PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA
RUT
CAPITULOS
1 2 3 4
INICIO
Rut 1
1 En los días en que juzgaban los Jueces hubo hambre
en el país, y un hombre de Belén de Judá se fue a residir, con su mujer
y sus dos hijos, a los campos de Moab.
2 Este hombre se llamaba Elimélek, su mujer Noemí y
sus dos hijos Majlón y Kilyón; eran efrateos de Belén de Judá. Llegados
a los campos de Moab, se establecieron allí.
3 Murió Elimélek, el marido de Noemí, y quedó ella
con sus dos hijos.
4 Estos se casaron con mujeres moabitas, una de las
cuales se llamaba Orpá y la otra Rut. Y habitaron allí unos diez años.
5 Murieron también ellos dos, Majlón y Kilyón, y
quedó sola Noemí, sin sus dos hijos y sin marido.
6 Entonces decidió regresar de los campos de Moab con
sus dos nueras, porque oyó en los campos de Moab que Yahveh había
visitado a su pueblo y le daba pan.
7 Salió, pues, con sus nueras, del país donde había
vivido y se pusieron en camino, para volver a la tierra de Judá.
8 Noemí dijo a sus dos nueras: «Andad, volveos cada
una a casa de vuestra madre. Que Yahveh tenga piedad con vosotras
como vosotras la habéis tenido con los que murieron y conmigo.
9 Que Yahveh os conceda encontrar vida apacible en la
casa de un marido.» Y las besó. Pero ellas rompieron a llorar,
10 y dijeron: «No; contigo volveremos a tu pueblo.»
11 Noemí respondió: «Volveos, hijas mías, ¿por qué
vais a venir conmigo? ¿Acaso tengo yo aún hijos en mi seno que puedan
ser maridos vuestros?
12 Volveos, hijas mías, andad, porque yo soy
demasiado vieja para casarme otra vez. Y aun cuando dijera que no
he perdido toda esperanza, que esta misma noche voy a tener un
marido y que tendré hijos
13 ¿habríais de esperar hasta que fueran mayores?
¿dejaríais por eso de casaros? No, hijas mías, yo tengo gran pena por
vosotros, porque la mano de Yahveh ha caído sobre mí.»
14 Ellas rompieron a llorar de nuevo; después Orpá
besó a su suegra y se volvió a su pueblo, pero Rut se quedó junto a
ella.
15 Entonces Noemí dijo: «Mira, tu cuñada se ha vuelto
a su pueblo y a su dios, vuélvete tú también con ella.»
16 Pero Rut respondió: «No insistas en que te
abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde
habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios.
17 Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que
Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la
muerte lo que nos ha de separar.»
18 Viendo Noemí que Rut estaba decidida a
acompañarla, no insistió más.
19 Caminaron, pues, las dos juntas hasta Belén.
Cuando llegaron a Belén se conmovió toda la ciudad por ellas. Las
mujeres exclamaban: «¿No es esta Noemí?»
20 Mas ella respondía: «¡No me llaméis ya Noemí,
llamadme Mará, porque Sadday me ha llenado de amargura!
21 Colmada partí yo, vacía me devuelve Yahveh. ¿Por
qué me llamáis aún Noemí, cuando Yahveh da testimonio contra mí y
Sadday me ha hecho desdichada?»
22 Así fue como regresó Noemí, con su nuera Rut la
moabita, la que vino de los campos de Moab. Llegaron a Belén al
comienzo de la siega de la cebada.
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Rut 2
1 Tenía Noemí por parte de su marido un pariente de
buena posición, de la familia de Elimélek, llamado Booz.
2 Rut la moabita dijo a Noemí: «Déjame ir al campo a
espigar detrás de aquél a cuyos ojos halle gracia»; ella respondió:
«Vete, hija mía.»
3 Fue ella y se puso a espigar en el campo detrás de
los segadores, y quiso su suerte que fuera a dar en una parcela
de Booz, el de la familia de Elimélek.
4 Llegaba entonces Booz de Belén y dijo a los
segadores: «Yahveh con vosotros.» Le respondieron: «Que Yahveh te
bendiga.»
5 Preguntó Booz al criado que estaba al frente de los
segadores: «¿De quién es esta muchacha?»
6 El criado que estaba al frente de los segadores
dijo: «Es la joven moabita que vino con Noemí de los campos de Moab.
7 Ella dijo: “Permitidme, por favor, espigar y
recoger detrás de los segadores.” Ha venido y ha permanecido en pie
desde la mañana hasta ahora.»
8 Booz dijo a Rut: «¿Me oyes, hija mía? No vayas a
espigar a otro campo ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criados.
9 Fíjate en la parcela que sieguen y vete detrás de
ellos. ¿No he mandado a mis criados que no te molesten? Si tienes
sed vete a las vasijas y bebe de lo que saquen del pozo los criados.»
10 Cayó ella sobre su rostro y se postró en tierra y
le dijo: «¿Cómo he hallado gracia a tus ojos para que te fijes en
mí, que no soy más que una extranjera?»
11 Booz le respondió: «Me han contado al detalle todo
lo que hiciste con tu suegra después de la muerte de tu marido, y cómo
has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra en que naciste, y has
venido a un pueblo que no conocías ni ayer ni anteayer.
12 Que Yahveh te recompense tu obra y que tu
recompensa sea colmada de parte de Yahveh, Dios de Israel, bajo
cuyas alas has venido a refugiarte.»
13 Ella dijo: «Halle yo gracia a tus ojos, mi señor,
pues me has consolado y has hablado al corazón de tu sierva,
cuando yo no soy ni siquiera como una de tus siervas.»
14 A la hora de la comida, Booz le dijo: «Acércate
aquí, puedes comer pan y mojar tu bocado en el vinagre.» Ella se sentó
junto a los segadores, y él le ofreció un puñado de grano tostado.
Comió ella hasta saciarse y aun le sobró.
15 Cuando se levantó ella para seguir espigando, Booz
ordenó a sus criados: «Dejadla espigar también entre las gavillas y no
la molestéis.
16 Sacad incluso para ella espigas de las gavillas y
dejadlas caer para que las espigue, y no la riñáis.»
17 Estuvo espigando en el campo hasta el atardecer y,
cuando desgranó lo que había espigado, había como una medida de
cebada.
18 Ella se lo llevó y entró en la ciudad, y su suegra
vio lo que había espigado. Sacó lo que le había sobrado después de
haberse saciado y se lo dio.
19 Su suegra le dijo: «¿Dónde has estado espigando
hoy y qué has hecho? ¡Bendito sea el que se ha fijado en ti!» Ella
contó a su suegra con quién había estado trabajando y añadió: «El
hombre con quien he trabajado hoy se llama Booz.»
20 Noemí dijo a su nuera: «Bendito sea Yahveh que no
deja de mostrar su bondad hacia los vivos y los muertos.» Le dijo
Noemí: «Ese hombre es nuestro pariente, es uno de los que tienen
derecho de rescate sobre nosotros.»
21 Dijo Rut a su suegra: «Hasta me ha dicho: Quédate
con mis criados hasta que hayan acabado toda mi cosecha.»
22 Dijo Noemí a Rut su nuera: «Es mejor que salgas
con sus criados, hija mía, así no te molestarán en otro campo.»
23 Se quedó, pues, con los criados de Booz para
espigar hasta que acabó la recolección de la cebada y la recolección
del trigo, y siguió viviendo con su suegra.
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Rut 3
1 Noemí, su suegra, le dijo: «Hija mía, ¿es que no
debo procurarte una posición segura que te convenga?
2 Ahora bien: ¿Acaso no es pariente nuestro aquel
Booz con cuyos criados estuviste? Pues mira: Esta noche estará
aventando la cebada en la era.
3 Lávate, perfúmate y ponte encima el manto, y baja a
la era; que no te reconozca ese hombre antes que acabe de comer y beber.
4 Cuando se acueste, mira el lugar en que se haya
acostado, vas, descubres un sitio a sus pies y te acuestas; y él
mismo te indicará lo que debes hacer.»
5 Ella le dijo: «Haré cuanto me has dicho.»
6 Bajó a la era e hizo cuanto su suegra le había
mandado.
7 Booz comió y bebió y su corazón se puso alegre.
Entonces fue a acostarse junto al montón de cebada. Vino ella
sigilosamente, descubrió un sitio a sus pies y se acostó.
8 A media noche sintió el hombre un escalofrío, se
volvió y notó que había una mujer acostada a sus pies.
9 Dijo: «¿Quien eres tú?», y ella respondió: «Soy Rut
tu sierva. Extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque tienes
derecho de rescate.»
10 El dijo: «Bendita seas de Yahveh, hija mía; tu
último acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no
has pretendido a ningún joven, pobre o rico.
11 Y ahora, hija mía, no temas; haré por ti cuanto me
digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe que tú eres una mujer
virtuosa.
12 Ahora bien: es verdad que tengo derecho de
rescate, pero hay un pariente más cercano que yo con derecho de rescate.
13 Pasa aquí esta noche, y mañana, si él quiere
ejercer su derecho, que lo ejerza; y si no quiere, yo te rescataré,
¡vive Yahveh! Acuéstate hasta el amanecer.»
14 Se acostó ella a sus pies hasta la madrugada; se
levantó él a la hora en que todavía un hombre no puede reconocer a
otro, pues se decía: «Que no se sepa que la mujer ha venido a la era.»
15 El dijo: «Trae el manto que tienes encima y sujeta
bien.» Sujetó ella, y él midió seis medidas de cebada y se las puso a
cuestas, y él entró en la ciudad.
16 Volvió ella donde su suegra que le dijo: «¿Cómo te
ha ido, hija mía?» Y le contó cuanto el hombre había hecho por ella,
17 y añadió: «Me ha dado estas seis medidas de
cebada, pues dijo: “No debes volver de vacío donde tu suegra.”»
18 Noemí le dijo: «Quédate tranquila, hija mía, hasta
que sepas cómo acaba el asunto; este hombre no parará hasta concluirlo
hoy mismo.»
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Rut 4
1 Mientras tanto Booz subió a la puerta de la ciudad
y se sentó allí. Acertó a pasar el pariente de que había hablado Booz,
y le dijo: «Acércate y siéntate aquí, fulano.» Y éste fue y se sentó.
2 Tomó diez de los ancianos de la ciudad y dijo:
«Sentaos aquí.» Y se sentaron.
3 Dijo entonces al que tenía el derecho de rescate:
«Noemí, que ha vuelto de los campos de Moab, vende la parcela de campo
de nuestro hermano Elimélek.
4 He querido hacértelo saber y decirte: «Adquiérela
en presencia de los aquí sentados, en presencia de los ancianos de mi
pueblo. Si vas a rescatar, rescata; si nos vas a rescatar, dímelo para
que yo lo sepa, porque fuera de ti no hay otro que tenga derecho de
rescate, pues voy yo después de ti.» El dijo: «Yo rescataré.»
5 Booz añadió: «El día que adquieras la parcela para
ti de manos de Noemí tienes que adquirir también a Rut la moabita,
mujer del difunto, para perpetuar el nombre del difunto en su heredad.»
6 El pariente respondió: «Así no puedo rescatar,
porque podría perjudicar mi herencia. Usa tú mi derecho de rescate,
porque yo no puedo usarlo.»
7 Antes en Israel, en caso de rescate o de cambio,
para dar fuerza al contrato, había la costumbre de quitarse uno la
sandalia y dársela al otro. Esta era la manera de testificar en Israel.
8 El que tenía el derecho de rescate dijo a Booz:
«Adquiérela para ti.» Y se quitó la sandalia.
9 Entonces dijo Booz a los ancianos y a todo el
pueblo: «Testigos sois vosotros hoy de que adquiero todo lo de Elimélek
y todo lo de Kilyón y Majlón de manos de Noemí
10 y de que adquiero también a Rut la moabita, la que
fue mujer de Kilyón, para que sea mi mujer a fin de perpetuar el nombre
del difunto en su heredad y que el nombre del difunto no sea borrado
entre sus hermanos y en la puerta de su localidad. Vosotros sois hoy
testigos.»
11 Toda la gente que estaba en la puerta y los
ancianos respondieron: «Somos testigos. Haga Yahveh que la mujer que
entra en tu casa sea como Raquel y como Lía, las dos que edificaron la
casa de Israel. Hazte poderoso en Efratá y sé famoso en Belén.
12 Sea tu casa como la casa de Peres, el que Tamar
dio a Judá, gracias a la descendencia que Yahveh te conceda por esta
joven.»
13 Booz tomó a Rut, y ella fue su mujer; se unió a
ella, y Yahveh hizo que concibiera, y dio a luz un niño.
14 Las mujeres dijeron a Noemí: «Bendito sea Yahveh
que no ha permitido que te falte hoy uno que te rescate para perpetuar
su nombre en Israel.
15 Será el consuelo de tu alma y el apoyo de tu
ancianidad, porque lo ha dado a luz tu nuera que te quiere y es
para ti mejor que siete hijos.»
16 Tomó Noemí al niño y le puso en su seno y se
encargó de criarlo.
17 Las vecinas le pusieron un nombre diciendo: «Le ha
nacido un hijo a Noemí» y le llamaron Obed. Es el padre de Jesé, padre
de David.
18 Estos son los descendientes de Peres. Peres
engendró a Jesrón.
19 Jesrón engendró a Ram y Ram engendró a Aminadab.
20 Aminadab engendró a Najsón y Najsón engendró a
Salmón.
21 Salmón engendró a Booz y Booz engendró a Obed.
22 Obed engendró a Jesé y Jesé engendró a David.
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