PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
MALAQUiAS
CAPITULOS
1 2
3
Malaquias 1
1Oráculo. Palabra de Yahveh a Israel por ministerio de Malaquias.
2Os he amado, dice Yahveh. Y vosotros decis: ¿En qué nos has amado? -
¿No era acaso Esaú el hermano de Jacob?, oráculo de Yahveh. Sin embargo
yo amé a Jacob,
3y a Esaú le odié. Entregué sus montes a la desolación y su heredad a
los chacales del desierto.
4Si dice Edom: «Hemos sido aplastados, pero volveremos a edificar
nuestras ruinas», asi dice Yahveh Sebaot: Ellos edificarán, mas
yo demoleré, y se les llamará: «Territorio de impiedad», y «Pueblo
contra el que Yahveh está irritado para siempre».
5Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: «¡Grande es Yahveh más allá
del término de Israel!»
6El hijo honra a su padre, el siervo a su señor. Pues si yo soy padre,
¿dónde está mi honra? Y si señor, ¿dónde mi temor?, dice Yahveh
Sebaot a vosotros sacerdotes que menospreciáis mi Nombre. - Decis: ¿En
qué hemos menospreciado tu Nombre? -
7Presentando en mi altar pan impuro. - Y decis ahora: ¿En qué te hemos
manchado? - Pensando que la mesa de Yahveh es despreciable.
8Y cuando presentáis para el sacrificio una res ciega, ¿no está mal? Y
cuando presentáis una coja o enferma, ¿no está mal? Anda,
ofrécesela a tu gobernador: ¿se te pondrá contento o te acogerá con
agrado?, dice Yahveh Sebaot.
9Ahora, pues, ablandad el rostro de Dios para que tenga compasión de
nosotros. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá
benignamente?, dice Yahveh Sebaot.
10¡Oh, quién de vosotros cerrará las puertas para que no encendáis mi
altar en vano! No tengo ninguna complacencia en vosotros, dice
Yahveh Sebaot, y no me es grata la oblación de vuestras manos.
11Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre
entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio
de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las
naciones, dice Yahveh Sebaot.
12Pero vosotros lo profanáis, cuando decis: ¡La mesa del Señor es
impura, y despreciables sus alimentos!,
13y añadis: ¡Oh, qué fatiga!, y me desdeñáis, dice Yahveh Sebaot.
Cuando traéis una res robada, o coja, o enferma, cuando traéis una
oblación asi, ¿la voy a aceptar de vuestras manos?, dice Yahveh Sebaot.
14¡Maldito el tramposo que tiene macho en su rebaño, pero que promete
en voto y sacrifica al Señor bestia defectuosa! ¡Que yo soy un gran
Rey, dice Yahveh Sebaot, y mi Nombre es terrible entre las naciones!
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Malaquias 2
1Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes:
2Si no escucháis ni tomáis a pecho dar gloria a mi Nombre, dice Yahveh
Sebaot, yo lanzaré sobre vosotros la maldición y maldeciré
vuestra bendición; y hasta la he maldecido ya, porque ninguno de
vosotros toma nada a pecho.
3He aqui que yo voy a romper vuestro brazo, os echaré estiércol a la
cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis aventados con él.
4Sabréis asi que yo os dirigi esta orden para que subsistiera mi
alianza con Levi, dice Yahveh Sebaot.
5Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedi; era temor, y él me
temia y ante mi Nombre guardaba reverencia.
6La Ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus
labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobró de la
culpa.
7Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en
su boca; porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.
8Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar a
muchos en la Ley, habéis corrompido la alianza de Levi, dice Yahveh
Sebaot.
9Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el
pueblo, de la misma manera que vosotros no guardáis mis caminos y
hacéis acepción de personas en la Ley.
10¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo
Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando
la alianza de nuestros padres?
11Judá ha traicionado; una abominación se ha cometido en Israel y en
Jerusalén. Porque Judá ha profanado el santuario querido de
Yahveh, al casarse con la hija de un dios extranjero.
12¡Que extirpe Yahveh al hombre que hace tal, ya sea testigo o
defensor, de las tiendas de Jacob y de entre los que presentan la
oblación a Yahveh Sebaot!
13Y esta otra cosa hacéis también vosotros: cubrir de lágrimas el altar
de Yahveh, de llantos y suspiros, porque él ya no se vuelve hacia
la oblación, ni la acepta con gusto de vuestras manos.
14Y vosotros decis: ¿Por qué? - Porque Yahveh es testigo entre tú y la
esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, siendo asi que ella
era tu compañera y la mujer de tu alianza.
15¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espiritu? Y este uno
¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro
espiritu; no traiciones a la esposa de tu juventud.
16Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que encubre
con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues, vuestro
espiritu y no cometáis tal traición.
17Vosotros cansáis a Yahveh con vuestras palabras. - Y decis: ¿En qué
le cansamos? - Cuando decis: Todo el que hace el mal es bueno a
los ojos de Yahveh, y él le acepta complacido; o también: ¿Dónde está
el Dios del juicio?
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Malaquias 3
1He aqui que yo envio a mi mensajero a allanar el camino delante de mi,
y enseguida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis;
y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aqui que viene, dice
Yahveh Sebaot.
2¿Quién podrá soportar el Dia de su venida? ¿Quién se tendrá en pie
cuando aparezca? Porque es él como fuego de fundidor y como lejia de
lavandero.
3Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Levi y los
acrisolará como el oro y la plata; y serán para Yahveh los que
presentan la oblación en justicia.
4Entonces será grata a Yahveh la oblación de Judá y de Jerusalén, como
en los dias de antaño, como en los años antiguos.
5Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo
contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con
mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano,
contra los que hacen agravio al forastero sin ningún temor de mi, dice
Yahveh Sebaot.
6Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis
nunca.
7Desde los dias de vuestros padres venis apartándoos de mis preceptos y
no los observáis. Volveos a mi y yo me volveré a vosotros, dice
Yahveh Sebaot. - Decis: ¿En qué hemos de volver? -
8¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me defraudáis a mi!
- Y aún decis: ¿En qué te hemos defraudado? - En el diezmo y en la
ofrenda reservada.
9De maldición estáis malditos, porque me defraudáis a mi vosotros, la
nación entera.
10Llevad el diezmo integro a la casa del tesoro, para que haya alimento
en mi Casa; y ponedme asi a prueba, dice Yahveh Sebaot, a ver si no os
abro las esclusas del cielo y no vacio sobre vosotros la bendición
hasta que ya no quede,
11y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el
fruto del suelo y no se os quede estéril la viña en el campo, dice
Yahveh Sebaot.
12Todas las naciones os felicitarán entonces, porque seréis una tierra
de delicias, dice Yahveh Sebaot.
13Duras me resultan vuestras palabras, dice Yahveh. - Y todavia decis:
¿Qué hemos dicho contra ti? -
14Habéis dicho: Cosa vana es servir a Dios; ¿qué ganamos con guardar su
mandamiento o con andar en duelo ante Yahveh Sebaot?
15Más bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal
prosperan, y aun tentando a Dios escapan libres.
16Entonces los que temen a Yahveh se hablaron unos a otros. Y puso
atención Yahveh y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en
favor de los que temen a Yahveh y piensan en su Nombre.
17Serán ellos para mi, dice Yahveh Sebaot, en el dia que yo preparo,
propiedad personal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente
un padre con el hijo que le sirve.
18Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impio,
entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.
19Pues he aqui que viene el Dia, abrasador como un horno; todos los
arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los
consumirá el Dia que viene, dice Yahveh Sebaot, hasta no dejarles raiz
ni rama.
20Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de
justicia con la salud en sus rayos, y saldréis brincando como
becerros bien cebados fuera del establo.
21Y pisotearéis a los impios, porque serán ellos ceniza bajo la planta
de vuestros pies, el dia que yo preparo, dice Yahveh Sebaot.
22Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribi en el
Horeb preceptos y normas para todo Israel.
23He aqui que yo os envio al profeta Elias antes que llegue el Dia de
Yahveh, grande y terrible.
24El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de
los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de
anatema.
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