se puede entrar.
11Se lamentan en las calles por el vino. Desapareció toda alegria, emigró el alborozo de la tierra.
12Ha quedado en la ciudad soledad, y de desolación esta herida la puerta.
13Porque en medio de la tierra, en mitad de los pueblos, pasa como en el vareo del olivo, como en los rebuscos cuando acaba la vendimia.
14Ellos levantan su voz y lanzan hurras; la majestad de Yahveh aclaman desde el mar.
15Por eso, en Oriente glorificad a Yahveh, en las islas del mar el nombre de Yahveh, Dios de    Israel.
16Desde el confin de la tierra canticos hemos oido: «¡Gloria al justo!» Y digo: «¡Menguado de mi, menguado de mi! ¡Ay de mi, y de estos malvados que hacen maldad, los malvados que han consumado la maldad!»
17¡Panico, hoya y trampa contra ti, morador de la tierra!
18Sucedera que el que escape del panico, caera en la hoya, y el que suba de la hoya, sera preso en la trampa. Porque las esclusas de lo alto han sido abiertas, y se estremecen los cimientos de la tierra,
19Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambolea la tierra,
20vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una cabaña; pesa sobre ella su rebeldia, cae, y no volvera a levantarse.
21Aquel dia castigara Yahveh al ejército de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra;
22seran amontonados en montón los prisioneros en el pozo, seran encerrados en la carcel y al cabo de muchos dias seran visitados.
23Se afrentara la luna llena, se avergonzara el pleno sol, cuando reine Yahveh Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén, y esté la Gloria en presencia de sus ancianos.

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Isaias 25
1Yahveh, tú eres mi Dios, yo te ensalzo, alabo tu nombre, porque has hecho maravillas y planes muy de antemano que no fallan.
2Porque has puesto la ciudad como un majano, y la villa fortificada, hecha como una ruina; el alcazar de orgullosos no es ya ciudad, y nunca sera reedificado.
3Por eso te glorificara un pueblo poderoso, villa de gentes despóticas te temera.
4Porque fuiste fortaleza para el débil, fortaleza para el pobre en su aprieto, parapeto contra el temporal, sombra contra el calor. Porque el aliento de los déspotas es como lluvia de invierno.
5Como calor en sequedal humillaras el estrépito de los poderosos; como el calor a la sombra de una nube, el himno de los déspotas se debilitara.
6Hara Yahveh Sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de manjares frescos, convite de buenos    vinos: manjares de tuétanos, vinos depurados;
7consumira en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertura que cubre a todos los gentes;
8consumira a la Muerte definitivamente. Enjugara el Señor Yahveh las lagrimas de todos los rostros, y quitara el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque Yahveh ha hablado.
9Se dira aquel dia: «Ahi tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos salve; éste es Yahveh en quien esperabamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación.»
10Porque la mano de Yahveh reposara en este monte, Moab sera aplastado en su sitio como se aplasta la paja en el muladar.
11Extendera en medio de él sus manos como las extiende el nadador al nadar, pero Yahveh abajara su altivez y el esfuerzo de sus manos.
12La fortificación inaccesible de tus murallas derrocara, abajara, la hara tocar la tierra, hasta el polvo.

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Isaias 26
1Aquel dia se cantara este cantar en tierra de Juda: «Ciudad fuerte tenemos; para protección se le han puesto murallas y antemuro.
2Abrid las puertas, y entrara una gente justa que guarda fidelidad;
3de animo firme y que conserva la paz, porque en ti confió.
4Confiad en Yahveh por siempre jamas, porque en Yahveh tenéis una Roca eterna.
5Porque él derroca a los habitantes de los altos, a la villa inaccesible; la hace caer, la abaja hasta la tierra, la hace tocar el polvo;
6la pisan pies, pies de pobres, pisadas de débiles.»
7La senda del justo es recta; tú allanas la senda recta del justo.
8Pues bien, en la senda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma.
9Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espiritu por la mañana te busco. Porque cuando tú juzgas a la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.
10Aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra recta se tuerce, y no teme la majestad de Yahveh.
11Yahveh, alzada esta tu mano, pero no la ven; veran tu celo por el pueblo y se avergonzaran, tu ira ardiente devorara a tus adversarios.
12Yahveh, tú nos pondras a salvo, que también llevas a cabo todas nuestras obras.
13Yahveh, Dios nuestro, nos han dominado otros señores fuera de ti, pero no recordaremos otro Nombre sino el tuyo.
14Los muertos no viviran, las sombras no se levantaran, pues los has castigado, los has exterminado y has borrado todo recuerdo de ellos.
15Has aumentado la nación, Yahveh, has aumentado la nación y te has glorificado, has ampliado todos los limites del pais.
16Yahveh, en el aprieto de tu castigo te buscamos; la angustia de la opresión era tu castigo para    nosotros.
17Como cuando la mujer encinta esta próxima al parto sufre, y se queja en su trance, asi éramos nosotros delante de ti, Yahveh.
18Hemos concebido, tenemos dolores como si diésemos a luz viento; pero no hemos traido a la tierra salvación, y no le naceran habitantes al orbe.
19Reviviran tus muertos, tus cadaveres resurgiran, despertaran y daran gritos de júbilo los moradores del polvo; porque rocio luminoso es tu rocio, y la tierra echara de su seno las sombras.
20Vete, pueblo mio, entra en tus camaras y cierra tu puerta tras de ti, escóndete un instante hasta que pase la ira.
21Porque he ahi a Yahveh que sale de su lugar a castigar la culpa de todos los habitantes de la    tierra contra él; descubre la tierra sus manchas de sangre y no tapa ya a sus asesinados.

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Isaias 27
1Aquel dia castigara Yahveh con su espada dura, grande, fuerte, a Leviatan, serpiente huidiza, a Leviatan, serpiente tortuosa, y matara al dragón que hay en el mar.
2Aquel dia se dira: Viña deliciosa, cantadla.
3Yo, Yahveh, soy su guardian. A su tiempo la regaré. Para que no se la castigue, de noche y de dia la guardaré.
4- Ya no tengo muralla. ¿Quién me ha convertido en espinos y abrojos? - Yo les haré guerra y los pisotearé, los quemaré todos a una,
5o que se acojan a mi amparo, que hagan la paz conmigo, que conmigo hagan la paz.
6En los dias que vienen arraigara Jacob, echara Israel flores y frutos, y se llenara la haz de la tierra de sus productos.
7¿Acaso le ha herido como hirió a quien le heria? ¿ha sido muerto él como fueron muertos sus matadores?   
8Te querellaste con ella y la echaste, la despediste; la echó con su aliento aspero como viento de Oriente.
9En verdad, con esto seria expiada la culpa de Jacob, y éste seria todo el fruto capaz de apartar su pecado;    dejar todas las piedras que le sirven de ara de altar como piedras de cal desmenuzadas. Cipos y estelas del sol no se erigiran,
10pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, mansión dejada y abandonada como un desierto donde el novillo pace, se tumba y ramonea.
11Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y le prenden fuego. Por no ser éste un pueblo inteligente, por eso no le tiene piedad su Hacedor, su Plasmador no le otorga gracia.
12Aquel dia vareara Yahveh desde la corriente del Rio hasta el torrente de    Egipto, y vosotros seréis reunidos de uno en uno, hijos de Israel.
13Aquel dia se tocara un cuerno grande, y vendran los perdidos por tierra de Asur y los dispersos por tierra de Egipto, y adoraran a Yahveh en el monte santo de Jerusalén.

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Isaias 28
1¡Ay, corona de arrogancia - borrachos de Efraim - y capullo marchito - gala de su adorno - que esta en el cabezo del valle fértil, aficionados al vino!
2He aqui que uno, fuerte y robusto, enviado por el Señor, como una granizada, como huracan devastador, como aguacero torrencial de desbordadas aguas, los echara a tierra con la mano.
3Con los pies sera hollada la corona de arrogancia, los borrachos de Efraim,
4y el capullo marchito, gala de su adorno, que esta en el cabezo del valle fértil; y seran como la breva que precede al verano, que, en cuanto la ve uno, la toma con la mano y se la come.
5Aquel dia sera Yahveh Sebaot corona de gala, diadema de adorno para el resto de su pueblo,
6espiritu de juicio para el que se siente en el tribunal, y energia para los que rechazan hacia la puerta a los atacantes.
7También ésos por el vino desatinan y por el licor divagan: sacerdotes y profetas desatinan por el licor, se ahogan en vino, divagan por causa del licor, desatinan en sus visiones, titubean en sus decisiones.
8Porque todas las mesas estan cubiertas de vómito asqueroso, sin respetar sitio.
9«¿A quién se instruira en el conocimiento? ¿a quién se le hara entender lo que oye? A los recién destetados, a los retirados de los pechos.
10Porque dice:  Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau, zeer sam, zeer sam. »
11Si, con palabras extrañas y con lengua extranjera hablara a este pueblo
12él, que les habia dicho: «¡Ahora, descanso! Dejad reposar al fatigado. ¡Ahora, calma!» Pero ellos no han querido escuchar.
13Ahora Yahveh les dice: « Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau, zeer sam, zeer sam », de suerte que vayan y caigan hacia atras y se    fracturen, caigan en la trampa y sean presos.
14Por tanto oid la palabra de Yahveh, hombres burlones, señores de este pueblo de Jerusalén.
15Porque habéis dicho: «Hemos celebrado alianza con la muerte, y con el seol hemos hecho pacto, cuando pasare el azote desbordado, no nos alcanzara, porque hemos puesto la mentira por refugio nuestro y en el engaño nos hemos escondido.»
16Por eso, asi dice el Señor Yahveh: «He aqui que yo pongo por fundamento en Sión una piedra elegida, angular, preciosa y fundamental: quien tuviere fe en ella no vacilara.
17Pondré la equidad como medida y la justicia como nivel.» Barrera el granizo el refugio de mentira y las aguas inundaran el escondite.
18Sera rota vuestra alianza con la muerte y vuestro pacto con el seol no se mantendra. Cuando pasare el azote desbordado, os aplastara.
19Siempre que pase os alcanzara. Porque mañana tras mañana pasara, de dia y de noche, y habra estremecimiento sólo con oirlo.
20La cama sera corta para poder estirarse y el cobertor sera estrecho para poder taparse.
21Porque como en el monte Perasim surgira Yahveh, como en el valle de Gabaón se enfurecera para hacer su acción, su extraña acción, y para trabajar su trabajo, su exótico trabajo.
22Ahora no os burléis, no sea que se aprieten vuestras ligaduras. Porque cosa concluida y decidida he oido de parte de Yahveh Sebaot, tocante a toda la tierra.
23Escuchad y oid mi voz, atended y oid mi palabra.
24¿Acaso cada dia ara al arador para sembrar, abre y rompe su terreno?
25Luego que ha igualado su superficie, ¿no esparce la neguilla, y desparrama el comino, y pone trigo, cebada y espelta, cada cosa en su tablar?
26Quien le enseña esta usanza, quien le instruye es su Dios.
27Porque no con el trillo es trillada la neguilla, ni se hace girar rueda de carreta sobre el comino;    sino que con el bastón es apaleada la neguilla, y el comino con la vara.
28¿Se tritura el grano? No. No se le trilla indefinidamente; se hace girar la rueda de la carreta, y se le limpia, pero sin triturarlo.
29También esto de Yahveh Sebaot ha salido: trazar un plan maravilloso, llevar a un gran acierto.

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Isaias 29
1¡Ay, Ariel, Ariel, villa donde acampó David! Añadid año sobre año, las fiestas completen su ciclo,
2y pondré en angustias a Ariel, y habra llanto y gemido. Ella sera para mi un Ariel;
3acamparé en circulo contra ti, estrecharé contra ti la estacada, y levantaré contra ti trinchera;
4seras abatida, desde la tierra hablaras, por el polvo sera ahogada tu palabra, tu voz sera como un espectro de la tierra, y desde el polvo tu palabra sera como un susurro.
5Y sera como polvareda fina la turba de tus soberbios, y como tamo que pasa la turba de tus potentados. Sucedera que, de un momento a otro,
6de parte de Yahveh Sebaot seras visitada con trueno, estrépito y estruendo, turbión, ventolera y llama de fuego devoradora,
7Sera como un sueño, visión nocturna, la turba de todas las gentes que guerrean contra    Ariel, todas sus milicias y las maquinas de guerra que la oprimen.
8Sera como cuando el hambriento sueña que esta comiendo, pero despierta y tiene el estómago vacio; como cuando el sediento sueña que esta bebiendo, pero se despierta cansado y sediento. Asi sera la turba de todas las gentes, que guerrean contra el monte Sión.
9Idiotizaos y quedad idiotas, cegaos y quedad ciegos; emborrachaos, pero no de vino, tambaleaos, y no por el licor.
10Porque ha vertido sobre vosotros Yahveh espiritu de sopor, he pegado vuestros ojos (profetas) y ha cubierto vuestras cabezas (videntes).
11Toda revelación sera para vosotros como palabras de un libro sellado, que da uno al que sabe leer diciendo: «Ea, lee eso»; y dice el otro: «No puedo, porque esta sellado»;
12y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: «Ea, lee eso»; y dice éste: «No sé leer»
13Dice el Señor: Por cuanto ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me han honrado con sus labios, mientras que su corazón esta lejos de mi, y el temor que me tiene son preceptos enseñados por hombres,
14por eso he aqui que yo sigo haciendo maravillas con ese pueblo, haciendo portentosas maravillas; perderé la sabiduria de sus sabios, y eclipsaré el entendimiento de sus entendidos.
15Ay de los que se esconden de Yahveh para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en las tinieblas, y dicen: «¿Quién nos ve, quién nos conoce?»
16¡Qué error el vuestro! ¿Es el alfarero como la arcilla, para que diga la obra a su hacedor: «No me ha hecho», y la vasija diga de su alfarero: «No entiende el oficio?»
17¿Acaso no falta sólo un poco, para que el Libano se convierta en vergel, y el vergel se considere una selva?
18Oiran aquel dia los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las veran,
19los pobres volveran a alegrarse en Yahveh, y los hombres mas pobres en el Santo de Israel se    regocijaran.
20Porque se habran terminado los tiranos, se habra acabado el hombre burlador, y seran exterminados todos los que desean el mal;
21los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al que juzga en la puerta, y desatienden al justo por una nonada.
22Por tanto, asi dice Yahveh, Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham: «No se avergonzara en adelante Jacob, ni en adelante su rostro palidecera;
23porque en viendo a sus hijos, las obras de mis manos, en medio de él, santificaran mi Nombre.» Santificaran al Santo de Jacob, y al Dios de Israel tendran miedo.
24Los descarriados alcanzaran inteligencia, y los murmuradores aprenderan doctrina.

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Isaias 30
1¡Ay de los hijos rebeldes - oraculo de Yahveh - para ejecutar planes, que no son mios, y para hacer libaciones de alianza, mas no a mi aire, amontonando pecado sobre pecado!
2Los que bajan a Egipto sin consultar a mi boca, para buscar apoyo en la fuerza de Faraón y ampararse a la sombra de Egipto.
3La fuerza del Faraón se os convertira en vergüenza, y el amparo de la sombra de Egipto, en confusión.
4Cuando estuvieron en Soan sus jefes,  y cuando sus emisarios llegaron a Janés,
5todos llevaron presentes a un pueblo que les sera inútil, a un pueblo que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio.
6Oraculo sobre los animales del Négueb. Por tierra de angustia y aridez, de leona y de león rugiente, de aspid y dragón volador, llevan a lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no les sera útil,
7a Egipto, cuyo apoyo es huero y vano. Por eso he llamado a ese pueblo «Rahab la cesante.»
8Ahora ven, escribelo en una tablilla, grabalo en un libro, y que dure hasta el último dia, para testimonio hasta siempre:
9Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan escuchar la instrucción de Yahveh;
10que han dicho a los videntes: «No veais»; y a los visionarios: «No veais para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas halagüeñas, contemplad ilusiones.
11Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo de Israel.»
12Por tanto, asi dice el Santo de Israel: Por cuanto habéis rechazado vosotros esta palabra, y por cuanto habéis fiado en lo torcido y perverso y os habéis apoyado en ello,
13por eso sera para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una alta muralla, cuya quiebra sobrevendra de un momento a otro,
14y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota sin compasión, en la que al romperse no se encuentra una sola    tejoleta bastante grande para tomar fuego del    hogar o para extraer  agua del aljibe.
15Porque asi dice el Señor Yahveh, el Santo de Israel: «Por la conversión y calma seréis liberados, en el sosiego y seguridad estara vuestra fuerza.» Pero no aceptasteis,
16sino que dijisteis: «No, huiremos a caballo.» ¡Pues, bien, huid! Y «sobre rapidos carros montaremos». ¡Pues bien, rapidamente seréis perseguidos!
17Mil temblaran ante la amenaza de uno solo; ante la amenaza de cinco huiréis, hasta que seais dejados como mastil en la cúspide del monte y como gallardete sobre una colina.
18Sin embargo aguardara Yahveh para haceros gracia, y asi se levantara para compadeceros, porque Dios de equidad es Yahveh: ¡dichosos todos los que en él esperan!
19Si, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no lloraras ya mas; de cierto tendra piedad de ti, cuando oiga tu clamor; en cuanto lo oyere, te respondera.
20Os dara el Señor pan de asedio y aguas de opresión, y después no sera ya ocultado el que te enseña; con tus ojos veras al que te enseña,
21y con tus oidos oiras detras de ti estas palabras: «Ese es el camino, id por él», ya sea a la derecha, ya a la izquierda.
22Declararas impuro el revestimiento de tus idolos de plata y el ornato de tus imagenes fundidas en oro. Los rechazaras como paño inmundo: «¡Fuera de aqui!», les diras.
23El dara lluvia a tu sementera con que hayas sembrado el suelo,y la tierra te producira pan que sera pingüe y    sustancioso. Paceran tus ganados aquel dia en pastizal dilatado;
24los bueyes y asnos que trabajan el suelo comeran forraje salado, cribado con bieldo y con criba.
25Habra sobre todo monte alto y sobre todo cerro elevado manantiales que den aguas perennes, el dia de la gran    matanza, cuando caigan las fortalezas.
26Sera la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del sol meridiano sera siete veces mayor - con luz de siete dias - el dia que vende Yahveh la herida de su pueblo y cure la contusión de su golpe.
27He aqui que el nombre de Yahveh viene de lejos, ardiente su ira y pesada su opresión. Sus labios llenos estan de furor, su lengua es como fuego que devora,
28y su aliento como torrente desbordado que cubre hasta el cuello. Cribara a las naciones con criba nefasta, pondra el bocado de sus bridas en la mandibula de sus    pueblos.
29Vosotros cantaréis como en la noche de santificar fiesta; se os alegrara el corazón como el de quien va al son de flauta a entrar en el monte de Yahveh, a la Peña de Israel.
30Hara oir Yahveh la majestad de su voz, y mostrara la descarga de su brazo con ira inflamada y llama de fuego devoradora, turbión, aguacero y granizo.
31Pues por la voz de Yahveh sera hecho añicos Asur: con un bastón le golpeara.
32A cada pasada de la vara de castigo que Yahveh descargue sobre él - con adufes y con arpas - y con guerras de sacudir las manos guerreara contra    él.
33Porque de antemano esta preparado un Tófet - también para el rey - un foso profundo y ancho; hay paja y madera en abundancia. El aliento de Yahveh, cual torrente de azufre, lo enciende.

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Isaias 31
1¡Ay, los que bajan a Egipto por ayuda! En la caballeria se apoyan, y fian en los carros porque abundan y en los jinetes porque son muchos; mas no han puesto su mirada en el Santo de Israel, ni a Yahveh han buscado.
2Pero también él es sabio, hara venir el mal, y no retirara sus palabras; se levantara contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran la iniquidad.
3En cuanto a Egipto, es humano, no divino, y sus caballos, carne, y no espiritu; Yahveh extendera su mano, tropezara el ayudador y caera el ayudado y todos a una pereceran.
4Porque asi me ha dicho Yahveh: Como ruge el león y el cachorro sobre su presa, y cuando se convoca contra él a todos los pastores, de sus voces no se intimida, ni de su tumulto se apoca: tal sera el descenso de Yahveh Sebaot para guerrear sobre el monte Sión y sobre su colina.
5Como pajaros que vuelan, asi protegera Yahveh Sebaot a Jerusalén, protegera y librara, perdonara y salvara.
6Volveos a aquel de quien profundamente os apartasteis, hijos de Israel.
7Porque aquel dia repudiara cada uno las divinidades de plata y las divinidades de oro que hicieron vuestras manos  pecadoras.
8Caera Asur por espada no de hombres, y por espada no humana seran devorados; se dara a la fuga ante la espada, y sus mejores guerreros seran destinados a trabajos.
9Aterrado, abandonara su tropa, y sus jefes espantados abandonaran su estandarte. Oraculo de Yahveh, que tiene fuego en Sión, y horno en Jerusalén.

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Isaias 32
1He aqui que para hacer justicia reinara un rey, y los jefes juzgaran según derecho.
2Sera cada uno como un sitio abrigado contra el viento y a cubierto del temporal; como fluir de aguas en sequedal, como sombra de peñón en tierra agostada.
3No se cerraran los ojos de los videntes, y los oidos de los que escuchan percibiran;
4el corazón de los alocados se esforzara en aprender, y la lengua de los tartamudos hablara claro y ligero.
5No se llamara ya noble al necio, ni al desaprensivo se le llamara magnifico.
6Porque el necio dice necedades y su corazón medita el mal, haciendo impiedad y profiriendo contra Yahveh desatinos, dejando vacio el estómago hambriento y privando de bebida al sediento.
7Cuanto al desaprensivo, sus tramas son malas, se dedica a inventar maquinaciones para sorprender a los pobres con palabras engañosas, cuando el pobre expone su causa.
8Mientras que el noble medita nobles cosas, y en las cosas nobles esta firme.
9Mujeres indolentes, ¡arriba!, oid mi voz; hijas confiadas, escuchad mi palabra.
10Dentro de un año y algunos dias temblaréis las que confiais, pues se habra acabado la vendimia para no volver mas.
11Espantaos, indolentes, temblad, confiadas, desvestios, desnudaos, ceñid vuestra cintura,
12golpeaos el pecho, por los campos atrayentes, por las viñas fructiferas.
13Sobre el solar de mi pueblo zarza y espino crecera, y también sobre todas las casas de placer de la villa alegre,
14porque el alcazar habra sido abandonado, el genio de la ciudad habra desaparecido; Ofel y el Torreón quedaran en adelante vacios por siempre, para delicia de asnos y pastizal de rebaños.
15Al fin sera derramado desde arriba sobre nosotros espiritu. Se hara la estepa un vergel, y el vergel sera considerado como selva.
16Reposara en la estepa la equidad, y la justicia morara en el vergel;
17el producto de la justicia sera la paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua.
18Y habitara mi pueblo en albergue de paz, en moradas seguras y en posadas tranquilas.
19- La selva sera abatida y la ciudad hundida.
20Dichosos vosotros, que sembraréis cabe todas las corrientes, y dejaréis sueltos el buey y el asno.

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Isaias 33
1¡Ay, tú que saqueas, y no has sido saqueado, que despojas, y no has sido despojado! En terminando tú de saquear, seras saqueado; asi que acabes de despojar, seras despojado;
2Yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos. Sé nuestro brazo por las mañanas y nuestra salvación en tiempo de apretura.
3Al fragor del estrépito se dispersan los pueblos, al alzarte tú se desperdigan las gentes,
4se amontona el botin como quien amontona saltamontes, se abalanzan sobre él, como se abalanzan las    langostas.
5Exaltado sea Yahveh, pues reposa en lo alto; llene a Sión de equidad y de justicia.
6Sean tus dias estables; la riqueza que salva son la sabiduria y la ciencia, el temor de Yahveh sea tu tesoro.
7¡Mirad! Ariel se lamenta por las calles, los embajadores de paz amargamente lloran.
8Han quedado desiertas las calzadas, ya no hay transeúntes por los caminos. Han violado la alianza, han recusado los testimonios, no se tiene en cuenta a nadie.
9La tierra esta en duelo, languidece; el libano esta ajado y mustio. Ha quedado el Sarón como la estepa, se van pelando el Basan y el Carmelo.
10«Ahora me levanto - dice Yahveh - ahora me exalto, ahora me elevo.
11Concebiréis forraje, pariréis paja, y mi soplo como fuego os devorara;
12los pueblos seran calcinados, espinos cercenados que en fuego arderan.
13Oid, los alejados, lo que he hecho; enteraos, los cercanos, de mi fuerza.»
14Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los impios: ¿Quién de nosotros podra habitar con el fuego    consumidor? ¿quién de nosotros podra habitar con las llamas    eternas?
15El que anda en justicia y habla con rectitud; el que rehúsa ganancias fraudulentas, el que se sacude la palma de la mano para no aceptar    soborno, el que se tapa las orejas para no oir hablar de    sangre, y cierra sus ojos para no ver el mal.
16Ese morara en las alturas, subira a refugiarse en la fortaleza de las peñas, se le dara su pan y tendra el agua segura.
17Tus ojos contemplaran un rey en su belleza, veran una tierra dilatada.
18Tu corazón musitara con sobresalto: «¿Dónde esta el que contaba, dónde el que pesaba, dónde el que contaba torres?»
19Y no veras al pueblo audaz, pueblo de lenguaje oscuro, incomprensible, al barbaro cuya lengua no se entiende.
20Contempla a Sión, villa de nuestras solemnidades: tus ojos veran a Jerusalén, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no seran removidas nunca y cuyas cuerdas no seran rotas.
21Sino que alli Yahveh sera magnifico para con nosotros; como un lugar de rios y amplios canales, por donde no ande ninguna embarcación de remos, ni navio de alto bordo lo atraviese.
22(Porque Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro legislador, Yahveh nuestro rey: él nos salvara.)
23Se han distendido las cuerdas, no sujetan derecho el mastil, no despliegan estandarte. Entonces sera repartido un botin numeroso: hasta los cojos tendran botin,
24y no dira ningún habitante: «Estoy enfermo»; al pueblo que alli mora le sera perdonada su culpa.

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Isaias 34
1Acercaos, naciones, a oir, atended, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y cuanto en él brota,
2que ira tiene Yahveh contra todas las naciones, y cólera contra todas sus mesnadas. Las ha anatematizado, las ha entregado a la matanza.
3Sus heridos yacen tirados, de sus cadaveres sube el hedor, y sus montes chorrean sangre;
4se esfuma todo el ejército de los cielos. Se enrollan como un libro los cielos, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una hoja mustia de higuera.
5Porque se ha emborrachado en los cielos mi espada; ya desciende sobre Edom y sobre el pueblo de mi anatema para hacer justicia.
6La espada de Yahveh esta llena de sangre, engrasada de sebo, de sangre de carneros y machos cabrios, de sebo de riñones de carneros, porque tiene Yahveh un sacrificio en Bosra, y gran matanza en Edom.
7En vez de búfalos caeran pueblos, y en vez de toros un pueblo de valientes. Se emborrachara su tierra con sangre, y su polvo sera engrasado de sebo.
8Porque es dia de venganza para Yahveh, año de desquite del defensor de Sión.
9Se convertiran sus torrentes en pez, su polvo en azufre, y se hara su tierra pez ardiente.
10Ni de noche ni de dia se apagara, por siempre subira el humo de ella. De generación en generación quedara arruinada, y nunca jamas habra quien pase por ella.
11La heredaran el pelicano y el erizo, el ibis y el cuervo residiran en ella. Tendera Yahveh sobre ella la plomada del caos y el nivel del vacio.
12Los satiros habitaran en ella, ya no habra en ella nobles que proclamen la realeza, y todos sus principes seran aniquilados.
13En sus alcazares creceran espinos, ortigas y cardos en sus fortalezas; sera morada de chacales y dominio de avestruces.
14Los gatos salvajes se juntaran con hienas y un satiro llamara al otro; también alli reposara Lilit y en él encontrara descanso.
15Alli anidara la vibora, pondra, incubara y hara salir del huevo. También alli se juntaran los buitres.
16Buscad el libro de Yahveh y leed; no faltara ninguno de ellos, ninguno de ellos echara en falta a otro. Pues su misma boca lo ha ordenado y su mismo espiritu los junta.
17Es él mismo el que los echa a suertes, con su mano les reparte el pais a cordel; lo poseeran por siempre y moraran en él de generación en generación.

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Isaias 35
1Que el desierto y el sequedal se alegren, regocijese la estepa y la florezca como flor;
2estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Libano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se vera la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.
3Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
4Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temais! Mirad que vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendra y os salvara.
5Entonces se despegaran los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abriran.
6Entonces saltara el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzara gritos de júbilo. Pues seran alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa,
7se trocara la tierra abrasada en estanque, y el pais arido en manantial de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeara la caña y el papiro.
8Habra alli una senda y un camino, via sacra se la llamara; no pasara el impuro por ella, ni los necios por ella vagaran.
9No habra león en ella, ni por ella subira bestia salvaje, no se encontrara en ella; los rescatados la recorreran.
10Los redimidos de Yahveh volveran, entraran en Sión entre aclamaciones, y habra alegria eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegria les acompañaran! ¡Adiós, penar y suspiros!

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Isaias 36
1En el año catorce del rey Ezequias subió Senaquerib, rey de Asur, contra todas las ciudades fortificadas de Juda y se apoderó de ellas.
2El rey de Asur envió desde Lakis a Jerusalén, donde el rey Ezequias, al copero mayor con un fuerte destacamento. Se colocó éste en el canal de la alberca superior, que esta junto al camino del campo del Batanero.
3El mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquias, el secretario Sebna y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron donde él.
4El copero mayor les dijo: «Decid a Ezequias: Asi habla el gran rey, el rey de Asur: ¿Qué confianza es ésa en la que fias?
5Te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura para la guerra. Pero ahora ¿en quién confias, que te has rebelado contra mi?
6Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues asi es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confian en él.
7Pero vais a decirme: “Nosotros confiamos en Yahveh nuestro Dios.” ¿No ha sido él, Ezequias, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Juda y a Jerusalén: “Os postraréis delante de este altar?”
8Pues apuesta ahora con mi señor, el rey de Asur: te daré dos mil caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos.
9¿Cómo harias retroceder a uno solo de los mas pequeños servidores de mi señor? ¡Te fias de Egipto para tener carros y gentes de carro!
10Y ahora ¿acaso he subido yo contra esta tierra para destruirla, sin contar con Yahveh? Yahveh me ha dicho: “Sube contra esta tierra y destrúyela.”»
11Dijeron Elyaquim, Sebna y Yoaj al copero mayor: «Por favor, hablanos a nosotros tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de Juda a oidos del pueblo que esta sobre la muralla.»
12El copero mayor dijo: «¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas cosas a tu señor, o a ti, y no a los hombres  que se encuentran sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?»
13Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz en lengua judia, diciendo: «Escuchad las palabras del gran rey, el rey de Asur.
14Asi dice el rey: No os engañe Ezequias, porque no podra libraros.
15Que Ezequias no os haga confiar en Yahveh diciendo: “De cierto nos librara Yahveh, y esta ciudad no sera entregada  en manos del rey de Asur.”
16No escuchéis a Ezequias, porque asi dice el rey de Asur: Haced paces conmigo, rendios a mi, y comera cada uno de su viña y de su higuera, y bebera cada uno de su cisterna,
17hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de  viñas.
18Que no os engañe Ezequias, diciendo: “Yahveh nos librara.” ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de Asur?
19¿Dónde estan los dioses de Jamat y de Arpad, dónde los dioses de Sefarvayim, dónde estan los dioses de Samaria? ¿Acaso han librado a Samaria de mi mano?
20¿Quiénes, de entre todos los dioses de los paises, los han librado de mi poder, para que libre Yahveh a Jerusalén  de mi mano?»
21Calló el pueblo y no le respondió una palabra, porque el rey habia dado esta orden diciendo: «No le respondais.»
22Elyaquim, hijo de Jilquias, mayordomo de palacio, el secretario Sebna y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron donde Ezequias, desgarrados los vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor.

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Isaias 37
1Cuando lo oyó el rey Ezequias desgarró sus vestidos, se cubrió de sayal y se fue a la Casa de Yahveh.
2Envió a Elyaquim, mayordomo, a Sebna, secretario, y a los sacerdotes ancianos cubiertos de sayal donde el profeta  Isaias, hijo de Amós.
3Ellos le dijeron: «Asi habla Ezequias: Este dia es dia de angustia, de castigo y de vergüenza. Los hijos estan para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a luz.
4¿No habra oido Yahveh tu Dios las palabras del copero mayor al que ha enviado el rey de Asur, su señor, para insultar al Dios vivo? ¿No castigara Yahveh tu Dios las palabras que ha oido? Dirige una plegaria en favor del  Resto que aún queda!»
5Cuando los siervos del rey Ezequias llegaron donde Isaias,
6éste les dijo: «Asi diréis a vuestro señor: Esto dice Yahveh: No tengas miedo por las palabras que has oido, con  las que me insultaron los criados del rey de Asur.
7Voy a poner en él un espiritu, oira una noticia y se volvera a su tierra, y en su tierra yo lo haré caer a espada.»
8El copero mayor se volvió y encontró al rey de Asur atacando a Libna , pues habia oido que habia partido de Lakis,
9porque habia recibido esta noticia acerca de Tirhaca, rey de Kus: «Ha salido a guerrear contra ti.» Senaquerib volvió a enviar mensajeros para decir a Ezequias:
10«Asi hablaréis a Ezequias, rey de Juda: No te engañe tu Dios en el que confias pensando: “No sera entregada Jerusalén en manos del rey de Asur”.
11Bien has oido lo que los reyes de Asur han hecho a todos los paises, entregandolos al anatema, ¡y tú te vas a librar!
12¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniquilaron, a Gozan, a Jaran, a Résef, a  los edenitas que estaban en Tel Basar?
13¿Dónde esta el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Lair, de Sefarvayim, de Hena y de Ivva?»
14Ezequias tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego subió a la Casa de Yahveh y Ezequias la desenrolló ante Yahveh.
15Hizo Ezequias esta plegaria ante Yahveh:
16«Yahveh Sebaot, Dios de Israel, que estas sobre los Querubines, tú sólo eres Dios en todos los reinos de la tierra, tú el que has hecho los cielos y la tierra.
17«Tiende, Yahveh, tu oido y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Dios vivo.
18Es verdad, Yahveh, que los reyes de Asur han exterminado a todas las naciones y su territorio,
19y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino hechuras de mano de hombre, de madera y de  piedra, y por eso han sido aniquilados.
20Ahora, pues, Yahveh, Dios nuestro, salvanos de su mano, y sabran todos los reinos de la tierra que sólo tú eres  Dios, Yahveh.»
21Isaias, hijo de Amós, envió a decir a Ezequias: «Asi dice Yahveh, Dios de Israel, a quien has suplicado acerca de Senaquerib, rey de Asur.
22Esta es la palabra que Yahveh pronuncia contra él: Ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión. Mueve la cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén.
23¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel!
24Por tus siervos insultas a Adonay y dices: “Con mis muchos carros subo a las cumbres de los montes, a las laderas del Libano, derribo la altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios su jardin del    bosque.
25Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. Secaré bajo la planta de mis pies, todos los Nilos del Egipto.”
26¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos dias lo habia planeado, ahora lo ejecuto. Tú has convertido en cúmulos de ruinas las fuertes ciudades.
27Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son planta del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de Oriente.
28Si te alzas o te sientas, si sales o entras, yo lo sé; (y que te alzas airado contra mi).
29Pues que te alzas airado contra mi y tu arrogancia ha subido a mis oidos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido.
30La señal sera ésta: Este año se comera lo que rebrote, lo que nazca de si al año siguiente. Al año tercero sembrad y segad, plantad las viñas y comed su fruto.
31El resto que se salve de la casa de Juda echara raices por debajo y fruto en lo alto.
32Pues saldra un Resto de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión; el celo de Yahveh Sebaot lo hara.
33Por eso, asi dice Yahveh del rey de Asiria: No entrara en esta ciudad, no lanzara flechas en ella, no le opondra escudo, ni alzara en contra de ella empalizada.
34Volvera por la ruta que ha traido. No entrara en esta ciudad, oraculo de Yahveh.
35Yo protegeré a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo David.»
36Aquella misma noche salió el Angel de Yahveh e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres; a la hora de despertarse, por la mañana, no habia mas que cadaveres.
37Senaquerib, rey de Asiria, partió y, volviéndose, se quedó en Ninive.
38Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el pais de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar.

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Isaias 38
1En aquellos dias Ezequias cayó enfermo de muerte. El profeta Isaias, hijo de Amós, vino a decirle: «Asi habla Yahveh: Haz testamento, porque muerto eres y no viviras.»
2Ezequias volvió su rostro a la pared y oró a Yahveh.
3Dijo: «¡Ah, Yahveh! Dignate recordar que yo he andado en tu presencia con fidelidad y corazón perfecto haciendo  lo recto a tus ojos.» Y Ezequias lloró con abundantes lagrimas.
4Entonces le fue dirigida a Isaias la palabra de Yahveh, diciendo:
5«Vete y di a Ezequias: Asi habla Yahveh, Dios de tu padre David: He oido tu plegaria, he visto tus lagrimas y voy a curarte. Dentro de tres dias subiras a la Casa de Yahveh. Añadiré quince años a tus dias.
6Te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria, y ampararé a esta ciudad.»
7Isaias respondió: «Esta sera para ti de parte de Yahveh, la señal de que Yahveh hara lo que ha dicho.
8Mira, voy a hacer retroceder a la sombra diez gradas de las que ha descendido el sol por las gradas de Ajaz. Y  desanduvo el sol diez gradas por las que habia descendido.
9Cantico de Ezequias, rey de Juda cuando estuvo enfermo y sanó de su mal:
10Yo dije: A la mitad de mis dias me voy; en las puertas del seol se me asigna un lugar para el resto de mis años.
11Dije: No veré a Yahveh en la tierra de los vivos; no veré ya a ningún hombre de los que habitan el mundo.
12Mi morada es arrancada, se me arrebata como tienda de pastor. Enrollo como tejedor mi vida, del hilo del tejido me cortaste. De la noche a la mañana acabas conmigo;
13grité hasta la madrugada: Como león tritura todos mis huesos. De la noche a la mañana acabas conmigo.
14Como grulla, como golondrina chirrio, zureo como paloma. Se consumen mis ojos de mirar hacia arriba. Yahveh, estoy oprimido, sal por mi.
15¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? Caminaré todos mis años en la amargura de mi alma.
16El Señor esta con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de su espiritu. Tú me curaras, me daras la vida.
17Entonces mi amargura se trocara en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados.
18Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al pozo esperan en tu fidelidad.
19El que vive, el que vive, ése te alaba, como yo ahora. El padre enseña a los hijos tu fidelidad.
20Yahveh, salvame, y mis canciones cantaremos todos los dias de nuestra vida junto a la Casa de Yahveh.
21Isaias dijo: «Traed una masa de higos, aplicadla sobre la úlcera y sanara.»
22Ezequias dijo: «¿Cual sera la señal de que subiré a la Casa de Yahveh?

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Isaias 39
1En aquel tiempo, Merodak Baladan, hijo de Baladan, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequias porque  habia oido que habia estado enfermo y se habia curado.
2Se alegró Ezequias por ello y enseñó a los enviados su camara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto habia en los tesoros; no hubo nada que Ezequias no les mostrara en su  casa y en todo su dominio.
3Entonces el profeta Isaias fue donde el rey Ezequias y le dijo: «¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido  a ti?» Respondió Ezequias: «Han venido de un pais lejano, de Babilonia.»
4Dijo: «¿Qué han visto en tu casa?» Respondió Ezequias: «Han visto cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya enseñado.»
5Dijo Isaias a Ezequias: «Escucha la palabra de Yahveh Sebaot:
6Vendran dias en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus padres hasta el dia de hoy, sera llevado  a Babilonia; nada quedara, dice Yahveh.
7Y se tomara de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has engendrado, para que sean eunucos en el palacio  del rey de Babilonia.»
8Respondió Ezequias a Isaias: «Es buena la palabra de Yahveh que me dices.» Pues pensaba: «¡Con tal que haya paz y seguridad en mis dias!»

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Isaias 40
1Consolad, consolad a mi pueblo - dice vuestro Dios.
2Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de mano de Yahveh castigo doble por todos sus pecados.
3Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la estepa una calzada recta a nuestro Dios.
4Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie.
5Se revelara la gloria de Yahveh, y toda criatura a una la vera. Pues la boca de Yahveh ha hablado.»
6Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?» - «Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo.
7La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de Yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo).
8La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre.
9Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa, alegre mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. Di a las ciudades de Juda: «Ahi esta vuestro Dios.»
10Ahi viene el Señor Yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga todo. Ved que su salario le acompaña, y su paga le precede.
11Como pastor pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderitos, en el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas.
12¿Quién midió los mares con el cuenco de la mano, y abarcó con su palmo la dimensión de los cielos, metió en un tercio de medida el polvo de la tierra, pesó con la romana los montes, y los cerros con la balanza?
13¿Quién abarcó el espiritu de Yahveh, y como consejero suyo le enseñó?
14¿Con quién se aconsejó, quién le explicó y le enseñó la senda de la justicia, y le enseñó la ciencia, y el camino de la inteligencia le mostró?
15Las naciones son como gota de un cazo, como escrúpulo de balanza son estimadas. Las islas como una chinita pesan.
16El Libano no basta para la quema, ni sus animales para holocausto.
17Todas las naciones son como nada ante él, como nada y vacio son estimadas por él.
18Pues ¿con quién asemejaréis a Dios, qué semejanza le aplicaréis?
19El fundidor funde la estatua, el orfebre con oro la recubre y funde cadenas de plata.
20El que presenta una ofrenda de pobre escoge madera incorruptible, se busca un habil artista para erigir una estatua que no vacile.
21¿No lo sabiais? ¿No lo habiais oido? ¿No os lo habia mostrado desde el principio? ¿No lo entendisteis desde que se fundó la tierra?
22El esta sentado sobre el orbe terrestre, cuyos habitantes son como saltamontes; él expande los cielos como un tul, y los ha desplegado como una tienda que se habita.
23El aniquila a los tiranos, y a los arbitros de la tierra los reduce a la nada.
24Apenas han sido plantados, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y una rafaga como tamo se los lleva.
25¿Con quién me asemejaréis y seré igualado?, dice el Santo.
26Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace salir por orden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energia, no falta ni una.
27¿Por qué dices, Jacob, y hablas, Israel: «Oculto esta mi camino para Yahveh, y a Dios se le pasa mi derecho?»
28¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oido? Que Dios desde siempre es Yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable.
29Que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas la energia le acrecienta.
30Los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan,
31mientras que a los que esperan en Yahveh él les renovara el vigor, subiran con alas como de aguilas, correran sin fatigarse y andaran sin cansarse.

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Isaias 41
1Hacedme silencio, islas, y renueven su fuerza las naciones. Alléguense y entonces hablaran, reunamonos todos a juicio.
2¿Quién ha suscitado de Oriente a aquel a quien la justicia sale al paso? ¿Quién le entrega las naciones, y a los reyes abaja? Conviértelos en polvo su espada, en paja dispersa su arco;
3les persigue, pasa incólume, el sendero con sus pies no toca.
4¿Quién lo realizó y lo hizo? El que llama a las generaciones desde el principio: yo, Yahveh, el primero, y con los últimos yo mismo.
5Ved, islas, y temed; confines de la tierra, y temblad. Acercaos y venid.
6El uno ayuda al otro y dice a su colega: «¡Animo!»
7Anima el fundidor al orfebre, el que pule a martillo al que bate en el yunque, diciendo de la soldadura: «Esta bien.» Y fija el idolo con clavos para que no se mueva.
8Y tú, Israel, siervo mio, Jacob, a quien elegi, simiente de mi amigo Abraham;
9que te asi desde los cabos de la tierra, y desde lo mas remoto te llamé y te dije: «Siervo mio eres tú, te he escogido y no te he rechazado»:
10No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera.
11¡Oh! Se avergonzaran y confundiran todos los abrasados en ira contra ti. Seran como nada y pereceran los que buscan querella.
12Los buscaras y no los hallaras a los que disputaban contigo. Seran como nada y nulidad los que te hacen la guerra.
13Porque yo, Yahveh tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo quien te digo: «No temas, yo te ayudo.»
14No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo - oraculo de Yahveh - y tu redentor es el Santo de Israel.
15He aqui que te he convertido en trillo nuevo, de dientes dobles. Trituraras los montes y los desmenuzaras, y los cerros convertiras en tamo.
16Los beldaras, y el viento se los llevara, y una rafaga los dispersara. Y tú te regocijaras en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriaras.
17Los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada. La lengua se les secó de sed. Yo, Yahveh, les responderé, Yo, Dios de Israel, no los desampararé.
18Abriré sobre los calveros arroyos y en medio de las barrancas manantiales. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra arida en hontanar de aguas.
19Pondré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. Pondré en la estepa el enebro, el olmo y el ciprés a una,
20de modo que todos vean y sepan, adviertan y consideren que la mano de Yahveh ha hecho eso, el Santo de Israel lo ha creado.
21«Aducid vuestra defensa - dice Yahveh - allegad vuestras pruebas - dice el rey de Jacob.
22Alléguense e indiquennos lo que va a suceder. Indicadnos cómo fue lo pasado, y reflexionaremos; o bien hacednos oir lo venidero para que lo conozcamos.
23Indicadnos las señales del porvenir, y sabremos que sois dioses. En suma, haced algún bien o algún mal, para que nos pongamos en guardia y os temamos.
24¡Oh! Vosotros sois nada, y vuestros hechos, nulidad, lo mejor de vosotros, abominación.»
25Le he suscitado del norte, y viene, del sol naciente le he llamado por su nombre. Ha hollado a los satrapas como lodo, como el alfarero patea el barro.
26¿Quién lo indicó desde el principio, para que se supiese, o desde antiguo, para que se dijese: «Es justo»? Ni hubo quien lo indicase, ni hubo quien lo hiciese oir, ni hubo quien oyese vuestras palabras.
27Primicias de Sión: «¡Aqui estan, aqui estan!» envio a Jerusalén la buena nueva.
28Miré, y no habia nadie; entre éstos no habia consejeros a quienes yo preguntara y ellos respondieran.
29¡Oh! Todos ellos son nada; nulidad sus obras, viento y vacuidad sus estatuas.

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Isaias 42
1He aqui mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma. He puesto mi espiritu sobre él: dictara ley a las naciones.
2No vociferara ni alzara el tono, y no hara oir en la calle su voz.
3Caña quebrada no partira, y mecha mortecina no apagara. Lealmente hara justicia;
4no desmayara ni se quebrara hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderan las islas.
5Asi dice el Dios Yahveh, el que crea los cielos y los extiende, el que hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella, y espiritu a los que por ella andan.
6Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te asi de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de    las gentes,
7para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la carcel a los que viven en tinieblas.
8Yo, Yahveh, ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi prez a los idolos.
9Lo de antes ya ha llegado, y anuncio cosas nuevas; antes que se produzcan os las hago saber.
10Cantad a Yahveh un cantico nuevo, su loor desde los confines de la tierra. Que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes.
11Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las explanadas en que habita Quedar. Aclamen los habitantes de Petra, desde la cima de los montes vociferen.
12Den gloria a Yahveh, su loor en las islas publiquen.
13Yahveh como un bravo sale, su furor despierta como el de un guerrero; grita y vocifera, contra sus enemigos se muestra valeroso.
14«Estaba mudo desde mucho ha, habia ensordecido, me habia reprimido. Como parturienta grito, resoplo y jadeo entrecortadamente.
15Derribaré montes y cedros, y todo su césped secaré; convertiré los rios en tierra firme y las lagunas secaré.
16Haré andar a los ciegos por un camino que no conocian, por senderos que no conocian les encaminaré. Trocaré delante de ellos la tiniebla en luz, y lo tortuoso en llano. Estas cosas haré, y no las omitiré.»
17Haceos atras, confusos de vergüenza, los que confiais en idolos, los que decis a la estatua fundida: «Vosotros sois nuestros dioses.»
18¡Sordos, oid! ¡Ciegos, mirad y ved!
19¿Quién esta ciego, sino mi siervo? ¿y quién tan sordo como el mensajero a quien envio? (¿Quién es tan ciego como el enviado y tan sordo como el siervo de Yahveh?)
20Por mas que has visto, no has hecho caso; mucho abrir las orejas, pero no has oido.
21Yahveh se interesa, por causa de su justicia, en engrandecer y dar lustre a la Ley.
22Pero es un pueblo saqueado y despojado, han sido atrapados en agujeros todos ellos, y en carceles han sido encerrados. Se les despojaba y no habia quien salvase; se les depredaba y nadie decia: «¡Devuelve!»
23¿Quién de vosotros escuchara esto, atendera y hara caso para el futuro?
24¿Quién entregó al pillaje a Jacob, y a Israel a los saqueadores? ¿No ha sido Yahveh, contra quien pecamos, rehusamos andar por sus caminos, y no escuchamos sus instrucciones?
25Vertió sobre él el ardor de su ira, y la violencia de la guerra le abrasó, por todos lados sin que se apercibiese, le consumió, sin que él reflexionase.

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Isaias 43
1Ahora, asi dice Yahveh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. «No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mio.
2Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los rios, no te anegaran. Si andas por el fuego, no te quemaras, ni la llama prendera en ti.
3Porque yo soy Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar
4dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida.
5No temas, que yo estoy contigo; desde Oriente haré volver tu raza, y desde Poniente te reuniré.
6Diré al Norte: “Damelos”; y al Sur: “No los retengas”, Traeré a mis hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la tierra;
7a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria creé, plasmé e hice.»
8Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas.
9Congréguense todas las gentes y reúnanse los pueblos. ¿Quién de entre ellos anuncia eso, y desde antiguo nos lo hace oir? Aduzcan sus testigos, y que se justifiquen; que se oiga para que se pueda decir: «Es verdad.»
10Vosotros sois mis testigos - oraculo de Yahveh - y mi siervo a quien elegi, para que me conozcais y me creais a mi mismo, y entendais que yo soy: Antes de mi no fue formado otro dios, ni después de mi lo habra.
11Yo, yo soy Yahveh, y fuera de mi no hay salvador.
12Yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre vosotros ningún extraño. Vosotros sois mis testigos - oraculo de Yahveh - y yo soy Dios;
13yo lo soy desde siempre, y no hay quien libre de mi mano. Yo lo tracé, y ¿quién lo revocara?
14Asi dice Yahveh que os ha rescatado, el Santo de Israel. Por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de    Babilonia, y se volveran en ayes los hurras de los caldeos
15Yo, Yahveh vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey.
16Asi dice Yahveh, que trazó camino en el mar, y vereda en aguas impetuosas.
17El que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército; a una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron.
18¿No os acordais de lo pasado, ni caéis en la cuenta de lo antiguo?
19Pues bien, he aqui que yo lo renuevo: ya esta en marcha, ¿no lo reconocéis? Si, pongo en el desierto un camino, rios en el paramo.
20Las bestias del campo me daran gloria, los chacales y las avestruces, pues pondré agua en el desierto (y rios en la soledad) para dar de beber a mi pueblo elegido.
21El pueblo que yo me he formado contara mis alabanzas.
22Tú no me has invocado, Jacob, porque te has fatigado de mi, Israel.
23No me has traido tus ovejas en holocausto ni me has honrado con tus sacrificios. No te obligué yo a servirme con oblación ni te he fatigado a causa del incienso.
24No me has comprado cañas con dinero ni con la grasa de tus sacrificios me has saciado; hasta me has convertido en siervo con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades.
25Era yo, yo mismo el que tenia que limpiar tus rebeldias por amor de mi y no recordar tus pecados.
26Hazmelo recordar y vayamos a juicio juntos, haz tú mismo el recuento para justificarte.
27Pecó tu primer padre y tus intérpretes se rebelaron contra mi.
28Destituia los principes de mi santuario; por eso entregué a Jacob al anatema y a Israel a los ultrajes.

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Isaias 44
1Ahora, pues, escucha, Jacob, siervo mio, Israel, a quien yo elegi.
2Asi dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda: «No temas, siervo mio, Jacob, Yesurún a quien yo elegi.
3Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca. Derramaré mi espiritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de ti nazca.
4Creceran como en medio de hierbas, como alamos junto a corrientes de aguas.
5El uno dira: “Yo soy de Yahveh”, el otro llevara el nombre de Jacob. Un tercero escribira en su mano: “De Yahveh” y se le llamara Israel.»
6Asi dice Yahveh el rey de Israel, y su redentor, Yahveh Sebaot: «Yo soy el primero y el último, fuera de mi, no hay ningún dios.
7¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que lo anuncie y argumente contra mi; desde que fundé un pueblo eterno, cuanto sucede, que lo diga, y las cosas del futuro, que las revele.
8No tembléis ni temais; ¿no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois testigos; ¿hay otro dios fuera de mi? ¡No hay otra Roca, yo no la conozco!»
9¡Escultores de idolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras mas estimadas; sus testigos nada ven y nada saben, y por eso quedaran abochornados.
10¿Quién modela un dios o funde un idolo, sin esperar una ganancia?
11Mas ved que todos sus devotos quedaran abochornados y sus artifices, que no son mas que hombres; se reuniran todos  y compareceran; y todos temblaran avergonzados.
12El forjador trabaja con los brazos, configura a golpe de martillo, ejecuta su obra a fuerza de brazo; pasa hambre  y se extenúa; no bebe agua y queda agotado.
13El escultor tallista toma la medida, hace un diseño con el lapiz, trabaja con la gubia, diseña a compas de puntos  y le da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo.
14Taló un cedro para si, o tomó un roble, o una encima y los dejó hacerse grandes entre los arboles del bosque; o  plantó un cedro que la lluvia hizo crecer.
15Sirven ellos para que la gente haga fuego. Echan mano de ellos para calentarse. O encienden lumbre para cocer pan. O hacen un dios, al que se adora, un idolo para inclinarse ante él.
16Quema uno la mitad y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta hartarse. También se calienta y dice: «¡ Ah! ¡me caliento mientras contemplo el resplandor!»
17Y con el resto hace un dios, su idolo, ante el que se inclina, le adora y le suplica, diciendo: «¡Salvame, pues tú eres mi dios!»
18No saben ni entienden, sus ojos estan pegados y no ven; su corazón no comprende.
19No reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento para decirse: «He quemado una mitad, he cocido pan sobre las  brasas; he asado carne y la he comido; y ¡voy a hacer con lo restante algo abominable! ¡voy a inclinarme ante un trozo de madera!
20A quien se apega a la ceniza, su corazón engañado le extravia. No salvara su vida. Nunca dira: «¿Acaso lo que tengo en la mano es engañoso?»
21Recuerda esto, Jacob, y que eres mi siervo, Israel. ¡Yo te he formado, tú eres mi siervo, Israel, yo no te olvido!
22He disipado como una nube tus rebeldias, como un nublado tus pecados. ¡Vuélvete a mi, pues te he rescatado!
23¡Gritad, cielos, de júbilo, porque Yahveh lo ha hecho! ¡Clamad, profundidades de la tierra! ¡Lanzad gritos de júbilo, montañas, y bosque con todo su arbolado, pues Yahveh ha rescatado a Jacob y manifiesta su gloria en Israel!
24Asi dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendi los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna.
25Yo hago que fallen las señales de los magos y que deliren los adivinos; hago retroceder a los sabios y convierto su ciencia en necedad.
26Yo confirmo la palabra de mi siervo y hago que triunfe el proyecto de mis mensajeros. Yo digo a Jerusalén: «Seras habitada», y a las ciudades de Juda: «Seréis reconstruidas.» ¡Yo levantaré sus ruinas!
27Yo digo al abismo: «¡Sécate! Yo desecaré tus rios.»
28Yo soy el que dice a Ciro: «Tú eres mi pastor y daras cumplimiento a todos mis deseos, cuando digas de Jerusalén: “Que sea reconstruida” y del santuario: “¡Echa los cimientos!”»

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Isaias 45
1Asi dice Yahveh a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes, para abrir ante él los batientes de modo que no queden cerradas las puertas.
2Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes. Quebraré los batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro.
3Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Yahveh, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre.
4A causa de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me conozcas.
5Yo soy Yahveh, no hay ningún otro; fuera de mi ningún dios existe. Yo te he ceñido, sin que tú me conozcas,
6para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es nada fuera de mi. Yo soy Yahveh, no ningún otro;
7yo modelo la luz y creo la tiniebla, yo hago la dicha y creo la desgracia, yo soy Yahveh, el que hago todo esto.
8Destilad, cielos, como rocio de lo alto, derramad, nubes, la victoria. Abrase la tierra y produzca salvación, y germine juntamente la justicia. Yo, Yahveh, lo he creado.
9¡Ay de quien litiga con el que la ha modelado, la vasija entre las vasijas de barro! ¿Dice la arcilla al que la modela: «¿Qué haces tú?», y «¿Tu obra no esta hecha con    destreza?»
10¡Ay del que dice a su padre!: «¿Qué has engendrado?» y a su madre: «¿Qué has dado a luz?»
11Asi dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: «¿Vais a pedirme señales acerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de mis manos?
12Yo hice la tierra y creé al hombre en ella. Yo extendi los cielos con mis manos y doy órdenes a todo su ejército.
13Yo le he suscitado para la victoria y he allanado todos sus caminos. El reconstruira mi ciudad y enviara a mis deportados sin rescate y sin recompensa», dice Yahveh Sebaot.
14Asi dice Yahveh: Los productos de Egipto, el comercio de Kus y los sebaitas, de elevada estatura, vendran a ti y tuyos seran. Iran detras de ti, encadenados, ante ti se postraran, y te suplicaran: «Sólo en ti hay Dios, no hay ningún otro, no hay mas dioses.»
15De cierto que tú eres un dios oculto, el Dios de Israel, salvador.
16Quedaran abochornados, afrentados, marcharan con ignominia los fabricadores de idolos.
17Israel sera salvado por Yahveh, con salvación perpetua. No quedaréis abochornados ni afrentados nunca jamas.
18Pues asi dice Yahveh, creador de los cielos, él, que es Dios, plasmador de la tierra y su hacedor, él, que la ha fundamentado, y no la creó caótica, sino que para ser habitada la plasmó: «Yo soy Yahveh, no existe ningún otro.
19No he hablado en oculto ni en lugar tenebroso. No he dicho al linaje de Jacob: Buscadme en el caos. Yo soy Yahveh, que digo lo que es justo y anuncio lo que es recto.»
20Reunios y venid, acercaos todos, supervivientes de las naciones. No saben nada los que llevan sus idolos de madera, los que suplican a un dios que no puede salvar.
21Exponed, aducid vuestras pruebas, deliberad todos juntos: «¿Quién hizo oir esto desde antiguo y lo anunció hace tiempo? ¿No he sido yo Yahveh? No hay otro dios, fuera de mi. Dios justo y salvador, no hay otro fuera de mi.
22Volveos a mi y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro.
23Yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no sera vana: Que ante mi se doblara toda rodilla y toda lengua jurara
24diciendo: ¡Sólo en Yahveh hay victoria y fuerza! A él se volveran abochornados todos los que se inflamaban contra él.
25Por Yahveh triunfara y sera gloriosa toda la raza de Israel.

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Isaias 46
1Bel se desploma, Nebó se derrumba, sus idolos van sobre animales y bestias de carga; llevados como fardos sobre un animal desfallecido.
2Se derrumbaron, se desplomaron todos, no pudieron salvar la carga; ellos mismos van cautivos.
3Escuchadme, casa de Jacob, y todos los supervivientes de la casa de Israel, los que habéis sido transportados desde el seno, llevados desde el vientre materno.
4Hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, hasta que se os vuelva el pelo blanco, yo os llevaré. Ya lo tengo hecho, yo me encargaré, yo me encargo de ello, yo os salvaré.
5¿A quién me podréis asemejar o comparar? ¿A quién me asemejaréis para que seamos parecidos?
6Sacan el oro de sus bolsas, pesan la plata en la balanza, y pagan a un orfebre para que les haga un dios, al que adoran y ante el cual se postran.
7Se lo cargan al hombro y lo transportan, lo colocan en su sitio y alli se queda. No se mueve de su lugar. Hasta llegan a invocarle, mas no responde, no salva de la angustia.
8Recordad esto y sed hombres, tened seso, rebeldes,
9recordad lo pasado desde antiguo, pues yo soy Dios y no hay ningún otro, yo soy Dios, no hay otro como yo.
10Yo anuncio desde el principio lo que viene después y desde el comienzo lo que aún no ha sucedido. Yo digo: Mis planes se realizaran y todos mis deseos llevaré a cabo.
11Yo llamo del Oriente un ave rapaz de un pais lejano al hombre en quien pensé. Tal como lo he dicho, asi se cumplira; como lo he planeado, asi lo haré.
12Escuchadme vosotros, los que habéis perdido el corazón, los que estais alejados de lo justo.
13Yo hago acercarse mi victoria, no esta lejos, mi salvación no tardara. Pondré salvación en Sión, mi prez sera para Israel.

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Isaias 47
1Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel! ¡Siéntate en tierra, destronada, hija de los caldeos! Ya no se te volvera a llamar la dulce, la exquisita.
2Toma el molino y muele la harina. Despójate de tu velo, descubre la cola de tu vestido, desnuda tus piernas y vadea los rios.
3Descubre tu desnudez y se vean tus vergüenzas. Voy a vengarme y nadie intervendra.
4Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, el Santo de Israel, dice:
5Siéntate en silencio y entra en la tiniebla, hija de los caldeos, que ya no se te volvera a llamar señora de reinos.
6Irritado estaba yo contra mi pueblo, habia profanado mi heredad y en tus manos los habia entregado; pero tú no tuviste piedad de ellos; hiciste caer pesadamente tu yugo sobre el anciano.
7Tú decias: «Seré por siempre la señora eterna.» No has meditado esto en tu corazón no te has acordado de su fin.
8Pero ahora, voluptuosa, escucha esto, tú que te sientas en seguro y te dices en tu corazón: «¡Yo, y nadie mas! No seré viuda, ni sabré lo que es carecer de hijos.»
9Estas dos desgracias vendran sobre ti en un instante, en el mismo dia. Carencia de hijos y viudez caeran súbitamente sobre ti, a pesar de tus numerosas hechicerias y del poder de tus muchos sortilegios.
10Te sentias segura en tu maldad, te decias: «Nadie me ve.» Tu sabiduria y tu misma ciencia te han desviado. Dijiste en tu corazón: «¡Yo, y nadie mas!»
11Vendra sobre ti una desgracia que no sabras conjurar; caera sobre ti un desastre que no podras evitar. Vendra sobre ti súbitamente una devastación que no sospechas.
12¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerias con que te fatigas desde tu juventud! ¿Te podran servir de algo? ¿Acaso haras temblar?
13Te has cansado de tus planes. Que se presenten, pues, y que te salven los que describen los cielos, los que observan las estrellas y hacen saber, en cada mes, lo que te sucedera.
14Mira, ellos seran como tamo que el fuego quemara. No libraran sus vidas del poder de las llamas. No seran brasas para el pan ni llama ante la cual sentarse.
15Eso seran para ti tus hechiceros por los que te has fatigado desde tu juventud. Cada uno errara por su camino, y no habra quien te salve.

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Isaias 48
1Escucha esto, casa de Jacob, los que llevais el nombre de Israel, los que habéis salido de las aguas de Juda. Los que jurais por el nombre de Yahveh, los que invocais al Dios de Israel, mas no según verdad y justicia.
2Porque llevais el nombre de la ciudad santa y os apoyais en el Dios de Israel, cuyo nombre es Yahveh Sebaot.
3Yo anuncié desde hace tiempo las cosas pasadas, salieron de mi boca y las di a conocer; de pronto, las hice y se cumplieron.
4Yo sabia que tú eres obstinado, que es tu cerviz una barra de hierro y tu frente de bronce.
5Por eso te anuncié las cosas hace tiempo y antes que ocurrieran te las di a conocer, no sea que dijeras: «Las hizo mi idolo, mi estatua, mi imagen fundida lo ordenó.»
6Tú has oido todo esto, ¿no vas a admitirlo? Ahora te hago saber cosas nuevas, secretas, no sabidas,
7que han sido creadas ahora, no hace tiempo, de las que hasta ahora nada oiste, para que no puedas decir: «Ya lo sabia.»
8Ni las oiste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oido, pues sé muy    bien que tú eres pérfido y se te llama rebelde desde el seno materno.
9Por amor de mi nombre retardé mi cólera,  a causa de mi alabanza me contuve para no arrancarte.
10Mira que te he apurado, y no habia en ti plata, te he probado en el crisol de la desgracia.
11Por mi, por mi, lo hago, pues ¿cómo mi nombre seria profanado? No cederé a otro mi gloria.
12Escúchame, Jacob, Israel, a quien llamé: Yo soy, yo soy el primero y también soy el último.
13Si, es mi mano la que fundamentó la tierra y mi diestra la que extendió los cielos. Yo los llamo y todos se presentan.
14Reunios todos y escuchad: ¿Quién de entre ellos anunció estas cosas? «Mi amigo cumplira mi deseo contra Babilonia y la raza de los caldeos.»
15Yo mismo le he hablado, le he llamado, le he hecho que venga y triunfe en sus empresas.
16Acercaos a mi y escuchad esto: Desde el principio no he hablado en oculto, desde que sucedió estoy yo alli. Y ahora el Señor Yahveh me envia con su espiritu.
17Asi dice Yahveh, tu redentor, el Santo de Israel. Yo, Yahveh, tu Dios, te instruyo en lo que es provechoso y te marco el camino por donde debes ir.
18¡Si hubieras atendido a mis mandatos, tu dicha habria sido como un rio y tu victoria como las olas del mar!
19¡Tu raza seria como la arena los salidos de ti como sus granos! ¡Nunca habria sido arrancado ni borrado de mi presencia su nombre!
20¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! ¡Anunciad con voz de júbilo, hacedlo saber, proclamad hasta el extremo de la tierra, decid: Yahveh ha rescatado a su siervo Jacob!
21No padecieron sed en los sequedales a donde los llevó; hizo brotar para ellos agua de la roca. Rompió la roca y corrieron las aguas.
22No hay paz para los malvados, dice Yahveh.

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Isaias 49
1¡Oidme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.
2Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hizome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.
3Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
4Pues yo decia: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?»
5Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para siervo    suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.
6«Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la    tierra.»
7Asi dice Yahveh, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de    las gentes, al esclavo de los dominadores: Veranlo reyes y se pondran en pie, principes y se postraran por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido.
8Asi dice Yahveh: En tiempo favorable te escucharé, y en dia nefasto te asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas,
9para decir a los presos: «Salid», y a los que estan en tinieblas: «Mostraos». Por los caminos paceran y en todos los calveros tendran pasto.
10No tendran hambre ni sed, ni les dara el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducira, y a manantiales de agua los guiara.
11Convertiré todos mis montes en caminos, y mis calzadas seran levantadas.
12Mira: Estos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aquéllos de la tierra de Sinim.
13¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegria, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido.
14Pero dice Sión: «Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado.»
15- ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.
16Miralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros estan ante mi perpetuamente.
17Apresúrense los que te reedifican, y salgan de ti los que te arruinaron y demolieron.
18Alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han venido a ti. ¡Por mi vida! - oraculo de Yahveh - que con todos ellos como con velo nupcial te vestiras,    y te ceñiras con ellos como una novia.
19Porque tus ruinas y desolaciones y tu tierra arrasada van a ser ahora demasiado estrechas para tanto    morador, y se habran alejado tus devoradores.
20Todavia te diran al oido los hijos de que fuiste privada: «El lugar es estrecho para mi, Cédeme sitio para alojarme.»
21Y diras para ti misma: «¿Quién me ha dado a luz éstos? Pues yo habia quedado sin hijos y estéril, desterrada y aparte, y a éstos ¿quién los crió? He aqui que yo habia quedado sola, pues éstos ¿dónde estaban?»
22Asi dice el Señor Yahveh: He aqui que yo voy a alzar hacia las gentes de mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera; traeran a tus hijos en brazos, y tus hijas seran llevadas a hombros.
23Reyes seran tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. Rostro en tierra se postraran ante ti, y el polvo de tus pies lameran. Y sabras que yo soy Yahveh; no se avergonzaran los que en mi esperan.
24¿Se arrebata al valiente la presa, o se escapa el prisionero del guerrero?
25Pues asi dice Yahveh: Si, al valiente se le quitara el prisionero, y la presa del guerrero se le escapara; con tus litigantes yo litigaré, y a tus hijos yo salvaré.
26Haré comer a tus opresores su propia carne, como con vino nuevo, con su sangre se embriagaran. Y sabra todo el mundo que yo, Yahveh, soy el que te salva, y el que te rescata, el Fuerte de Jacob.

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Isaias 50
1Asi dice Yahveh: ¿Dónde esta esa carta de divorcio de vuestra madre a quien repudié? o ¿a cual de mis acreedores os vendi? Mirad que por vuestras culpas fuisteis vendidos, y por vuestras rebeldias fue repudiada vuestra madre.
2¿Por qué cuando he venido no habia nadie, cuando he llamado no hubo quien respondiera? ¿Acaso se ha vuelto mi mano demasiado corta para    rescatar o quiza no habra en mi vigor para salvar? He aqui que con un gesto seco el mar, convierto los rios en desierto; quedan en seco sus peces por falta de agua y mueren de sed.
3Yo visto los cielos de crespón y los cubro de sayal.
4El Señor Yahveh me ha dado lengua de discipulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oido, para escuchar como los discipulos;
5el Señor Yahveh me ha abierto el oido. Y yo no me resisti, ni me hice atras.
6Ofreci mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.
7Pues que Yahveh habria de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaria avergonzado.
8Cerca esta el que me justifica: ¿quién disputara conmigo? Presentémonos juntos: ¿quién es mi demandante? ¡que se llegue a mi!
9He aqui que el Señor Yahveh me ayuda: ¿quién me condenara? Pues todos ellos como un vestido se gastaran, la polilla se los comera.
10El que de entre vosotros tema a Yahveh oiga la voz de su Siervo. El que anda a oscuras y carece de claridad confie en el nombre de Yahveh y apóyese en su Dios.
11¡Oh vosotros, todos los que encendéis fuego, los que soplais las brasas! Id a la lumbre de vuestro propio fuego y a las brasas que habéis encendido. Esto os vendra de mi mano: en tormento yaceréis.

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Isaias 51
1Prestadme oido, seguidores de lo justo, los que buscais a Yahveh. Reparad en la peña de donde fuisteis tallados, y en la cavidad de pozo de donde fuisteis excavados.
2Reparad en Abraham vuestro padre, y en Sara, que os dio a luz; pues uno solo era cuando le llamé, pero le bendije y le multipliqué.
3Cuando haya consolado Yahveh a Sión, haya consolado todas sus ruinas y haya trocado el desierto en Edén y la estepa en Paraiso de Yahveh, regocijo y alegria se encontraran en ella, alabanza y son de canciones.
4Préstame atención, pueblo mio, mi nación, escúchame; que una instrucción saldra de mi, y juicio mio para luz de las naciones. Inminente,
5cercana esta mi justicia, saldra mi liberación, y mis brazos juzgaran a los pueblos. Las islas esperan en mi y cuentan con mi brazo.
6Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues los cielos como humareda se disiparan, la tierra como un vestido se gastara y sus moradores como el mosquito moriran. Pero mi salvación por siempre sera, y mi justicia se mantendra intacta.
7Prestadme oido, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. No temais las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis;
8pues como un vestido se los comera la polilla, y como lana los comera la tiña. Pero mi justicia por siempre sera, y mi salvación por generaciones de generaciones.
9¡Despierta, despierta, revistete de poderio, oh brazo de Yahveh! ¡Despierta como en los dias de antaño, en las generaciones pasadas! ¿No eres tú el que partió a Rahab, el que atravesó al Dragón?
10¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que trocó las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados?
11Los redimidos de Yahveh volveran, entraran en Sión entre aclamaciones, y habra alegria eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegria les acompañaran! ¡Adiós, el penar y suspiros!
12Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú, que tienes miedo del mortal y del hijo del hombre, al heno equiparado?
13Olvidas a Yahveh, tu hacedor, el que extendió los cielos y cimentó la tierra; y te estas despavorido todo a lo largo del dia ante la furia del opresor, en cuanto se aplica a destruir. Pues ¿dónde esta esa furia del opresor?
14Pronto saldra libre el que esta en la carcel, no morira en la hoya, no le faltara el pan.
15Yo soy Yahveh tu Dios, que agito el mar y hago bramar sus olas; Yahveh Sebaot es mi nombre.
16Yo he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a la sombra de mi mano, cuando extendia los cielos y cimentaba la tierra, diciendo a Sión: «Mi pueblo eres tú.»
17¡Despierta, despierta! ¡Levantate, Jerusalén! Tú, que has bebido de mano de Yahveh la copa de su ira. El caliz del vértigo has bebido hasta vaciarlo.
18No hay quien la guie de entre todos los hijos que ha dado a luz, no hay quien la tome de la mano de entre todos los hijos que ha criado.
19Estas dos cosas te han acaecido - ¿quién te conduele? - saqueo y quebranto, hambre y espada - ¿quién te consuela? -
20Tus hijos desfallecen, yacen, en la esquina de todas las calles como antilope en la red, llenos de la ira de Yahveh, de la amenaza de tu Dios.
21Por eso, escucha esto, pobrecilla, ebria, pero no de vino.
22Asi dice tu Señor Yahveh, tu Dios, defensor de tu pueblo. Mira que yo te quito de la mano la copa del vértigo, el caliz de mi ira; ya no tendras que seguir bebiéndolo.
23Yo lo pondré en la mano de los que te afligian, de los que a ti misma te decian: «Póstrate para que pasemos», y tú pusiste tu espalda como suelo y como calle de los que pasaban.

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Isaias 52
1¡Despierta, despierta! ¡Revistete de tu fortaleza, Sión! ¡Vistete tus ropas de gala, Jerusalén, Ciudad Santa! Porque no volveran a entrar en ti incircuncisos ni impuros.
2Sacúdete el polvo, levantate, cautiva Jerusalén, Librate de las ligaduras de tu cerviz, cautiva hija de Sión.
3Porque asi dice Yahveh: De balde fuisteis vendidos, y sin plata seréis rescatados.
4Si, asi dice el Señor Yahveh: A Egipto bajó mi pueblo en un principio, a ser forastero    alli, y luego Asiria le oprimió sin motivo.
5Y ahora, ¿qué voy a hacer aqui - oraculo de Yahveh - pues mi pueblo ha sido arrebatado sin motivo? Sus dominadores profieren gritos - oraculo de Yahveh - y todo a lo largo del dia mi nombre es blasfemado.
6Por eso mi pueblo conocera mi nombre en aquel dia y comprendera que yo soy el que decia: «Aqui estoy.»
7¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios!»
8¡Una voz! Tus vigias alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión.
9Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.
10Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.
11¡Apartaos, apartaos, salid de alli! ¡Cosa impura no toquéis! ¡Salid de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de Yahveh!
12Pues sin prisa habréis de salir, no iréis a la desbandada, que va al frente de vosotros Yahveh, y os cierra la retaguardia el Dios de Israel.
13He aqui que prosperara mi Siervo, sera enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera.
14Asi como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenia el aspecto que no parecia    hombre, ni su apariencia era humana -
15otro tanto se admiraran muchas naciones; ante él cerraran los reyes la boca, pues lo que nunca se les contó veran, y lo que nunca oyeron reconoceran.

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Isaias 53
1¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se le reveló?
2Creció como un retoño delante de él, como raiz de tierra arida. No tenia apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenia aspecto que pudiésemos estimar.
3Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta.
4¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado.
5El ha sido herido por nuestras rebeldias, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados.
6Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
7Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan esta muda, tampoco él abrió la boca.
8Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporaneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldias de su pueblo ha sido herido;
9y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por mas que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
10Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a si mismo en expiación, vera descendencia, alargara sus dias, y lo que plazca a Yahveh se cumplira por su mano.
11Por las fatigas de su alma, vera luz, se saciara. Por su conocimiento justificara mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportara.
12Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartira despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes.

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Isaias 54
1Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegria, la que no ha    tenido los dolores; que mas son los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahveh.
2Ensancha el espacio de tu tienda las cortinas extiende, no te detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura;
3porque a derecha e izquierda te expandiras, tu prole heredara naciones y ciudades desoladas poblaran.
4No temas, que no te avergonzaras, ni te sonrojes, que no quedaras confundida, pues la vergüenza de tu mocedad olvidaras, y la afrenta de tu viudez no recordaras jamas.
5Porque tu esposo es tu Hacedor, Yahveh Sebaot es su nombre; y el que te rescata, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.
6Porque como a mujer abandonada y de contristado espiritu, te llamó Yahveh; y la mujer de la juventud ¿es repudiada? - dice tu Dios.
7Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recogeré.
8En un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, pero con amor eterno te he compadecido - dice Yahveh tu Redentor.
9Sera para mi como en tiempos de Noé: como juré que no pasarian las aguas de Noé mas sobre la tierra, asi he jurado que no me irritaré mas contra ti ni te amenazaré.
10Porque los montes se correran y las colinas se moveran, mas mi amor de tu lado no se apartara y mi alianza de paz no se movera - dice Yahveh, que tiene compasión de ti.
11Pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo asiento en carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros.
12Haré de rubi tus baluartes, tus puertas de piedras de cuarzo y todo tu término de piedras preciosas.
13Todos tus hijos seran discipulos de Yahveh, y sera grande la dicha de tus hijos.
14En justicia seras consolidada. Manténte lejos de la opresión, pues ya no temeras, y del terror, pues no se acercara a ti.
15Si alguien te ataca, no sera de parte mia; quienquiera que te ataque, contra ti se estrellara.
16He aqui que yo he creado al herrero, que sopla en el fuego las brasas y saca los instrumentos para su trabajo.
17Yo he creado al destructor para aniquilar. Ningún arma forjada contra ti tendra éxito, e impugnaras a toda lengua que se levante a juicio contigo. Tal sera la heredad de los siervos de Yahveh y las victorias que alcanzaran por mi - oraculo de    Yahveh -.

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Isaias 55
1¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche!
2¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso.
3Aplicad el oido y acudid a mi, oid y vivira vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y fieles promesas hechas a David.
4Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y legislador de las naciones.
5Mira que a un pueblo que no conocias has de convocar, y un pueblo que no te conocia, a ti correra por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, porque te ha honrado.
6Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras esta cercano.
7Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahveh, que tendra compasión de él, a nuestro Dios, que sera grande en perdonar.
8Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos - oraculo de    Yahveh -.
9Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, asi aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.
10Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven alla, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer,
11asi sera mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornara a mi de vacio, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié.
12Si, con alegria saldréis, y en paz seréis traidos. Los montes y las colinas romperan ante vosotros en gritos de júbilo, y todos los arboles del campo batiran palmas.
13En lugar del espino crecera el ciprés, en lugar de la ortiga crecera el mirto. Sera para renombre de Yahveh, para señal eterna que no sera borrada.

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Isaias 56
1Asi dice Yahveh: Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi salvación esta para llegar y mi justicia  para manifestarse.
2Dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello, guardandose de profanar el sabado, guardando su  mano de hacer nada malo.
3Que el extranjero que se adhiera a Yahveh, no diga: «¡De cierto que Yahveh me separara de su pueblo!» No diga el eunuco: «Soy un arbol seco.»
4Pues asi dice Yahveh: Respecto a los eunucos que guardan mis sabados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza,
5yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no sera borrado.
6En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahveh para su ministerio, para amar el nombre de Yahveh, y para ser sus  siervos, a todo aquel que guarda el sabado sin profanarle y a los que se mantienen firmes en mi alianza,
7yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios seran gratos sobre mi altar. Porque mi Casa sera llamada Casa de oración para todos los pueblos.
8Oraculo del Señor Yahveh que reúne a los dispersos de Israel. A los ya reunidos todavia añadiré otros.
9Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque.
10Sus vigias son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos, no pueden ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir.
11Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben entender. Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último, busca su provecho
12«Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el dia de mañana sera como el de hoy, o muchisimo mejor.»

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Isaias 57
1El justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son arrebatados, y no hay quien lo considere. Cuando ante la desgracia es arrebatado el justo,
2se va en paz. ¡Descansen en sus lechos todos los que anduvieron en camino recto!
3Pero vosotros venid aca, hijos de hechicera, raza adúltera que te prostituyes:
4¿De quién os mofais? ¿Contra quién abris la boca y sacais la lengua? ¿No sois vosotros engendros de pecado, prole bastarda?
5Los que entrais en calor entre terebintos, bajo cualquier arbol frondoso, degolladores de niños en las torrenteras, debajo de los resquicios de las peñas.
6En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te toquen en suerte! Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste oblación. ¿Acaso con estas cosas me voy a aplacar?
7Sobre montaña alta y empinada pusiste tu lecho. Hasta alli subiste a hacer el sacrificio.
8Detras de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial. Si, te desnudaste, subiste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste. Llegaste a un acuerdo con aquellos con quienes te plugo acostarte, mirando el monumento.
9Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas. Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol.
10De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: «Me rindo.» Hallaste el vigor de tu mano, y asi no quedaste debilitada.
11Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste embustera, y de mi no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No es que porque me callé desde siempre, a mi no me temiste?
12Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharan.
13Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos ellos los llevara el viento, los arrebatara el aire. Pero aquel que se ampare en mi poseera la tierra y heredara mi monte santo.
14Entonces se dira: Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstaculos del camino de mi pueblo.
15Que asi dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo nombre es Santo. «En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abatido de    espiritu, para avivar el espiritu de los abatidos, para avivar el animo de los humillados.
16Pues no disputaré por siempre ni estaré eternamente enojado, pues entonces el espiritu ante mi desmayaria y las almas que yo he creado.
17Por culpa de su codicia me enojé y le heri, ocultandome en mi enojo. Pero el rebelde seguia su capricho.
18Sus caminos vi. Yo le curaré y le guiaré, y le daré animos a él y a los que con él lloraban,
19poniendo alabanza en los labios: ¡Paz, paz al de lejos y al de cerca! - dice Yahveh -. Yo le curaré.»
20Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo.
21«No hay paz para los malvados» - dice mi Dios

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Isaias 58
1Clama a voz en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denuncia a mi pueblo su rebeldia y a la casa de Jacob sus pecados.
2A mi me buscan dia a dia y les agrada conocer mis caminos, como si fueran gente que la virtud practica y el rito de su Dios no hubiesen abandonado. Me preguntan por las leyes justas, la vecindad de su Dios les agrada.
3- ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si tú no lo sabes? - Es que el dia en que ayunabais, buscabais vuestro    negocio y explotabais a todos vuestros trabajadores.
4Es que ayunais para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oir en las alturas vuestra voz.
5¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el dia en que se humilla el hombre? ¿Habia que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamais ayuno y dia grato a Yahveh?
6¿No sera mas bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo?
7¿No sera partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes?
8Entonces brotara tu luz como la aurora, y tu herida se curara rapidamente. Te precedera tu justicia, la gloria de Yahveh te seguira.
9Entonces clamaras, y Yahveh te respondera, pediras socorro, y dira: «Aqui estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad,
10repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplandecera en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti sera como mediodia.
11Te guiara Yahveh de continuo, hartara en los sequedales tu alma, dara vigor a tus huesos, y seras como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan.
12Reedificaran, de ti, tus ruinas antiguas, levantaras los cimientos de pasadas generaciones, se te llamara Reparador de brechas, y Restaurador de senderos frecuentados.
13Si apartas del sabado tu pie, de hacer tu negocio en el dia santo, y llamas al sabado «Delicia», al dia santo de Yahveh «Honorable», y lo honras evitando tus viajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos,
14entonces te deleitaras en Yahveh, y yo te haré cabalgar sobre los altozanos de la    tierra. Te alimentaré con la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Yahveh ha hablado.

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Isaias 59
1Mirad, no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, ni es duro su oido para oir,
2sino que vuestras faltas os separaron a vosotros de vuestro Dios, y vuestros pecados le hicieron esconder su rostro de    vosotros para no oir.
3Porque vuestras manos estan manchadas de sangre y vuestros dedos de culpa, vuestros labios hablan falsedad y vuestra lengua habla perfidia.
4No hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad. Se confian en la nada y hablan falsedad, conciben malicia y dan a luz iniquidad.
5Hacen que rompan su cascarón las viboras y tejen telas de araña; el que come de sus huevos muere, y si son aplastados sale una vibora.
6Sus hilos no sirven para vestido ni con sus tejidos se pueden cubrir. Sus obras son obras inicuas y acciones violentas hay en sus manos.
7Sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre inocente. Sus proyectos son proyectos inicuos, destrucción y quebranto en sus caminos.
8Camino de paz no conocen, y derecho no hay en sus pasos. Tuercen sus caminos para provecho propio, ninguno de los que por ellos pasan conoce la paz.
9Por eso se alejó de nosotros el derecho y no nos alcanzó la justicia. Esperabamos la luz, y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en oscuridad.
10Palpamos la pared como los ciegos y como los que no tienen ojos vacilamos. Tropezamos al mediodia como si fuera al anochecer, y habitamos entre los sanos como los muertos.
11Todos nosotros gruñimos como osos y zureamos sin cesar como palomas. Esperamos el derecho y no hubo, la salvación, y se alejó de nosotros.
12Porque fueron muchas nuestras rebeldias delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros, pues nuestras rebeldias nos acompañan y conocemos nuestras culpas:
13rebelarse y renegar de Yahveh, apartarse de seguir a nuestro Dios, hablar de opresión y revueltas, concebir y musitar en el corazón palabras engañosas.
14Porque ha sido rechazado el juicio y la justicia queda lejos. Porque la verdad en la plaza ha tropezado y la rectitud no puede entrar.
15La verdad se echa en falta y el que se aparta del mal es despojado. Lo vio Yahveh y pareció mal a sus ojos que no hubiera derecho.
16Vio que no habia nadie y se maravilló de que no hubiera intercesor. Entonces le salvó su brazo y su justicia le sostuvo.
17Se puso la justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza. Se puso como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un manto.
18Según los merecimientos asi pagara: ira para sus opresores y represalia para sus enemigos.Dara a las islas su merecido.
19Temeran desde Occidente el nombre de Yahveh y desde el Oriente veran su gloria, pues vendra como un torrente encajonado contra el que irrumpe con fuerza el soplo de Yahveh.
20Vendra a Sión para rescatar, a aquellos de Jacob que se conviertan de su rebeldia. - Oraculo de Yahveh -.
21Cuanto a mi, esta es la alianza con ellos, dice Yahveh. Mi espiritu que ha venido sobre ti y mis palabras que he  puesto en tus labios no caeran de tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu descendencia, dice Yahveh, desde ahora y para siempre.

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Isaias 60
1¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido!
2Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece.
3Caminaran las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada.
4Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos.
5Tú entonces al verlo te pondras radiante, se estremecera y se ensanchara tu corazón, porque vendran a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendran a ti.
6Un sin fin de camellos te cubrira, jóvenes dromedarios de Madian y Efa. Todos ellos de Saba vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh.
7Todas las ovejas de Quedar se apiñaran junto a ti, los machos cabrios de Nebayot estaran a tu servicio. Subiran en holocausto agradable a mi altar, y mi hermosa Casa hermosearé aún mas.
8¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como palomas a sus palomares?
9Los barcos se juntan para mi, los navios de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea.
10Hijos de extranjeros construiran tus muros, y sus reyes se pondran a tu servicio, porque en mi cólera te heri, pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti.
11Abiertas estaran tus puertas de continuo; ni de dia ni de noche se cerraran, para dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, traidas por sus reyes.
12Pues la nación y el reino que no se sometan a ti pereceran, esas naciones seran arruinadas por completo.
13La gloria del Libano vendra a ti, el ciprés, el olmo y el boj a una, a embellecer mi Lugar Santo y honrar el lugar donde mis pies reposan.
14Acudiran a ti encorvados los hijos de los que te humillaban, se postraran a tus pies todos los que te    menospreciaban, y te llamaran la Ciudad de Yahveh, la Sión del Santo de Israel.
15En vez de estar tú abandonada, aborrecida y sin viandantes, yo te convertiré en lozania eterna, gozo de siglos y siglos.
16Te nutriras con la leche de las naciones, con las riquezas de los reyes seras amamantada, y sabras que yo soy Yahveh tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob.
17En vez de bronce traeré oro, en vez de hierro traeré plata, en vez de madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. Te pondré como gobernantes la Paz, y por gobierno la Justicia.
18No se oira mas hablar de violencia en tu tierra, ni de despojo o quebranto en tus fronteras, antes llamaras a tus murallas «Salvación» y a tus puertas «Alabanza».
19No sera para ti ya nunca mas el sol luz del dia, ni el resplandor de la luna te alumbrara de noche, sino que tendras a Yahveh por luz eterna, y a tu Dios por tu hermosura.
20No se pondra jamas tu sol, ni tu luna menguara, pues Yahveh sera para ti luz eterna, y se habran acabado los dias de tu luto.
21Todos los de tu pueblo seran justos, para siempre heredaran la tierra; retoño de mis plantaciones, obra de mis manos para manifestar mi gloria.
22El mas pequeño vendra a ser un millar, el mas chiquito, una nación poderosa. Yo, Yahveh, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo.

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Isaias 61
1El espiritu del Señor Yahveh esta sobre mi, por cuanto que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad;
2a pregonar año de gracia de Yahveh, dia de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,
3para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espiritu abatido. Se les llamara robles de justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria.
4Edificaran las ruinas seculares, los lugares de antiguo desolados levantaran, y restauraran las ciudades en ruinas, los lugares por siempre desolados.
5Vendran extranjeros y apacentaran vuestros rebaños, e hijos de extraños seran vuestros labradores y    viñadores.
6Y vosotros seréis llamados «sacerdotes de Yahveh», «ministros de nuestro Dios» se os llamara. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis.
7Por cuanto su vergüenza habia sido doble, y en lugar de afrenta, gritos de regocijo fueron su    herencia, por eso en su propia tierra heredaran el doble, y tendran ellos alegria eterna.
8Pues yo, Yahveh, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen. Les daré el salario de su trabajo lealmente, y alianza eterna pactaré con ellos.
9Sera conocida en las naciones su raza y sus vastagos entre los pueblos; todos los que los vean reconoceran que son raza bendita de Yahveh.
10«Con gozo me gozaré en Yahveh, exulta mi alma en mi Dios, porque me ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con aderezos.
11Porque, como una tierra hace germinar plantas y como un huerto produce su simiente, asi el Señor Yahveh hace germinar la justicia y la alabanza en presencia de todas las naciones.»

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Isaias 62
1Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar quedo, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación brille como antorcha.
2Veran las naciones tu justicia, todos los reyes tu gloria, y te llamaran con un nombre nuevo que la boca de Yahveh declarara.
3Seras corona de adorno en la mano de Yahveh, y tiara real en la palma de tu Dios.
4No se dira de ti jamas «Abandonada», ni de tu tierra se dira jamas «Desolada», sino que a ti se te llamara «Mi Complacencia», y a tu tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacera en ti, y tu tierra sera desposada.
5Porque como se casa joven con doncella, se casara contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozara por ti tu Dios.
6Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo el dia ni en toda la noche estaran callados. Los que hacéis que Yahveh recuerde, no guardéis silencio.
7No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a Jerusalén en alabanza en la tierra.
8Ha jurado Yahveh por su diestra y por su fuerte brazo: «No daré tu grano jamas por manjar a tus enemigos. No beberan hijos de extraños tu mosto por el que te fatigaste,
9sino que los que lo cosechen lo comeran y alabaran a Yahveh, y los que los recolecten lo beberan en mis atrios sagrados.»
10¡Pasad, pasad por las puertas! ¡Abrid camino al pueblo! ¡Reparad, reparad el camino, y limpiadlo de piedras! ¡Izad pendón hacia los pueblos!
11Mirad que Yahveh hace oir hasta los confines de la tierra: «Decid a la hija de Sión: Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, y su paga le precede.
12Se les llamara “Pueblo Santo”, “Rescatados de Yahveh”; y a ti se te llamara “Buscada”, “Ciudad no Abandonada”.»

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Isaias 63
1- ¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosra, con ropaje teñido de rojo? ¿Ese del vestido esplendoroso, y de andar tan esforzado? - Soy yo que hablo con justicia, un gran libertador.
2- Y ¿por qué esta de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero?
3- El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. Los pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado.
4¡Era el dia de la venganza que tenia pensada, el año de mi desquite era llegado!
5Miré bien y no habia auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase. Asi que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo.
6Pisoteé a pueblos en mi ira, los pise con furia e hice correr por tierra su sangre.
7Las misericordias de Yahveh quiero recordar, las alabanzas de Yahveh, por todo lo que nos ha premiado Yahveh, por la gran bondad para la casa de Israel, que tuvo con nosotros en su misericordia, y por la abundancia de sus bondades.
8Dijo él: «De cierto que ellos son mi pueblo, hijos que no engañaran.» Y fue él su Salvador
9en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un angel: él mismo en persona los liberó. Por su amor y su compasión él los rescató: los levantó y los llevó todos los dias desde siempre.
10Mas ellos se rebelaron y contristaron a su Espiritu santo, y él se convirtió en su enemigo, guerreó contra ellos.
11Entonces se acordó de los dias antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dónde esta el que los sacó de la mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en él su Espiritu santo,
12el que hizo que su brazo fuerte marchase al lado de Moisés, el que hendió las aguas ante ellos para hacerse un nombre eterno,
13el que les hizo andar por los abismos como un caballo por el desierto, sin que tropezaran,
14cual ganado que desciende al valle? El Espiritu de Yahveh los llevó a descansar. Asi guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
15observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso. ¿Dónde esta tu celo y tu fuerza, la conmoción de tus entrañas? ¿Es que tus entrañas se han cerrado para mi?
16Porque tú eres nuestro Padre, que Abraham no nos conoce, ni Israel nos recuerda. Tú, Yahveh, eres nuestro Padre, tu nombre es «El que nos rescata» desde siempre.
17¿Por qué nos dejaste errar, Yahveh, fuera de tus caminos, endurecerse nuestros corazones lejos de tu temor? Vuélvete, por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad.
18¿Por qué el enemigo ha invalido tu santuario, tu santuario han pisoteado nuestros opresores?
19Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses - ante tu faz los montes se derretirian,

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Isaias 64
1como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al agua - para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar a las naciones ante ti,
2haciendo tú cosas terribles, inesperadas. (Tú descendiste: ante tu faz, los montes se    derretiran.)
3Nunca se oyó. No se oyó decir, ni se escuchó, ni ojo vio a un Dios, sino a ti, que tal hiciese para el que espera en él.
4Te haces encontradizo de quienes se alegran y practican justicia y recuerdan tus caminos. He aqui que estuviste enojado, pero es que fuimos pecadores; estamos para siempre en tu camino y nos salvaremos.
5Somos como impuros todos nosotros, como paño inmundo todas nuestras obras justas. Caimos como la hoja todos nosotros, y nuestras culpas como el viento nos llevaron.
6No hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse a ti. Pues encubriste tu rostro de nosotros, y nos dejaste a merced de nuestras culpas.
7Pues bien, Yahveh, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros.
8No te irrites, Yahveh, demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa. Ea, mira, todos nosotros somos tu pueblo.
9Tus ciudades santas han quedado desiertas, Sión desierta ha quedado, Jerusalén desolada.
10Nuestra Casa santa y gloriosa, en donde te alabaron nuestros padres, ha parado en hoguera de fuego, y todas nuestras cosas mas queridas han parado en ruinas.
11¿Es que ante esto te endureceras, Yahveh, callaras y nos humillaras sin medida?

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Isaias 65
1Me he hecho encontradizo de quienes no preguntaban por mi; me he dejado hallar de quienes no me buscaban. Dije: «Aqui estoy, aqui estoy» a gente que no invocaba mi nombre.
2Alargué mis manos todo el dia hacia un pueblo rebelde que sigue un camino equivocado en pos de sus pensamientos;
3pueblo que me irrita en mi propia cara de continuo, que sacrifican en los jardines y queman incienso sobre ladrillos;
4que habitan en tumbas y en antros hacen noche; que comen carne de cerdo y bazofia descompuesta en sus cacharros;
5los que dicen: «Quédate ahi, no te llegues a mi, que te santificaria.» Estos son humo en mi nariz, fuego que abrasa  siempre.
6Mirad que esta escrito delante de mi: no callaré hasta no haber puesto su paga en su seno,
7la de vuestras culpas y las de vuestros padres juntamente - dice Yahveh - que quemaron incienso en los montes y en las colinas me afrentaron; pero yo voy a medirles la paga de su obra y se la pondré en su seno.
8Asi dice Yahveh: Como cuando se encuentra mosto en el racimo y se dice: «No lo eches a perder, porque es una bendición», asi haré yo por amor de mis siervos, evitando destruirlos a todos.
9Sacaré de Jacob simiente y de Juda heredero de mis montes; los heredaran mis elegidos y mis siervos moraran alli.
10Sarón sera majada de ovejas y el valle de Akor corral de vacas para mi pueblo, los que me buscaron.
11Mas vosotros, los que abandonais a Yahveh, los que olvidais mi monte santo, los que ponéis una mesa a Gad y llenais una copa a Meni,
12Yo os destino a la espada y todos vosotros caeréis degollados, porque os llamé y no respondisteis, hablé y no oisteis, sino que hicisteis lo que me desagrada, y lo que no me gusta elegisteis.
13Por tanto, asi dice el Señor Yahveh: Mirad que mis siervos comeran, mas vosotros tendréis hambre; mirad que mis siervos beberan, mas vosotros tendréis sed; mirad que mis siervos se alegraran, mas vosotros padeceréis vergüenza;
14mirad que mis siervos cantaran con corazón dichoso, mas vosotros gritaréis con corazón triste, y con espiritu quebrantado gemiréis.
15Dejaréis vuestro nombre a mis elegidos para que sirva de imprecación: «¡Asi te haga morir el Señor Yahveh...!», pero a sus siervos les dara un nombre nuevo
16tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseara serlo en el Dios del Amén, y quien jurare en la tierra, jurara en el Dios del Amén; cuando se hayan olvidado las angustias primeras, y cuando estén ocultas a mis ojos.
17Pues he aqui que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no seran mentados los primeros ni vendran a la memoria;
18antes habra gozo y regocijo por siempre jamas por lo que voy a crear. Pues he aqui que yo voy a crear a Jerusalén  «Regocijo», y a su pueblo «Alegria»;
19me regocijaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, sin que se oiga alli jamas lloro ni quejido.
20No habra alli jamas niño que viva pocos dias, o viejo que no llene sus dias, pues morir joven sera morir a los  cien años, y el que no alcance los cien años sera porque esta maldito.
21Edificaran casas y las habitaran, plantaran viñas y comeran su fruto.
22No edificaran para que otro habite, no plantaran para que otro coma, pues cuanto vive un arbol vivira mi pueblo, y mis elegidos disfrutaran del trabajo de sus manos.
23No se fatigaran en vano ni tendran hijos para sobresalto, pues seran raza bendita de Yahveh ellos y sus retoños con ellos.
24Antes que me llamen, yo responderé; aún estaran hablando, y yo les escucharé.
25Lobo y cordero paceran a una,  el león comera paja como el buey , y la serpiente se alimentara de polvo,  no  haran mas daño ni perjuicio en todo mi santo monte - dice Yahveh.

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Isaias 66
1Asi dice Yahveh: Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies, Pues ¿qué casa vais a edificarme, o qué lugar para mi reposo,
2si todo lo hizo mi mano, y es mio todo ello? - Oraculo de Yahveh -. Y ¿en quién voy a fijarme? En el humilde y contrito que tiembla a mi palabra.
3Se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se desnuca un perro, se ofrece en oblación sangre de cerdo, se hace un memorial de incienso, se bendice a los    idolos. Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables halló su alma    complacencia.
4También yo elegiré el vejarlos y sus temores traeré sobre ellos, por cuanto que llamé y nadie respondió, hablé y no escucharon, sino que hicieron lo que me parece mal y lo que no me gusta eligieron.
5Escuchad la palabra de Yahveh, los que temblais a su palabra. Dijeron vuestros hermanos que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi nombre: «Que Yahveh muestre su gloria y veamos vuestra alegria.» Pero ellos quedaran avergonzados.
6Voz estruendosa viene de la ciudad, voz del Templo: la voz de Yahveh que paga el merecido a sus enemigos.
7Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz varón.
8¿Quién oyó tal? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Es dado a luz un pais en un solo dia? ¿O nace un pueblo todo de una vez? Pues bien: Tuvo dolores y dio a luz Sión a sus hijos.
9¿Abriré yo el seno sin hacer dar a luz - dice Yahveh - o lo cerraré yo, que hago dar a luz? - Dice tu Dios.
10Alegraos, Jerusalén, y regocijaos por ella todos los que la amais, llenaos de alegria por ella todos los que por ella haciais duelo;
11de modo que maméis y os hartéis del seno de sus consuelos, de modo que chupéis y os deleitéis de los pechos de su gloria.
12Porque asi dice Yahveh: Mirad que yo tiendo hacia ella, como rio la paz, y como raudal desbordante la gloria de las naciones, seréis alimentados, en brazos seréis llevados y sobre las rodillas seréis acariciados.
13Como uno a quien su madre le consuela, asi yo os consolaré (y por Jerusalén seréis consolados).
14Al verlo se os regocijara el corazón, vuestros huesos como el césped floreceran, la mano de Yahveh se dara a conocer a sus siervos, y su enojo a sus enemigos.
15Pues he aqui que Yahveh en fuego viene y como torbellino son sus carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego.
16Porque con fuego Yahveh  va a juzgar y con su espada a toda carne, y seran muchas las victimas de Yahveh.
17Los que se consagran y los que se purifican en los jardines, detras de uno que esta en medio, que comen carne de cerdo, cosas inmundas y de rata, a una seran eliminados con sus acciones y sus pensamientos, - oraculo de Yahveh -.
18Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendran y veran mi gloria.
19Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yavan; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciaran mi gloria a las naciones.
20Y traeran a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblación a Yahveh - en caballos, carros, literas, mulos y dromedarios - a mi monte santo de Jerusalén - dice Yahveh - como traen los hijos de Israel la oblación en recipiente limpio a la Casa de Yahveh.
21Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice Yahveh.
22Porque asi como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia - oraculo de Yahveh - asi permanecera vuestra raza y vuestro nombre.
23Asi pues, de luna en luna nueva y de sabado en sabado, vendra todo el mundo a prosternarse ante mi - dice Yahveh.
24Y en saliendo, veran los cadaveres de aquellos que se rebelaron contra mi; su gusano no morira su fuego no se apagara, y seran el asco de todo el mundo.


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