PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL
LORCA








Sábado 01 de Marzo de 2025

Sábado 7ª semana de tiempo ordinario


Santoral: Rosendo, Albino

Eclesiástico 17,1-13

Dios hizo el hombre a su imagen

El Señor formó al hombre de tierra y le hizo volver de nuevo a ella; le concedió un plazo de días contados y le dio dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su propia imagen; impuso su temor a todo viviente, para que dominara a bestias y aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y mente para entender; los colmó de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el mal; les mostró sus maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en herencia una ley que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus mandamientos. Sus ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la majestad de su voz. Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos acerca del prójimo. Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos.

Salmo responsorial: 102

La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.

Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos de barro. R.

Los días del hombre duran lo que la hierba, / florecen como flor del campo, / que el viento la roza, y ya no existe, / su terreno no volverá a verla. R.

Pero la misericordia del Señor dura siempre, / su justicia pasa de hijos a nietos: / para los que guardan la alianza. R.

Marcos 10,13-16

El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.