PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
ISAÍAS
CAPITULOS
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Isaias 1
1Visión que Isaias, hijo de Amós, vio tocante a Juda y Jerusalén en
tiempo de Ozias, Jotam, Ajaz y Ezequias, reyes de Juda.
2Oid, cielos, escucha, tierra, que habla Yahveh; «Hijos crié y saqué
adelante, y ellos se rebelaron contra mi.
3Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no
conoce, mi pueblo no discierne.»
4¡Ay, gente pecadora, pueblo tarado de culpa. semilla de malvados,
hijos de perdición! Han dejado a Yahveh, han despreciado al Santo de
Israel, se han vuelto de espaldas.
5¿En dónde golpearos ya, si seguis contumaces? La cabeza toda esta
enferma, toda entraña doliente.
6De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana: golpes,
magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas
con aceite.
7Vuestra tierra es desolación, vuestras ciudades, hogueras de fuego;
vuestro suelo delante de vosotros extranjeros se lo
comen, y es una desolación como devastación de extranjeros.
8Ha quedado la hija de Sión como cobertizo en viña, como albergue en
pepinar, como ciudad sitiada.
9De no habernos dejado Yahveh Sebaot un residuo minúsculo, como Sodoma
seriamos, a Gomorra nos pareceriamos.
10Oid una palabra de Yahveh, regidores de Sodoma. Escuchad una
instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
11«¿A mi qué, tanto sacrificio vuestro? - dice Yahveh -. Harto estoy de
holocaustos de carneros y de sebo de cebones; y
sangre de novillos y machos cabrios no me agrada,
12cuando venis a presentaros ante mi. ¿Quién ha solicitado de vosotros
esa pateadura de mis atrios?
13No sigais trayendo oblación vana: el humo del incienso me resulta
detestable. Novilunio, sabado, convocatoria: no tolero falsedad y
solemnidad.
14Vuestros novilunios y solemnidades aborrece mi alma: me han resultado
un gravamen que me cuesta llevar.
15Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no
veros. Aunque menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos estan
de sangre llenas:
16lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorias de delante de mi vista,
desistid de hacer el mal,
17aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al
oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Asi fueren vuestros
pecados como la grana, cual la nieve blanquearan. Y asi fueren rojos
como el carmesi, cual la lana quedaran.
19Si aceptais obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.
20Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha
hablado la boca de Yahveh.
21¡Cómo se ha hecho adúltera la villa leal! Sión llena estaba de
equidad, justicia se albergaba en ella, pero ahora, asesinos.
22Tu plata se ha hecho escoria. Tu bebida se ha aguado.
23Tus jefes, revoltosos y aliados con bandidos. Cada cual ama el
soborno y va tras los regalos. Al huérfano no hacen justicia, y el
pleito de la viuda no llega hasta ellos.
24Por eso - oraculo del Señor Yahveh Sebaot, el Fuerte de Israel -:
¡Ay! Voy a desquitarme de mis contrarios, voy a vengarme de mis
enemigos.
25Voy a volver mi mano contra ti y purificaré al crisol tu escoria,
hasta quitar toda tu ganga.
26Voy a volver a tus jueces como eran al principio, y a tus consejeros
como antaño. Tras de lo cual se te llamara Ciudad de Justicia,
Villa-leal.
27Sión por la equidad sera rescatada, y sus cautivos por la justicia.
28Padeceran quebranto rebeldes y pecadores a una, y los desertores de
Yahveh se acabaran.
29Porque os avergonzaréis de las encinas que anhelabais, y os
afrentaréis de los jardines que preferiais.
30Porque seréis como encina que se le cae la hoja, y como jardin que a
falta de agua esta.
31El hombre fuerte se volvera estopa, y su trabajo, chispa: arderan
ambos a una, y no habra quien apague.
INICIO
Isaias 2
1Lo que vio Isaias, hijo de Amós, tocante a Juda y Jerusalén.
2Sucedera en dias futuros que el monte de la Casa de Yahveh sera
asentado en la cima de los montes y se alzara por encima de las
colinas. Confluiran a él todas las naciones,
3y acudiran pueblos numerosos. Diran: «Venid, subamos al monte de
Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos
y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldra la Ley, y de
Jerusalén la palabra de Yahveh.
4Juzgara entre las gentes, sera arbitro de pueblos numerosos. Forjaran
de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantara espada
nación contra nación, ni se ejercitaran mas en la guerra.
5Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh.
6Has desechado a tu pueblo, la Casa de Jacob, porque estaban llenos de
adivinos y evocadores, como los filisteos, y con extraños chocan la
mano;
7se llenó su tierra de plata y oro, y no tienen limite sus tesoros; se
llenó su tierra de caballos, y no tienen limite sus carros;
8se llenó su tierra de idolos, ante la obra de sus manos se inclinan,
ante lo que hicieron sus dedos.
9Se humilla el hombre, y se abaja el varón: pero no les perdones.
10Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa
de Yahveh y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer
temblar la tierra.
11Los ojos altivos del hombre seran abajados, se humillara la altaneria
humana, y sera exaltado Yahveh solo en aquel dia.
12Pues sera aquel dia de Yahveh Sebaot para toda depresión, que sea
enaltecida, y para todo lo levantado, que sera rebajado:
13contra todos los cedros del Libano altos y elevados, contra todas las
encinas del Basan,
14contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados,
15contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible,
16contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de
tesoros.
17Se humillara la altivez del hombre, y se abajara la altaneria humana;
sera exaltado Yahveh solo, en aquel dia,
18y los idolos completamente abatidos.
19Entraran en las grietas de las peñas y en las hendiduras de la
tierra, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su
majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.
20Aquel dia arrojara el hombre a los musgaños y a los topos los idolos
de plata y los idolos de oro que él se hizo para postrarse ante
ellos,
21y se metera en los agujeros de las peñas y en las hendiduras de las
piedras, lejos de la presencia pavorosa de Yahveh y del esplendor de su
majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra.
22Desentendeos del hombre, en cuya nariz sólo hay aliento, porque ¿qué
vale él?
INICIO
Isaias 3
1Pues he aqui que el Señor Yahveh Sebaot esta quitando de Jerusalén y
de Juda todo sustento y apoyo: (todo sustento de pan y todo sustento de
agua);
2el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el augur y el
anciano,
3el jefe de escuadra y el favorito, el consejero, el sabio hechicero y
el habil encantador.
4Les daré mozos por jefes, y mozalbetes les dominaran.
5Querra mandar la gente, cada cual en cada cual, los unos a los otros y
cada cual en su compañero. Se revolvera el mozo contra el anciano, y el
vil contra el hombre de peso.
6Pues agarrara uno a su hermano al de su mismo apellido, diciéndole:
«Túnica gastas: principe nuestro seas, toma a tu cargo esta ruina.»
7Pero el otro exclamara aquel dia: «No seré vuestro médico; en mi casa
no hay pan ni túnica: no me pongais por principe del pueblo.»
8Asi que tropezó Jerusalén, y Juda ha caido; pues sus lenguas y sus
fechorias a Yahveh han llegado, irritando los ojos de
su majestad.
9La expresión de su rostro les denuncia, y sus pecados como Sodoma
manifiestan, no se ocultan. ¡Ay de ellos, porque han merecido su propio
mal!
10Decid al justo que bien, que el fruto de sus acciones comera.
11¡Ay del malvado! que le ira mal, que el mérito de sus manos se le
dara.
12A mi pueblo le oprime un mozalbete, y mujeres le dominan. Pueblo mio,
tus regidores vacilan y tus derroteros confunden.
13Se levanta a pleitear Yahveh y esta en pie para juzgar a los pueblos.
14Yahveh demanda en juicio a los ancianos de su pueblo y a sus jefes.
«Vosotros habéis incendiado la viña, el despojo del misero tenéis en
vuestras casas.
15Pero ¿qué os importa? Machacais a mi pueblo y moléis el rostro de los
pobres» - oraculo del Señor Yahveh Sebaot -.
16Dice Yahveh: «Por cuanto son altivas las hijas de Sión, y andan con
el cuello estirado y guiñando los ojos, y andan a pasitos menudos, y
con sus pies hacen tintinear las ajorcas»,
17rapara el Señor el craneo de las hijas de Sión, y Yahveh destapara su
desnudez.
18Aquel dia quitara el Señor el adorno de las ajorcas, los solecillos y
las lunetas;
19los aljófares, las lentejuelas y los cascabeles;
20los peinados, las cadenillas de los pies, los ceñidores, los pomos de
olor y los amuletos,
21los anillos y aretes de nariz;
22los vestidos preciosos, los mantos, los chales, los bolsos,
23los espejos, las ropas finas, los turbantes y las mantillas.
24Por debajo del balsamo habra hedor, por debajo de la faja, soga, por
debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de
arpillera. y por debajo de la hermosura, vergüenza.
25Tus gentes a espada caeran, y tus campeones en guerra.
26Y daran ayes y se doleran a las puertas, y tú, asolada, te sentaras
por tierra.
INICIO
Isaias 4
1Asiran siete mujeres a un hombre en aquel dia diciendo: «Nuestro pan
comeremos, y con nuestras túnicas nos vestiremos. Tan sólo déjanos
llevar tu nombre: quita nuestro oprobio.»
2Aquel dia el germen de Yahveh sera magnifico y glorioso, y el fruto de
la tierra sera la prez y ornato de los bien librados de Israel.
3A los restantes de Sión y a los que quedaren de Jerusalén, se les
llamara santos: seran todos los apuntados como vivos en Jerusalén.
4Cuando haya lavado el Señor la inmundicia de las hijas de Sión, y las
manchas de sangre de Jerusalén haya limpiado del interior de ella con
viento justiciero y viento abrasador,
5creara Yahveh sobre todo lugar del monte de Sión y sobre toda su
reunión, nube y humo de dia, y resplandor de fuego llameante de noche.
Y por encima la gloria de Yahveh sera toldo
6y tienda para sombra contra el calor diurno, y para abrigo y reparo
contra el aguacero y la lluvia.
INICIO
Isaias 5
1Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una viña
tenia mi amigo en un fértil otero.
2La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita. Edificó una torre
en medio de ella, y ademas excavó en ella un lagar. Y esperó que diese
uvas, pero dio agraces.
3Ahora, pues, habitantes de Jerusalén y hombres de Juda, venid a juzgar
entre mi viña y yo:
4¿Qué mas se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo? Yo
esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces?
5Ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi viña: quitar su
seto, y sera quemada; desportillar su cerca, y sera pisoteada.
6Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde. crecera la zarza y
el espino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella.
7Pues bien, viña de Yahveh Sebaot es la Casa de Israel, y los hombres
de Juda son su plantio exquisito. Esperaba de ellos justicia, y hay
iniquidad; honradez, y hay alaridos.
8¡Ay, los que juntais casa con casa, y campo a campo anexionais, hasta
ocupar todo el sitio y quedaros solos en medio del pais!
9Asi ha jurado a mis oidos Yahveh Sebaot: «¡Han de quedar desiertas
muchas casas; grandes y hermosas, pero sin moradores!
10Porque diez yugadas de viña daran sólo una medida, y una carga de
simiente producira una medida.»
11¡Ay, los que despertando por la mañana andan tras el licor; los que
trasnochan, encandilados por el vino!
12Sólo hay arpas y citaras, pandero y flauta en sus libaciones, y no
contemplan la obra de Yahveh, no ven la acción de sus manos.
13Por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban
muertos de hambre, y su plebe se resecaba de sed.
14Por eso ensanchó el seol su seno dilató su boca sin medida, y a él
baja su nobleza y su plebe y su turba gozosa.
15Se humilla el hombre, se abaja el varón, los ojos de los altivos son
abajados;
16es ensalzado Yahveh Sebaot en juicio, el Dios Santo muestra su
santidad por su justicia.
17Paceran los corderos como en su pastizal, y entre las ruinas gordos
cabritos ramonearan.
18¡Ay, los que arrastran la culpa con coyundas de engaños y el pecado
como con bridas de novilla!
19Los que dicen: «¡Listo, apresure su acción, de modo que la veamos.
Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, y que lo sepamos!»
20¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por
luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!
21¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para si mismos discretos!
22¡Ay, los campeones en beber vino, los valientes para escanciar licor,
23los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho.
24Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se
derrumba: la raiz de ellos sera como podre, y su flor subira como tamo.
Pues recusaron la enseñanza de Yahveh Sebaot y despreciaron el dicho
del Santo de Israel.
25Por eso se ha encendido la ira de Yahveh contra su pueblo, extendió
su mano sobre él y le golpeó. Y mató a los principes: sus cadaveres
yacian como basura en medio de las calles. Con todo eso, no se ha
calmado su ira, y aún sigue extendida su mano.
26Iza bandera a un pueblo desde lejos y le silba desde los confines de
la tierra: vedlo aqui, rapido, viene ligero.
27No hay en él quien se canse y tropiece, quien se duerma y se
amodorre; nadie se suelta el cinturón de los lomos, ni se rompe la
correa de su calzado.
28Sus saetas son agudas y todos sus arcos estan tensos. Los cascos de
sus caballos semejan pedernal y sus ruedas, torbellino.
29Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros, brama y
agarra la presa, la arrebata, y no hay quien la libre.
30Bramara contra él aquel dia como el bramido del mar, y oteara la
tierra, y habra densa oscuridad, pues la luz se habra oscurecido en la
espesa tiniebla.
INICIO
Isaias 6
1El año de la muerte del rey Ozias vi al Señor sentado en un trono
excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo.
2Unos serafines se mantenian erguidos por encima de él; cada uno tenia
seis alas: con un par se cubrian la faz, con otro par se cubrian
los pies, y con el otro par aleteaban,
3Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot:
llena esta toda la tierra de su gloria.».
4Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que
clamaban, y la Casa se llenó de humo.
5Y dije: «¡Ay de mi, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios
impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh
Sebaot han visto mis ojos!»
6Entonces voló hacia mi uno de los serafines con una brasa en la mano,
que con las tenazas habia tomado de sobre el altar,
7y tocó mi boca y dijo: «He aqui que esto ha tocado tus labios: se ha
retirado tu culpa, tu pecado esta expiado.»
8Y percibi la voz del Señor que decia: «¿A quién enviaré? ¿y quién ira
de parte nuestra»?Dije: «Heme aqui: enviame.»
9Dijo: «Ve y di a ese pueblo: “Escuchad bien, pero no entendais, ved
bien, pero no comprendais.”
10Engorda el corazón de ese pueblo hazle duro de oidos, y pégale los
ojos, no sea que vea con sus ojos. y oiga con sus oidos, y entienda con
su corazón, y se convierta y se le cure.»
11Yo dije: «¿Hasta dónde, Señor?» Dijo: «Hasta que se vacien las
ciudades y queden sin habitantes, las casas sin
hombres, la campiña desolada,
12y haya alejado Yahveh a las gentes, y cunda el abandono dentro del
pais.
13Aun el décimo que quede en él volvera a ser devastado como la encina
o el roble, en cuya tala queda un tocón: semilla santa sera su tocón.»
INICIO
Isaias 7
1En tiempo de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozias, rey de Juda, subió
Rasón, rey de Aram, con Pécaj, hijo de Remalias, rey de Israel, a
Jerusalén para atacarla, mas no pudieron hacerlo.
2La casa de David habia recibido este aviso: «Aram se ha unido con
Efraim», y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su
pueblo, como se estremecen los arboles del bosque por el viento.
3Entonces Yahveh dijo a Isaias: «Ea, sal con tu hijo Sear Yasub al
final del caño de la alberca superior, por la calzada del campo del
Batanero, al encuentro de Ajaz,
4y dile: «¡Alerta, pero ten calma! No temas, ni desmaye tu corazón por
ese par de cabos de tizones humeantes,
5ya que Aram, Efraim y el hijo de Remalias han maquinado tu ruina
diciendo:
6Subamos contra Juda y desmembrémoslo, abramos brecha en él y pongamos
alli por rey al hijo de Tabel.”
7Asi ha dicho el Señor Yahveh: No se mantendra, ni sera asi;
8porque la capital de Aram es Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón;
Pues bien: dentro de sesenta y cinco años, Efraim dejara de ser pueblo.
9La capital de Efraim es Samaria, y el cabeza de Samaria, el hijo de
Remalias. Si no os afirmais en mi no seréis firmes.»
10Volvió Yahveh a hablar a Ajaz diciendo:
11«Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o
en lo mas alto.»
12Dijo Ajaz: «No la pediré, no tentaré a Yahveh.»
13Dijo Isaias: «Oid, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los
hombres, que cansais también a mi Dios?
14Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aqui que una
doncella esta encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondra por nombre
Emmanuel.
15Cuajada y miel comera hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo
bueno.
16Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo y elegir lo bueno, sera
abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo.
17Yahveh atraera sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu
padre, dias cuales no los hubo desde aquel en que se apartó Efraim de
Juda (el rey de Asur).
18Aquel dia silbara Yahveh al enjambre que hay en los confines de los
rios de Egipto, y a las abejas que hay en tierra de Asur;
19vendran y se posaran todas ellas en las quebradas, en los resquicios
de las peñas, en todas las corrientes y en todos los arroyos.
20Aquel dia rapara el Señor con navaja alquilada allende el Rio, con el
rey de Asur, la cabeza y el vello de las piernas y también la barba
afeitara,
21Aquel dia criara cada uno una novilla y un par de ovejas.
22Y asi de tanto dar leche, comera cuajada, porque «cuajada y miel
comera todo el que quedare dentro del pais».
23Aquel dia, cualquier lugar donde antes hubo mil cepas por valor de
mil piezas de plata, sera de la zarza y el abrojo.
24Con flechas y arco se entrara alli, pues zarza y abrojo sera toda la
tierra,
25y en ninguno de los montes que se desbrozan con la azada se podra
entrar por temor de las zarzas y abrojos; sera dehesa de bueyes y
pastizal de ovejas.»
INICIO
Isaias 8
1Yahveh me dijo: «Toma una placa grande, escribe en ella con buril: de
Maher Salal Jas Baz,
2y toma por fieles testigos mios al sacerdote Urias y a Zacarias, hijo
de Baraquias.»
3Me acerqué a la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo, Yahveh me
dijo: «Llamale Maher Salal Jas Baz,
4pues antes que sepa el niño decir “papa” y “mama”, la riqueza de
Damasco y el botin de Samaria seran llevados ante el rey de Asur.»
5Volvió Yahveh a hablarme de nuevo:
6«Porque ha rehusado ese pueblo las aguas de Siloé que van de vagar y
se ha desmoralizado ante Rasón y el hijo de Remalias,
7por lo mismo, he aqui que el Señor hace subir contra ellos las aguas
del Rio embravecidas y copiosas. Desbordara por todos sus cauces, (el
rey de Asur y todo su esplendor) invadira todas sus riberas.
8Seguira por Juda anegando a su paso, hasta llegar al cuello. Y la
envergadura de sus alas abarcara la anchura de tu tierra, Emmanuel.
9Sabedlo, pueblos: seréis destrozados; escuchad, confines todos de la
tierra; en guardia: seréis destrozados; en guardia: seréis destrozados.
10Trazad un plan: fracasara. Decid una palabra: no se cumplira. Porque
con nosotros esta Dios.
11Pues asi me ha dicho Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de
seguir por el camino de ese pueblo:
12No llaméis conspiración a lo que ese pueblo llama conspiración, ni
temais ni tembléis de lo que él teme.
13A Yahveh Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él
vuestro temblor.
14Sera un santuario y piedra de tropiezo y peña de escandalo para
entrambas Casas de Israel; lazo y trampa para los moradores de
Jerusalén.
15Alli tropezaran muchos, caeran, se estrellaran y seran atrapados y
presos.
16Envuelve el testimonio, sella la enseñanza entre mis discipulos.
17Aguardaré por Yahveh, el que vela su faz de la casa de Jacob, y
esperaré por él.
18Aqui estamos yo y los hijos que me ha dado Yahveh, por señales y
pruebas en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, el que reside en el monte
Sión.
19Y cuando os dijeren: «Consultad a los nigromantes y a los adivinos
que bisbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses,
por los vivos a los muertos?»:
20en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si diran cosa tal! Lo
que no tiene provecho.
21Pasara por alli lacerado y hambriento, y asi que le dé el hambre, se
enojara y faltara a su rey y a su Dios. Volvera el rostro a lo alto,
22la tierra oteara, y sólo habra cerrazón y negrura, lobreguez prieta y
tiniebla espesa.
23Pues, ¿no hay lobreguez para quien tiene apretura? Como el tiempo
primero ultrajó a la tierra de Zabulón y a la tierra
de Neftali, asi el postrero honró el camino del
mar, allende el Jordan, el distrito de los Gentiles.
INICIO
Isaias 9
1El pueblo que andaba a oscuras
2vio una luz grande. Los que vivian en tierra de sombras, una luz
brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la
alegria. Alegria por tu presencia, cual la alegria en la siega, como se
regocijan repartiendo botin.
3Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su
tirano - has roto, como el dia de Madian.
4Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre
seran para la quema, pasto del fuego.
5Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estara el
señorio sobre su hombro, y se llamara su nombre «Maravilla de
Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Principe de Paz».
6Grande es su señorio y la paz no tendra fin sobre el trono de David y
sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la
justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hara
eso.
7Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caido en Israel.
8Sabedla, pueblo todo, Efraim y los habitantes de Samaria, los que con
arrogancia y engreimiento dicen:
9«Los ladrillos han caido, pero de sillar edificaremos; los sicómoros
fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.»
10Pues bien, Yahveh ha dado ventaja a su adversario, Rasón, y azuzó a
sus enemigos:
11Aram por delante y los filisteos por detras, devoraron a Israel a
boca llena. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
12Pero el pueblo no se volvió hacia el que le castigaba, no buscaron a
Yahveh Sebaot.
13Por eso ha cercenado Yahveh a Israel cabeza y cola, palmera y junco,
en un mismo dia.
14El anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la
cola.
15Los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus
dirigidos, extraviados.
16Por eso, de sus jóvenes no se apiadara el Señor, con sus huérfanos y
viudas no tendra misericordia, pues todos son impios y malvados, y toda
boca profiere majaderia Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún
sigue su mano extendida.
17Porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y va a
prender en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo.
18Por el arrebato de Yahveh la tierra ha sido quemada, y es el pueblo
como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano,
19Corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia;
cada uno se come la carne de su brazo.
20Manasés devora a Efraim Efraim a Manasés, y ambos a una van contra
Juda. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
INICIO
Isaias 10
1¡Ay! los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que
escriben vejaciones,
2excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los
miseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botin, y despojando a
los huérfanos.
3Pues ¿qué haréis para el dia de la cuenta y la devastación que de
lontananza viene? ¿a quién acudiréis para pedir socorro? ¿dónde
dejaréis vuestra gravedad?
4Con tal de no arrodillarse entre los prisioneros, entre los muertos
caerian. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
5¡Ay, Asur, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja!
6Contra gente impia voy a guiarlo, contra el pueblo de mi cólera voy a
mandarlo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como
el lodo de las calles.
7Pero él no se lo figura asi, ni su corazón asi lo estima, sino que su
intención es arrasar y exterminar gentes no pocas.
8Pues dice: «¿No son mis jefes todos ellos reyes?
9¿No es Kalnó como Karkemis? ¿No es Jamat como Arpad? ¿No es Samaria
como Damasco?
10Como alcanzó mi mano a los reinos de los idolos - cuyas estatuas eran
mas que las de Jerusalén y Samaria -
11como hice con Samaria y sus idolos, ¿no haré asimismo con Jerusalén y
sus simulacros?»
12Pues bien, cuando hubiere dado remate el Señor a todas sus empresas
en el monte Sión y en Jerusalén, pasara revista al fruto del
engreimiento del rey de Asur y al orgullo altivo de sus ojos.
13Porque dijo: «Con el poder de mi mano lo hice, y con mi sabiduria,
porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, sus
almacenes he saqueado, y he abatido como un fuerte a sus habitantes.
14Como un nido ha alcanzado mi mano la riqueza de los pueblos, y como
se recogen huevos abandonados, he recogido yo toda la tierra, y no hubo
quien aleteara ni abriera el pico ni piara.»
15¿Acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? ¿o se tiene
por mas grande la sierra que el que la blande? ¡como si la vara moviera
al que la levanta! ¡como si a quien no es madera el bastón alzara!
16Por eso enviara Yahveh Sebaot entre sus bien comidos,
enflaquecimiento, y, debajo de su opulencia, encendera un incendio como
de fuego.
17La luz de Israel vendra a ser fuego, y su Santo, llama; ardera y
devorara su espino y su zarza en un solo dia,
18y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo sera
consumido: sera como el languidecer de un enfermo.
19Lo que quede de los arboles de su bosque sera tan poco, que un niño
los podra contar.
20Aquel dia no volveran ya el resto de Israel y los bien librados de la
casa de Jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyaran con
firmeza en Yahveh.
21Un resto volvera, el resto de Jacob, al Dios poderoso.
22Que aunque sea tu pueblo, Israel, como la arena del mar, sólo un
resto de él volvera. Exterminio decidido, rebosante de justicia.
23Porque es un exterminio decidido lo que Yahveh Sebaot realizara en
medio de toda la tierra.
24Por tanto, asi dice el Señor Yahveh Sebaot: «No temas, pueblo
mio que moras en Sión, a Asur que con la vara te da golpes y su bastón
levanta contra ti (en el camino de Egipto).
25Porque un poquito mas y se habra consumado el furor, y mi ira los
consumira.»
26Despertara contra él Yahveh Sebaot un azote, como cuando la derrota
de Madian en la peña de Horeb, o cuando levantó su bastón contra el mar
en el camino de Egipto.
27Aquel dia te quitara su carga de encima del hombro y su yugo de sobre
tu cerviz sera arrancado. Y el yugo sera destruido
(...)
28Vino sobre Ayyat, pasó por Migrón, en Mikmas pasó revista.
29Han pasado el Vado: «Haremos noche en Gueba.» Temblaba Rama, Guibea
de Saúl huia.
30¡Da gritos de júbilo, Bat Gallim, escucha Laisa! ¡Respóndele, Anatot!
31Se desbandó Madmena. Los habitantes de Guebim se han puesto a salvo.
32Hoy mismo en Nob haciendo alto menea su mano contra el Monte de la
hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33He aqui que el Señor Yahveh Sebaot sacude el ramaje con estrépito;
las guias mas altas estan partidas y las elevadas van a caer.
34Golpeara las espesuras del bosque con el hierro, y por los golpes de
un Poderoso, caera.
INICIO
Isaias 11
1Saldra un vastago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raices
brotara.
2Reposara sobre él el espiritu de Yahveh: espiritu de sabiduria e
inteligencia, espiritu de consejo y fortaleza, espiritu de ciencia y
temor de Yahveh.
3Y le inspirara en el temor de Yahveh. No juzgara por las apariencias,
ni sentenciara de oidas.
4Juzgara con justicia a los débiles, y sentenciara con rectitud a los
pobres de la tierra. Herira al hombre cruel con la vara de su boca, con
el soplo de sus labios matara al malvado.
5Justicia sera el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus
flancos.
6Seran vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echara con el
cabrito, el novillo y el cachorro paceran juntos, y un niño pequeño los
conducira.
7La vaca y la osa paceran, juntas acostaran sus crias, el león, como
los bueyes, comera paja.
8Hurgara el niño de pecho en el agujero del aspid, y en la hura de la
vibora el recién destetado metera la mano.
9Nadie hara daño, nadie hara mal en todo mi santo Monte, porque la
tierra estara llena de conocimiento de Yahveh, como
cubren las aguas el mar.
10Aquel dia la raiz de Jesé que estara enhiesta para estandarte de
pueblos, las gentes la buscaran, y su morada sera gloriosa.
11Aquel dia volvera el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto
de su pueblo que haya quedado de Asur y de Egipto, de Patrós, de Kus,
de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas del mar.
12Izara bandera a los gentiles, reunira a los dispersos de Israel, y a
los desperdigados de Juda agrupara de los cuatro puntos cardinales.
13Cesara la envidia de Efraim, y los opresores de Juda seran
exterminados. Efraim no envidiara a Juda y Juda no oprimira a Efraim.
14Ellos se lanzaran sobre la espalda de Filistea Maritima, a una
saquearan a los hijos de Oriente. Edom y Moab bajo el dominio de su
mano, y los ammonitas bajo su obediencia.
15Secara Yahveh el golfo del mar de Egipto y agitara su mano contra el
Rio. Con la violencia de su soplo lo partira en siete arroyos, y hara
posible pasarlo en sandalias;
16habra un camino real para el resto de su pueblo que haya sobrevivido
de Asur, como lo hubo para Israel, cuando subió del pais de Egipto.
INICIO
Isaias 12
1Y diras aquel dia: «Yo te alabo, Yahveh, pues aunque te airaste contra
mi, se ha calmado tu ira y me has compadecido.
2He aqui a Dios mi Salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahveh es
mi fuerza y mi canción, él es mi salvación,»
3Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación.»
4y diréis aquel dia: «Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre, divulgad
entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su nombre.
5Cantad a Yahveh, porque ha hecho algo sublime, que es digno de saberse
en toda la tierra.
6Dad gritos de gozo y de júbilo, moradores de Sión, que grande es en
medio de ti el Santo de Israel.»
INICIO
Isaias 13
1Oraculo contra Babilonia, que contempló Isaias, hijo de Amós.
2Sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad
la mano y que entren por las puertas de los nobles.
3Yo he mandado a mis consagrados y también he llamado a mis valientes,
para ejecutar mi ira a mis gallardos.
4¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido
estrepitoso de reinos, naciones reunidas! Yahveh Sebaot pasa revista a
su tropa de combate.
5Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, Yahveh y los
instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra.
6Ululad, que cercano esta el Dia de Yahveh, como la destrucción de
Sadday viene.
7Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite.
8Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se
duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros
llameantes.
9He aqui que el Dia de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor
de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los
pecadores.
10Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren
ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna,
11pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa.
Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los
desmandados humillaré.
12Haré que el hombre sea mas escaso que el oro fino, y la humanidad mas
que metal de Ofir.
13Por eso haré temblar los cielos, y se removera la tierra de su sitio,
en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el dia de su ira hirviente.
14Sera como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las reúna:
cada uno enfilara hacia su pueblo, cada uno huira hacia su tierra.
15Todo el que fuere descubierto sera traspasado, y todo el que fuere
apresado caera por la espada.
16Sus parvulos seran estrellados ante sus ojos, seran saqueadas sus
casas, y sus mujeres violadas.
17He aqui que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman la
plata, ni desean el oro.
18Machacaran a todos sus muchachos, estrellaran a todas sus muchachas,
del fruto del vientre no se apiadaran ni de las criaturas tendran
lastima sus ojos.
19Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, sera
semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios.
20No sera habitada jamas ni poblada en generaciones y generaciones, ni
pondra tienda alli el arabe, ni pastores apacentaran alli.
21Alli tendran aprisco bestias del desierto y se llenaran sus casas de
mochuelos. Alli moraran las avestruces y los satiros brincaran alli.
22Se responderan las hienas en sus alcazares y los chacales en sus
palacios de recreo. Su hora esta para llegar y sus dias no tendran
prórroga.
INICIO
Isaias 14
1Cuando se compadezca Yahveh de Jacob y prefiera todavia a Israel, los
afincara en el solar de ellos, y se les juntaran forasteros, que seran
incorporados a la casa de Jacob.
2Tomaran a otros pueblos y, llevandoselos a su lugar, se los apropiara
la casa de Israel sobre el solar de Yahveh como esclavos y esclavas.
Haran cautivos a sus cautivadores, y dominaran sobre sus tiranos.
3Entonces, cuando te haya calmado Yahveh de tu disgusto y tu desazón y
de la dura servidumbre a que fuiste sometido,
4dirigiras esta satira al rey de Babilonia. Diras: ¡Cómo ha acabado el
tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
5Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los déspotas,
6que golpeaba a los pueblos con saña golpes sin parar, que dominaba con
ira a las naciones acosandolas sin tregua.
7Esta tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones.
8Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Libano: «Desde
que tú has caido en paz, no sube el talador a nosotros.»
9El seol, alla abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por
ti despierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace
levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones.
10Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has vuelto débil
como nosotros, y a nosotros eres semejante!
11Ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus citaras.
Tienes bajo ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera.
12¡Cómo has caido de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido
abatido a tierra, dominador de naciones!
13Tú que habias dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por encima
de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de
la Reunión, en el extremo norte.
14Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altisimo.
15¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo mas hondo del pozo.»
16Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es
aquél, el que hacia estremecer la tierra, el que hacia temblar los
reinos,
17el que puso el orbe como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a
sus prisioneros no abria la carcel?»
18Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada
uno en su morada.
19Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote
abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las
piedras de la fosa, como cadaver pisoteado.
20No tendras con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu
pueblo has asesinado. No se nombrara jamas la descendencia de los
malhechores.
21Preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea que
se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del
orbe.
22Yo me alzaré contra ellos - oraculo de Yahveh Sebaot - y suprimiré en
Babilonia el nombre y resto, hijos y nietos - oraculo de Yahveh.
23La convertiré en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barreré
con escoba exterminadora - oraculo de Yahveh Sebaot.
24Ha jurado Yahveh Sebaot diciendo: «Tal como lo habia ideado, asi fue.
Y como lo planeé, asi se cumplira:
25Quebrantaré a Asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotearé. Se
apartara su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se
apartara.»
26Este es el plan tocante a toda la tierra, y ésta la mano extendida
sobre las naciones.
27Si Yahveh Sebaot toma una decisión, ¿quién la frustrara? Si él
extiende su mano, ¿quién se la hara retirar?
28El año en que murió el rey Ajaz hubo esta oraculo:
29No te alegres, Filistea toda, porque se haya quebrado la vara del que
te heria; pues de raiz de culebra saldra vibora, y su fruto sera dragón
volador.
30Los débiles paceran en mis pastos y los pobres en seguro se
acostaran, mientras que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo
que de ti reste
31¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derritete, Filistea toda, que del
norte una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas!
32¿Y qué se respondera a los mensajeros de esa gente?: «Que Yahveh
fundó a Sión, y en ella se refugiaran los pobres de su pueblo.»
INICIO
Isaias 15
1Oraculo sobre Moab. Porque de noche ha sido saqueada, Ar Moab ha
perecido Porque de noche ha sido saqueada, Quir Moab ha perecido.
2Subia la hija de Dibbón a los oteros llorando: sobre el Nebo y sobre
Medba Moab ulula. En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, raida.
3En sus calles se han ceñido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas
todo el mundo ulula, baja llorando.
4Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oia su voz. Por eso los
guerreros de Moab tiemblan, su alma le tiembla dentro.
5Su corazón por Moab clama, sus fugitivos van hasta Soar (Eglat
Selisiyya). ¡La cuesta de Lujit la suben llorando, y por el camino de
Joronayim dan gritos desgarrados!
6¡Las aguas de Nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se
agostó el césped, no hay verdor!
7Por eso hicieron ahorros... y sus reservas allende el arroyo de los
Sauces se las llevan.
8¡Los gritos han rodeado las fronteras de Moab; hasta Eglayim llega su
ulular, en Beer Elim su ulular!
9¡Las aguas de Dimón van llenas de sangre! ¡Aún mas añadiré sobre
Dimón! ¡Contra los escapados de Moab, y contra los que queden en su
suelo un león!
INICIO
Isaias 16
1Enviad corderos al señor del pais desde la Roca del Desierto al monte
de la hija de Sión.
2Como aves espantadas, nidada dispersa, seran las hijas de Moab cabe
los vados del Arnón.
3Presenta algún plan, toma una decisión. Haz tu sombra como la noche en
pleno mediodia; esconde a los acosados, al fugitivo no delates.
4Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el
devastador. Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y
desaparezcan del pais los opresores,
5sera establecido sobre la piedad el trono, y se sentara en él con
lealtad - en la tienda de David - un juez que busque el derecho, y sea
presto a la justicia.
6Hemos oido la arrogancia de Moab: ¡una gran arrogancia! Su altaneria,
su arrogancia y su furor y sus bravatas sin fuerza.
7Por eso, que ulule Moab por Moab; ulule todo él. Por los panes de uvas
de Quir Jaréset gimen: «¡Ay, abatidos!»
8Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibma, cuyas
cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se
perdian por el desierto, sus frondas se extendian, pasaban la mar.
9Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibma. Te regaré con
mis lagrimas, Jesbón y Elalé, porque sobre tu cosecha y sobre tu
segada se ha extinguido el clamor,
10y se retira del vergel alegria y alborozo, y en las viñas no se
lanzan cantos de júbilo, ni gritos. Vino en los lagares no pisa el
pisador: el clamor ha cesado.
11Por eso mis entrañas por Moab como el arpa resuenan, y mi interior
por Quir Jeres.
12Luego, cuando vea Moab que se cansa sobre el alto, entrara a su
santuario a orar, pero nada podra.
13Esta es la palabra que en un tiempo pronunció Yahveh acerca de Moab.
14Y ahora ha hablado Yahveh diciendo: «Dentro de tres años, como años
de jornalero, sera despreciada la gloria de Moab con toda su numerosa
muchedumbre, y el resto sera pequeñisimo, insignificante.»
INICIO
Isaias 17
1Oraculo contra Damasco. He aqui que Damasco deja de ser ciudad, y va a
ser montón de derribo.
2Abandonadas sus ciudades para siempre, seran para los ganados; se
acostaran alli y no habra quien los espante.
3Dejara de existir el baluarte de Efraim y el reinado de Damasco, y el
resto de Aram vendra a ser como la gloria de los israelitas - oraculo
de Yahveh Sebaot -.
4Aquel dia, sera debilitada la gloria de Jacob, y su gordura
enflaquecera.
5Sera como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas
siega; sera como espigador en el valle de Refaim,
6- que quedan en él rebuscos -; como en el vareo del olivo: dos, tres
bayas en la punta de la guia; cuatro, cinco en sus ramas fructiferas -
oraculo de Yahveh, el Dios de Israel -.
7Aquel dia se dirigira el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el
Santo de Israel miraran.
8No se fijara en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron
sus dedos mirara: los cipos y las estelas solares.
9Aquel dia estaran tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de
los bosques y matorrales, ante los hijos de Israel: habra desolación.
10Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no
te acordaste. Por eso plantabas plantios deleitosos, y de mugrón
extranjero los sembraste.
11Hoy tu plantio veias crecer, y florecer desde la mañana tu simiente.
Pero desaparecera la mies el dia de la enfermedad, y el dolor sera
incurable.
12¡Ay!, bramar de muchos pueblos, como bramar de mares braman.
Retumbar de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.
13(De naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.) Pero él
las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los
montes por el viento, y como torbellino por el
huracan.
14A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya
no existen. Esea sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de
nuestros saqueadores.
INICIO
Isaias 18
1¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los rios de Kus,
2la que envia por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz
de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de
brillante piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y
dominadora, cuya tierra surcan rios.
3Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse
pendón en los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad;
4que asi me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi puesto,
como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocio en el calor
de la siega.
5Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en
cierne comience a madurar, cortara los sarmientos con la podadera y los
pampanos viciosos arrancara y podara.
6Seran dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los montes y
de las bestias de la tierra; pasaran alli el verano las rapaces y toda
bestia terrestre alli invernara.
7En aquel tiempo se presentara un obsequio a Yahveh Sebaot, al lugar
del nombre de Yahveh Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo
esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde
siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan rios.
INICIO
Isaias 19
1Oraculo contra Egipto. Alla va Yahveh cabalgando sobre nube ligera y
entra en Egipto, se tambalean los idolos de Egipto ante él y el corazón
de Egipto se derrite en su interior.
2Revolveré a egipcios contra egipcios, peleara cada cual con su
hermano, y cada uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino
contra reino.
3Se trastornara el espiritu de Egipto en su interior, y sus planes
anularé. Consultaran a los idolos, a los brujos, a los nigromantes y
los adivinos.
4Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los
dominara - oraculo del Señor Yahveh Sebaot -.
5Se desecaran las aguas del mar, y el Rio se secara y quedara seco;
hederan los rios,
6menguaran y se secaran los canales de Egipto. La caña y el junco se
marchitaran.
7Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado
del canal se secaran, seran aventados y desapareceran.
8Gemiran los pescadores, y se lamentaran todos los que echan en el
canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languideceran.
9Estaran confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores
palideceran.
10Estaran sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados.
11En verdad, estan locos los principes de Soan, los sabios consejeros
de Faraón forman un estúpido consejo. ¿Cómo decis a Faraón: «Hijo de
sabios soy, hijo de reyes antiguos?»
12Pues entonces, ¿dónde estan tus sabios? Que te manifiesten, pues, y
te hagan conocer lo que ha planeado Yahveh Sebaot tocante a Egipto.
13Han enloquecido los principes de Soan, han sido engañados los
principes de Nof; los jefes de sus tribus extravian a Egipto.
14Yahveh ha infundido en ellos espiritu de vértigo que hace dar tumbos
a Egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su
vomitona.
15Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la
cola, la palmera o el junco.
16Aquel dia sera Egipto como las mujeres. Temblara y se espantara cada
vez que Yahveh Sebaot menee su mano contra él.
17El territorio de Juda sera la afrenta de Egipto: cada vez que se lo
mienten, se espantara ante los planes que Yahveh Sebaot esta
trazando contra él.
18Aquel dia habra cinco ciudades en tierra de Egipto que hablaran la
lengua de Canaan y que juraran por Yahveh Sebaot: Ir Haheres se llamara
una de ellas.
19Aquel dia habra un altar de Yahveh en medio del pais de Egipto y una
estela de Yahveh junto a su frontera.
20Estara como señal y testimonio de Yahveh Sebaot en el pais de Egipto.
Cuando clamen a Yahveh a causa de los opresores, les enviara un
libertador que los defendera y librara.
21Sera conocido Yahveh de Egipto, y conocera Egipto a Yahveh aquel dia,
le serviran con sacrificio y ofrenda, haran votos a Yahveh y los
cumpliran.
22Yahveh herira a Egipto, pero al punto le curara. Se convertiran a
Yahveh, y él sera propicio y los curara.
23Aquel dia habra una calzada desde Egipto a Asiria. Vendra Asur a
Egipto y Egipto a Asiria, y Egipto servira a Asur.
24Aquel dia sera Israel tercero con Egipto y Asur, objeto de bendición
en medio de la tierra,
25pues le bendecira Yahveh Sebaot diciendo: «Bendito sea mi pueblo
Egipto, la obra de mis manos Asur, y mi heredad Israel.»
INICIO
Isaias 20
1El año en que vino el copero mayor a Asdod - cuando le envió Sargón,
rey de Asur, y atacó a Asdod y la tomó -,
2en aquella sazón habló Yahveh por medio de Isaias, hijo de Amós, en
estos términos: «Ve y desata el sayal de tu cintura, y quitate
las sandalias de los pies.» El lo hizo asi, y anduvo desnudo y descalzo.
3Dijo Yahveh: «Asi como ha andado mi siervo Isaias desnudo y descalzo
tres años como señal y presagio respecto a Egipto y Kus,
4asi conducira el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los
deportados de Kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire
- desnudez de Egipto.
5Se quedaran asustados y confusos por Kus, su esperanza, y por Egipto,
su prez.
6Y diran los habitantes de esta costa aquel dia: «Ahi tenéis en qué ha
parado la esperanza nuestra, adonde acudiamos en busca de auxilio para
librarnos del rey de Asur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros?
INICIO
Isaias 21
1Oraculo sobre el Desierto Maritimo. Como torbellinos pasando por el
Négueb vienen del desierto, del pais temible.
2Una visión dura me ha sido mostrada: El saqueador saquea y el
devastador devasta. Sube Elam; asedia, Media. He hecho cesar todo
suspiro.
3Por eso mis riñones se han llenado de espanto. En mi hacen presa
dolores, como dolores de parturienta. Estoy pasmado sin poder oir, me
estremezco sin ver.
4He perdido el sentido, escalofrios me sobrecogen. El crepúsculo de mis
anhelos se me convierte en sobresalto.
5Se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. -
¡Levantaos, jefes, engrasad el escudo!
6Pues asi me ha dicho el Señor: «Anda, pon un vigia que vea y avise.
7Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en
camello, preste atención, mucha atención.»
8Y exclamó el vigia: «Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo
largo del dia, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras.
9Pues bien: por ahi vienen jinetes, troncos de caballos.» Replicó y
dijo: «¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han
estrellado contra el suelo!»
10Trilla mia y parva de mi era: lo que he oido de parte de Yahveh
Sebaot, Dios de Israel, os lo he anunciado.
11Oraculo sobre Duma. Alguien me grita desde Seir: «Centinela, ¿qué hay
de la noche? centinela, ¿qué hay de la noche?»
12Dice el centinela: «Se hizo de mañana y también de noche. Si queréis
preguntar, volveos, venid.»
13Oraculo en la estepa. En el bosque, en la estepa, haced noche,
caravanas de dedanitas.
14Al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del pais de Tema;
salid con pan al encuentro del fugitivo.
15Pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido, de
la pesadumbre de la guerra.
16Pues asi me ha dicho el Señor: «Al cabo de un año como año de
jornalero se habra consumido toda la gloria de Quedar.
17Del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los
hijos de Quedar, quedaran pocos, porque Yahveh, Dios de Israel, lo ha
dicho.»
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Isaias 22
1Oraculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes ahora, que has
subido en pleno a las azoteas,
2de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera? Tus caidos
no son caidos a espada ni muertos en guerra.
3Todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban. Todos tus valientes
fueron apresados a una: lejos huian.
4Por eso he dicho: «¡Apartaos de mi! Voy a llorar amargamente. No os
empeñéis en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo.»
5Porque es dia de perturbación, de extravio y de aplastamiento para el
Señor Yahveh Sebaot. En el valle de la Visión se zapa un muro y el
grito de socorro llega a la montaña,
6Elam lleva el carcaj, Aram monta a caballo, Quir desnuda el escudo.
7Tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo
formaron frente a la puerta.
8Entonces cayó la defensa de Juda. Contemplasteis aquel dia el arsenal
de la Casa del Bosque.
9Y las brechas de la ciudad de David visteis que eran muchas, y
reunisteis las aguas de la alberca inferior.
10Las casas de Jerusalén contasteis, y demolisteis casas para
fortificar la muralla.
11Un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la alberca
vieja; pero no os fijasteis en su Hacedor, al que desde antiguo lo ideó
de lejos no le visteis.
12Llamaba el Señor Yahveh Sebaot aquel dia a lloro y a lamento y a
raparse y ceñirse de sayal,
13mas lo que hubo fue jolgorio y alegria, matanza de bueyes y degüello
de ovejas, comer carne y beber vino: «¡Comamos y bebamos, que mañana
moriremos!»
14Entonces me reveló al oido Yahveh Sebaot: «No sera expiada esa culpa
hasta que murais» - ha dicho el Señor Yahveh Sebaot -.
15Asi dice el Señor Yahveh Sebaot: Preséntate al mayordomo, a Sebna,
encargado del palacio,
16el que labra en alto su tumba, el que se talla en la peña una morada:
«¿Qué es tuyo aqui y a quién tienes aqui, que te has labrado aqui una
tumba?»
17He aqui que Yahveh te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar.
18Te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios.
Alli moriras, y alli iran tus carrozas gloriosas, vergüenza del palacio
de tu señor.
19Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé.
20Aquel dia llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquias.
21Le revestiré de tu túnica, con tu fajin le sujetaré, tu autoridad
pondré en su mano, y sera él un padre para los habitantes de Jerusalén
y para la casa de Juda.
22Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrira, y nadie
cerrara, cerrara, y nadie abrira.
23Le hincaré como clavija en lugar seguro, y sera trono de gloria para
la casa de su padre.
24Colgaran alli todo lo de valor de la casa de su padre - sus
descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas
y cantaros.
25Aquel dia - oraculo de Yahveh Sebaot - se removera la clavija hincada
en sitio seguro, cedera y caera, y se hara añicos el peso que sostenia,
porque Yahveh ha hablado.
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Isaias 23
1Oraculo sobre Tiro. Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida
vuestra fortaleza. De vuelta del pais de Kittim les ha sido
descubierto.
2Quedad mudos, habitantes de la costa, mercaderes de Sidón, cuyos
viajantes atravesaban el mar
3por las aguas inmensas. La siembra del canal, la siega del Nilo, era
su riqueza, y ella era el mercado de las naciones.
4Avergüénzate, Sidón, porque ha dicho la mar: «No tuve dolores ni di a
luz, ni crié mancebos, ni eduqué doncellas.»
5En cuanto se oiga la nueva en Egipto, se doleran de las nuevas de
Tiro.
6Pasad a Tarsis, ululad, habitantes de la costa:
7¿Es ése vuestro emporio arrogante, de remota antigüedad, cuyos pies le
llevaron lejos en sus andanzas?
8¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la coronada cuyos comerciantes
eran principes, cuyos traficantes eran nobles de la tierra?
9Es Yahveh Sebaot quien ha planeado profanar el orgullo de toda su
magnificencia y envilecer a todos los nobles de la tierra.
10Cultiva tu tierra, hija de Tarsis: no hay puerto ya.
11Su mano extendió él sobre la mar, hizo estremecer los reinos. Yahveh
mandó respecto a Canaan, demoler sus castillos,
12y dijo: No vuelvas mas a rebullir, doncella oprimida, hija de Sidón.
Levantate y vete a Kittim, que tampoco alli tendras reposo.
13Ahi tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo; Asur la fundó
para las bestias del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron
sus alcazares, la convirtieron en ruinas.
14Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza.
15Aquel dia quedara en olvido Tiro durante setenta años. En los dias de
otro rey, al cabo de setenta años, le sucedera a Tiro como en la
canción de la ramera:
16«Toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: tócala bien, canta a
mas y mejor, para que seas recordada.»
17Bien, al cabo de los setenta años visitara Yahveh a Tiro, y ella
volvera a su ganancia y se prostituira a todos los reinos de la tierra
sobre la haz de la tierra.
18Sera su mercaderia y su ganancia consagrada a Yahveh. No sera
atesorada ni almacenada, sino que para los que moren delante de
Yahveh sera su mercaderia, para comer a saciedad y para cubrirse
espléndidamente.
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Isaias 24
1He aqui que Yahveh estraga la tierra, la despuebla, trastorna su
superficie y dispersa a los habitantes de ella:
2al pueblo como al sacerdote; al siervo como al señor; a la criada como
a su señora; al que compra como al que vende; al que
presta como al prestatario; al acreedor como a su
deudor.
3Devastada sera la tierra y del todo saqueada, porque asi ha hablado
Yahveh.
4En duelo se marchitó la tierra, se amustia, se marchita el orbe, el
cielo con la tierra se marchita.
5La tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron las
leyes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna.
6Por eso una maldición ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que
habitan en ella. Por eso han sido consumidos los habitantes de la
tierra, y quedan pocos del linaje humano.
7El mosto estaba triste, la viña mustia: se trocaron en suspiros todas
las alegrias del corazón.
8Cesó el alborozo de los timpanos, suspendióse el estrépito de los
alegres, cesó el alborozo del arpa.
9No beben vino cantando: amarga el licor a sus bebedores.
10Ha quedado la villa vacia, ha sido cerrada toda casa, y no se puede
entrar.
11Se lamentan en las calles por el vino. Desapareció toda alegria,
emigró el alborozo de la tierra.
12Ha quedado en la ciudad soledad, y de desolación esta herida la
puerta.
13Porque en medio de la tierra, en mitad de los pueblos, pasa como en
el vareo del olivo, como en los rebuscos cuando acaba la vendimia.
14Ellos levantan su voz y lanzan hurras; la majestad de Yahveh aclaman
desde el mar.
15Por eso, en Oriente glorificad a Yahveh, en las islas del mar el
nombre de Yahveh, Dios de Israel.
16Desde el confin de la tierra canticos hemos oido: «¡Gloria al justo!»
Y digo: «¡Menguado de mi, menguado de mi! ¡Ay de mi, y de estos
malvados que hacen maldad, los malvados que han consumado la maldad!»
17¡Panico, hoya y trampa contra ti, morador de la tierra!
18Sucedera que el que escape del panico, caera en la hoya, y el que
suba de la hoya, sera preso en la trampa. Porque las esclusas de lo
alto han sido abiertas, y se estremecen los cimientos de la tierra,
19Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se
bambolea la tierra,
20vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una cabaña;
pesa sobre ella su rebeldia, cae, y no volvera a levantarse.
21Aquel dia castigara Yahveh al ejército de lo alto en lo alto y a los
reyes de la tierra en la tierra;
22seran amontonados en montón los prisioneros en el pozo, seran
encerrados en la carcel y al cabo de muchos dias seran visitados.
23Se afrentara la luna llena, se avergonzara el pleno sol, cuando reine
Yahveh Sebaot en el monte Sión y en Jerusalén, y esté la Gloria en
presencia de sus ancianos.
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Isaias 25
1Yahveh, tú eres mi Dios, yo te ensalzo, alabo tu nombre, porque has
hecho maravillas y planes muy de antemano que no fallan.
2Porque has puesto la ciudad como un majano, y la villa fortificada,
hecha como una ruina; el alcazar de orgullosos no es ya ciudad, y nunca
sera reedificado.
3Por eso te glorificara un pueblo poderoso, villa de gentes despóticas
te temera.
4Porque fuiste fortaleza para el débil, fortaleza para el pobre en su
aprieto, parapeto contra el temporal, sombra contra el calor. Porque el
aliento de los déspotas es como lluvia de invierno.
5Como calor en sequedal humillaras el estrépito de los poderosos; como
el calor a la sombra de una nube, el himno de los déspotas se
debilitara.
6Hara Yahveh Sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de
manjares frescos, convite de buenos vinos: manjares
de tuétanos, vinos depurados;
7consumira en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la
cobertura que cubre a todos los gentes;
8consumira a la Muerte definitivamente. Enjugara el Señor Yahveh las
lagrimas de todos los rostros, y quitara el oprobio de su pueblo de
sobre toda la tierra, porque Yahveh ha hablado.
9Se dira aquel dia: «Ahi tenéis a nuestro Dios: esperamos que nos
salve; éste es Yahveh en quien esperabamos; nos regocijamos y nos
alegramos por su salvación.»
10Porque la mano de Yahveh reposara en este monte, Moab sera aplastado
en su sitio como se aplasta la paja en el muladar.
11Extendera en medio de él sus manos como las extiende el nadador al
nadar, pero Yahveh abajara su altivez y el esfuerzo de sus manos.
12La fortificación inaccesible de tus murallas derrocara, abajara, la
hara tocar la tierra, hasta el polvo.
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Isaias 26
1Aquel dia se cantara este cantar en tierra de Juda: «Ciudad fuerte
tenemos; para protección se le han puesto murallas y antemuro.
2Abrid las puertas, y entrara una gente justa que guarda fidelidad;
3de animo firme y que conserva la paz, porque en ti confió.
4Confiad en Yahveh por siempre jamas, porque en Yahveh tenéis una Roca
eterna.
5Porque él derroca a los habitantes de los altos, a la villa
inaccesible; la hace caer, la abaja hasta la tierra, la hace tocar el
polvo;
6la pisan pies, pies de pobres, pisadas de débiles.»
7La senda del justo es recta; tú allanas la senda recta del justo.
8Pues bien, en la senda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre
y tu recuerdo son el anhelo del alma.
9Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espiritu por la
mañana te busco. Porque cuando tú juzgas a la tierra, aprenden justicia
los habitantes del orbe.
10Aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra
recta se tuerce, y no teme la majestad de Yahveh.
11Yahveh, alzada esta tu mano, pero no la ven; veran tu celo por el
pueblo y se avergonzaran, tu ira ardiente devorara a tus adversarios.
12Yahveh, tú nos pondras a salvo, que también llevas a cabo todas
nuestras obras.
13Yahveh, Dios nuestro, nos han dominado otros señores fuera de ti,
pero no recordaremos otro Nombre sino el tuyo.
14Los muertos no viviran, las sombras no se levantaran, pues los has
castigado, los has exterminado y has borrado todo recuerdo de ellos.
15Has aumentado la nación, Yahveh, has aumentado la nación y te has
glorificado, has ampliado todos los limites del pais.
16Yahveh, en el aprieto de tu castigo te buscamos; la angustia de la
opresión era tu castigo para nosotros.
17Como cuando la mujer encinta esta próxima al parto sufre, y se queja
en su trance, asi éramos nosotros delante de ti, Yahveh.
18Hemos concebido, tenemos dolores como si diésemos a luz viento; pero
no hemos traido a la tierra salvación, y no le naceran habitantes al
orbe.
19Reviviran tus muertos, tus cadaveres resurgiran, despertaran y daran
gritos de júbilo los moradores del polvo; porque rocio luminoso es tu
rocio, y la tierra echara de su seno las sombras.
20Vete, pueblo mio, entra en tus camaras y cierra tu puerta tras de ti,
escóndete un instante hasta que pase la ira.
21Porque he ahi a Yahveh que sale de su lugar a castigar la culpa de
todos los habitantes de la tierra contra él; descubre
la tierra sus manchas de sangre y no tapa ya a sus asesinados.
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Isaias 27
1Aquel dia castigara Yahveh con su espada dura, grande, fuerte, a
Leviatan, serpiente huidiza, a Leviatan, serpiente tortuosa, y matara
al dragón que hay en el mar.
2Aquel dia se dira: Viña deliciosa, cantadla.
3Yo, Yahveh, soy su guardian. A su tiempo la regaré. Para que no se la
castigue, de noche y de dia la guardaré.
4- Ya no tengo muralla. ¿Quién me ha convertido en espinos y abrojos? -
Yo les haré guerra y los pisotearé, los quemaré todos a una,
5o que se acojan a mi amparo, que hagan la paz conmigo, que conmigo
hagan la paz.
6En los dias que vienen arraigara Jacob, echara Israel flores y frutos,
y se llenara la haz de la tierra de sus productos.
7¿Acaso le ha herido como hirió a quien le heria? ¿ha sido muerto él
como fueron muertos sus matadores?
8Te querellaste con ella y la echaste, la despediste; la echó con su
aliento aspero como viento de Oriente.
9En verdad, con esto seria expiada la culpa de Jacob, y éste seria todo
el fruto capaz de apartar su pecado; dejar todas las
piedras que le sirven de ara de altar como piedras de cal desmenuzadas.
Cipos y estelas del sol no se erigiran,
10pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, mansión dejada y
abandonada como un desierto donde el novillo pace, se tumba y ramonea.
11Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y le
prenden fuego. Por no ser éste un pueblo inteligente, por eso no le
tiene piedad su Hacedor, su Plasmador no le otorga gracia.
12Aquel dia vareara Yahveh desde la corriente del Rio hasta el torrente
de Egipto, y vosotros seréis reunidos de uno en uno,
hijos de Israel.
13Aquel dia se tocara un cuerno grande, y vendran los perdidos por
tierra de Asur y los dispersos por tierra de Egipto, y adoraran a
Yahveh en el monte santo de Jerusalén.
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Isaias 28
1¡Ay, corona de arrogancia - borrachos de Efraim - y capullo marchito -
gala de su adorno - que esta en el cabezo del valle fértil, aficionados
al vino!
2He aqui que uno, fuerte y robusto, enviado por el Señor, como una
granizada, como huracan devastador, como aguacero torrencial de
desbordadas aguas, los echara a tierra con la mano.
3Con los pies sera hollada la corona de arrogancia, los borrachos de
Efraim,
4y el capullo marchito, gala de su adorno, que esta en el cabezo del
valle fértil; y seran como la breva que precede al verano, que, en
cuanto la ve uno, la toma con la mano y se la come.
5Aquel dia sera Yahveh Sebaot corona de gala, diadema de adorno para el
resto de su pueblo,
6espiritu de juicio para el que se siente en el tribunal, y energia
para los que rechazan hacia la puerta a los atacantes.
7También ésos por el vino desatinan y por el licor divagan: sacerdotes
y profetas desatinan por el licor, se ahogan en vino, divagan por causa
del licor, desatinan en sus visiones, titubean en sus decisiones.
8Porque todas las mesas estan cubiertas de vómito asqueroso, sin
respetar sitio.
9«¿A quién se instruira en el conocimiento? ¿a quién se le hara
entender lo que oye? A los recién destetados, a los retirados de los
pechos.
10Porque dice: Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau,
zeer sam, zeer sam. »
11Si, con palabras extrañas y con lengua extranjera hablara a este
pueblo
12él, que les habia dicho: «¡Ahora, descanso! Dejad reposar al
fatigado. ¡Ahora, calma!» Pero ellos no han querido escuchar.
13Ahora Yahveh les dice: « Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la
cau, zeer sam, zeer sam », de suerte que vayan y caigan hacia atras y
se fracturen, caigan en la trampa y sean presos.
14Por tanto oid la palabra de Yahveh, hombres burlones, señores de este
pueblo de Jerusalén.
15Porque habéis dicho: «Hemos celebrado alianza con la muerte, y con el
seol hemos hecho pacto, cuando pasare el azote desbordado, no nos
alcanzara, porque hemos puesto la mentira por refugio nuestro y en el
engaño nos hemos escondido.»
16Por eso, asi dice el Señor Yahveh: «He aqui que yo pongo por
fundamento en Sión una piedra elegida, angular, preciosa y fundamental:
quien tuviere fe en ella no vacilara.
17Pondré la equidad como medida y la justicia como nivel.» Barrera el
granizo el refugio de mentira y las aguas inundaran el escondite.
18Sera rota vuestra alianza con la muerte y vuestro pacto con el seol
no se mantendra. Cuando pasare el azote desbordado, os aplastara.
19Siempre que pase os alcanzara. Porque mañana tras mañana pasara, de
dia y de noche, y habra estremecimiento sólo con oirlo.
20La cama sera corta para poder estirarse y el cobertor sera estrecho
para poder taparse.
21Porque como en el monte Perasim surgira Yahveh, como en el valle de
Gabaón se enfurecera para hacer su acción, su extraña acción, y para
trabajar su trabajo, su exótico trabajo.
22Ahora no os burléis, no sea que se aprieten vuestras ligaduras.
Porque cosa concluida y decidida he oido de parte de Yahveh Sebaot,
tocante a toda la tierra.
23Escuchad y oid mi voz, atended y oid mi palabra.
24¿Acaso cada dia ara al arador para sembrar, abre y rompe su terreno?
25Luego que ha igualado su superficie, ¿no esparce la neguilla, y
desparrama el comino, y pone trigo, cebada y espelta, cada cosa en su
tablar?
26Quien le enseña esta usanza, quien le instruye es su Dios.
27Porque no con el trillo es trillada la neguilla, ni se hace girar
rueda de carreta sobre el comino; sino que con el
bastón es apaleada la neguilla, y el comino con la vara.
28¿Se tritura el grano? No. No se le trilla indefinidamente; se hace
girar la rueda de la carreta, y se le limpia, pero sin triturarlo.
29También esto de Yahveh Sebaot ha salido: trazar un plan maravilloso,
llevar a un gran acierto.
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Isaias 29
1¡Ay, Ariel, Ariel, villa donde acampó David! Añadid año sobre año, las
fiestas completen su ciclo,
2y pondré en angustias a Ariel, y habra llanto y gemido. Ella sera para
mi un Ariel;
3acamparé en circulo contra ti, estrecharé contra ti la estacada, y
levantaré contra ti trinchera;
4seras abatida, desde la tierra hablaras, por el polvo sera ahogada tu
palabra, tu voz sera como un espectro de la tierra, y desde el polvo tu
palabra sera como un susurro.
5Y sera como polvareda fina la turba de tus soberbios, y como tamo que
pasa la turba de tus potentados. Sucedera que, de un momento a otro,
6de parte de Yahveh Sebaot seras visitada con trueno, estrépito y
estruendo, turbión, ventolera y llama de fuego devoradora,
7Sera como un sueño, visión nocturna, la turba de todas las gentes que
guerrean contra Ariel, todas sus milicias y las
maquinas de guerra que la oprimen.
8Sera como cuando el hambriento sueña que esta comiendo, pero despierta
y tiene el estómago vacio; como cuando el sediento sueña que esta
bebiendo, pero se despierta cansado y sediento. Asi sera la turba de
todas las gentes, que guerrean contra el monte Sión.
9Idiotizaos y quedad idiotas, cegaos y quedad ciegos; emborrachaos,
pero no de vino, tambaleaos, y no por el licor.
10Porque ha vertido sobre vosotros Yahveh espiritu de sopor, he pegado
vuestros ojos (profetas) y ha cubierto vuestras cabezas (videntes).
11Toda revelación sera para vosotros como palabras de un libro sellado,
que da uno al que sabe leer diciendo: «Ea, lee eso»; y dice el otro:
«No puedo, porque esta sellado»;
12y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: «Ea, lee
eso»; y dice éste: «No sé leer»
13Dice el Señor: Por cuanto ese pueblo se me ha allegado con su boca, y
me han honrado con sus labios, mientras que su corazón esta lejos de
mi, y el temor que me tiene son preceptos enseñados por hombres,
14por eso he aqui que yo sigo haciendo maravillas con ese pueblo,
haciendo portentosas maravillas; perderé la sabiduria de sus sabios, y
eclipsaré el entendimiento de sus entendidos.
15Ay de los que se esconden de Yahveh para ocultar sus planes, y
ejecutan sus obras en las tinieblas, y dicen: «¿Quién nos ve, quién nos
conoce?»
16¡Qué error el vuestro! ¿Es el alfarero como la arcilla, para que diga
la obra a su hacedor: «No me ha hecho», y la vasija diga de su
alfarero: «No entiende el oficio?»
17¿Acaso no falta sólo un poco, para que el Libano se convierta en
vergel, y el vergel se considere una selva?
18Oiran aquel dia los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla
y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las veran,
19los pobres volveran a alegrarse en Yahveh, y los hombres mas pobres
en el Santo de Israel se regocijaran.
20Porque se habran terminado los tiranos, se habra acabado el hombre
burlador, y seran exterminados todos los que desean el mal;
21los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al
que juzga en la puerta, y desatienden al justo por una nonada.
22Por tanto, asi dice Yahveh, Dios de la casa de Jacob, el que rescató
a Abraham: «No se avergonzara en adelante Jacob, ni en adelante su
rostro palidecera;
23porque en viendo a sus hijos, las obras de mis manos, en medio de él,
santificaran mi Nombre.» Santificaran al Santo de Jacob, y al Dios de
Israel tendran miedo.
24Los descarriados alcanzaran inteligencia, y los murmuradores
aprenderan doctrina.
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Isaias 30
1¡Ay de los hijos rebeldes - oraculo de Yahveh - para ejecutar planes,
que no son mios, y para hacer libaciones de alianza, mas no a mi aire,
amontonando pecado sobre pecado!
2Los que bajan a Egipto sin consultar a mi boca, para buscar apoyo en
la fuerza de Faraón y ampararse a la sombra de Egipto.
3La fuerza del Faraón se os convertira en vergüenza, y el amparo de la
sombra de Egipto, en confusión.
4Cuando estuvieron en Soan sus jefes, y cuando sus emisarios
llegaron a Janés,
5todos llevaron presentes a un pueblo que les sera inútil, a un pueblo
que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio.
6Oraculo sobre los animales del Négueb. Por tierra de angustia y
aridez, de leona y de león rugiente, de aspid y dragón volador, llevan
a lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros
hacia un pueblo que no les sera útil,
7a Egipto, cuyo apoyo es huero y vano. Por eso he llamado a ese pueblo
«Rahab la cesante.»
8Ahora ven, escribelo en una tablilla, grabalo en un libro, y que dure
hasta el último dia, para testimonio hasta siempre:
9Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan
escuchar la instrucción de Yahveh;
10que han dicho a los videntes: «No veais»; y a los visionarios: «No
veais para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas halagüeñas,
contemplad ilusiones.
11Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo
de Israel.»
12Por tanto, asi dice el Santo de Israel: Por cuanto habéis rechazado
vosotros esta palabra, y por cuanto habéis fiado en lo torcido y
perverso y os habéis apoyado en ello,
13por eso sera para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una alta
muralla, cuya quiebra sobrevendra de un momento a otro,
14y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota sin
compasión, en la que al romperse no se encuentra una
sola tejoleta bastante grande para tomar fuego
del hogar o para extraer agua del aljibe.
15Porque asi dice el Señor Yahveh, el Santo de Israel: «Por la
conversión y calma seréis liberados, en el sosiego y seguridad estara
vuestra fuerza.» Pero no aceptasteis,
16sino que dijisteis: «No, huiremos a caballo.» ¡Pues, bien, huid! Y
«sobre rapidos carros montaremos». ¡Pues bien, rapidamente seréis
perseguidos!
17Mil temblaran ante la amenaza de uno solo; ante la amenaza de cinco
huiréis, hasta que seais dejados como mastil en la cúspide del monte y
como gallardete sobre una colina.
18Sin embargo aguardara Yahveh para haceros gracia, y asi se levantara
para compadeceros, porque Dios de equidad es Yahveh: ¡dichosos todos
los que en él esperan!
19Si, pueblo de Sión que habitas en Jerusalén, no lloraras ya mas; de
cierto tendra piedad de ti, cuando oiga tu clamor; en cuanto lo oyere,
te respondera.
20Os dara el Señor pan de asedio y aguas de opresión, y después no sera
ya ocultado el que te enseña; con tus ojos veras al que te enseña,
21y con tus oidos oiras detras de ti estas palabras: «Ese es el camino,
id por él», ya sea a la derecha, ya a la izquierda.
22Declararas impuro el revestimiento de tus idolos de plata y el ornato
de tus imagenes fundidas en oro. Los rechazaras como paño inmundo:
«¡Fuera de aqui!», les diras.
23El dara lluvia a tu sementera con que hayas sembrado el suelo,y la
tierra te producira pan que sera pingüe y
sustancioso. Paceran tus ganados aquel dia en pastizal dilatado;
24los bueyes y asnos que trabajan el suelo comeran forraje salado,
cribado con bieldo y con criba.
25Habra sobre todo monte alto y sobre todo cerro elevado manantiales
que den aguas perennes, el dia de la gran matanza,
cuando caigan las fortalezas.
26Sera la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del
sol meridiano sera siete veces mayor - con luz de siete dias - el dia
que vende Yahveh la herida de su pueblo y cure la contusión de su golpe.
27He aqui que el nombre de Yahveh viene de lejos, ardiente su ira y
pesada su opresión. Sus labios llenos estan de furor, su lengua es como
fuego que devora,
28y su aliento como torrente desbordado que cubre hasta el cuello.
Cribara a las naciones con criba nefasta, pondra el bocado de sus
bridas en la mandibula de sus pueblos.
29Vosotros cantaréis como en la noche de santificar fiesta; se os
alegrara el corazón como el de quien va al son de flauta a entrar en el
monte de Yahveh, a la Peña de Israel.
30Hara oir Yahveh la majestad de su voz, y mostrara la descarga de su
brazo con ira inflamada y llama de fuego devoradora, turbión, aguacero
y granizo.
31Pues por la voz de Yahveh sera hecho añicos Asur: con un bastón le
golpeara.
32A cada pasada de la vara de castigo que Yahveh descargue sobre él -
con adufes y con arpas - y con guerras de sacudir las manos guerreara
contra él.
33Porque de antemano esta preparado un Tófet - también para el rey - un
foso profundo y ancho; hay paja y madera en abundancia. El aliento de
Yahveh, cual torrente de azufre, lo enciende.
INICIO
Isaias 31
1¡Ay, los que bajan a Egipto por ayuda! En la caballeria se apoyan, y
fian en los carros porque abundan y en los jinetes porque son muchos;
mas no han puesto su mirada en el Santo de Israel, ni a Yahveh han
buscado.
2Pero también él es sabio, hara venir el mal, y no retirara sus
palabras; se levantara contra la casa de los malhechores y contra la
ayuda de los que obran la iniquidad.
3En cuanto a Egipto, es humano, no divino, y sus caballos, carne, y no
espiritu; Yahveh extendera su mano, tropezara el ayudador y caera el
ayudado y todos a una pereceran.
4Porque asi me ha dicho Yahveh: Como ruge el león y el cachorro sobre
su presa, y cuando se convoca contra él a todos los pastores, de sus
voces no se intimida, ni de su tumulto se apoca: tal sera el descenso
de Yahveh Sebaot para guerrear sobre el monte Sión y sobre su colina.
5Como pajaros que vuelan, asi protegera Yahveh Sebaot a Jerusalén,
protegera y librara, perdonara y salvara.
6Volveos a aquel de quien profundamente os apartasteis, hijos de
Israel.
7Porque aquel dia repudiara cada uno las divinidades de plata y las
divinidades de oro que hicieron vuestras manos pecadoras.
8Caera Asur por espada no de hombres, y por espada no humana seran
devorados; se dara a la fuga ante la espada, y sus mejores guerreros
seran destinados a trabajos.
9Aterrado, abandonara su tropa, y sus jefes espantados abandonaran su
estandarte. Oraculo de Yahveh, que tiene fuego en Sión, y horno en
Jerusalén.
INICIO
Isaias 32
1He aqui que para hacer justicia reinara un rey, y los jefes juzgaran
según derecho.
2Sera cada uno como un sitio abrigado contra el viento y a cubierto del
temporal; como fluir de aguas en sequedal, como sombra de peñón en
tierra agostada.
3No se cerraran los ojos de los videntes, y los oidos de los que
escuchan percibiran;
4el corazón de los alocados se esforzara en aprender, y la lengua de
los tartamudos hablara claro y ligero.
5No se llamara ya noble al necio, ni al desaprensivo se le llamara
magnifico.
6Porque el necio dice necedades y su corazón medita el mal, haciendo
impiedad y profiriendo contra Yahveh desatinos, dejando vacio el
estómago hambriento y privando de bebida al sediento.
7Cuanto al desaprensivo, sus tramas son malas, se dedica a inventar
maquinaciones para sorprender a los pobres con palabras engañosas,
cuando el pobre expone su causa.
8Mientras que el noble medita nobles cosas, y en las cosas nobles esta
firme.
9Mujeres indolentes, ¡arriba!, oid mi voz; hijas confiadas, escuchad mi
palabra.
10Dentro de un año y algunos dias temblaréis las que confiais, pues se
habra acabado la vendimia para no volver mas.
11Espantaos, indolentes, temblad, confiadas, desvestios, desnudaos,
ceñid vuestra cintura,
12golpeaos el pecho, por los campos atrayentes, por las viñas
fructiferas.
13Sobre el solar de mi pueblo zarza y espino crecera, y también sobre
todas las casas de placer de la villa alegre,
14porque el alcazar habra sido abandonado, el genio de la ciudad habra
desaparecido; Ofel y el Torreón quedaran en adelante vacios por
siempre, para delicia de asnos y pastizal de rebaños.
15Al fin sera derramado desde arriba sobre nosotros espiritu. Se hara
la estepa un vergel, y el vergel sera considerado como selva.
16Reposara en la estepa la equidad, y la justicia morara en el vergel;
17el producto de la justicia sera la paz, el fruto de la equidad, una
seguridad perpetua.
18Y habitara mi pueblo en albergue de paz, en moradas seguras y en
posadas tranquilas.
19- La selva sera abatida y la ciudad hundida.
20Dichosos vosotros, que sembraréis cabe todas las corrientes, y
dejaréis sueltos el buey y el asno.
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Isaias 33
1¡Ay, tú que saqueas, y no has sido saqueado, que despojas, y no has
sido despojado! En terminando tú de saquear, seras saqueado; asi que
acabes de despojar, seras despojado;
2Yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos. Sé nuestro brazo por
las mañanas y nuestra salvación en tiempo de apretura.
3Al fragor del estrépito se dispersan los pueblos, al alzarte tú se
desperdigan las gentes,
4se amontona el botin como quien amontona saltamontes, se abalanzan
sobre él, como se abalanzan las langostas.
5Exaltado sea Yahveh, pues reposa en lo alto; llene a Sión de equidad y
de justicia.
6Sean tus dias estables; la riqueza que salva son la sabiduria y la
ciencia, el temor de Yahveh sea tu tesoro.
7¡Mirad! Ariel se lamenta por las calles, los embajadores de paz
amargamente lloran.
8Han quedado desiertas las calzadas, ya no hay transeúntes por los
caminos. Han violado la alianza, han recusado los testimonios, no se
tiene en cuenta a nadie.
9La tierra esta en duelo, languidece; el libano esta ajado y mustio. Ha
quedado el Sarón como la estepa, se van pelando el Basan y el Carmelo.
10«Ahora me levanto - dice Yahveh - ahora me exalto, ahora me elevo.
11Concebiréis forraje, pariréis paja, y mi soplo como fuego os devorara;
12los pueblos seran calcinados, espinos cercenados que en fuego
arderan.
13Oid, los alejados, lo que he hecho; enteraos, los cercanos, de mi
fuerza.»
14Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los
impios: ¿Quién de nosotros podra habitar con el fuego
consumidor? ¿quién de nosotros podra habitar con las
llamas eternas?
15El que anda en justicia y habla con rectitud; el que rehúsa ganancias
fraudulentas, el que se sacude la palma de la mano para no
aceptar soborno, el que se tapa las orejas para no
oir hablar de sangre, y cierra sus ojos para no ver
el mal.
16Ese morara en las alturas, subira a refugiarse en la fortaleza de las
peñas, se le dara su pan y tendra el agua segura.
17Tus ojos contemplaran un rey en su belleza, veran una tierra
dilatada.
18Tu corazón musitara con sobresalto: «¿Dónde esta el que contaba,
dónde el que pesaba, dónde el que contaba torres?»
19Y no veras al pueblo audaz, pueblo de lenguaje oscuro,
incomprensible, al barbaro cuya lengua no se entiende.
20Contempla a Sión, villa de nuestras solemnidades: tus ojos veran a
Jerusalén, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no
seran removidas nunca y cuyas cuerdas no seran rotas.
21Sino que alli Yahveh sera magnifico para con nosotros; como un lugar
de rios y amplios canales, por donde no ande ninguna embarcación de
remos, ni navio de alto bordo lo atraviese.
22(Porque Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro legislador, Yahveh
nuestro rey: él nos salvara.)
23Se han distendido las cuerdas, no sujetan derecho el mastil, no
despliegan estandarte. Entonces sera repartido un botin numeroso: hasta
los cojos tendran botin,
24y no dira ningún habitante: «Estoy enfermo»; al pueblo que alli mora
le sera perdonada su culpa.
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Isaias 34
1Acercaos, naciones, a oir, atended, pueblos; oiga la tierra y cuanto
hay en ella, el orbe y cuanto en él brota,
2que ira tiene Yahveh contra todas las naciones, y cólera contra todas
sus mesnadas. Las ha anatematizado, las ha entregado a la matanza.
3Sus heridos yacen tirados, de sus cadaveres sube el hedor, y sus
montes chorrean sangre;
4se esfuma todo el ejército de los cielos. Se enrollan como un libro
los cielos, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de
la cepa, como una hoja mustia de higuera.
5Porque se ha emborrachado en los cielos mi espada; ya desciende sobre
Edom y sobre el pueblo de mi anatema para hacer justicia.
6La espada de Yahveh esta llena de sangre, engrasada de sebo, de sangre
de carneros y machos cabrios, de sebo de riñones de carneros, porque
tiene Yahveh un sacrificio en Bosra, y gran matanza en Edom.
7En vez de búfalos caeran pueblos, y en vez de toros un pueblo de
valientes. Se emborrachara su tierra con sangre, y su polvo sera
engrasado de sebo.
8Porque es dia de venganza para Yahveh, año de desquite del defensor de
Sión.
9Se convertiran sus torrentes en pez, su polvo en azufre, y se hara su
tierra pez ardiente.
10Ni de noche ni de dia se apagara, por siempre subira el humo de ella.
De generación en generación quedara arruinada, y nunca jamas habra
quien pase por ella.
11La heredaran el pelicano y el erizo, el ibis y el cuervo residiran en
ella. Tendera Yahveh sobre ella la plomada del caos y el nivel del
vacio.
12Los satiros habitaran en ella, ya no habra en ella nobles que
proclamen la realeza, y todos sus principes seran aniquilados.
13En sus alcazares creceran espinos, ortigas y cardos en sus
fortalezas; sera morada de chacales y dominio de avestruces.
14Los gatos salvajes se juntaran con hienas y un satiro llamara al
otro; también alli reposara Lilit y en él encontrara descanso.
15Alli anidara la vibora, pondra, incubara y hara salir del huevo.
También alli se juntaran los buitres.
16Buscad el libro de Yahveh y leed; no faltara ninguno de ellos,
ninguno de ellos echara en falta a otro. Pues su misma boca lo ha
ordenado y su mismo espiritu los junta.
17Es él mismo el que los echa a suertes, con su mano les reparte el
pais a cordel; lo poseeran por siempre y moraran en él de generación en
generación.
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Isaias 35
1Que el desierto y el sequedal se alegren, regocijese la estepa y la
florezca como flor;
2estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria
del Libano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Se
vera la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.
3Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
4Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temais! Mirad que
vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendra y os
salvara.
5Entonces se despegaran los ojos de los ciegos, y las orejas de los
sordos se abriran.
6Entonces saltara el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzara
gritos de júbilo. Pues seran alumbradas en el desierto aguas, y
torrentes en la estepa,
7se trocara la tierra abrasada en estanque, y el pais arido en
manantial de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeara la
caña y el papiro.
8Habra alli una senda y un camino, via sacra se la llamara; no pasara
el impuro por ella, ni los necios por ella vagaran.
9No habra león en ella, ni por ella subira bestia salvaje, no se
encontrara en ella; los rescatados la recorreran.
10Los redimidos de Yahveh volveran, entraran en Sión entre
aclamaciones, y habra alegria eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y
alegria les acompañaran! ¡Adiós, penar y suspiros!
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Isaias 36
1En el año catorce del rey Ezequias subió Senaquerib, rey de Asur,
contra todas las ciudades fortificadas de Juda y se apoderó de ellas.
2El rey de Asur envió desde Lakis a Jerusalén, donde el rey Ezequias,
al copero mayor con un fuerte destacamento. Se colocó éste en el canal
de la alberca superior, que esta junto al camino del campo del Batanero.
3El mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquias, el secretario
Sebna y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron donde él.
4El copero mayor les dijo: «Decid a Ezequias: Asi habla el gran rey, el
rey de Asur: ¿Qué confianza es ésa en la que fias?
5Te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura
para la guerra. Pero ahora ¿en quién confias, que te has rebelado
contra mi?
6Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que
penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues asi es
Faraón, rey de Egipto, para todos los que confian en él.
7Pero vais a decirme: “Nosotros confiamos en Yahveh nuestro Dios.” ¿No
ha sido él, Ezequias, quien ha suprimido los altos y los altares y ha
dicho a Juda y a Jerusalén: “Os postraréis delante de este altar?”
8Pues apuesta ahora con mi señor, el rey de Asur: te daré dos mil
caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos.
9¿Cómo harias retroceder a uno solo de los mas pequeños servidores de
mi señor? ¡Te fias de Egipto para tener carros y gentes de carro!
10Y ahora ¿acaso he subido yo contra esta tierra para destruirla, sin
contar con Yahveh? Yahveh me ha dicho: “Sube contra esta tierra y
destrúyela.”»
11Dijeron Elyaquim, Sebna y Yoaj al copero mayor: «Por favor, hablanos
a nosotros tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en
lengua de Juda a oidos del pueblo que esta sobre la muralla.»
12El copero mayor dijo: «¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas
cosas a tu señor, o a ti, y no a los hombres que se encuentran
sobre la muralla, que tienen que comer sus excrementos y beber sus
orinas con vosotros?»
13Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz en lengua judia,
diciendo: «Escuchad las palabras del gran rey, el rey de Asur.
14Asi dice el rey: No os engañe Ezequias, porque no podra libraros.
15Que Ezequias no os haga confiar en Yahveh diciendo: “De cierto nos
librara Yahveh, y esta ciudad no sera entregada en manos del rey
de Asur.”
16No escuchéis a Ezequias, porque asi dice el rey de Asur: Haced paces
conmigo, rendios a mi, y comera cada uno de su viña y de su higuera, y
bebera cada uno de su cisterna,
17hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra,
tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de viñas.
18Que no os engañe Ezequias, diciendo: “Yahveh nos librara.” ¿Acaso los
dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del
rey de Asur?
19¿Dónde estan los dioses de Jamat y de Arpad, dónde los dioses de
Sefarvayim, dónde estan los dioses de Samaria? ¿Acaso han librado a
Samaria de mi mano?
20¿Quiénes, de entre todos los dioses de los paises, los han librado de
mi poder, para que libre Yahveh a Jerusalén de mi mano?»
21Calló el pueblo y no le respondió una palabra, porque el rey habia
dado esta orden diciendo: «No le respondais.»
22Elyaquim, hijo de Jilquias, mayordomo de palacio, el secretario Sebna
y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron donde Ezequias, desgarrados los
vestidos, y le relataron las palabras del copero mayor.
INICIO
Isaias 37
1Cuando lo oyó el rey Ezequias desgarró sus vestidos, se cubrió de
sayal y se fue a la Casa de Yahveh.
2Envió a Elyaquim, mayordomo, a Sebna, secretario, y a los sacerdotes
ancianos cubiertos de sayal donde el profeta Isaias, hijo de Amós.
3Ellos le dijeron: «Asi habla Ezequias: Este dia es dia de angustia, de
castigo y de vergüenza. Los hijos estan para salir del seno, pero no
hay fuerza para dar a luz.
4¿No habra oido Yahveh tu Dios las palabras del copero mayor al que ha
enviado el rey de Asur, su señor, para insultar al Dios vivo? ¿No
castigara Yahveh tu Dios las palabras que ha oido? Dirige una plegaria
en favor del Resto que aún queda!»
5Cuando los siervos del rey Ezequias llegaron donde Isaias,
6éste les dijo: «Asi diréis a vuestro señor: Esto dice Yahveh: No
tengas miedo por las palabras que has oido, con las que me
insultaron los criados del rey de Asur.
7Voy a poner en él un espiritu, oira una noticia y se volvera a su
tierra, y en su tierra yo lo haré caer a espada.»
8El copero mayor se volvió y encontró al rey de Asur atacando a Libna ,
pues habia oido que habia partido de Lakis,
9porque habia recibido esta noticia acerca de Tirhaca, rey de Kus: «Ha
salido a guerrear contra ti.» Senaquerib volvió a enviar mensajeros
para decir a Ezequias:
10«Asi hablaréis a Ezequias, rey de Juda: No te engañe tu Dios en el
que confias pensando: “No sera entregada Jerusalén en manos del rey de
Asur”.
11Bien has oido lo que los reyes de Asur han hecho a todos los paises,
entregandolos al anatema, ¡y tú te vas a librar!
12¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres
aniquilaron, a Gozan, a Jaran, a Résef, a los edenitas que
estaban en Tel Basar?
13¿Dónde esta el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Lair, de
Sefarvayim, de Hena y de Ivva?»
14Ezequias tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego
subió a la Casa de Yahveh y Ezequias la desenrolló ante Yahveh.
15Hizo Ezequias esta plegaria ante Yahveh:
16«Yahveh Sebaot, Dios de Israel, que estas sobre los Querubines, tú
sólo eres Dios en todos los reinos de la tierra, tú el que has hecho
los cielos y la tierra.
17«Tiende, Yahveh, tu oido y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira.
Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Dios vivo.
18Es verdad, Yahveh, que los reyes de Asur han exterminado a todas las
naciones y su territorio,
19y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino
hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han
sido aniquilados.
20Ahora, pues, Yahveh, Dios nuestro, salvanos de su mano, y sabran
todos los reinos de la tierra que sólo tú eres Dios, Yahveh.»
21Isaias, hijo de Amós, envió a decir a Ezequias: «Asi dice Yahveh,
Dios de Israel, a quien has suplicado acerca de Senaquerib, rey de Asur.
22Esta es la palabra que Yahveh pronuncia contra él: Ella te desprecia,
ella te hace burla, la virgen hija de Sión. Mueve la cabeza a tus
espaldas la hija de Jerusalén.
23¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz
y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel!
24Por tus siervos insultas a Adonay y dices: “Con mis muchos carros
subo a las cumbres de los montes, a las laderas del Libano, derribo la
altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de
sus refugios su jardin del bosque.
25Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. Secaré bajo la planta de
mis pies, todos los Nilos del Egipto.”
26¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos dias lo
habia planeado, ahora lo ejecuto. Tú has convertido en cúmulos de
ruinas las fuertes ciudades.
27Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son planta
del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el
viento de Oriente.
28Si te alzas o te sientas, si sales o entras, yo lo sé; (y que te
alzas airado contra mi).
29Pues que te alzas airado contra mi y tu arrogancia ha subido a mis
oidos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy
a devolverte por la ruta por la que has venido.
30La señal sera ésta: Este año se comera lo que rebrote, lo que nazca
de si al año siguiente. Al año tercero sembrad y segad, plantad las
viñas y comed su fruto.
31El resto que se salve de la casa de Juda echara raices por debajo y
fruto en lo alto.
32Pues saldra un Resto de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión;
el celo de Yahveh Sebaot lo hara.
33Por eso, asi dice Yahveh del rey de Asiria: No entrara en esta
ciudad, no lanzara flechas en ella, no le opondra escudo, ni alzara en
contra de ella empalizada.
34Volvera por la ruta que ha traido. No entrara en esta ciudad, oraculo
de Yahveh.
35Yo protegeré a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi
siervo David.»
36Aquella misma noche salió el Angel de Yahveh e hirió en el campamento
asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres; a la hora de despertarse,
por la mañana, no habia mas que cadaveres.
37Senaquerib, rey de Asiria, partió y, volviéndose, se quedó en Ninive.
38Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus
hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en
el pais de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar.
INICIO
Isaias 38
1En aquellos dias Ezequias cayó enfermo de muerte. El profeta Isaias,
hijo de Amós, vino a decirle: «Asi habla Yahveh: Haz testamento, porque
muerto eres y no viviras.»
2Ezequias volvió su rostro a la pared y oró a Yahveh.
3Dijo: «¡Ah, Yahveh! Dignate recordar que yo he andado en tu presencia
con fidelidad y corazón perfecto haciendo lo recto a tus ojos.» Y
Ezequias lloró con abundantes lagrimas.
4Entonces le fue dirigida a Isaias la palabra de Yahveh, diciendo:
5«Vete y di a Ezequias: Asi habla Yahveh, Dios de tu padre David: He
oido tu plegaria, he visto tus lagrimas y voy a curarte. Dentro de tres
dias subiras a la Casa de Yahveh. Añadiré quince años a tus dias.
6Te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria, y
ampararé a esta ciudad.»
7Isaias respondió: «Esta sera para ti de parte de Yahveh, la señal de
que Yahveh hara lo que ha dicho.
8Mira, voy a hacer retroceder a la sombra diez gradas de las que ha
descendido el sol por las gradas de Ajaz. Y desanduvo el sol diez
gradas por las que habia descendido.
9Cantico de Ezequias, rey de Juda cuando estuvo enfermo y sanó de su
mal:
10Yo dije: A la mitad de mis dias me voy; en las puertas del seol se me
asigna un lugar para el resto de mis años.
11Dije: No veré a Yahveh en la tierra de los vivos; no veré ya a ningún
hombre de los que habitan el mundo.
12Mi morada es arrancada, se me arrebata como tienda de pastor. Enrollo
como tejedor mi vida, del hilo del tejido me cortaste. De la noche a la
mañana acabas conmigo;
13grité hasta la madrugada: Como león tritura todos mis huesos. De la
noche a la mañana acabas conmigo.
14Como grulla, como golondrina chirrio, zureo como paloma. Se consumen
mis ojos de mirar hacia arriba. Yahveh, estoy oprimido, sal por mi.
15¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? Caminaré
todos mis años en la amargura de mi alma.
16El Señor esta con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de
su espiritu. Tú me curaras, me daras la vida.
17Entonces mi amargura se trocara en bienestar, pues tú preservaste mi
alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis
pecados.
18Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan
al pozo esperan en tu fidelidad.
19El que vive, el que vive, ése te alaba, como yo ahora. El padre
enseña a los hijos tu fidelidad.
20Yahveh, salvame, y mis canciones cantaremos todos los dias de nuestra
vida junto a la Casa de Yahveh.
21Isaias dijo: «Traed una masa de higos, aplicadla sobre la úlcera y
sanara.»
22Ezequias dijo: «¿Cual sera la señal de que subiré a la Casa de Yahveh?
INICIO
Isaias 39
1En aquel tiempo, Merodak Baladan, hijo de Baladan, rey de Babilonia,
envió cartas y un presente a Ezequias porque habia oido que habia
estado enfermo y se habia curado.
2Se alegró Ezequias por ello y enseñó a los enviados su camara del
tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y
todo cuanto habia en los tesoros; no hubo nada que Ezequias no les
mostrara en su casa y en todo su dominio.
3Entonces el profeta Isaias fue donde el rey Ezequias y le dijo: «¿Qué
han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?» Respondió
Ezequias: «Han venido de un pais lejano, de Babilonia.»
4Dijo: «¿Qué han visto en tu casa?» Respondió Ezequias: «Han visto
cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya
enseñado.»
5Dijo Isaias a Ezequias: «Escucha la palabra de Yahveh Sebaot:
6Vendran dias en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus
padres hasta el dia de hoy, sera llevado a Babilonia; nada
quedara, dice Yahveh.
7Y se tomara de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has
engendrado, para que sean eunucos en el palacio del rey de
Babilonia.»
8Respondió Ezequias a Isaias: «Es buena la palabra de Yahveh que me
dices.» Pues pensaba: «¡Con tal que haya paz y seguridad en mis dias!»
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Isaias 40
1Consolad, consolad a mi pueblo - dice vuestro Dios.
2Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ya ha cumplido
su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de mano de
Yahveh castigo doble por todos sus pecados.
3Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la
estepa una calzada recta a nuestro Dios.
4Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vuélvase lo
escabroso llano, y las breñas planicie.
5Se revelara la gloria de Yahveh, y toda criatura a una la vera. Pues
la boca de Yahveh ha hablado.»
6Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?» - «Toda carne es
hierba y todo su esplendor como flor del campo.
7La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de
Yahveh (pues, cierto, hierba es el pueblo).
8La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios
permanece por siempre.
9Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz
poderosa, alegre mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. Di a las
ciudades de Juda: «Ahi esta vuestro Dios.»
10Ahi viene el Señor Yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga todo. Ved
que su salario le acompaña, y su paga le precede.
11Como pastor pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderitos, en
el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas.
12¿Quién midió los mares con el cuenco de la mano, y abarcó con su
palmo la dimensión de los cielos, metió en un tercio de medida el polvo
de la tierra, pesó con la romana los montes, y los cerros con la
balanza?
13¿Quién abarcó el espiritu de Yahveh, y como consejero suyo le enseñó?
14¿Con quién se aconsejó, quién le explicó y le enseñó la senda de la
justicia, y le enseñó la ciencia, y el camino de la inteligencia le
mostró?
15Las naciones son como gota de un cazo, como escrúpulo de balanza son
estimadas. Las islas como una chinita pesan.
16El Libano no basta para la quema, ni sus animales para holocausto.
17Todas las naciones son como nada ante él, como nada y vacio son
estimadas por él.
18Pues ¿con quién asemejaréis a Dios, qué semejanza le aplicaréis?
19El fundidor funde la estatua, el orfebre con oro la recubre y funde
cadenas de plata.
20El que presenta una ofrenda de pobre escoge madera incorruptible, se
busca un habil artista para erigir una estatua que no vacile.
21¿No lo sabiais? ¿No lo habiais oido? ¿No os lo habia mostrado desde
el principio? ¿No lo entendisteis desde que se fundó la tierra?
22El esta sentado sobre el orbe terrestre, cuyos habitantes son como
saltamontes; él expande los cielos como un tul, y los ha desplegado
como una tienda que se habita.
23El aniquila a los tiranos, y a los arbitros de la tierra los reduce a
la nada.
24Apenas han sido plantados, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra
su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y una rafaga como tamo
se los lleva.
25¿Con quién me asemejaréis y seré igualado?, dice el Santo.
26Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace
salir por orden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre
llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energia, no falta ni una.
27¿Por qué dices, Jacob, y hablas, Israel: «Oculto esta mi camino para
Yahveh, y a Dios se le pasa mi derecho?»
28¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oido? Que Dios desde siempre
es Yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se
fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable.
29Que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas la energia le
acrecienta.
30Los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan,
31mientras que a los que esperan en Yahveh él les renovara el vigor,
subiran con alas como de aguilas, correran sin fatigarse y andaran sin
cansarse.
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Isaias 41
1Hacedme silencio, islas, y renueven su fuerza las naciones. Alléguense
y entonces hablaran, reunamonos todos a juicio.
2¿Quién ha suscitado de Oriente a aquel a quien la justicia sale al
paso? ¿Quién le entrega las naciones, y a los reyes abaja? Conviértelos
en polvo su espada, en paja dispersa su arco;
3les persigue, pasa incólume, el sendero con sus pies no toca.
4¿Quién lo realizó y lo hizo? El que llama a las generaciones desde el
principio: yo, Yahveh, el primero, y con los últimos yo mismo.
5Ved, islas, y temed; confines de la tierra, y temblad. Acercaos y
venid.
6El uno ayuda al otro y dice a su colega: «¡Animo!»
7Anima el fundidor al orfebre, el que pule a martillo al que bate en el
yunque, diciendo de la soldadura: «Esta bien.» Y fija el idolo con
clavos para que no se mueva.
8Y tú, Israel, siervo mio, Jacob, a quien elegi, simiente de mi amigo
Abraham;
9que te asi desde los cabos de la tierra, y desde lo mas remoto te
llamé y te dije: «Siervo mio eres tú, te he escogido y no te he
rechazado»:
10No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te
he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra
justiciera.
11¡Oh! Se avergonzaran y confundiran todos los abrasados en ira contra
ti. Seran como nada y pereceran los que buscan querella.
12Los buscaras y no los hallaras a los que disputaban contigo. Seran
como nada y nulidad los que te hacen la guerra.
13Porque yo, Yahveh tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo
quien te digo: «No temas, yo te ayudo.»
14No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo - oraculo de
Yahveh - y tu redentor es el Santo de Israel.
15He aqui que te he convertido en trillo nuevo, de dientes dobles.
Trituraras los montes y los desmenuzaras, y los cerros convertiras en
tamo.
16Los beldaras, y el viento se los llevara, y una rafaga los
dispersara. Y tú te regocijaras en Yahveh, en el Santo de Israel te
gloriaras.
17Los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada. La lengua se
les secó de sed. Yo, Yahveh, les responderé, Yo, Dios de Israel, no los
desampararé.
18Abriré sobre los calveros arroyos y en medio de las barrancas
manantiales. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra arida en
hontanar de aguas.
19Pondré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. Pondré
en la estepa el enebro, el olmo y el ciprés a una,
20de modo que todos vean y sepan, adviertan y consideren que la mano de
Yahveh ha hecho eso, el Santo de Israel lo ha creado.
21«Aducid vuestra defensa - dice Yahveh - allegad vuestras pruebas -
dice el rey de Jacob.
22Alléguense e indiquennos lo que va a suceder. Indicadnos cómo fue lo
pasado, y reflexionaremos; o bien hacednos oir lo venidero para que lo
conozcamos.
23Indicadnos las señales del porvenir, y sabremos que sois dioses. En
suma, haced algún bien o algún mal, para que nos pongamos en guardia y
os temamos.
24¡Oh! Vosotros sois nada, y vuestros hechos, nulidad, lo mejor de
vosotros, abominación.»
25Le he suscitado del norte, y viene, del sol naciente le he llamado
por su nombre. Ha hollado a los satrapas como lodo, como el alfarero
patea el barro.
26¿Quién lo indicó desde el principio, para que se supiese, o desde
antiguo, para que se dijese: «Es justo»? Ni hubo quien lo indicase, ni
hubo quien lo hiciese oir, ni hubo quien oyese vuestras palabras.
27Primicias de Sión: «¡Aqui estan, aqui estan!» envio a Jerusalén la
buena nueva.
28Miré, y no habia nadie; entre éstos no habia consejeros a quienes yo
preguntara y ellos respondieran.
29¡Oh! Todos ellos son nada; nulidad sus obras, viento y vacuidad sus
estatuas.
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Isaias 42
1He aqui mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace
mi alma. He puesto mi espiritu sobre él: dictara ley a las naciones.
2No vociferara ni alzara el tono, y no hara oir en la calle su voz.
3Caña quebrada no partira, y mecha mortecina no apagara. Lealmente hara
justicia;
4no desmayara ni se quebrara hasta implantar en la tierra el derecho, y
su instrucción atenderan las islas.
5Asi dice el Dios Yahveh, el que crea los cielos y los extiende, el que
hace firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al
pueblo que hay en ella, y espiritu a los que por ella andan.
6Yo, Yahveh, te he llamado en justicia, te asi de la mano, te formé, y
te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las
gentes,
7para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la
carcel a los que viven en tinieblas.
8Yo, Yahveh, ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi prez a
los idolos.
9Lo de antes ya ha llegado, y anuncio cosas nuevas; antes que se
produzcan os las hago saber.
10Cantad a Yahveh un cantico nuevo, su loor desde los confines de la
tierra. Que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y sus
habitantes.
11Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las explanadas en que habita
Quedar. Aclamen los habitantes de Petra, desde la cima de los montes
vociferen.
12Den gloria a Yahveh, su loor en las islas publiquen.
13Yahveh como un bravo sale, su furor despierta como el de un guerrero;
grita y vocifera, contra sus enemigos se muestra valeroso.
14«Estaba mudo desde mucho ha, habia ensordecido, me habia reprimido.
Como parturienta grito, resoplo y jadeo entrecortadamente.
15Derribaré montes y cedros, y todo su césped secaré; convertiré los
rios en tierra firme y las lagunas secaré.
16Haré andar a los ciegos por un camino que no conocian, por senderos
que no conocian les encaminaré. Trocaré delante de ellos la tiniebla en
luz, y lo tortuoso en llano. Estas cosas haré, y no las omitiré.»
17Haceos atras, confusos de vergüenza, los que confiais en idolos, los
que decis a la estatua fundida: «Vosotros sois nuestros dioses.»
18¡Sordos, oid! ¡Ciegos, mirad y ved!
19¿Quién esta ciego, sino mi siervo? ¿y quién tan sordo como el
mensajero a quien envio? (¿Quién es tan ciego como el enviado y tan
sordo como el siervo de Yahveh?)
20Por mas que has visto, no has hecho caso; mucho abrir las orejas,
pero no has oido.
21Yahveh se interesa, por causa de su justicia, en engrandecer y dar
lustre a la Ley.
22Pero es un pueblo saqueado y despojado, han sido atrapados en
agujeros todos ellos, y en carceles han sido encerrados. Se les
despojaba y no habia quien salvase; se les depredaba y nadie decia:
«¡Devuelve!»
23¿Quién de vosotros escuchara esto, atendera y hara caso para el
futuro?
24¿Quién entregó al pillaje a Jacob, y a Israel a los saqueadores? ¿No
ha sido Yahveh, contra quien pecamos, rehusamos andar por sus caminos,
y no escuchamos sus instrucciones?
25Vertió sobre él el ardor de su ira, y la violencia de la guerra le
abrasó, por todos lados sin que se apercibiese, le consumió, sin que él
reflexionase.
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Isaias 43
1Ahora, asi dice Yahveh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. «No
temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres
mio.
2Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los rios, no te
anegaran. Si andas por el fuego, no te quemaras, ni la llama prendera
en ti.
3Porque yo soy Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He
puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar
4dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré
la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida.
5No temas, que yo estoy contigo; desde Oriente haré volver tu raza, y
desde Poniente te reuniré.
6Diré al Norte: “Damelos”; y al Sur: “No los retengas”, Traeré a mis
hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la tierra;
7a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria
creé, plasmé e hice.»
8Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene
orejas.
9Congréguense todas las gentes y reúnanse los pueblos. ¿Quién de entre
ellos anuncia eso, y desde antiguo nos lo hace oir? Aduzcan sus
testigos, y que se justifiquen; que se oiga para que se pueda decir:
«Es verdad.»
10Vosotros sois mis testigos - oraculo de Yahveh - y mi siervo a quien
elegi, para que me conozcais y me creais a mi mismo, y entendais que yo
soy: Antes de mi no fue formado otro dios, ni después de mi lo habra.
11Yo, yo soy Yahveh, y fuera de mi no hay salvador.
12Yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre
vosotros ningún extraño. Vosotros sois mis testigos - oraculo de Yahveh
- y yo soy Dios;
13yo lo soy desde siempre, y no hay quien libre de mi mano. Yo lo
tracé, y ¿quién lo revocara?
14Asi dice Yahveh que os ha rescatado, el Santo de Israel. Por vuestra
causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones
de Babilonia, y se volveran en ayes los hurras de los
caldeos
15Yo, Yahveh vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey.
16Asi dice Yahveh, que trazó camino en el mar, y vereda en aguas
impetuosas.
17El que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército; a
una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se
extinguieron.
18¿No os acordais de lo pasado, ni caéis en la cuenta de lo antiguo?
19Pues bien, he aqui que yo lo renuevo: ya esta en marcha, ¿no lo
reconocéis? Si, pongo en el desierto un camino, rios en el paramo.
20Las bestias del campo me daran gloria, los chacales y las avestruces,
pues pondré agua en el desierto (y rios en la soledad) para dar de
beber a mi pueblo elegido.
21El pueblo que yo me he formado contara mis alabanzas.
22Tú no me has invocado, Jacob, porque te has fatigado de mi, Israel.
23No me has traido tus ovejas en holocausto ni me has honrado con tus
sacrificios. No te obligué yo a servirme con oblación ni te he fatigado
a causa del incienso.
24No me has comprado cañas con dinero ni con la grasa de tus
sacrificios me has saciado; hasta me has convertido en siervo con tus
pecados, y me has cansado con tus iniquidades.
25Era yo, yo mismo el que tenia que limpiar tus rebeldias por amor de
mi y no recordar tus pecados.
26Hazmelo recordar y vayamos a juicio juntos, haz tú mismo el recuento
para justificarte.
27Pecó tu primer padre y tus intérpretes se rebelaron contra mi.
28Destituia los principes de mi santuario; por eso entregué a Jacob al
anatema y a Israel a los ultrajes.
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Isaias 44
1Ahora, pues, escucha, Jacob, siervo mio, Israel, a quien yo elegi.
2Asi dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda:
«No temas, siervo mio, Jacob, Yesurún a quien yo elegi.
3Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca.
Derramaré mi espiritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de ti
nazca.
4Creceran como en medio de hierbas, como alamos junto a corrientes de
aguas.
5El uno dira: “Yo soy de Yahveh”, el otro llevara el nombre de Jacob.
Un tercero escribira en su mano: “De Yahveh” y se le llamara Israel.»
6Asi dice Yahveh el rey de Israel, y su redentor, Yahveh Sebaot: «Yo
soy el primero y el último, fuera de mi, no hay ningún dios.
7¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que lo anuncie y argumente
contra mi; desde que fundé un pueblo eterno, cuanto sucede, que lo
diga, y las cosas del futuro, que las revele.
8No tembléis ni temais; ¿no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo?
Vosotros sois testigos; ¿hay otro dios fuera de mi? ¡No hay otra Roca,
yo no la conozco!»
9¡Escultores de idolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus
obras mas estimadas; sus testigos nada ven y nada saben, y por eso
quedaran abochornados.
10¿Quién modela un dios o funde un idolo, sin esperar una ganancia?
11Mas ved que todos sus devotos quedaran abochornados y sus artifices,
que no son mas que hombres; se reuniran todos y compareceran; y
todos temblaran avergonzados.
12El forjador trabaja con los brazos, configura a golpe de martillo,
ejecuta su obra a fuerza de brazo; pasa hambre y se extenúa; no
bebe agua y queda agotado.
13El escultor tallista toma la medida, hace un diseño con el lapiz,
trabaja con la gubia, diseña a compas de puntos y le da figura
varonil y belleza humana, para que habite en un templo.
14Taló un cedro para si, o tomó un roble, o una encima y los dejó
hacerse grandes entre los arboles del bosque; o plantó un cedro
que la lluvia hizo crecer.
15Sirven ellos para que la gente haga fuego. Echan mano de ellos para
calentarse. O encienden lumbre para cocer pan. O hacen un dios, al que
se adora, un idolo para inclinarse ante él.
16Quema uno la mitad y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta
hartarse. También se calienta y dice: «¡ Ah! ¡me caliento mientras
contemplo el resplandor!»
17Y con el resto hace un dios, su idolo, ante el que se inclina, le
adora y le suplica, diciendo: «¡Salvame, pues tú eres mi dios!»
18No saben ni entienden, sus ojos estan pegados y no ven; su corazón no
comprende.
19No reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento para decirse: «He
quemado una mitad, he cocido pan sobre las brasas; he asado carne
y la he comido; y ¡voy a hacer con lo restante algo abominable! ¡voy a
inclinarme ante un trozo de madera!
20A quien se apega a la ceniza, su corazón engañado le extravia. No
salvara su vida. Nunca dira: «¿Acaso lo que tengo en la mano es
engañoso?»
21Recuerda esto, Jacob, y que eres mi siervo, Israel. ¡Yo te he
formado, tú eres mi siervo, Israel, yo no te olvido!
22He disipado como una nube tus rebeldias, como un nublado tus pecados.
¡Vuélvete a mi, pues te he rescatado!
23¡Gritad, cielos, de júbilo, porque Yahveh lo ha hecho! ¡Clamad,
profundidades de la tierra! ¡Lanzad gritos de júbilo, montañas, y
bosque con todo su arbolado, pues Yahveh ha rescatado a Jacob y
manifiesta su gloria en Israel!
24Asi dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno. Yo,
Yahveh, lo he hecho todo, yo, solo, extendi los cielos, yo asenté la
tierra, sin ayuda alguna.
25Yo hago que fallen las señales de los magos y que deliren los
adivinos; hago retroceder a los sabios y convierto su ciencia en
necedad.
26Yo confirmo la palabra de mi siervo y hago que triunfe el proyecto de
mis mensajeros. Yo digo a Jerusalén: «Seras habitada», y a las ciudades
de Juda: «Seréis reconstruidas.» ¡Yo levantaré sus ruinas!
27Yo digo al abismo: «¡Sécate! Yo desecaré tus rios.»
28Yo soy el que dice a Ciro: «Tú eres mi pastor y daras cumplimiento a
todos mis deseos, cuando digas de Jerusalén: “Que sea reconstruida” y
del santuario: “¡Echa los cimientos!”»
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Isaias 45
1Asi dice Yahveh a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para
someter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes,
para abrir ante él los batientes de modo que no queden cerradas las
puertas.
2Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes. Quebraré los
batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro.
3Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas
que yo soy Yahveh, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre.
4A causa de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por
tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me conozcas.
5Yo soy Yahveh, no hay ningún otro; fuera de mi ningún dios existe. Yo
te he ceñido, sin que tú me conozcas,
6para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es
nada fuera de mi. Yo soy Yahveh, no ningún otro;
7yo modelo la luz y creo la tiniebla, yo hago la dicha y creo la
desgracia, yo soy Yahveh, el que hago todo esto.
8Destilad, cielos, como rocio de lo alto, derramad, nubes, la victoria.
Abrase la tierra y produzca salvación, y germine juntamente la
justicia. Yo, Yahveh, lo he creado.
9¡Ay de quien litiga con el que la ha modelado, la vasija entre las
vasijas de barro! ¿Dice la arcilla al que la modela: «¿Qué haces tú?»,
y «¿Tu obra no esta hecha con destreza?»
10¡Ay del que dice a su padre!: «¿Qué has engendrado?» y a su madre:
«¿Qué has dado a luz?»
11Asi dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: «¿Vais a pedirme
señales acerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de mis
manos?
12Yo hice la tierra y creé al hombre en ella. Yo extendi los cielos con
mis manos y doy órdenes a todo su ejército.
13Yo le he suscitado para la victoria y he allanado todos sus caminos.
El reconstruira mi ciudad y enviara a mis deportados sin rescate y sin
recompensa», dice Yahveh Sebaot.
14Asi dice Yahveh: Los productos de Egipto, el comercio de Kus y los
sebaitas, de elevada estatura, vendran a ti y tuyos seran. Iran detras
de ti, encadenados, ante ti se postraran, y te suplicaran: «Sólo en ti
hay Dios, no hay ningún otro, no hay mas dioses.»
15De cierto que tú eres un dios oculto, el Dios de Israel, salvador.
16Quedaran abochornados, afrentados, marcharan con ignominia los
fabricadores de idolos.
17Israel sera salvado por Yahveh, con salvación perpetua. No quedaréis
abochornados ni afrentados nunca jamas.
18Pues asi dice Yahveh, creador de los cielos, él, que es Dios,
plasmador de la tierra y su hacedor, él, que la ha fundamentado, y no
la creó caótica, sino que para ser habitada la plasmó: «Yo soy Yahveh,
no existe ningún otro.
19No he hablado en oculto ni en lugar tenebroso. No he dicho al linaje
de Jacob: Buscadme en el caos. Yo soy Yahveh, que digo lo que es justo
y anuncio lo que es recto.»
20Reunios y venid, acercaos todos, supervivientes de las naciones. No
saben nada los que llevan sus idolos de madera, los que suplican a un
dios que no puede salvar.
21Exponed, aducid vuestras pruebas, deliberad todos juntos: «¿Quién
hizo oir esto desde antiguo y lo anunció hace tiempo? ¿No he sido yo
Yahveh? No hay otro dios, fuera de mi. Dios justo y salvador, no hay
otro fuera de mi.
22Volveos a mi y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo
soy Dios, no existe ningún otro.
23Yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no sera
vana: Que ante mi se doblara toda rodilla y toda lengua jurara
24diciendo: ¡Sólo en Yahveh hay victoria y fuerza! A él se volveran
abochornados todos los que se inflamaban contra él.
25Por Yahveh triunfara y sera gloriosa toda la raza de Israel.
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Isaias 46
1Bel se desploma, Nebó se derrumba, sus idolos van sobre animales y
bestias de carga; llevados como fardos sobre un animal desfallecido.
2Se derrumbaron, se desplomaron todos, no pudieron salvar la carga;
ellos mismos van cautivos.
3Escuchadme, casa de Jacob, y todos los supervivientes de la casa de
Israel, los que habéis sido transportados desde el seno, llevados desde
el vientre materno.
4Hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, hasta que se os vuelva el pelo
blanco, yo os llevaré. Ya lo tengo hecho, yo me encargaré, yo me
encargo de ello, yo os salvaré.
5¿A quién me podréis asemejar o comparar? ¿A quién me asemejaréis para
que seamos parecidos?
6Sacan el oro de sus bolsas, pesan la plata en la balanza, y pagan a un
orfebre para que les haga un dios, al que adoran y ante el cual se
postran.
7Se lo cargan al hombro y lo transportan, lo colocan en su sitio y alli
se queda. No se mueve de su lugar. Hasta llegan a invocarle, mas no
responde, no salva de la angustia.
8Recordad esto y sed hombres, tened seso, rebeldes,
9recordad lo pasado desde antiguo, pues yo soy Dios y no hay ningún
otro, yo soy Dios, no hay otro como yo.
10Yo anuncio desde el principio lo que viene después y desde el
comienzo lo que aún no ha sucedido. Yo digo: Mis planes se realizaran y
todos mis deseos llevaré a cabo.
11Yo llamo del Oriente un ave rapaz de un pais lejano al hombre en
quien pensé. Tal como lo he dicho, asi se cumplira; como lo he
planeado, asi lo haré.
12Escuchadme vosotros, los que habéis perdido el corazón, los que
estais alejados de lo justo.
13Yo hago acercarse mi victoria, no esta lejos, mi salvación no
tardara. Pondré salvación en Sión, mi prez sera para Israel.
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Isaias 47
1Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel! ¡Siéntate en
tierra, destronada, hija de los caldeos! Ya no se te volvera a llamar
la dulce, la exquisita.
2Toma el molino y muele la harina. Despójate de tu velo, descubre la
cola de tu vestido, desnuda tus piernas y vadea los rios.
3Descubre tu desnudez y se vean tus vergüenzas. Voy a vengarme y nadie
intervendra.
4Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, el Santo de Israel,
dice:
5Siéntate en silencio y entra en la tiniebla, hija de los caldeos, que
ya no se te volvera a llamar señora de reinos.
6Irritado estaba yo contra mi pueblo, habia profanado mi heredad y en
tus manos los habia entregado; pero tú no tuviste piedad de ellos;
hiciste caer pesadamente tu yugo sobre el anciano.
7Tú decias: «Seré por siempre la señora eterna.» No has meditado esto
en tu corazón no te has acordado de su fin.
8Pero ahora, voluptuosa, escucha esto, tú que te sientas en seguro y te
dices en tu corazón: «¡Yo, y nadie mas! No seré viuda, ni sabré lo que
es carecer de hijos.»
9Estas dos desgracias vendran sobre ti en un instante, en el mismo dia.
Carencia de hijos y viudez caeran súbitamente sobre ti, a pesar de tus
numerosas hechicerias y del poder de tus muchos sortilegios.
10Te sentias segura en tu maldad, te decias: «Nadie me ve.» Tu
sabiduria y tu misma ciencia te han desviado. Dijiste en tu corazón:
«¡Yo, y nadie mas!»
11Vendra sobre ti una desgracia que no sabras conjurar; caera sobre ti
un desastre que no podras evitar. Vendra sobre ti súbitamente una
devastación que no sospechas.
12¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerias con que
te fatigas desde tu juventud! ¿Te podran servir de algo? ¿Acaso haras
temblar?
13Te has cansado de tus planes. Que se presenten, pues, y que te salven
los que describen los cielos, los que observan las estrellas y hacen
saber, en cada mes, lo que te sucedera.
14Mira, ellos seran como tamo que el fuego quemara. No libraran sus
vidas del poder de las llamas. No seran brasas para el pan ni llama
ante la cual sentarse.
15Eso seran para ti tus hechiceros por los que te has fatigado desde tu
juventud. Cada uno errara por su camino, y no habra quien te salve.
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Isaias 48
1Escucha esto, casa de Jacob, los que llevais el nombre de Israel, los
que habéis salido de las aguas de Juda. Los que jurais por el nombre de
Yahveh, los que invocais al Dios de Israel, mas no según verdad y
justicia.
2Porque llevais el nombre de la ciudad santa y os apoyais en el Dios de
Israel, cuyo nombre es Yahveh Sebaot.
3Yo anuncié desde hace tiempo las cosas pasadas, salieron de mi boca y
las di a conocer; de pronto, las hice y se cumplieron.
4Yo sabia que tú eres obstinado, que es tu cerviz una barra de hierro y
tu frente de bronce.
5Por eso te anuncié las cosas hace tiempo y antes que ocurrieran te las
di a conocer, no sea que dijeras: «Las hizo mi idolo, mi estatua, mi
imagen fundida lo ordenó.»
6Tú has oido todo esto, ¿no vas a admitirlo? Ahora te hago saber cosas
nuevas, secretas, no sabidas,
7que han sido creadas ahora, no hace tiempo, de las que hasta ahora
nada oiste, para que no puedas decir: «Ya lo sabia.»
8Ni las oiste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oido,
pues sé muy bien que tú eres pérfido y se te llama
rebelde desde el seno materno.
9Por amor de mi nombre retardé mi cólera, a causa de mi alabanza
me contuve para no arrancarte.
10Mira que te he apurado, y no habia en ti plata, te he probado en el
crisol de la desgracia.
11Por mi, por mi, lo hago, pues ¿cómo mi nombre seria profanado? No
cederé a otro mi gloria.
12Escúchame, Jacob, Israel, a quien llamé: Yo soy, yo soy el primero y
también soy el último.
13Si, es mi mano la que fundamentó la tierra y mi diestra la que
extendió los cielos. Yo los llamo y todos se presentan.
14Reunios todos y escuchad: ¿Quién de entre ellos anunció estas cosas?
«Mi amigo cumplira mi deseo contra Babilonia y la raza de los caldeos.»
15Yo mismo le he hablado, le he llamado, le he hecho que venga y
triunfe en sus empresas.
16Acercaos a mi y escuchad esto: Desde el principio no he hablado en
oculto, desde que sucedió estoy yo alli. Y ahora el Señor Yahveh me
envia con su espiritu.
17Asi dice Yahveh, tu redentor, el Santo de Israel. Yo, Yahveh, tu
Dios, te instruyo en lo que es provechoso y te marco el camino por
donde debes ir.
18¡Si hubieras atendido a mis mandatos, tu dicha habria sido como un
rio y tu victoria como las olas del mar!
19¡Tu raza seria como la arena los salidos de ti como sus granos!
¡Nunca habria sido arrancado ni borrado de mi presencia su nombre!
20¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! ¡Anunciad con voz de
júbilo, hacedlo saber, proclamad hasta el extremo de la tierra, decid:
Yahveh ha rescatado a su siervo Jacob!
21No padecieron sed en los sequedales a donde los llevó; hizo brotar
para ellos agua de la roca. Rompió la roca y corrieron las aguas.
22No hay paz para los malvados, dice Yahveh.
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Isaias 49
1¡Oidme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno
me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.
2Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió;
hizome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.
3Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
4Pues yo decia: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi
vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios
de mi trabajo?»
5Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno para
siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que
Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios
era mi fuerza.
6«Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob,
y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de
las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de
la tierra.»
7Asi dice Yahveh, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya
vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al
esclavo de los dominadores: Veranlo reyes y se pondran en pie,
principes y se postraran por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de
Israel, que te ha elegido.
8Asi dice Yahveh: En tiempo favorable te escucharé, y en dia nefasto te
asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para
levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas,
9para decir a los presos: «Salid», y a los que estan en tinieblas:
«Mostraos». Por los caminos paceran y en todos los calveros tendran
pasto.
10No tendran hambre ni sed, ni les dara el bochorno ni el sol, pues el
que tiene piedad de ellos los conducira, y a manantiales de agua los
guiara.
11Convertiré todos mis montes en caminos, y mis calzadas seran
levantadas.
12Mira: Estos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y
aquéllos de la tierra de Sinim.
13¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos
de alegria, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha
compadecido.
14Pero dice Sión: «Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado.»
15- ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del
hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te
olvido.
16Miralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros estan
ante mi perpetuamente.
17Apresúrense los que te reedifican, y salgan de ti los que te
arruinaron y demolieron.
18Alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han
venido a ti. ¡Por mi vida! - oraculo de Yahveh - que con todos ellos
como con velo nupcial te vestiras, y te ceñiras con
ellos como una novia.
19Porque tus ruinas y desolaciones y tu tierra arrasada van a ser ahora
demasiado estrechas para tanto morador, y se habran
alejado tus devoradores.
20Todavia te diran al oido los hijos de que fuiste privada: «El lugar
es estrecho para mi, Cédeme sitio para alojarme.»
21Y diras para ti misma: «¿Quién me ha dado a luz éstos? Pues yo habia
quedado sin hijos y estéril, desterrada y aparte, y a éstos ¿quién los
crió? He aqui que yo habia quedado sola, pues éstos ¿dónde estaban?»
22Asi dice el Señor Yahveh: He aqui que yo voy a alzar hacia las gentes
de mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera; traeran a
tus hijos en brazos, y tus hijas seran llevadas a hombros.
23Reyes seran tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. Rostro en
tierra se postraran ante ti, y el polvo de tus pies lameran. Y sabras
que yo soy Yahveh; no se avergonzaran los que en mi esperan.
24¿Se arrebata al valiente la presa, o se escapa el prisionero del
guerrero?
25Pues asi dice Yahveh: Si, al valiente se le quitara el prisionero, y
la presa del guerrero se le escapara; con tus litigantes yo litigaré, y
a tus hijos yo salvaré.
26Haré comer a tus opresores su propia carne, como con vino nuevo, con
su sangre se embriagaran. Y sabra todo el mundo que yo, Yahveh, soy el
que te salva, y el que te rescata, el Fuerte de Jacob.
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Isaias 50
1Asi dice Yahveh: ¿Dónde esta esa carta de divorcio de vuestra madre a
quien repudié? o ¿a cual de mis acreedores os vendi? Mirad que por
vuestras culpas fuisteis vendidos, y por vuestras rebeldias fue
repudiada vuestra madre.
2¿Por qué cuando he venido no habia nadie, cuando he llamado no hubo
quien respondiera? ¿Acaso se ha vuelto mi mano demasiado corta
para rescatar o quiza no habra en mi vigor para
salvar? He aqui que con un gesto seco el mar, convierto los rios en
desierto; quedan en seco sus peces por falta de agua y mueren de sed.
3Yo visto los cielos de crespón y los cubro de sayal.
4El Señor Yahveh me ha dado lengua de discipulo, para que haga saber al
cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oido,
para escuchar como los discipulos;
5el Señor Yahveh me ha abierto el oido. Y yo no me resisti, ni me hice
atras.
6Ofreci mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que
mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos.
7Pues que Yahveh habria de ayudarme para que no fuese insultado, por
eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaria
avergonzado.
8Cerca esta el que me justifica: ¿quién disputara conmigo?
Presentémonos juntos: ¿quién es mi demandante? ¡que se llegue a mi!
9He aqui que el Señor Yahveh me ayuda: ¿quién me condenara? Pues todos
ellos como un vestido se gastaran, la polilla se los comera.
10El que de entre vosotros tema a Yahveh oiga la voz de su Siervo. El
que anda a oscuras y carece de claridad confie en el nombre de Yahveh y
apóyese en su Dios.
11¡Oh vosotros, todos los que encendéis fuego, los que soplais las
brasas! Id a la lumbre de vuestro propio fuego y a las brasas que
habéis encendido. Esto os vendra de mi mano: en tormento yaceréis.
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Isaias 51
1Prestadme oido, seguidores de lo justo, los que buscais a Yahveh.
Reparad en la peña de donde fuisteis tallados, y en la cavidad de pozo
de donde fuisteis excavados.
2Reparad en Abraham vuestro padre, y en Sara, que os dio a luz; pues
uno solo era cuando le llamé, pero le bendije y le multipliqué.
3Cuando haya consolado Yahveh a Sión, haya consolado todas sus ruinas y
haya trocado el desierto en Edén y la estepa en Paraiso de Yahveh,
regocijo y alegria se encontraran en ella, alabanza y son de canciones.
4Préstame atención, pueblo mio, mi nación, escúchame; que una
instrucción saldra de mi, y juicio mio para luz de las naciones.
Inminente,
5cercana esta mi justicia, saldra mi liberación, y mis brazos juzgaran
a los pueblos. Las islas esperan en mi y cuentan con mi brazo.
6Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues
los cielos como humareda se disiparan, la tierra como un vestido se
gastara y sus moradores como el mosquito moriran. Pero mi salvación por
siempre sera, y mi justicia se mantendra intacta.
7Prestadme oido, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley. No
temais las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis;
8pues como un vestido se los comera la polilla, y como lana los comera
la tiña. Pero mi justicia por siempre sera, y mi salvación por
generaciones de generaciones.
9¡Despierta, despierta, revistete de poderio, oh brazo de Yahveh!
¡Despierta como en los dias de antaño, en las generaciones pasadas! ¿No
eres tú el que partió a Rahab, el que atravesó al Dragón?
10¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que
trocó las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados?
11Los redimidos de Yahveh volveran, entraran en Sión entre
aclamaciones, y habra alegria eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y
alegria les acompañaran! ¡Adiós, el penar y suspiros!
12Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú, que tienes miedo del mortal
y del hijo del hombre, al heno equiparado?
13Olvidas a Yahveh, tu hacedor, el que extendió los cielos y cimentó la
tierra; y te estas despavorido todo a lo largo del dia ante la furia
del opresor, en cuanto se aplica a destruir. Pues ¿dónde esta esa furia
del opresor?
14Pronto saldra libre el que esta en la carcel, no morira en la hoya,
no le faltara el pan.
15Yo soy Yahveh tu Dios, que agito el mar y hago bramar sus olas;
Yahveh Sebaot es mi nombre.
16Yo he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a la sombra de
mi mano, cuando extendia los cielos y cimentaba la tierra, diciendo a
Sión: «Mi pueblo eres tú.»
17¡Despierta, despierta! ¡Levantate, Jerusalén! Tú, que has bebido de
mano de Yahveh la copa de su ira. El caliz del vértigo has bebido hasta
vaciarlo.
18No hay quien la guie de entre todos los hijos que ha dado a luz, no
hay quien la tome de la mano de entre todos los hijos que ha criado.
19Estas dos cosas te han acaecido - ¿quién te conduele? - saqueo y
quebranto, hambre y espada - ¿quién te consuela? -
20Tus hijos desfallecen, yacen, en la esquina de todas las calles como
antilope en la red, llenos de la ira de Yahveh, de la amenaza de tu
Dios.
21Por eso, escucha esto, pobrecilla, ebria, pero no de vino.
22Asi dice tu Señor Yahveh, tu Dios, defensor de tu pueblo. Mira que yo
te quito de la mano la copa del vértigo, el caliz de mi ira; ya no
tendras que seguir bebiéndolo.
23Yo lo pondré en la mano de los que te afligian, de los que a ti misma
te decian: «Póstrate para que pasemos», y tú pusiste tu espalda como
suelo y como calle de los que pasaban.
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Isaias 52
1¡Despierta, despierta! ¡Revistete de tu fortaleza, Sión! ¡Vistete tus
ropas de gala, Jerusalén, Ciudad Santa! Porque no volveran a entrar en
ti incircuncisos ni impuros.
2Sacúdete el polvo, levantate, cautiva Jerusalén, Librate de las
ligaduras de tu cerviz, cautiva hija de Sión.
3Porque asi dice Yahveh: De balde fuisteis vendidos, y sin plata seréis
rescatados.
4Si, asi dice el Señor Yahveh: A Egipto bajó mi pueblo en un principio,
a ser forastero alli, y luego Asiria le oprimió sin
motivo.
5Y ahora, ¿qué voy a hacer aqui - oraculo de Yahveh - pues mi pueblo ha
sido arrebatado sin motivo? Sus dominadores profieren gritos - oraculo
de Yahveh - y todo a lo largo del dia mi nombre es blasfemado.
6Por eso mi pueblo conocera mi nombre en aquel dia y comprendera que yo
soy el que decia: «Aqui estoy.»
7¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia
la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión:
«Ya reina tu Dios!»
8¡Una voz! Tus vigias alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque
con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión.
9Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque
ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.
10Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones,
y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.
11¡Apartaos, apartaos, salid de alli! ¡Cosa impura no toquéis! ¡Salid
de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de Yahveh!
12Pues sin prisa habréis de salir, no iréis a la desbandada, que va al
frente de vosotros Yahveh, y os cierra la retaguardia el Dios de Israel.
13He aqui que prosperara mi Siervo, sera enaltecido, levantado y
ensalzado sobremanera.
14Asi como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenia el
aspecto que no parecia hombre, ni su apariencia era
humana -
15otro tanto se admiraran muchas naciones; ante él cerraran los reyes
la boca, pues lo que nunca se les contó veran, y lo que nunca oyeron
reconoceran.
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Isaias 53
1¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se
le reveló?
2Creció como un retoño delante de él, como raiz de tierra arida. No
tenia apariencia ni presencia; (le vimos) y no tenia aspecto que
pudiésemos estimar.
3Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de
dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no
le tuvimos en cuenta.
4¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros
dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de
Dios y humillado.
5El ha sido herido por nuestras rebeldias, molido por nuestras culpas.
El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos
sido curados.
6Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y
Yahveh descargó sobre él la culpa de todos nosotros.
7Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al
degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan esta
muda, tampoco él abrió la boca.
8Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporaneos, ¿quién
se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldias
de su pueblo ha sido herido;
9y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba,
por mas que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca.
10Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a si mismo en
expiación, vera descendencia, alargara sus dias, y lo que plazca a
Yahveh se cumplira por su mano.
11Por las fatigas de su alma, vera luz, se saciara. Por su conocimiento
justificara mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportara.
12Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartira
despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes
fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los
rebeldes.
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Isaias 54
1Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y
alegria, la que no ha tenido los dolores; que mas son
los hijos de la abandonada, que los hijos de la casada, dice Yahveh.
2Ensancha el espacio de tu tienda las cortinas extiende, no te
detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura;
3porque a derecha e izquierda te expandiras, tu prole heredara naciones
y ciudades desoladas poblaran.
4No temas, que no te avergonzaras, ni te sonrojes, que no quedaras
confundida, pues la vergüenza de tu mocedad olvidaras, y la afrenta de
tu viudez no recordaras jamas.
5Porque tu esposo es tu Hacedor, Yahveh Sebaot es su nombre; y el que
te rescata, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.
6Porque como a mujer abandonada y de contristado espiritu, te llamó
Yahveh; y la mujer de la juventud ¿es repudiada? - dice tu Dios.
7Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te
recogeré.
8En un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, pero con
amor eterno te he compadecido - dice Yahveh tu Redentor.
9Sera para mi como en tiempos de Noé: como juré que no pasarian las
aguas de Noé mas sobre la tierra, asi he jurado que no me irritaré mas
contra ti ni te amenazaré.
10Porque los montes se correran y las colinas se moveran, mas mi amor
de tu lado no se apartara y mi alianza de paz no se movera - dice
Yahveh, que tiene compasión de ti.
11Pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo
asiento en carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros.
12Haré de rubi tus baluartes, tus puertas de piedras de cuarzo y todo
tu término de piedras preciosas.
13Todos tus hijos seran discipulos de Yahveh, y sera grande la dicha de
tus hijos.
14En justicia seras consolidada. Manténte lejos de la opresión, pues ya
no temeras, y del terror, pues no se acercara a ti.
15Si alguien te ataca, no sera de parte mia; quienquiera que te ataque,
contra ti se estrellara.
16He aqui que yo he creado al herrero, que sopla en el fuego las brasas
y saca los instrumentos para su trabajo.
17Yo he creado al destructor para aniquilar. Ningún arma forjada contra
ti tendra éxito, e impugnaras a toda lengua que se levante a juicio
contigo. Tal sera la heredad de los siervos de Yahveh y las victorias
que alcanzaran por mi - oraculo de Yahveh -.
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Isaias 55
1¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata,
venid, comprad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche!
2¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que
no sacia? Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo
sustancioso.
3Aplicad el oido y acudid a mi, oid y vivira vuestra alma. Pues voy a
firmar con vosotros una alianza eterna: las amorosas y fieles promesas
hechas a David.
4Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y
legislador de las naciones.
5Mira que a un pueblo que no conocias has de convocar, y un pueblo que
no te conocia, a ti correra por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo
de Israel, porque te ha honrado.
6Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras esta
cercano.
7Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase
a Yahveh, que tendra compasión de él, a nuestro Dios, que sera grande
en perdonar.
8Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos son mis caminos - oraculo de Yahveh -.
9Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, asi aventajan mis
caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.
10Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven alla,
sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que
dé simiente al sembrador y pan para comer,
11asi sera mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornara a mi de
vacio, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a
que la envié.
12Si, con alegria saldréis, y en paz seréis traidos. Los montes y las
colinas romperan ante vosotros en gritos de júbilo, y todos los arboles
del campo batiran palmas.
13En lugar del espino crecera el ciprés, en lugar de la ortiga crecera
el mirto. Sera para renombre de Yahveh, para señal eterna que no sera
borrada.
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Isaias 56
1Asi dice Yahveh: Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi
salvación esta para llegar y mi justicia para manifestarse.
2Dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello,
guardandose de profanar el sabado, guardando su mano de hacer
nada malo.
3Que el extranjero que se adhiera a Yahveh, no diga: «¡De cierto que
Yahveh me separara de su pueblo!» No diga el eunuco: «Soy un arbol
seco.»
4Pues asi dice Yahveh: Respecto a los eunucos que guardan mis sabados y
eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza,
5yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que
hijos e hijas; nombre eterno les daré que no sera borrado.
6En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahveh para su ministerio,
para amar el nombre de Yahveh, y para ser sus siervos, a todo
aquel que guarda el sabado sin profanarle y a los que se mantienen
firmes en mi alianza,
7yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración.
Sus holocaustos y sacrificios seran gratos sobre mi altar. Porque mi
Casa sera llamada Casa de oración para todos los pueblos.
8Oraculo del Señor Yahveh que reúne a los dispersos de Israel. A los ya
reunidos todavia añadiré otros.
9Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque.
10Sus vigias son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos, no
pueden ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir.
11Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben
entender. Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último,
busca su provecho
12«Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el dia
de mañana sera como el de hoy, o muchisimo mejor.»
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Isaias 57
1El justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son
arrebatados, y no hay quien lo considere. Cuando ante la desgracia es
arrebatado el justo,
2se va en paz. ¡Descansen en sus lechos todos los que anduvieron en
camino recto!
3Pero vosotros venid aca, hijos de hechicera, raza adúltera que te
prostituyes:
4¿De quién os mofais? ¿Contra quién abris la boca y sacais la lengua?
¿No sois vosotros engendros de pecado, prole bastarda?
5Los que entrais en calor entre terebintos, bajo cualquier arbol
frondoso, degolladores de niños en las torrenteras, debajo de los
resquicios de las peñas.
6En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te
toquen en suerte! Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste
oblación. ¿Acaso con estas cosas me voy a aplacar?
7Sobre montaña alta y empinada pusiste tu lecho. Hasta alli subiste a
hacer el sacrificio.
8Detras de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial. Si, te
desnudaste, subiste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste.
Llegaste a un acuerdo con aquellos con quienes te plugo acostarte,
mirando el monumento.
9Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas.
Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol.
10De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: «Me rindo.» Hallaste el
vigor de tu mano, y asi no quedaste debilitada.
11Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste
embustera, y de mi no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No es que
porque me callé desde siempre, a mi no me temiste?
12Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharan.
13Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos
ellos los llevara el viento, los arrebatara el aire. Pero aquel que se
ampare en mi poseera la tierra y heredara mi monte santo.
14Entonces se dira: Reparad, reparad, abrid camino, quitad los
obstaculos del camino de mi pueblo.
15Que asi dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo
nombre es Santo. «En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con
el humillado y abatido de espiritu, para avivar el
espiritu de los abatidos, para avivar el animo de los humillados.
16Pues no disputaré por siempre ni estaré eternamente enojado, pues
entonces el espiritu ante mi desmayaria y las almas que yo he creado.
17Por culpa de su codicia me enojé y le heri, ocultandome en mi enojo.
Pero el rebelde seguia su capricho.
18Sus caminos vi. Yo le curaré y le guiaré, y le daré animos a él y a
los que con él lloraban,
19poniendo alabanza en los labios: ¡Paz, paz al de lejos y al de cerca!
- dice Yahveh -. Yo le curaré.»
20Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas
lanzan cieno y lodo.
21«No hay paz para los malvados» - dice mi Dios
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Isaias 58
1Clama a voz en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y
denuncia a mi pueblo su rebeldia y a la casa de Jacob sus pecados.
2A mi me buscan dia a dia y les agrada conocer mis caminos, como si
fueran gente que la virtud practica y el rito de su Dios no hubiesen
abandonado. Me preguntan por las leyes justas, la vecindad de su Dios
les agrada.
3- ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si tú
no lo sabes? - Es que el dia en que ayunabais, buscabais
vuestro negocio y explotabais a todos vuestros
trabajadores.
4Es que ayunais para litigio y pleito y para dar de puñetazos a
malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oir en las alturas vuestra
voz.
5¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el dia en que se humilla el
hombre? ¿Habia que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza
estarse echado? ¿A eso llamais ayuno y dia grato a Yahveh?
6¿No sera mas bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos
de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los
quebrantados, y arrancar todo yugo?
7¿No sera partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir
en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no
te apartes?
8Entonces brotara tu luz como la aurora, y tu herida se curara
rapidamente. Te precedera tu justicia, la gloria de Yahveh te seguira.
9Entonces clamaras, y Yahveh te respondera, pediras socorro, y dira:
«Aqui estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no
hablas maldad,
10repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada,
resplandecera en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti sera como
mediodia.
11Te guiara Yahveh de continuo, hartara en los sequedales tu alma, dara
vigor a tus huesos, y seras como huerto regado, o como manantial cuyas
aguas nunca faltan.
12Reedificaran, de ti, tus ruinas antiguas, levantaras los cimientos de
pasadas generaciones, se te llamara Reparador de brechas, y Restaurador
de senderos frecuentados.
13Si apartas del sabado tu pie, de hacer tu negocio en el dia santo, y
llamas al sabado «Delicia», al dia santo de Yahveh «Honorable», y lo
honras evitando tus viajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos,
14entonces te deleitaras en Yahveh, y yo te haré cabalgar sobre los
altozanos de la tierra. Te alimentaré con la heredad
de Jacob tu padre; porque la boca de Yahveh ha hablado.
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Isaias 59
1Mirad, no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, ni es duro
su oido para oir,
2sino que vuestras faltas os separaron a vosotros de vuestro Dios, y
vuestros pecados le hicieron esconder su rostro de
vosotros para no oir.
3Porque vuestras manos estan manchadas de sangre y vuestros dedos de
culpa, vuestros labios hablan falsedad y vuestra lengua habla perfidia.
4No hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad. Se
confian en la nada y hablan falsedad, conciben malicia y dan a luz
iniquidad.
5Hacen que rompan su cascarón las viboras y tejen telas de araña; el
que come de sus huevos muere, y si son aplastados sale una vibora.
6Sus hilos no sirven para vestido ni con sus tejidos se pueden cubrir.
Sus obras son obras inicuas y acciones violentas hay en sus manos.
7Sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre inocente. Sus
proyectos son proyectos inicuos, destrucción y quebranto en sus
caminos.
8Camino de paz no conocen, y derecho no hay en sus pasos. Tuercen sus
caminos para provecho propio, ninguno de los que por ellos pasan conoce
la paz.
9Por eso se alejó de nosotros el derecho y no nos alcanzó la justicia.
Esperabamos la luz, y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en
oscuridad.
10Palpamos la pared como los ciegos y como los que no tienen ojos
vacilamos. Tropezamos al mediodia como si fuera al anochecer, y
habitamos entre los sanos como los muertos.
11Todos nosotros gruñimos como osos y zureamos sin cesar como palomas.
Esperamos el derecho y no hubo, la salvación, y se alejó de nosotros.
12Porque fueron muchas nuestras rebeldias delante de ti, y nuestros
pecados testifican contra nosotros, pues nuestras rebeldias nos
acompañan y conocemos nuestras culpas:
13rebelarse y renegar de Yahveh, apartarse de seguir a nuestro Dios,
hablar de opresión y revueltas, concebir y musitar en el corazón
palabras engañosas.
14Porque ha sido rechazado el juicio y la justicia queda lejos. Porque
la verdad en la plaza ha tropezado y la rectitud no puede entrar.
15La verdad se echa en falta y el que se aparta del mal es despojado.
Lo vio Yahveh y pareció mal a sus ojos que no hubiera derecho.
16Vio que no habia nadie y se maravilló de que no hubiera intercesor.
Entonces le salvó su brazo y su justicia le sostuvo.
17Se puso la justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza.
Se puso como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un
manto.
18Según los merecimientos asi pagara: ira para sus opresores y
represalia para sus enemigos.Dara a las islas su merecido.
19Temeran desde Occidente el nombre de Yahveh y desde el Oriente veran
su gloria, pues vendra como un torrente encajonado contra el que
irrumpe con fuerza el soplo de Yahveh.
20Vendra a Sión para rescatar, a aquellos de Jacob que se conviertan de
su rebeldia. - Oraculo de Yahveh -.
21Cuanto a mi, esta es la alianza con ellos, dice Yahveh. Mi espiritu
que ha venido sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios
no caeran de tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de
la descendencia de tu descendencia, dice Yahveh, desde ahora y para
siempre.
INICIO
Isaias 60
1¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh
sobre ti ha amanecido!
2Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los
pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece.
3Caminaran las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
alborada.
4Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus
hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos.
5Tú entonces al verlo te pondras radiante, se estremecera y se
ensanchara tu corazón, porque vendran a ti los tesoros del mar, las
riquezas de las naciones vendran a ti.
6Un sin fin de camellos te cubrira, jóvenes dromedarios de Madian y
Efa. Todos ellos de Saba vienen portadores de oro e incienso y
pregonando alabanzas a Yahveh.
7Todas las ovejas de Quedar se apiñaran junto a ti, los machos cabrios
de Nebayot estaran a tu servicio. Subiran en holocausto agradable a mi
altar, y mi hermosa Casa hermosearé aún mas.
8¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como palomas a sus palomares?
9Los barcos se juntan para mi, los navios de Tarsis en cabeza, para
traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre
de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea.
10Hijos de extranjeros construiran tus muros, y sus reyes se pondran a
tu servicio, porque en mi cólera te heri, pero en mi benevolencia he
tenido compasión de ti.
11Abiertas estaran tus puertas de continuo; ni de dia ni de noche se
cerraran, para dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, traidas
por sus reyes.
12Pues la nación y el reino que no se sometan a ti pereceran, esas
naciones seran arruinadas por completo.
13La gloria del Libano vendra a ti, el ciprés, el olmo y el boj a una,
a embellecer mi Lugar Santo y honrar el lugar donde mis pies reposan.
14Acudiran a ti encorvados los hijos de los que te humillaban, se
postraran a tus pies todos los que te menospreciaban,
y te llamaran la Ciudad de Yahveh, la Sión del Santo de Israel.
15En vez de estar tú abandonada, aborrecida y sin viandantes, yo te
convertiré en lozania eterna, gozo de siglos y siglos.
16Te nutriras con la leche de las naciones, con las riquezas de los
reyes seras amamantada, y sabras que yo soy Yahveh tu Salvador, y el
que rescata, el Fuerte de Jacob.
17En vez de bronce traeré oro, en vez de hierro traeré plata, en vez de
madera, bronce, y en vez de piedras, hierro. Te pondré como gobernantes
la Paz, y por gobierno la Justicia.
18No se oira mas hablar de violencia en tu tierra, ni de despojo o
quebranto en tus fronteras, antes llamaras a tus murallas «Salvación» y
a tus puertas «Alabanza».
19No sera para ti ya nunca mas el sol luz del dia, ni el resplandor de
la luna te alumbrara de noche, sino que tendras a Yahveh por luz
eterna, y a tu Dios por tu hermosura.
20No se pondra jamas tu sol, ni tu luna menguara, pues Yahveh sera para
ti luz eterna, y se habran acabado los dias de tu luto.
21Todos los de tu pueblo seran justos, para siempre heredaran la
tierra; retoño de mis plantaciones, obra de mis manos para manifestar
mi gloria.
22El mas pequeño vendra a ser un millar, el mas chiquito, una nación
poderosa. Yo, Yahveh, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo.
INICIO
Isaias 61
1El espiritu del Señor Yahveh esta sobre mi, por cuanto que me ha
ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a
vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y
a los reclusos la libertad;
2a pregonar año de gracia de Yahveh, dia de venganza de nuestro Dios;
para consolar a todos los que lloran,
3para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido
de luto, alabanza en vez de espiritu abatido. Se les llamara robles de
justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria.
4Edificaran las ruinas seculares, los lugares de antiguo desolados
levantaran, y restauraran las ciudades en ruinas, los lugares por
siempre desolados.
5Vendran extranjeros y apacentaran vuestros rebaños, e hijos de
extraños seran vuestros labradores y viñadores.
6Y vosotros seréis llamados «sacerdotes de Yahveh», «ministros de
nuestro Dios» se os llamara. La riqueza de las naciones comeréis y en
su gloria les sucederéis.
7Por cuanto su vergüenza habia sido doble, y en lugar de afrenta,
gritos de regocijo fueron su herencia, por eso en su
propia tierra heredaran el doble, y tendran ellos alegria eterna.
8Pues yo, Yahveh, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen. Les
daré el salario de su trabajo lealmente, y alianza eterna pactaré con
ellos.
9Sera conocida en las naciones su raza y sus vastagos entre los
pueblos; todos los que los vean reconoceran que son raza bendita de
Yahveh.
10«Con gozo me gozaré en Yahveh, exulta mi alma en mi Dios, porque me
ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto
como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con
aderezos.
11Porque, como una tierra hace germinar plantas y como un huerto
produce su simiente, asi el Señor Yahveh hace germinar la justicia y la
alabanza en presencia de todas las naciones.»
INICIO
Isaias 62
1Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar
quedo, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación
brille como antorcha.
2Veran las naciones tu justicia, todos los reyes tu gloria, y te
llamaran con un nombre nuevo que la boca de Yahveh declarara.
3Seras corona de adorno en la mano de Yahveh, y tiara real en la palma
de tu Dios.
4No se dira de ti jamas «Abandonada», ni de tu tierra se dira jamas
«Desolada», sino que a ti se te llamara «Mi Complacencia», y a tu
tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacera en ti, y tu tierra
sera desposada.
5Porque como se casa joven con doncella, se casara contigo tu
edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozara por ti tu Dios.
6Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo el dia
ni en toda la noche estaran callados. Los que hacéis que Yahveh
recuerde, no guardéis silencio.
7No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a
Jerusalén en alabanza en la tierra.
8Ha jurado Yahveh por su diestra y por su fuerte brazo: «No daré tu
grano jamas por manjar a tus enemigos. No beberan hijos de extraños tu
mosto por el que te fatigaste,
9sino que los que lo cosechen lo comeran y alabaran a Yahveh, y los que
los recolecten lo beberan en mis atrios sagrados.»
10¡Pasad, pasad por las puertas! ¡Abrid camino al pueblo! ¡Reparad,
reparad el camino, y limpiadlo de piedras! ¡Izad pendón hacia los
pueblos!
11Mirad que Yahveh hace oir hasta los confines de la tierra: «Decid a
la hija de Sión: Mira que viene tu salvación; mira, su salario le
acompaña, y su paga le precede.
12Se les llamara “Pueblo Santo”, “Rescatados de Yahveh”; y a ti se te
llamara “Buscada”, “Ciudad no Abandonada”.»
INICIO
Isaias 63
1- ¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosra, con ropaje teñido de
rojo? ¿Ese del vestido esplendoroso, y de andar tan esforzado? - Soy yo
que hablo con justicia, un gran libertador.
2- Y ¿por qué esta de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un
lagarero?
3- El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. Los
pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre mis vestidos, y
toda mi vestimenta he manchado.
4¡Era el dia de la venganza que tenia pensada, el año de mi desquite
era llegado!
5Miré bien y no habia auxiliador; me asombré de que no hubiera quien
apoyase. Asi que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me
sostuvo.
6Pisoteé a pueblos en mi ira, los pise con furia e hice correr por
tierra su sangre.
7Las misericordias de Yahveh quiero recordar, las alabanzas de Yahveh,
por todo lo que nos ha premiado Yahveh, por la gran bondad para la casa
de Israel, que tuvo con nosotros en su misericordia, y por la
abundancia de sus bondades.
8Dijo él: «De cierto que ellos son mi pueblo, hijos que no engañaran.»
Y fue él su Salvador
9en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un angel: él mismo en
persona los liberó. Por su amor y su compasión él los rescató: los
levantó y los llevó todos los dias desde siempre.
10Mas ellos se rebelaron y contristaron a su Espiritu santo, y él se
convirtió en su enemigo, guerreó contra ellos.
11Entonces se acordó de los dias antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dónde
esta el que los sacó de la mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que
puso en él su Espiritu santo,
12el que hizo que su brazo fuerte marchase al lado de Moisés, el que
hendió las aguas ante ellos para hacerse un nombre eterno,
13el que les hizo andar por los abismos como un caballo por el
desierto, sin que tropezaran,
14cual ganado que desciende al valle? El Espiritu de Yahveh los llevó a
descansar. Asi guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
15observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso.
¿Dónde esta tu celo y tu fuerza, la conmoción de tus entrañas? ¿Es que
tus entrañas se han cerrado para mi?
16Porque tú eres nuestro Padre, que Abraham no nos conoce, ni Israel
nos recuerda. Tú, Yahveh, eres nuestro Padre, tu nombre es «El que nos
rescata» desde siempre.
17¿Por qué nos dejaste errar, Yahveh, fuera de tus caminos, endurecerse
nuestros corazones lejos de tu temor? Vuélvete, por amor de tus
siervos, por las tribus de tu heredad.
18¿Por qué el enemigo ha invalido tu santuario, tu santuario han
pisoteado nuestros opresores?
19Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por
tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses - ante tu faz los
montes se derretirian,
INICIO
Isaias 64
1como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al
agua - para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar
a las naciones ante ti,
2haciendo tú cosas terribles, inesperadas. (Tú descendiste: ante tu
faz, los montes se derretiran.)
3Nunca se oyó. No se oyó decir, ni se escuchó, ni ojo vio a un Dios,
sino a ti, que tal hiciese para el que espera en él.
4Te haces encontradizo de quienes se alegran y practican justicia y
recuerdan tus caminos. He aqui que estuviste enojado, pero es que
fuimos pecadores; estamos para siempre en tu camino y nos salvaremos.
5Somos como impuros todos nosotros, como paño inmundo todas nuestras
obras justas. Caimos como la hoja todos nosotros, y nuestras culpas
como el viento nos llevaron.
6No hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse a ti.
Pues encubriste tu rostro de nosotros, y nos dejaste a merced de
nuestras culpas.
7Pues bien, Yahveh, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú
nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros.
8No te irrites, Yahveh, demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa.
Ea, mira, todos nosotros somos tu pueblo.
9Tus ciudades santas han quedado desiertas, Sión desierta ha quedado,
Jerusalén desolada.
10Nuestra Casa santa y gloriosa, en donde te alabaron nuestros padres,
ha parado en hoguera de fuego, y todas nuestras cosas mas queridas han
parado en ruinas.
11¿Es que ante esto te endureceras, Yahveh, callaras y nos humillaras
sin medida?
INICIO
Isaias 65
1Me he hecho encontradizo de quienes no preguntaban por mi; me he
dejado hallar de quienes no me buscaban. Dije: «Aqui estoy, aqui estoy»
a gente que no invocaba mi nombre.
2Alargué mis manos todo el dia hacia un pueblo rebelde que sigue un
camino equivocado en pos de sus pensamientos;
3pueblo que me irrita en mi propia cara de continuo, que sacrifican en
los jardines y queman incienso sobre ladrillos;
4que habitan en tumbas y en antros hacen noche; que comen carne de
cerdo y bazofia descompuesta en sus cacharros;
5los que dicen: «Quédate ahi, no te llegues a mi, que te santificaria.»
Estos son humo en mi nariz, fuego que abrasa siempre.
6Mirad que esta escrito delante de mi: no callaré hasta no haber puesto
su paga en su seno,
7la de vuestras culpas y las de vuestros padres juntamente - dice
Yahveh - que quemaron incienso en los montes y en las colinas me
afrentaron; pero yo voy a medirles la paga de su obra y se la pondré en
su seno.
8Asi dice Yahveh: Como cuando se encuentra mosto en el racimo y se
dice: «No lo eches a perder, porque es una bendición», asi haré yo por
amor de mis siervos, evitando destruirlos a todos.
9Sacaré de Jacob simiente y de Juda heredero de mis montes; los
heredaran mis elegidos y mis siervos moraran alli.
10Sarón sera majada de ovejas y el valle de Akor corral de vacas para
mi pueblo, los que me buscaron.
11Mas vosotros, los que abandonais a Yahveh, los que olvidais mi monte
santo, los que ponéis una mesa a Gad y llenais una copa a Meni,
12Yo os destino a la espada y todos vosotros caeréis degollados, porque
os llamé y no respondisteis, hablé y no oisteis, sino que hicisteis lo
que me desagrada, y lo que no me gusta elegisteis.
13Por tanto, asi dice el Señor Yahveh: Mirad que mis siervos comeran,
mas vosotros tendréis hambre; mirad que mis siervos beberan, mas
vosotros tendréis sed; mirad que mis siervos se alegraran, mas vosotros
padeceréis vergüenza;
14mirad que mis siervos cantaran con corazón dichoso, mas vosotros
gritaréis con corazón triste, y con espiritu quebrantado gemiréis.
15Dejaréis vuestro nombre a mis elegidos para que sirva de imprecación:
«¡Asi te haga morir el Señor Yahveh...!», pero a sus siervos les dara
un nombre nuevo
16tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseara serlo en el
Dios del Amén, y quien jurare en la tierra, jurara en el Dios del Amén;
cuando se hayan olvidado las angustias primeras, y cuando estén ocultas
a mis ojos.
17Pues he aqui que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no seran
mentados los primeros ni vendran a la memoria;
18antes habra gozo y regocijo por siempre jamas por lo que voy a crear.
Pues he aqui que yo voy a crear a Jerusalén «Regocijo», y a su
pueblo «Alegria»;
19me regocijaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, sin que se
oiga alli jamas lloro ni quejido.
20No habra alli jamas niño que viva pocos dias, o viejo que no llene
sus dias, pues morir joven sera morir a los cien años, y el que
no alcance los cien años sera porque esta maldito.
21Edificaran casas y las habitaran, plantaran viñas y comeran su fruto.
22No edificaran para que otro habite, no plantaran para que otro coma,
pues cuanto vive un arbol vivira mi pueblo, y mis elegidos disfrutaran
del trabajo de sus manos.
23No se fatigaran en vano ni tendran hijos para sobresalto, pues seran
raza bendita de Yahveh ellos y sus retoños con ellos.
24Antes que me llamen, yo responderé; aún estaran hablando, y yo les
escucharé.
25Lobo y cordero paceran a una, el león comera paja como el buey
, y
la serpiente se alimentara de polvo, no haran mas daño ni
perjuicio en todo mi santo monte - dice Yahveh.
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Isaias 66
1Asi dice Yahveh: Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis
pies, Pues ¿qué casa vais a edificarme, o qué lugar para mi reposo,
2si todo lo hizo mi mano, y es mio todo ello? - Oraculo de Yahveh -. Y
¿en quién voy a fijarme? En el humilde y contrito que tiembla a mi
palabra.
3Se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se
desnuca un perro, se ofrece en oblación sangre de cerdo, se hace un
memorial de incienso, se bendice a los idolos. Ellos
mismos eligieron sus propios caminos y en sus monstruos abominables
halló su alma complacencia.
4También yo elegiré el vejarlos y sus temores traeré sobre ellos, por
cuanto que llamé y nadie respondió, hablé y no escucharon, sino que
hicieron lo que me parece mal y lo que no me gusta eligieron.
5Escuchad la palabra de Yahveh, los que temblais a su palabra. Dijeron
vuestros hermanos que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi
nombre: «Que Yahveh muestre su gloria y veamos vuestra alegria.» Pero
ellos quedaran avergonzados.
6Voz estruendosa viene de la ciudad, voz del Templo: la voz de Yahveh
que paga el merecido a sus enemigos.
7Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz
varón.
8¿Quién oyó tal? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Es dado a luz un pais en
un solo dia? ¿O nace un pueblo todo de una vez? Pues bien: Tuvo dolores
y dio a luz Sión a sus hijos.
9¿Abriré yo el seno sin hacer dar a luz - dice Yahveh - o lo cerraré
yo, que hago dar a luz? - Dice tu Dios.
10Alegraos, Jerusalén, y regocijaos por ella todos los que la amais,
llenaos de alegria por ella todos los que por ella haciais duelo;
11de modo que maméis y os hartéis del seno de sus consuelos, de modo
que chupéis y os deleitéis de los pechos de su gloria.
12Porque asi dice Yahveh: Mirad que yo tiendo hacia ella, como rio la
paz, y como raudal desbordante la gloria de las naciones, seréis
alimentados, en brazos seréis llevados y sobre las rodillas seréis
acariciados.
13Como uno a quien su madre le consuela, asi yo os consolaré (y por
Jerusalén seréis consolados).
14Al verlo se os regocijara el corazón, vuestros huesos como el césped
floreceran, la mano de Yahveh se dara a conocer a sus siervos, y su
enojo a sus enemigos.
15Pues he aqui que Yahveh en fuego viene y como torbellino son sus
carros, para desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de
fuego.
16Porque con fuego Yahveh va a juzgar y con su espada a toda
carne, y seran muchas las victimas de Yahveh.
17Los que se consagran y los que se purifican en los jardines, detras
de uno que esta en medio, que comen carne de cerdo, cosas inmundas y de
rata, a una seran eliminados con sus acciones y sus pensamientos, -
oraculo de Yahveh -.
18Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendran y veran mi
gloria.
19Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las
naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yavan; a las islas
remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciaran mi
gloria a las naciones.
20Y traeran a todos vuestros hermanos de todas las naciones como
oblación a Yahveh - en caballos, carros, literas, mulos y dromedarios -
a mi monte santo de Jerusalén - dice Yahveh - como traen los hijos de
Israel la oblación en recipiente limpio a la Casa de Yahveh.
21Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice
Yahveh.
22Porque asi como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago
permanecen en mi presencia - oraculo de Yahveh - asi permanecera
vuestra raza y vuestro nombre.
23Asi pues, de luna en luna nueva y de sabado en sabado, vendra todo el
mundo a prosternarse ante mi - dice Yahveh.
24Y en saliendo, veran los cadaveres de aquellos que se rebelaron
contra mi; su gusano no morira su fuego no se apagara, y seran el asco
de todo el mundo.
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